Capítulo 15: El funeral.
LYDIA
-¿No soy tu hermana?- Suena irreal ante mis propios oídos.
-¡No, claro que eres mi hermana, Lydia!- Los ojos de Thomas brillan debido a las lágrimas contenidas- ¡Esto no cambia nada!
-¿Entonces por qué lloras? Si esto no cambia nada, ¿por qué estás así?- Siento un fuerte pinchazo en el estómago que no me deja respirar.
-¡Porque nada de esto tiene sentido!- Thomas se levanta de golpe, desesperado- ¡Yo recuerdo ver a mamá embarazada! ¡Recuerdo cuando se fue al hospital…!- Se tapa la cara con las manos.
Me quedo callada sin decir nada… Primero la muerte de Tyler y ahora esto, parece que el mundo se está riendo de mi familia.
-¿Se lo han dicho a mamá?
Thomas asiente.
-La han tenido que sedar, ha tenido un ataque de ansiedad- Se apoya contra la pared.
No quiero pensar en mi madre, no quiero imaginarme cómo debe estar. Thomas se acaricia la barba de dos días que le empieza a crecer y me mira.
-Tú siempre serás mi hermana, Lydia…
Y entonces una segunda voz suena en mi cabeza: la de Tyler. Recuerdo el sueño que tuve anoche, Tyler diciéndome que pasara lo que pasara yo siempre sería su hermana, ¿se referiría a esto? ¿Cómo podría saberlo él?
-¿Qué vamos a hacer?- Pregunto.
-Yo no quiero hacer nada- Confiesa, cansado- ¿Qué más da que me digan ahora que no tenemos la misma sangre? ¿De qué sirve? Eso no cambia nada.
Asiento, pero mi mente está adormecida, no quiero darle más vueltas ni pensar en nada más. Miro a Thomas y veo que se está mordiendo las uñas…Hay algo más que no me ha dicho.
-¿Qué más?
-¿Qué?
-No te hagas el tonto, Thomas- Digo- ¿Qué más ha pasado?
Thomas suspira y se vuelve a sentar en la silla.
-Me conoces muy bien, ¿eh?- Intenta sonreír pero no le sale muy bien.
-Somos hermanos, ¿no?
Thomas me mira durante un momento y finalmente asiente.
-La transfusión se ha llevado a cabo de todas formas, encontraron dos sangres compatibles con la tuya.
Me quedo esperando que siga hablando.
-La primera persona era Caleb…-Frunce el ceño- Pero tu organismo ha rechazado la transfusión.
-¿Qué? ¿Es eso posible?
-La enfermera estaba tan sorprendida como todos nosotros- Dice recordando el momento- Entonces otra persona se ofreció voluntaria y…-Se encoge de hombros- Bueno, funcionó.
-¿Quién?- Pregunto a pesar de que en mi interior ya sé la respuesta.
-Dylan.
****************
Cuando salgo de la habitación todo me parece un sueño, pero al ver a Tessa aún vestida con la ropa negra vuelvo a la realidad: hay un funeral que llevar a cabo. Tessa me abraza y me pregunto si ella sabe la realidad sobre mi familia y yo, una parte de mi mente me regaña por hacer esa distinción: ELLOS SON MI FAMILIA.
-¿Estás mejor?
Asiento sin decir nada, no tengo ganas.
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Estamos en mitad del cementerio y el cura sigue hablando sin parar, pero yo ya no lo escucho. Miro a todas las personas que se han reunido allí, amigos y familiares que no he visto en mi vida le prestan apoyo a mi madre que se ha tenido que sentar en un banco porque no puede mantenerse en pie. No hemos hablado del tema de mi sangre todavía y espero que nunca lo hagamos, lo único que hicimos cuando nos vimos fue abrazarnos y llorar juntas. Me sorprendió verla como la vi, parecía que tenía cincuenta años por lo menos y pude apreciar en su pelo, que siempre había estado intacto, unas cuantas canas. Thomas está de pie al lado de mamá acariciándole la espalda a modo de consuelo. Yo, por otro lado, me encuentro más apartada de la multitud, justo detrás de Tessa que tiene ambas manos entrelazadas en su regazo. Caleb está a mi derecha, no hemos hablado desde que nos hemos encontramos a la entrada del cementerio y, la verdad es que tampoco siento que tengamos mucho de qué hablar.
