Capítulo 7: I can't stay away.
LYDIA
Tessa y yo estamos tendidas en las toallas mientras los últimos rayos de sol nos calientan, de lejos oímos las risas de los chicos que están jugando al fútbol en la orilla.
-Son peor que los niños chicos- Comento sin poder evitar una sonrisa.
-Pues ya quisiera yo ligarme a uno de esos dos niños chicos- Señala con la cabeza en dirección a mis hermanos.
-Pues haz algo para llamar su atención.
-¿Yo?- La voz de Tessa suena realmente sorprendida- ¿Qué quieres que haga yo?
-A ver, Tessa- Me incorporo en la toalla hasta quedar sentada- Eres alta, guapa y tienes un cuerpo de infarto- Me encojo de hombros- Sólo necesitas echarle un poco de cara.
Tessa se muerde el labio mientras sopesa la posibilidad de llamar la atención de Thomas y Tyler.
-¡Tommy!- Grito antes de que Tessa pueda pensárselo mejor.
-¡Dime, chiquitina!- Responde desde la orilla.
-¿Necesitáis una jugadora? Tessa quiere jugar.
Tessa me dedica una mirada llena de odio y yo sonrío.
-¡Claro!- Responde Thomas sonriendo ampliamente.
-Ve, corre- Insto a Tessa.
Ésta me mira durante un segundo con cara de “Te voy a matar” pero finalmente se levanta y se va hacia la orilla. Los observo desde lejos mientras cojo mi reproductor de música y dejo que la letra de “I can’t stay away” de The Veronicas inunde mis oídos.
I'm conflicted, I inhale now I'm addicted
To this place, to you babe
I can't stay away, can't stay away
Get up, go down, then we go one more round
"It's wrong", they say
I can't stay a-, I can't stay away!
Siempre me ha gustado mucho esa canción, mi madre y yo solíamos escucharla las noches en las que Thomas y Tyler salían y nosotras nos quedábamos haciendo crepes y chocolate. Sonrío y fijo mi atención en la orilla, la verdad es que Tessa hace muy buena pareja con Thomas…Y con Tyler… ¡Y con Caleb! ¡Hace buena pareja con todos! Por un segundo dejo que mi mente fantasee con la idea de tener a Tessa de cuñada y no me sorprende darme cuenta de que la idea me gusta bastante.
-¡Mátame!- Exclama Caleb mientras se deja caer en la toalla de Tessa.
Me quito los auriculares y lo miro. Está mojado y jadea debido al deporte realizado en la orilla, cuando se recupera un poco se alza sobre un codo y me mira.
-¿No piensas bañarte ni jugar?- Me pregunta.
Me encojo de hombros y luego, sin pensarlo, cojo un montoncito de arena y se lo arrojo a Caleb en la cara. Éste me mira sorprendido y yo me echo a reír al ver su expresión de sorpresa y desconcierto.
-¿Ah, sí?- Caleb se echa a reír y se incorpora justo a la vez que yo echo a correr.
Corro con todas mis fuerzas pero sé que tarde o temprano me alcanzará…Y así es. De pronto, una mano me agarra por la cintura y tira de mí hacia atrás. Cuando me encuentro con la mirada de Caleb vuelvo a reírme.
-Deberías haberte visto la cara- Digo.
Caleb me mira durante un momento que se me hace eterno sin decir nada y entonces noto que comienzo a sonrojarme. Sus manos aún están en mi cintura y no hace amago de soltarme.
-Vuelve a reírte- Me dice.
-¿Qué?
-Tienes una risa muy bonita.
Siento que la cara me va a estallar y no puedo evitar soltar una risita nerviosa a la vez que suelto sus manos de mi cintura disimuladamente.
-No es verdad- Es todo lo que logro decir.
Caleb sonríe y desvía la mirada.
-¡Eh, chicos!- Alzo la voz hacia los demás que siguen en la orilla- ¡Voy a comprar! ¡¿Queréis algo?!
-¡Cerveza!- Grita Thomas.
