Prólogo.
Lydia POV
Miré al cielo que se estaba tornando gris por encima de mi cabeza desde el pequeño bote en el que me encontraba. Densos nubarrones color gris oscuro estaban ocultando el sol, apartando así toda la luz y dando un aspecto lúgubre a Strife Hill.
Justo cuando el primer sonido de dos nubes al chocar llegó hasta mis oídos supe lo que tenía que hacer. Respiré hondo y alcé ambas manos lentamente a la vez que una gran columna de agua se alzaba justo en frente de mí y se perdía entre la masa de nubes negras. Repetí el mismo proceso dos veces más, observando cómo se volvían a levantar dos nuevas columnas, esta vez a mi izquierda y a mi derecha. Ahí estaba, el triángulo perfectamente formado, tal y como se suponía que debía hacer. Pese a que pensé que debería sentirme cansada me sentía extrañamente descansada y fuerte.
Miré hacia ambos lados sin saber qué debía hacer ahora, pero sentí un profundo pinchazo en el pecho al recordar que no había nadie allí. Estaba sola en mitad del Océano Atlántico y nadie vendría en mi ayuda, me lo habían dejado muy claro: era algo que debía hacer sola.