El cura deja de hablar y mi hermano es el primero que se acerca al ataúd para depositar una rosa blanca, luego se acerca a mi madre y la ayuda a colocar la suya, ahora es mi turno. Siento la mirada de todos los allí presentes sobre mí mientras me acerco y coloco mi rosa, toco la madera del ataúd a la espera de sentir algo, pero sólo siento vacío, mi hermano no está ahí. Cuando vuelvo a mi sitio veo a Drew aparecer y colocarse al lado de Thomas. Siento que necesito largarme de allí, ya mismo la gente empezará a acercarse y a decirme cuánto lo siente y eso es lo último que quiero. Recuerdo las palabras de Dylan: “No tienes que hacer nada que no sientas” y entonces echo a andar hacia el exterior del cementerio.
-Eh, Lydia- Oigo la voz de Caleb tras de mí, pero yo no quiero hablar con nadie.
Echo a correr por las calles de Strife Hill sin rumbo fijo, ¿debo volver a la facultad? No, sería el primer sitio en el que me buscarían. Cuando siento que las piernas ya no me responden más decido parar y me doy cuenta de que estoy en la playa. Las personas que están allí ya están recogiendo para marcharse al igual que los últimos rayos de sol. Cuando se levantan y pasan por mi lado se quedan mirándome, sé la pinta que debo tener con un mono negro, manoletinas negras, una coleta mal peinada y cara demacrada. Me acerco a una de las palmeras más alejadas de la vista de la gente y me siento en la arena, simplemente quiero dejar la mente en blanco.
No sé cuánto tiempo paso allí, no quiero mirar el reloj, pero debe ser bastante porque el sol hace ya rato que se ha puesto y las estrellas iluminan la playa. Justo en ese momento anoche… Siento que me escuecen los ojos pero no voy a llorar, no, me prohíbo llorar.
-Te están buscando.
No me sorprende oír esa voz, de hecho me doy cuenta de que estaba esperando oírla.
-Lo sé- No me giro para mirarlo.
Dylan se sienta a mi lado y mira al horizonte.
-¿Cómo estás?
Sonrío.
-¿Sabes cuántas veces me han preguntado eso al cabo del día?- Frunzo el ceño- No sé lo que me pasa- Admito.
-Has pasado por mucho en las últimas cuarenta y ocho horas.
-No me refiero a lo que ha pasado- Niego con la cabeza- Sino a mí- Lo miro- Siento que algo no va bien conmigo.
Dylan no parece sorprenderse ante mis palabras.
-Gracias por tu sangre- Digo al ver que no dice nada- Y gracias por llevarme ayer a la enfermería…Y hoy también.
-Ojalá no tuvieras que darme las gracias por eso- Vuelve la vista al horizonte.
-¿Estabas preocupado?
Dylan me mira sin decir nada.
-La enfermera me dijo que estabas preocupado cuando me llevaste a la enfermería, ¿era verdad?
-Supongo que sí- Contesta al cabo de unos segundos de silencio.
-¿Por qué?
Dylan se encoge de hombros y no dice nada.
-¿Por qué actuaste así aquel día cuando viste mi proyecto?
Dylan tensa la mandíbula y pienso que no va a responder o que se va a levantar y se va a marchar dejándome allí sola, pero me sorprende al decir:
-No estaba en un buen día- Agacha la cabeza, avergonzado- Siento si te hice daño.
-Lo mismo digo.
Sonrío al recordar el puñetazo que le di en la nariz y el codazo del estómago. Dylan también sonríe y por primera vez en todo el día me olvido de los problemas.
-Quiero ir al médico- Confieso al cabo de un momento- Quiero hacerme pruebas, no quiero…-Suspiro- No quiero dejarlo pasar como si no me sucediera nada y que un buen día…-Dejo la frase en el aire.
Dylan suspira y frunce el ceño, como si estuviera luchando contra sí mismo para ver si me dice algo o no. Entonces la frase que me dijo Tyler en el sueño viene a mi mente: “Él tiene las respuestas”. ¿Se referiría a Dylan? ¿Qué clase de respuestas podría tener él? Pero por mucho que quiera negarlo, una parte de mí está segura de que Dylan sabe más de lo que dice.
-¿Tú sabes algo?- Entrecierro los ojos.
-¿Qué podría saber yo, pitufa?- Dylan sonríe con tristeza y yo no insisto, pero sé que me está mintiendo- ¿Quieres que te lleve a la facultad?
-No- Me apresuro a decir- No quiero volver aún.
Dylan asiente y no dice nada más.
-Aún tengo tu chaqueta- Digo al cabo de un momento.
-Quédatela- Dice sonriendo, pero pronto su sonrisa se desvanece- Lydia…- Dylan me coge por la barbilla y me obliga a mirarlo, ¿qué sucede? ¿Por qué hay alarma en sus ojos? ¿También preocupación?
Me llevo la mano a la nariz al notar algo caer sobre mi boca y me doy cuenta de que estoy sangrando..