-¡Otra para mí!- Lo secunda Drew.
-¡Agua mineral!- Añade Tessa.
-¡Tres Tintos por aquí, hermanita!- Me dice Tyler.
-¿Y tú?- Pregunto mirando a Caleb.
-Lo mismo que tú- Contesta sonriendo- Voy contigo.
No. No. No. No. Lo último que quiero es que Caleb venga conmigo, de hecho el que vaya a ir a comprar es precisamente para alejarme de él.
-Creo que Tessa te está llamando- Miento- No te preocupes, no tardaré.
Antes de darle tiempo a objetar, cojo mis shorts, mi nadadora, el dinero y me marcho de allí. Sé que soy una cobarde por evitar así a Caleb, pero no soy tonta y sé que si me hubiera quedado allí más tiempo él habría intentado besarme o declararse o algo así… Y yo sólo lo quería como un amigo, ¿verdad? Llego al primer puestecillo de bebidas pero decido pasarlo e ir al siguiente para así tener tiempo para pensar qué voy a decirle a Caleb cuando vuelva si intenta insinuarse. Pronto llego al puestecillo y pido las bebidas, mientras la mujer las saca de una nevera siento de nuevo un escalofrío recorrerme la espalda, es el mismo que sentí la primera noche que pasé en la facultad cuando estaba en la lavandería. Me giro en redondo pero sólo logro ver a varios jóvenes hablando y caminando por el paseo marítimo.
-Aquí tienes- Me dice la mujer mientras me tiende las bebidas.
-Gracias- Intento cogerlas todas, pero son demasiadas… ¿Y ahora qué? Las cojo como puedo y comienzo a poner rumbo a la playa.
Al cabo de un momento tengo que pararme y dejar algunas latas en un banco que hay cerca.
-¿Necesitas otra mano?
Se me cae la botella de agua mineral al suelo al escuchar esa voz. Dylan se agacha y recoge la botella antes de tendérmela. Me quedo mirándolo sin coger la botella y sin decir nada, siento que me hierve la sangre ante esa mirada marrón tan despreocupada y esa media sonrisa que me dedica. En ese momento deseo tener un bate de béisbol para poder destrozarle la cara a ese mal nacido. Dylan, al ver que no cojo la botella, la deja en el banco junto a las otras.
-¿De qué vas?- Intento controlar mi voz y no gritar- ¿Por qué me hablas? ¿Es que acaso quieres quedarte estéril?
Dylan curva la comisura izquierda de la boca hacia arriba y mira hacia el suelo, como si estuviera avergonzado.
-Siento lo de ayer- Se disculpa.
Abro mucho los ojos.
-¿Qué sientes mucho lo de ayer?- Me cruzo de brazos- Tú lo que eres es gilipollas.
Dylan suelta una pequeña risita.
-Gracias.
Cierro las manos en puños y apenas puedo refrenar las ganas de estampárselos en la cara. El hecho de que se ría y actúe… ¿Cómo actúa? No lo sé, ¡y ese es el problema! ¡Que no sé de qué va!
-¿Sabes lo que me apetece hacer ahora mismo?- Siseo.
-Apuesto a que tiene algo que ver con el hecho de que tengas las manos cerradas en puños- Dylan señala mis manos con un gesto de cabeza.
-¡Me atacaste!- Grito sin poder aguantarme más.
-Bueno…Técnicamente sólo me defendí de TU ataque- Se mete las manos en los bolsillos de su pantalón vaquero.
Abro la boca para decir algo pero de pronto no tengo nada que decir, cosa poco habitual en mí.
-¡Le partiste el labio a Caleb!- Vuelvo a gritar.
-Él me empujó primero- Apunta señalándome con un dedo.
-Eso no es excusa- Hablo en voz baja pero amenazante- Me quitaste de las manos mis papeles… ¿Quién te da derecho a hacer eso?
-Vale, reconozco que no debería haberlo hecho- Suspira- Lo siento.
Lo miro durante un momento. Las ganas que tenía de golpearlo hace apenas unos segundos son reemplazadas por algo nuevo, algo que llevo sintiendo desde el primer momento que lo vi: Curiosidad.
