Capítulo
8.
Sylvia POV
Seguía dándole vueltas a lo que había dicho Emma mientras me dirigía al comedor para coger mi bandeja de comida. ¿Cómo había podido insinuar que entre Peter y yo podría haber algo más que amistad? Era absurdo… Saqué el móvil del bolsillo de mi rebeca y miré los what’s app. La última vez que había hablado con Peter había sido la noche anterior y me había asegurado que se encontraba bien.
-Buenas.
Me giré y me encontré cara a cara con Neal, que me estaba sonriendo.
-Lárgate- Le dije mientras avanzaba en la cola para coger la comida.
-¿Todavía sigues enfadada? Te recuerdo que el rarito es tu amigo, no yo.
Me giré para encararlo controlando la rabia que sentía.
-Déjalo en paz, Neal- Mi voz sonó afilada.
-Uh…-Neal se echó a reír- ¿Qué eres? ¿Su protectora?
-Su mejor amiga.
-Sería interesante ver si es capaz de repetir lo que hizo el otro día, o quizás ver si quiera si es capaz de defenderse- Soltó una risa.
Di un golpe con la bandeja en la mesa y todas las personas que estaban a nuestro alrededor se giraron para mirarnos, sorprendidos. Sentía la piel arderme debido a la ira que sentía hacia Neal.
-Si no te largas, gritaré que me estás acosando- Lo amenacé.
Neal me miró y debió ver algo en mi rostro que le gustó. Sonrió e hizo una inclinación de cabeza antes de marcharse. Respiré hondo y cogí mi bandeja ya llena de comida mientras me dirigía a una mesa que había vacía en la cafetería. Me llevé ambas manos a la cabeza intentando calmarme, sentía que la cabeza me ardía por dentro y me pregunté si me había entrado fiebre. Me toqué la frente pero la temperatura de mi mano era igual a la de la frente.
-Sylvia…
Alcé la cabeza y vi a Hayley de pie a mi lado.
-¿Te encuentras bien?
-Sí…-Mi voz apenas fue audible. Sentía la boca seca y gotas de sudor habían comenzado a caerme por la frente- Sólo estoy cansada- Cogí la botella de agua de la bandeja y bebí un poco, pero no calmó mi sed.
-Oye- Hayley dejó su bandeja en la mesa- No tienes buena cara- Pude ver la preocupación en la mirada de Hayley.
-Estoy bien- Cerré los ojos y respiré hondo.
-Deberías ir a la enfermería, Sylvia- Me aconsejó.
-No hace falta…- Respiré hondo de nuevo para tranquilizarme.
Hayley acercó su mano a mi frente y la retiró rápidamente.
-¡Estás ardiendo, Sylvia! ¡Vamos a la enfermería!- Me cogió del brazo y me levantó del asiento.
-¡He dicho que estoy bien!- No pretendía gritar, pero no pude evitarlo.
Hayley me miró, sorprendida. Sabía que lo estaba haciendo para ayudarme, pero no me encontraba bien, me sentía rara. Estaba segura de que había algo dentro de mí que no iba bien.
-¿Qué pasa aquí?- Emma llegó hasta nosotras, acompañada de Jeremy- ¡Dios, Sylvia! ¿Estás bien?
No sabía qué estaban viendo, pero sin duda reflejaba exactamente cómo me sentía. Noté que los pulmones comenzaban a arderme, apenas podía respirar.
-No…-Intenté hablar- No puedo…- Hice un esfuerzo por hablar- Respirar.
Tras terminar de decir la frase noté que las piernas me flaqueaban y que caía, pero antes de tocar el suelo, unos brazos me cogieron. Cerré los ojos con fuerza intentando respirar, pero me resultaba imposible.
-¿Es esa Sylvia?- Reconocí la voz de Mandy.
-¡Busca a alguien de la enfermería, Mandy!- Gritó Emma.
Noté que el cuerpo me ardía y comencé a tener espasmos. La persona que me había sujetado me apretó con fuerza.
-¡Hayley, avisa a Vanessa!- La persona que me había sujetado habló y entonces supe que se trataba de Jeremy.
Noté un fuerte dolor en el pecho y me agarré con fuerza al cuello de la camisa de Jeremy mientras abría los ojos de golpe. No sé qué fue lo que vio Jeremy en mis ojos, pero me miró con una expresión clara de horror.
-Ayúdame…- Mi voz apenas fue audible.
