Capítulo 14: ADN.
LYDIA
Otra vez esas luces de colores…Otra vez flotando. ¿Qué me está pasando? Siento una gran pesadez en los ojos que me impide abrirlos. Sé que estoy despierta y oigo voces a mi alrededor: una mujer, Tessa… ¡Thomas!
-¿Cómo que no saben lo que le sucede a mi hermana?
Quiero abrir los ojos y decirle a Thomas que estoy despierta, pero no puedo.
-Le hemos vuelto a realizar pruebas, pero todo está en orden- Habla la mujer, reconozco su voz como la de la enfermera que me atendió ayer.
-¡Una persona no se desmaya sin ninguna razón!- Thomas pierde el control de la voz.
-Estaba bien cuando la vi esta mañana- Comenta Tessa.
-Puede ser el estrés…
-¡Y una mierda el estrés!- Grita Thomas- ¡Acabamos de perder a nuestro hermano! ¡He tenido que darle unas pastillas a mi madre para que pueda descansar y deje de gritar y de llorar!- Hay dolor e impotencia en la voz de Thomas- ¡Así que quiero que me diga qué narices le pasa a mi hermana!
-Tommy…-Consigo balbucear sin abrir los ojos.
Se hace un momento de silencio y, seguidamente, unas manos se aferran a mis hombros con desesperación.
-Lydia…
Abro los ojos lentamente y me encuentro con la mirada azul de mi hermano. Dios…Está horrible.
-¿Cómo estás, Lydia?- Me pregunta la enfermera.
-No lo sé- Digo sinceramente.
-¿Te tomaste las vitaminas que te di ayer?
Mierda…Las vitaminas.
-Eh…
-Lo tomaré como un no- Dice por mí.
Siento que la cabeza se me va despejando y que poco a poco las fuerzas vuelven a mí, pero aún así siento que algo no va bien.
-¿Qué hora es?
-Las dos y media- Contesta Thomas.
-¿Las dos y media? Pero…
-No te preocupes- Me interrumpe- Lo hemos aplazado.
¿Qué lo han aplazado? ¿Cómo pueden haber aplazado el entierro de Tyler?
-¿Cuándo será?
-Dentro de unas horas.
-¿Y mamá?- Lo pregunto más que nada por hacer el papel, ya que he oído lo que le ha dicho a la enfermera.
-Está en tu cuarto dormida…
Asiento y me incorporo hasta quedar sentada.
-Será mejor que te quedes aquí una hora para comprobar que todo anda bien- Me aconseja la enfermera- Le vendría bien estar sola.
Tessa asiente y me dedica una sonrisa llena de tristeza.
-Llama si necesitas algo- Thomas me da un beso en la cabeza y luego él y Tessa se marchan seguidos de la enfermera.
No quiero decirlo en voz alta pero estoy segura de que estos desmayos no son debidos al estrés, hay algo más, algo que no son capaces de ver. Veo que hay un bote de vitaminas igual al que me dio la enfermera ayer y una botella de agua en la mesa, me levanto y me tomo una pastilla, necesito recuperar fuerzas.
-No puedes entrar- Dice una persona al otro lado de la ventana.
-¿Quieres que te parta la nariz también?- Reconozco esa voz: Es Dylan.
-Todo esto es culpa tuya- Ahora reconozco la primera voz que habló como la de Caleb- Le provocas jaqueca.
-¿Eres gilipollas de nacimiento o has ido practicando?
-Oye- Caleb está controlándose para no gritar- Thomas ha ido a ver a su madre y él y Tessa me han dejado bien claro que nadie puede entrar.
-Necesito hablar con ella- Hay urgencia en la voz de Dylan, ¿qué está pasando?
De pronto me da un ataque de tos y comienza a temblarme todo el cuerpo. Me agarro a la mesa para no caerme, tirando a mi paso varias cosas que hay sobre esta. La tos se hace más fuerte y me dejo caer al suelo acurrucándome contra una esquina mientras intento controlar el temblor de mi cuerpo. La puerta se abre de golpe y la primera persona que entra es Dylan.
