Capítulo
23
Sylvia POV
-No…- Sin ser apenas consciente, me levanté a trompicones del asiento y comencé a andar hacia atrás. Esa mujer no podía ser Victoria, ¡no podía serlo!- No es cierto…- ¿Había conocido a Victoria todo ese tiempo y no lo sabía?
-Sylvia, tranquilízate- Victoria se levantó pero se quedó quieta mirándome- Lo que te han contado de mí no es verdad.
-¿Qué parte? ¿La de que eres cruel y despiadada? ¿O la de que preferiste el poder al amor?
Victoria sonrió, pero no fue una sonrisa inquietante o escalofriante como yo pensé, sino cálida y llena de tristeza.
-Ellos cuentan la historia como la vivieron, pero ¿qué hay de mí?- Victoria rodeó la mesa y comenzó a acercarse a mí, pero al ver que me ponía tensa, se detuvo- ¿Alguna vez alguien se ha molestado en preguntarme a mí qué fue lo que pasó? No…Todos prefieren creer la historia de Edward Keller antes que la mía.
-Sabías quiénes éramos Peter y yo desde el principio, sabías que su padre era el chico hielo y aún así nos trataste como si estuviéramos locos.
-No- Se apresuró a decir- Jamás os traté como locos, simplemente hice mi trabajo, escuchar a dos muchachos que habían vivido una experiencia traumática.
Me quedé mirándola un momento sin decir nada.
-Tengo que marcharme de aquí- Cogí mi bolso y me dirigí a la puerta- No debería estar hablando contigo.
-Puedo ayudarte.
Me paré en seco justo cuando iba a coger el pomo de la puerta.
-Puedo ayudarte a controlar tu poder.
Me giré y la miré detenidamente. Estaba calmada, como si de verdad estuviera segura de lo que estaba diciendo. ¿Podría ser que Victoria no fuera tan cruel como Sarah y Edward habían dicho? Pensé en todo lo que habían dicho y hecho, a fin de cuentas ellos habían sido los que habían intentado separarnos a Peter y a mí, y también me habían echado del centro una semana. En cambio, ¿qué había hecho Victoria? Nada. Todo lo que sabíamos de ella había sido a través de otras versiones.
-¿Lo dices en serio?- Pregunté al final.
-Muy en serio- La seriedad en su rostro me hizo darme cuenta de que estaba diciendo la verdad.
Dejé el bolso encima de la mesa y me acerqué a Victoria.
-Antes quiero que me respondas a unas preguntas.
-Lo que sea.
-¿Prometes que me dirás la verdad?
-Te lo prometo, Sylvia.
Respiré hondo decidiendo por dónde quería empezar.
-¿Cuál es la finalidad de toda esta profecía?
-¿No os lo han dicho ya Sarah y Edward?- Victoria alzó las cejas, sorprendida.
-Sí, pero…
-No te fías- Terminó la frase por mí.
Yo asentí.
-Pues…- Victoria se cruzó de brazos y se apoyó en la mesa de su despacho- La única finalidad que tiene es que sólo quede un bando en pie.
-¿Por qué?
Victoria se encogió de hombros.
-¿Y no hay manera de romper esa profecía?
-No lo sé…Supongo que sí, pero no sé cómo.
-¿Qué pasaría si rompiéramos la profecía?
-No puedo saber eso, Sylvia, no veo el futuro- Se encogió de hombros- Pero de todas formas dudo mucho que podáis romper la profecía. No sabéis cómo hacerlo.
-¿Tú sí?
Victoria se echó a reír y eso me molestó.
-Si ninguno de los dos lucha contra el otro el día del próximo eclipse lunar…
-Espera, espera, espera- La interrumpí- ¿Qué has dicho?
-Que si ninguno de los dos lucha…
-No, la otra parte.
-¿La del eclipse?
Asentí.
Victoria me miró durante un momento y pareció comprender algo que la hizo sonreír y entrecerrar los ojos.
-No os lo han dicho, ¿cierto? La batalla será durante el próximo eclipse lunar, que mira tú por dónde, es dentro de tres semanas.
Me quedé sin respiración. ¿Qué acababa de decir?
-No puedo creer que no lo sepáis- Victoria parecía realmente sorprendida- La cuestión no es cuándo será la batalla, Sylvia, sino cómo parar lo que se avecina- Suspiró- Y la única manera es que ninguno de los dos luche.
-No lo haremos- Afirmé.
-Sí que lo haréis- Victoria parecía muy segura- Uno de los dos lo hará.
-Yo no pienso matar a Peter y sé que él tampoco a mí.
-Sobreestimáis vuestro amor, Sylvia- Victoria parecía cansada- Hay cosas más grandes que vosotros y una de ellas es vuestra ansia de poder, es algo incontrolable.
-Pero tú me vas a ayudar a controlarlo.
-Sí- Asintió- Pero eso no significa que no vayas a caer ante la sensación de ser poderosa.
-No lo haré- Lo dije en voz alta para convencerme a mí misma más que a ella- Y él tampoco…
-Eso espero- Victoria dio una palmada para cambiar de tema- Pero bueno, será mejor que empecemos a practicar, ¿no crees?
-¿Aquí?- Abrí los ojos como platos.
-No- Victoria se echó a reír- Te veo esta tarde en mi casa, recuerdas dónde estaba ¿verdad?
Asentí. Peter y yo habíamos ido ahí una de las sesiones porque su despacho estaba en obras.
-Perfecto.
