Capítulo 5: ¿Quién eres?
LYDIA
-Gracias- Tessa sonríe de oreja a oreja cuando le doy su Fanta- ¿Te pasa algo?
-¿Eh?
-Estás ida…-Encarna una ceja mientras abre su lata.
-Oh, sí, es sólo que…
Tessa me mira a la espera de que siga hablando, pero no puedo hablarle de Dylan; no puedo decirle que en nuestros dos últimos encuentros me miraba como si fuera la persona más imbécil del mundo y hace apenas unos minutos me ha sonreído, me ha alborotado el pelo y me ha llamado “pitufa”…Y mucho menos puedo hablarle de la conexión que he sentido al tocarlo.
-Nada- Sonrío y niego con la cabeza.
Tessa se encoje de hombros y da un sorbo de su Fanta.
-¿Me vas a decir porque llamaste a Savannah “lipo”?
Tessa suspira.
-Cuando estábamos en décimo estaba gorda…Y con gorda no me refiero a rellenita o gordita, no, gorda de gorda- Se encoge de hombros- Lo peor es que se metía con los demás, así que un día que se metió conmigo…Bueno, le dije “elefante afocado”.
Suelto una carcajada ante ese comentario y veo cómo los demás estudiantes me miran con cara asesina, así que me tapo la boca con una mano para ahogar la risa.
-Dos semanas después fue a hacerse una liposucción- Sonríe- Y desde entonces es “la lipo”.
-¿Por qué se metía contigo?
-Llevaba brackets por esa época- Confiesa- Además…Tenía la cara llena de espinillas.
-Puede que haya cambiado.
-Sí, seguro- Me apunta con el dedo- La gente como ella no cambia, Lydia.
***************
Cuando llegamos a la habitación Savannah no está, así que Tessa aprovecha para ducharse e irse a dormir antes de que ella vuelva. Yo decido ir a la lavandería a llevar la ropa sucia, hoy la lavandería de mi planta sí está llena de gente y no me siento tan desprotegida como la otra vez que estuve. Cuando vuelvo a la habitación me encuentro con Savannah que viene desde la otra dirección.
-Hola- Me saluda.
-Hola, ¿dónde estabas?
-Conociendo un poco el lugar- Sonríe.
Estoy dispuesta a abrir la puerta cuando veo un folleto en el suelo, me agacho y lo cojo.
-¿Qué es eso?- Me pregunta Savannah acercándose para leerlo.
-“Triángulo de las Bermudas, desapariciones inexplicables”- Leo.
-Vaya, siempre me ha fascinado ese mito- Savannah hace una mueca- Una pena que ya haya escogido mi proyecto, sino haría ese.
Pensé en la leyenda del Triángulo de las Bermudas. Era cierto que siempre había oído historias acerca de ese misterioso lugar del Atlántico, y también había visto alguna que otra película acerca del tema pero no me había parado a pensar en ello como un posible proyecto de carrera.
-Si no tienes idea de proyecto aún deberías hacerlo- Me anima Savannah- Es una buena historia.
****************
El resto de la semana pasa sin novedades. Caleb, Tessa y yo afianzamos cada vez más nuestra amistad, tanto que estoy empezando a pensar que algunas de las indirectas que me lanza Caleb van más allá de eso… Por otro lado está Savannah, a pesar de que intento que Tessa y ella hagan las paces no lo consigo, Savannah no es mala chica y me encantaría que las dos tuvieran una relación cordial, pero parece imposible, así que de momento si estoy con Tessa tengo que omitir a Savannah y viceversa. Luego está Dylan… No he vuelto a hablar con él desde ese día, me lo he cruzado y he coincidido con él en las clases pero no hemos vuelto a hablar y, por alguna extraña razón, cada vez siento más curiosidad acerca de por qué es como es y actúa como actúa.
-¿Qué haces?- Me pregunta Caleb. No me había dado cuenta de que había entrado en la sección de imprenta.
-Imprimir información para mi proyecto- Cojo los folios que salen por la impresora.
-¿Puedo verlos?
-Sí, claro- Entrecierro los ojos y lo miro- Es información confidencial, chaval.
Caleb se echa a reír y me sigue fuera de la estancia.
-¿Vienes a la cafetería?- Me pregunta- Tessa está allí.
-Sí, voy en un momento, antes tengo que dejar esto en el cuarto- Señalo los papeles.
-De acuerdo, nos vemos allí- Dice antes de marcharse.
Me doy la vuelta para ir a mi habitación y me encuentro frente a frente con Dylan. Es la primera vez que me lo encuentro desde aquel día y siento que el corazón se me acelera sin saber bien por qué. Su mirada pasa de mis ojos a los papeles que llevo en la mano, donde se detienen un momento y luego se abren de par en par antes de quitarme los papeles de las manos.
-¡Eh!- Me quejo intentando quitárselos, pero Dylan es más alto y alza el brazo para que no los alcance mientras los lee. Me niego a saltar y a quedar como una niñita- ¡Devuélvemelos! ¡Es información confidencial!- Prácticamente grito.
Cuando Dylan vuelve a mirarme no hay humor ni diversión en sus ojos, sino todo lo contrario: sorpresa y… ¿Temor?