-¡Lydia!- El primer lugar donde mira es en la cama, pero luego gira la vista y me ve- Hey…- Dylan se agacha a mi lado y me coge la cara con ambas manos.
No puedo parar de toser y siento que el pecho comienza a dolerme. Me llevo la mano a la boca para no toserle a Dylan en la cara. Por el rabillo del ojo veo que Caleb también ha entrado en la habitación.
-Llama a la enfermera- Le dice Dylan- ¡Corre!- Insiste al ver que Caleb no se mueve.
Caleb reacciona y sale de la habitación cerrando la puerta tras de sí.
-Vamos…-Caleb me coge en brazos y me tiende en la camilla.
Me da un ataque de tos mayor y me incorporo para toser mejor, pero cuando retiro la mano de mi boca veo que está llena de sangre. ¿Qué narices me está pasando? Miro a Dylan, cuya expresión es indescifrable. En ese momento, la puerta de la enfermería se abre y la enfermera entra seguida de Caleb.
-¿Qué…?- Se queda parada al ver mi estado- Debéis salir de aquí.
-¿Qué le sucede?- Pregunta Dylan controlando su voz.
-He dicho que…
-¡¿Qué le sucede?!- Grita.
La enfermera lo mira durante un momento y luego niega con la cabeza, ¿qué ha querido decir con eso? Luego coge una jeringuilla de un cajón y me busca una vena en el brazo.
-Espere, ¿qué está…?
-Tienes que dormir, Lydia- Eso es lo último que oigo antes de que el líquido haga efecto y me quede profundamente dormida.
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Abro los ojos y veo un montón de puntitos de colores a mi alrededor, me aprieto los párpados con fuerza con los dedos y los puntitos desaparecen. Sigo en la enfermería pero ahora no hay nadie allí. Intento incorporarme pero una fuerte punzada en el brazo derecho me lo impide, miro y veo que tengo un trozo de algodón pegado en el antebrazo. Me quito el algodón y veo dos pequeños pinchazos de color rojo, ¿qué me han hecho? En ese momento golpean la puerta.
-Adelante- Mi voz suena más estable de lo que yo creía.
Thomas entra y cierra la puerta tras de sí, parece más cansado que antes (si es que eso es posible).
-¿Cómo estás, chiquitina?
Me encojo de hombros. La verdad es que siento como si me hubieran dado una inyección de vida, pero no quiero hacerme ilusiones.
-Creo que mejor- Digo al fin.
Thomas se sienta en una silla que hay al lado de la camilla y que antes no estaba ahí.
-¿Cuánto tiempo llevo dormida?
-Dos horas- Thomas sonríe y me quita un mechón de pelo de la cara.
-¿Qué me han hecho?
-Una transfusión de sangre.
-¿Qué? ¿Por qué?
Thomas suspira y se encoge de hombros, luego junta las manos y se queda mirándolas un momento como si estuviera pensando las palabras apropiadas.
-Ni la sangre de mamá ni la mía eran compatibles con la tuya- Dice al fin.
No sé cómo interpretar eso, pero algo en la voz de Thomas me dice que la peor noticia viene ahora.
-Y…-La voz me tiembla debido al nerviosismo.
-Creo que deberías descansar…
-Thomas- Lo interrumpo- ¿Qué ha pasado? ¿Tengo algo malo? ¿Han…?
-No, no, no- Se apresura a contestar- Aún no saben lo que te pasa, pero…- Hace una pausa y entierra la cabeza en las manos, ¿qué es tan grave que no quiere decírmelo?- Nos han hecho pruebas a mamá y a mí.
-¿Y qué pasa?
-No se han encontrado coincidencias en el ADN- La voz le tiembla y los ojos se le llenan de lágrimas.
-¿Qué?- Mi voz apenas es un susurro.
Thomas se lleva una mano a la boca y desvía la mirada para evitar llorar. Yo, por otro lado, me quedo mirándolo en estado de shock mientras asimilo lo que me acaba de decir. ¿No hay coincidencias? Mi mente entiende lo que eso significa pero me niego a aceptarlo, no puede ser verdad, aunque eso explicaría muchas cosas, como el hecho de que no me parezca ni en el blanco de los ojos a mi familia…O la que creía que era mi familia biológica.