Jeremy abrió la boca pero no llegó a contestar porque el cuello de su camisa había comenzado a arder. Una llama de fuego había aparecido justo en el lugar donde lo tenía agarrado. Jeremy gritó y me soltó de golpe, haciendo que cayera al suelo. La gente a nuestro alrededor se apartó, asustada. Entonces, Vincent se abrió paso entre la gente y cogió mi botella de agua para echársela por encima a Jeremy, apagando así el fuego.
-¡¿Qué demonios ha pasado aquí?!- La voz aguda de Vanessa resonó desde la puerta del comedor.
-¡Apartad!- Reconocí la voz de Peter alzarse entre las demás y en cuestión de segundos estaba en mi campo de visión mirándome con una mezcla de miedo y preocupación evidentes- Sysi…- Se agachó a mi lado y me abrazó con fuerza- Estás ardiendo…
-No sé qué me pasa, Peter…-Notaba mi voz cansada.
-Tranquila- Me calmó- Te pondrás bien.
Eso fue lo último que oí antes de sumirme en un profundo sueño.
*****************
Sentía todo el cuerpo adormilado y apenas podía moverme, era como si una locomotora me hubiera pasado por encima. Abrí los ojos con gran esfuerzo y pestañeé varias veces para acostumbrarme a la luz. Me encontraba en una habitación con las paredes totalmente blancas. Giré un poco la cabeza y vi varias camillas a mi lado y justamente yo me encontraba tendida en una. Entonces me di cuenta de que ese lugar debía ser la enfermería. Me incorporé haciendo una mueca y apoyé la espalda contra la pared. Recordaba todo lo que había pasado, pero parecía que había sido un sueño, no podía ser verdad que…
En ese momento la puerta de la habitación se abrió y unos ojos azules me miraron con preocupación.
-¿Cómo te encuentras?- Peter se acercó hasta la camilla y se sentó a mi lado.
-Como si estuviera drogada- Intenté sonreír, pero sólo me salió una extraña mueca- Siento el cuerpo adormilado.
-Todo el mundo está muy alterado, no entienden qué ha pasado.
-¿Acaso tú sí?
Peter se encogió de hombros.
-Pienso que te ha sucedido algo similar a lo que me ocurrió a mí, aunque no sé por qué.
Suspiré con fuerza.
-Tú casi le congelas el cuello a Neal y yo casi achicharro vivo a Jeremy- Dicho así sonaba a broma.
-Lo he contado.
Miré a Peter sin saber bien a lo que se refería.
-Conté lo que le hice a Neal.
-¿Qué?- Mi voz se elevó- ¿Por qué hiciste eso?
-Cuando te vi allí tirada en el comedor…-Peter buscó las palabras adecuadas- No podía dejar que pasaras por esto sola.
Miré a Peter un momento y le sonreí. ¿Cómo podía ser tan buen amigo? No sabía qué haría sin él. Peter me cogió la mano y me la apretó de manera reconfortante.
-Estamos en esto juntos, ¿vale?
-Vale…
-Sylvia…
Peter y yo miramos hacia la puerta y nos encontramos con Vanessa.
-¿Estás mejor?
Asentí.
-Pues tenéis que venir al pabellón, todo el instituto espera.
*****************
Cuando entramos en el pabellón nos encontramos con todos los alumnos sentados y hablando entre ellos, pero cuando nos vieron entrar detrás de Vanessa, se callaron de golpe. Me puse nerviosa, notaba la mirada de todos sobre Peter y sobre mí. Peter y yo vimos a Hayley, Emma y Jeremy, que nos hicieron una seña para que nos acercáramos y nos sentáramos con ellos.
-¿Cómo estás?- Me preguntó Hayley en cuanto nos sentamos.
-Mejor- Contesté.
-Nos has dado un susto de muerte- Dijo Emma.
Miré a Jeremy, que me sonreía cálidamente y sentí una punzada de arrepentimiento y culpabilidad.
-Jeremy, siento mucho…-Empecé a decir.
-No te preocupes- Me cortó- Lo que importa es que estés bien.
Miré a los tres y por el rabillo del ojo atisbé a Neal, que nos observaba desde tres asientos más atrás.
-¿No pensáis que somos bichos raros?
-A Peter lo consideramos un héroe- Jeremy rió al decirlo- No soportamos a Neal.
Peter rió con él.
-Nadie piensa que seáis raros- Dijo Hayley.
La miré confundida, ¿cómo es que nadie pensaba que un chico que casi congela a un compañero y otra chica que casi quema vivo a otro no son raros?
-¿Cómo es que nadie lo piensa?- Ahí estaba Peter otra vez haciendo la pregunta que yo me formulaba por dentro.
-Ahora lo veréis- Contestó Emma- Hay muchas cosas que tenéis que saber.
