Capítulo 5: La chica dura se quitará la coraza.
Cassie POV
Llegué a casa con un cansancio que apenas podía soportar, ¿dos horas más en el bar para que me diera sólo veinte míseros euros más? ¿Y qué pasaba con esa “cena” que había tenido que comer con dos desconocidos y el amable hijo de mi jefe? Pensé en la chica, Aaliyah, no parecía mala persona y, para ser exactos, parecía tan incómoda como yo en esa cena. Ninguna de las dos intervino demasiado en la conversación de Austin y Kyle y comprobé que ella miraba el reloj cada dos por tres. Lo mejor de la cena vino cuando nos dispusimos a marcharnos y el cabrón de Austin sólo me dio veinte euros más, para esa miseria no me hubiera quedado. Recordé el momento en que cogí el dinero con mal genio y me marché sin ni siquiera despedirme, él había alzado la voz y me había dicho adiós con una amplia sonrisa en la cara. ¿Por qué seguía sonriendo e intentando ser amable cuando más borde que yo no se podía ser?
Saqué las llaves del bolsillo del pantalón cuando oí unos pasos tras de mí en el porche. Me giré y me quedé boquiabierta cuando vi de quién se trataba.
-¿Loreen?
-Hola- Loreen sonrió y entrecerró los ojos como si le molestara la luz…Lo raro es que no había luz.
-¿Estás borracha?
Loreen se echó a reír y quise estamparle la mano en la cara y, para mi sorpresa, lo hice.
-¡¿Pero qué coño te pasa?!- Me gritó.
-¡Eso debería preguntarte yo a ti!- Alcé el tono de la voz- ¡Debería dejar que entraras antes y que papá y mamá te vieran llegar así!
-¡Sabes que te echarían la culpa a ti por haber aceptado ese trabajo de mierda en vez de “cuidarme”!
Me quedé callada. Sabía que Loreen tenía razón, mis padres siempre me echaban a mí la culpa de todo. Apreté los puños con fuerza para intentar calmarme y Loreen sonrió satisfecha.
-Ahora… ¿Entras conmigo o qué?
Aaliyah POV
Tras darle las gracias a Kyle por haberme traído y por la cena me dirigí a la puerta de mi casa, sabía que mi madre ya había vuelto. Llamé al timbre y en cuestión de segundos mi madre abrió, no parecía demasiado preocupada.
-Oh, ¿ya has vuelto?
-¿Ya has vuelto?
Mi madre parecía no entender de qué iba la cosa.
-¿Ocurre algo?
-Eres increíble…-Pasé por su lado y me dispuse a dirigirme a mi habitación.
-Ally, ¿qué pasa?
-¡¿Qué qué pasa?! ¡Pasa que me dejaste ir sola al médico en una ciudad que no conozco! ¡Pasa que me quedé encerrada en un ascensor y por eso perdí el último autobús! ¡Pasa que te llamé mil veces y tenías el teléfono desconectado! ¡Pasa que cuando por fin conseguí llegar aquí tú no estabas!- Hice una pausa para respirar- ¡¿Y me preguntas que qué pasa?!
Mi madre me miró con la mandíbula desencajada. Rara vez le gritaba y no estaba acostumbrada a verme así.
-Yo…-Empezó a decir- Creía que no te importaba ir sola…- Se encogió de hombros- Ya tienes prácticamente dieciocho años y se me olvidó que no tenías llaves de esta casa. Mañana mismo te hago una copia.
-Olvídalo…- Comencé a subir las escaleras.
-Lo siento, Ally.
Kyle POV
Me di una ducha y me puse los pantalones del pijama, no me gustaba ponerme la camiseta de éste para dormir en verano. Me senté en la cama y justo en ese momento comenzó a sonar el móvil: Austin. ¿Qué querría ahora? Acababa de verlo hacía apenas una hora.
-¿Qué pasa ahora, Austin?