-¿Qué es esto?- Me pregunta con voz alarmada.
-Mi proyecto del semestre- Digo cortante- Ahora devuélveme…
Antes de darme tiempo a acabar o a reaccionar, Dylan me coge la cara con una mano y me presiona con un poco de demasiada fuerza mientras se acerca para observarme detenidamente. ¿Qué narices le pasa? Dylan me inspecciona la cara como si estuviera buscando algo perdido, luego se detiene en mis ojos.
-¿Eres tú?- Me pregunta con voz incrédula y sorprendida.
¿Qué? ¿De qué está hablando?
-¡Suéltame!- Le exijo, no quiero tener que usar las tácticas que sé de defensa.
Dylan me suelta la cara pero me agarra el antebrazo con fuerza y observa su brazo y el mío como a la espera de que algo raro suceda. Noto que el brazo me arde ante la presión que ejerce y no puedo soportarlo más. Le doy un pisotón con todas mis fuerzas, luego le propino un codazo en el estómago haciendo que se doble sobre sí mismo y, por último, le propino un golpe en la nariz. Dylan me mira con una mezcla de emociones: sorpresa, incredulidad… Y algo más. El tiempo que tardo yo en pestañear es el tiempo que tarda Dylan en cogerme el brazo derecho, doblármelo detrás de la espalda y estamparme de cara a la pared, pegando su cuerpo a mi espalda y aprisionándome contra la pared. Soy consciente de que todo el mundo nos está mirando y me siento patética por haber dejado que me bloquee. Intento moverme, pero Dylan ejerce mayor presión sobre mi brazo y aguanto un grito de dolor. Noto que acerca su boca a mi oído y un escalofrío me recorre el cuerpo.
-¿Quién eres?- Dice con voz pausada en mi oreja.
-Soy la persona que va a hacer que seas incapaz de tener descendencia si no me sueltas- Amenazo intentando controlar la rabia y el dolor.
Al cabo de unos segundos, Dylan afloja la presión en mi brazo y me suelta. Me siento tentada de masajearme el brazo derecho, pero me niego a hacerlo, en lugar de eso me giro lentamente justo a tiempo para ver cómo Caleb irrumpe en el pasillo acompañado de Tessa.
-¡Eh, tío! ¡¿Qué coño pasa contigo?!- Caleb se acerca a Dylan y le da un empujón.
Dylan no vacila, sino que le da un puñetazo en la mandíbula que lo tira al suelo. Doy un respingo, sobresaltada y corro a agacharme al lado de Caleb que está sangrando por la boca.
-¡¿Qué demonios te pasa?!- Le grito a Dylan que nos mira jadeando y con los ojos lleno de ¿rabia? ¿Impotencia?
Dylan me dedica una última mirada antes de desaparecer por el pasillo entre el murmullo y las miradas de los demás.
-¿Estás bien?- Le pregunto a Caleb que está limpiándose la sangre con la mano.
-Sí…
Tessa, que hasta el momento seguía de pie a nuestro lado en shock, reacciona por fin y se agacha al otro lado de Caleb.
-Olvida todo lo que te dije en su día acerca de Dylan- Me dice Tessa- Es un cabrón.
****************
-¡Ah!- Se queja Caleb mientras le doy con un algodón mojado en alcohol en la herida. Dylan le ha roto el labio.
-Dylan es un bestia…-Digo mientras le vuelvo a dar con el algodón gastando cuidado.
-¿Qué ha pasado para que te atacara de esa manera?- Me pregunta Tessa, que está sujetando la lámpara cerca de la cara de Caleb para que pueda ver bien.
-No tengo ni idea- Digo sinceramente- Simplemente vio los papeles que llevaba y…- ¡Oh, no, mierda! ¡Los papeles!- Oh, mierda…
-¿Qué pasa?- Pregunta Caleb.
-Se me cayeron los papeles en el pasillo…Los necesito para seguir con el proyecto.
-Ve a buscarlos- Me dice Tessa mientras coge el algodón que tengo en la mano- Sigo yo.
Asiento y me marcho de la habitación en busca de mis papeles. ¿Los habrá cogido alguien? ¿Me habrán robado la idea? Suspiro aliviada al llegar al pasillo y encontrar los papeles rociados por el suelo. Me agacho y los recojo y, justo cuando me levanto, me encuentro con Savannah.
-Savannah- Digo un poco sobresaltada por la sorpresa- Qué sorpresa.
-Me he enterado de lo que ha pasado antes- El tono de voz de Savannah es sombrío y serio, poco usual en ella.
-Las noticias vuelan, ¿eh?
-Óyeme bien, Lydia- Savannah me agarra por los hombros y a su lado siento que empequeñezco, debido más que nada a la presión que ejercen sus dedos sobre mis hombros y a que me saca unos cuantos centímetros de estatura- Nunca, nunca jamás te acerques a Dylan ni dejes que él se acerque a ti.
-¿Qué?
-Hablo en serio- Sus ojos verdes me transmiten alarma y seriedad, ¿qué le pasa hoy a todo el mundo?- Si quieres seguir con tu vida tal y como hasta ahora, no dejes que se cruce en tu camino.