-¿Acaso eres el nuevo Doctor Jekyll y Mr Hyde?- Pregunto.
Dylan se echa a reír y el sonido de su risa me sorprende, cuando sonríe o se ríe está guapísimo. Me doy un bofetón mental, <<Lydia Hall… ¿En qué narices estás pensando?>> Me regaño mentalmente.
-Soy una persona complicada- Responde al fin.
-No- Finjo estar sorprendida- ¿En serio?
-Eres sarcástica- Dylan entrecierra los ojos.
-Y fácilmente irritable- Añado.
El sol se está terminando de poner y los últimos destellos de luz hacen que el pelo rubio de Dylan centellee.
-Esos son tus hermanos, ¿verdad?
Giro la cabeza para mirar en la dirección que indica Dylan y veo a Thomas y a Tyler acercarse.
-¿Cómo lo sabes?
Dylan se encoje de hombros.
-¿Por qué tardas tanto?- Pregunta Tyler cuando llegan hasta nosotros.
-No puedo llevarlo todo sola- Contesto señalando las botellas y latas que hay encima del banco.
En ese momento las miradas de Thomas y de Dylan se encuentran.
-¿Quién eres?- Pregunta Thomas.
-Un compañero de facultad- Me apresuro a responder- Nos hemos encontrado y estábamos hablando de un trabajo- De pronto siento que el corazón se me ha acelerado, ¿por qué estoy mintiendo? No estaba haciendo nada malo.
-Nos vamos ya para la facultad- Me dice Thomas, pero sigue mirando a Dylan.
-Entonces ¿no vamos a buscar ese libro que necesitamos para el trabajo?- Comenta Dylan.
-¿Qué?- ¿De qué narices habla?
-¿Necesitas comprar un libro?- Pregunta Thomas.
Voy a decirle que no, pero Dylan se adelanta.
-Sí, para el trabajo del que estábamos hablando, íbamos a ir ahora mismo.
La mandíbula se me desencaja… ¡Será mentiroso!
-Pero, ¿de qué…?
-Pues ve- Me interrumpe Tyler, que ha encontrado su Tinto y está bebiendo- Estáis en la misma facultad, ¿no?
-Así es- Dice Dylan.
-Pues volvéis juntos- Tyler se encoje de hombros y mira a Thomas- ¿No?
Thomas mira a Dylan con los ojos entrecerrados… Genial.
-No hace falta- Me apresuro a decir- Puedo ir otro día.
-¿Y qué le piensas decir mañana al señor Whitemore?- Contraataca Dylan.
Lo miro con los ojos entrecerrados. No tenemos que comprar ningún libro, no hay ningún profesor que se apellide Whitemore y, por alguna extraña razón, no quiero decirle a Thomas que Dylan está mintiendo. ¿Por qué? Porque Thomas podría darle una paliza a Dylan en cuestión de segundos y si ya lo estaba mirando con mirada asesina sin saber que estaba mintiendo, no quería imaginarme lo que haría si se enterara. Entonces pienso en lo que sucedió ayer… En la presión que ejercía su mano sobre mi cara, luego sobre mi antebrazo y, finalmente, en mi brazo derecho cuando me aprisionó contra la pared. Debería dejar que le dieran una paliza…
-Cuando llegues a la facultad llámame- Me dice Thomas antes de terminar de coger las latas que Tyler no ha cogido- Nos vemos- Y tras decir esto, ambos se marchan.
Entonces caigo en la cuenta de que estoy sola… Sola con Dylan en la playa, donde ha anochecido y los últimos jóvenes se están marchando. No es que le tenga miedo, sé cuidarme solita, pero siento que el hecho de no haber peleado y haberme negado a quedarme aquí no está nada bien. En ese momento recuerdo la letra de “I can’t stay away” y siento la ironía de esta, porque resulta que a pesar de tener que odiar a Dylan y querer matarlo, de alguna manera, no puedo mantenerme alejada.