Sylvia POV
Seguía dándole vueltas a lo que había dicho Emma mientras me dirigía al comedor para coger mi bandeja de comida. ¿Cómo había podido insinuar que entre Peter y yo podría haber algo más que amistad? Era absurdo… Saqué el móvil del bolsillo de mi rebeca y miré los what’s app. La última vez que había hablado con Peter había sido la noche anterior y me había asegurado que se encontraba bien.
-Buenas.
Me giré y me encontré cara a cara con Neal, que me estaba sonriendo.
-Lárgate- Le dije mientras avanzaba en la cola para coger la comida.
-¿Todavía sigues enfadada? Te recuerdo que el rarito es tu amigo, no yo.
Me giré para encararlo controlando la rabia que sentía.
-Déjalo en paz, Neal- Mi voz sonó afilada.
-Uh…-Neal se echó a reír- ¿Qué eres? ¿Su protectora?
-Su mejor amiga.
-Sería interesante ver si es capaz de repetir lo que hizo el otro día, o quizás ver si quiera si es capaz de defenderse- Soltó una risa.
Di un golpe con la bandeja en la mesa y todas las personas que estaban a nuestro alrededor se giraron para mirarnos, sorprendidos. Sentía la piel arderme debido a la ira que sentía hacia Neal.
-Si no te largas, gritaré que me estás acosando- Lo amenacé.
Neal me miró y debió ver algo en mi rostro que le gustó. Sonrió e hizo una inclinación de cabeza antes de marcharse. Respiré hondo y cogí mi bandeja ya llena de comida mientras me dirigía a una mesa que había vacía en la cafetería. Me llevé ambas manos a la cabeza intentando calmarme, sentía que la cabeza me ardía por dentro y me pregunté si me había entrado fiebre. Me toqué la frente pero la temperatura de mi mano era igual a la de la frente.
-Sylvia…
Alcé la cabeza y vi a Hayley de pie a mi lado.
-¿Te encuentras bien?
-Sí…-Mi voz apenas fue audible. Sentía la boca seca y gotas de sudor habían comenzado a caerme por la frente- Sólo estoy cansada- Cogí la botella de agua de la bandeja y bebí un poco, pero no calmó mi sed.
-Oye- Hayley dejó su bandeja en la mesa- No tienes buena cara- Pude ver la preocupación en la mirada de Hayley.
-Estoy bien- Cerré los ojos y respiré hondo.
-Deberías ir a la enfermería, Sylvia- Me aconsejó.
-No hace falta…- Respiré hondo de nuevo para tranquilizarme.
Hayley acercó su mano a mi frente y la retiró rápidamente.
-¡Estás ardiendo, Sylvia! ¡Vamos a la enfermería!- Me cogió del brazo y me levantó del asiento.
-¡He dicho que estoy bien!- No pretendía gritar, pero no pude evitarlo.
Hayley me miró, sorprendida. Sabía que lo estaba haciendo para ayudarme, pero no me encontraba bien, me sentía rara. Estaba segura de que había algo dentro de mí que no iba bien.
-¿Qué pasa aquí?- Emma llegó hasta nosotras, acompañada de Jeremy- ¡Dios, Sylvia! ¿Estás bien?
No sabía qué estaban viendo, pero sin duda reflejaba exactamente cómo me sentía. Noté que los pulmones comenzaban a arderme, apenas podía respirar.
-No…-Intenté hablar- No puedo…- Hice un esfuerzo por hablar- Respirar.
Tras terminar de decir la frase noté que las piernas me flaqueaban y que caía, pero antes de tocar el suelo, unos brazos me cogieron. Cerré los ojos con fuerza intentando respirar, pero me resultaba imposible.
-¿Es esa Sylvia?- Reconocí la voz de Mandy.
-¡Busca a alguien de la enfermería, Mandy!- Gritó Emma.
Noté que el cuerpo me ardía y comencé a tener espasmos. La persona que me había sujetado me apretó con fuerza.
-¡Hayley, avisa a Vanessa!- La persona que me había sujetado habló y entonces supe que se trataba de Jeremy.
Noté un fuerte dolor en el pecho y me agarré con fuerza al cuello de la camisa de Jeremy mientras abría los ojos de golpe. No sé qué fue lo que vio Jeremy en mis ojos, pero me miró con una expresión clara de horror.
-Ayúdame…- Mi voz apenas fue audible.