-¿Cómo que qué pasa? ¿Quién era esa chica?
-¿Aaliyah?
-Sí, ella.
No lo entendía, ¿qué pasaba con ella?
-¿Qué pasa con ella?
-A ver, no estabas borracho y a menos que te haya hipnotizado o algo es prácticamente imposible que tú lleves a una chica a cenar.
Me froté los ojos con la palma de la mano…Así que era eso.
-Austin, por favor, no puedo creerme de verdad que hayas llamado para eso.
-¿Qué te ha hecho?
-No me ha hecho nada, simplemente la conocí hoy por casualidad y no había nadie en su casa y tenía hambre- Lo dije todo tan rápido y tan resumido que dudé que Austin hubiera entendido algo.
-Tú nunca has invitado a una chica a comer y mucho menos a una que acabas de conocer.
-Me cae bien- Me encogí de hombros a pesar de que Austin no podía verme- Es curiosa.
Oí un suspiro al otro lado de la línea.
-¿Has visto a mi compañera de trabajo?- Cambió de tema.
-¿Cassie?
-¿Qué te parece?
Recordé a la chica que había estado cenando con nosotros: era alta, con los ojos color avellana y el pelo de un color rubio oscuro.
-No está mal, ¿por qué? ¿Te interesa?
-Síp.
-¿En serio?- Alcé las cejas, sorprendido.
-¿Por qué te sorprende?
-Porque no es tu tipo- Dije sin más- Lo que quiero decir es que siempre has dicho que tu chica ideal tenía que ser bajita, porque reconozcámoslo, tú no eres demasiado alto- Oí un resoplido por parte de Austin- Pelo negro y rizado y ojos azules.
-¿Y?- Preguntó al cabo de unos segundos.
-Pues que no se parece en nada.
-Mis prototipos van cambiando, además…No es sólo por eso.
-¿Entonces?
-No sé, es difícil- Hizo una pausa mientras buscaba las palabras adecuadas- Es una borde total y me mira como si quisiera matarme con la mirada.
-Joder, tío- Solté una carcajada- Tú eres masoquista o algo.
-Tú ríete, pero conseguiré que la dura de Cassie se quite la coraza.
Faye POV
Apagué el despertador con alegría por primera vez en los dos últimos días. Hoy volvía a tener clases de socorrismo y estaba dispuesta a avanzar con el monitor cañón. Me dirigí corriendo al servicio y comencé a vestirme, me puse un bikini de lacitos, unos shorts color verde lima y una camiseta ancha color blanca. Me dejé el pelo suelto y me puse una capa de rímel resistente al agua…A ver si podía resistirse a mis encantos hoy.
Cuando salí de la casa mi abuela no se había despertado aún, así que no tuve que perder tiempo hablando con ella. Cuando llegué a la playa aún no había nadie… ¿Tan temprano había llegado? Entonces me giré y lo vi, tan alto y musculoso como los dos días anteriores. Sonreí para mis adentros y me dirigí hacia él.
-Buenos días- Saludé con una sonrisa de oreja a oreja.
Isaac se giró y me vio.
-Buenos días, llegas pronto- Su voz tan seria como siempre.
-No podía dormir- Mentí- Bueno, ¿qué vamos a hacer hoy?
-Nadar- Señaló las boyas- El objetivo es ir y volver en el menor tiempo posible.
Tragué saliva. ¿Tan lejos teníamos que nadar? Nunca me habían gustado los deportes, pero nadar era algo que prácticamente odiaba.
-¿Te pasa algo?
-¿Eh?- Mi voz apenas fue audible.
-Sabes nadar, ¿no?
-Sí- Forcé una sonrisa- De hecho, me encanta nadar.
-Vaya, bueno es saberlo- Por primera vez desde que lo conocí lo vi sonreír- Si quieres puedes ir calentando ya.
-¿Calentando?
-Haz unos cuantos largos, ¿vale?