Jeremy abrió la boca pero no llegó a contestar porque el cuello de su camisa había comenzado a arder. Una llama de fuego había aparecido justo en el lugar donde lo tenía agarrado. Jeremy gritó y me soltó de golpe, haciendo que cayera al suelo. La gente a nuestro alrededor se apartó, asustada. Entonces, Vincent se abrió paso entre la gente y cogió mi botella de agua para echársela por encima a Jeremy, apagando así el fuego.
-¡¿Qué demonios ha pasado aquí?!- La voz aguda de Vanessa resonó desde la puerta del comedor.
-¡Apartad!- Reconocí la voz de Peter alzarse entre las demás y en cuestión de segundos estaba en mi campo de visión mirándome con una mezcla de miedo y preocupación evidentes- Sysi…- Se agachó a mi lado y me abrazó con fuerza- Estás ardiendo…
-No sé qué me pasa, Peter…-Notaba mi voz cansada.
-Tranquila- Me calmó- Te pondrás bien.
Eso fue lo último que oí antes de sumirme en un profundo sueño.
*****************
Sentía todo el cuerpo adormilado y apenas podía moverme, era como si una locomotora me hubiera pasado por encima. Abrí los ojos con gran esfuerzo y pestañeé varias veces para acostumbrarme a la luz. Me encontraba en una habitación con las paredes totalmente blancas. Giré un poco la cabeza y vi varias camillas a mi lado y justamente yo me encontraba tendida en una. Entonces me di cuenta de que ese lugar debía ser la enfermería. Me incorporé haciendo una mueca y apoyé la espalda contra la pared. Recordaba todo lo que había pasado, pero parecía que había sido un sueño, no podía ser verdad que…
En ese momento la puerta de la habitación se abrió y unos ojos azules me miraron con preocupación.
-¿Cómo te encuentras?- Peter se acercó hasta la camilla y se sentó a mi lado.
-Como si estuviera drogada- Intenté sonreír, pero sólo me salió una extraña mueca- Siento el cuerpo adormilado.
-Todo el mundo está muy alterado, no entienden qué ha pasado.
-¿Acaso tú sí?
Peter se encogió de hombros.
-Pienso que te ha sucedido algo similar a lo que me ocurrió a mí, aunque no sé por qué.
Suspiré con fuerza.
-Tú casi le congelas el cuello a Neal y yo casi achicharro vivo a Jeremy- Dicho así sonaba a broma.
-Lo he contado.
Miré a Peter sin saber bien a lo que se refería.
-Conté lo que le hice a Neal.
-¿Qué?- Mi voz se elevó- ¿Por qué hiciste eso?
-Cuando te vi allí tirada en el comedor…-Peter buscó las palabras adecuadas- No podía dejar que pasaras por esto sola.
Miré a Peter un momento y le sonreí. ¿Cómo podía ser tan buen amigo? No sabía qué haría sin él. Peter me cogió la mano y me la apretó de manera reconfortante.
-Estamos en esto juntos, ¿vale?
-Vale…
-Sylvia…
Peter y yo miramos hacia la puerta y nos encontramos con Vanessa.
-¿Estás mejor?
Asentí.
-Pues tenéis que venir al pabellón, todo el instituto espera.
*****************
Cuando entramos en el pabellón nos encontramos con todos los alumnos sentados y hablando entre ellos, pero cuando nos vieron entrar detrás de Vanessa, se callaron de golpe. Me puse nerviosa, notaba la mirada de todos sobre Peter y sobre mí. Peter y yo vimos a Hayley, Emma y Jeremy, que nos hicieron una seña para que nos acercáramos y nos sentáramos con ellos.
-¿Cómo estás?- Me preguntó Hayley en cuanto nos sentamos.
-Mejor- Contesté.
-Nos has dado un susto de muerte- Dijo Emma.
Miré a Jeremy, que me sonreía cálidamente y sentí una punzada de arrepentimiento y culpabilidad.
-Jeremy, siento mucho…-Empecé a decir.
-No te preocupes- Me cortó- Lo que importa es que estés bien.
Miré a los tres y por el rabillo del ojo atisbé a Neal, que nos observaba desde tres asientos más atrás.
-¿No pensáis que somos bichos raros?
-A Peter lo consideramos un héroe- Jeremy rió al decirlo- No soportamos a Neal.
Peter rió con él.
-Nadie piensa que seáis raros- Dijo Hayley.
La miré confundida, ¿cómo es que nadie pensaba que un chico que casi congela a un compañero y otra chica que casi quema vivo a otro no son raros?
-¿Cómo es que nadie lo piensa?- Ahí estaba Peter otra vez haciendo la pregunta que yo me formulaba por dentro.
-Ahora lo veréis- Contestó Emma- Hay muchas cosas que tenéis que saber.