*****************
Entrenar con Victoria resultó ser de lo más interesante. En una tarde aprendí a hacer cosas que ni imaginaba que fuera capaz de hacer, y verla a ella en acción era increíble. Yo quería tener ese poder que tenía ella, esa agilidad con el fuego… Creaba aros y aros de fuego que arrojaba contra una tabla de madera que colgaba en la pared de su garaje. Por otra parte, yo sólo era capaz de lanzar pequeñas bolas de fuego. La verdad es que Victoria me ayudó bastante a desarrollar mi poder, y no sólo ese día, sino el día siguiente y el siguiente… Sin darme cuenta habían pasado ya cinco días y dentro de dos volvería al centro. Hablaba con Peter todas las noches, pero no le había mencionado a Victoria y no sabía bien por qué, quise convencerme de que era para no preocuparlo, ya se lo diría en persona cuando pudiera demostrarle el control que tenía sobre mi poder. Pero algo extraño sucedió el quinto día, Peter no contestó, se había conectado y leído mis mensajes pero no respondía. Intenté no darle importancia y el sábado me fui al cine con mis padres e intenté olvidarme de todo por un día. Cuando volví miré si tenía algún mensaje de Peter, pero no había nada. Volví a hablarle e, igual que el día anterior, se conectó y no respondió. ¿Qué mierda le pasaba? ¿Estaba ocupado? ¿Tan ocupado estaba que no podía tomarse un segundo para contestar? Apagué el móvil, cabreada…Y esa noche tuve pesadillas.
Era la noche de Halloween, estaba recordando lo sucedido aquel día pero era como si lo viviera en tercera persona. Podía verme a mí misma horrorizada ante la visión de los cuerpos inertes de mis amigos y volví a sentir la misma impotencia y el mismo dolor que aquel día, quería gritar y quería despertarme pero no podía. Sólo quedábamos Peter, Jocelyn y yo, sabía la escena que venía a continuación. Miré hacia la derecha a la espera de que saliera disparado el mueble que aplastaría a Peter y que causaría la muerte de Jocelyn, y en cuestión de segundos eso pasó, pero algo nuevo captó mi atención. Era un rápido destello rojo brillando en la oscuridad de la habitación, entrecerré los ojos para mirar mejor, pero el destello ya no estaba. Oía la voz de Peter diciendo que nos marcháramos, pero mi mente estaba en shock… Alguien más había estado allí aquella noche.
Me desperté sudando, ¿había sido sólo un sueño? ¿O era un recuerdo? Miré el reloj de mi mesita que marcaba las once de la mañana. Me incorporé y me estiré antes de encender el móvil, cuando éste terminó de cargar apareció un What’s app de Emma en la pantalla:
-Sylvia, lo primero que tengo que decirte y pedirte es que no te asustes por lo que te voy a decir- Mal empezábamos- Y lo segundo es el hecho por el que no deberías asustarte…Peter está de nuevo en la enfermería.
Sentí que se me helaba la sangre…
-No puedo contarte nada más por aquí porque no quiero que te de un patatús o que eches a arder tu casa, pero créeme si te digo que Sarah nos ha dicho que Peter está estable y recuperándose. Mañana te lo explicaré todo.
El móvil me tembló en las manos. Peter estaba de nuevo en la enfermería… ¿Le había dado otro ataque? ¿Por qué? ¿Acaso su padre y Sarah lo habían vuelto a enfadar? ¿Se había alterado? Cerré los ojos y respiré hondo. Esa era la razón por la que no me había contestado los dos días anteriores... Me sentí fatal y me odié a mí misma por la estúpida reacción que había tenido al pensar que no quería hablar conmigo, aunque él sí que se había conectado, ¿cómo era posible si estaba en la enfermería? Seguramente su padre cogió su móvil. Dejé el móvil encima de la mesa e intenté calmarme. Si Emma me había dicho que Peter estaba mejor, debía creerla, ella no me mentiría ¿no?
Sylvia POV
-No…- Sin ser apenas consciente, me levanté a trompicones del asiento y comencé a andar hacia atrás. Esa mujer no podía ser Victoria, ¡no podía serlo!- No es cierto…- ¿Había conocido a Victoria todo ese tiempo y no lo sabía?
-Sylvia, tranquilízate- Victoria se levantó pero se quedó quieta mirándome- Lo que te han contado de mí no es verdad.
-¿Qué parte? ¿La de que eres cruel y despiadada? ¿O la de que preferiste el poder al amor?
Victoria sonrió, pero no fue una sonrisa inquietante o escalofriante como yo pensé, sino cálida y llena de tristeza.
-Ellos cuentan la historia como la vivieron, pero ¿qué hay de mí?- Victoria rodeó la mesa y comenzó a acercarse a mí, pero al ver que me ponía tensa, se detuvo- ¿Alguna vez alguien se ha molestado en preguntarme a mí qué fue lo que pasó? No…Todos prefieren creer la historia de Edward Keller antes que la mía.
-Sabías quiénes éramos Peter y yo desde el principio, sabías que su padre era el chico hielo y aún así nos trataste como si estuviéramos locos.
-No- Se apresuró a decir- Jamás os traté como locos, simplemente hice mi trabajo, escuchar a dos muchachos que habían vivido una experiencia traumática.
Me quedé mirándola un momento sin decir nada.
-Tengo que marcharme de aquí- Cogí mi bolso y me dirigí a la puerta- No debería estar hablando contigo.
-Puedo ayudarte.
Me paré en seco justo cuando iba a coger el pomo de la puerta.
-Puedo ayudarte a controlar tu poder.
Me giré y la miré detenidamente. Estaba calmada, como si de verdad estuviera segura de lo que estaba diciendo. ¿Podría ser que Victoria no fuera tan cruel como Sarah y Edward habían dicho? Pensé en todo lo que habían dicho y hecho, a fin de cuentas ellos habían sido los que habían intentado separarnos a Peter y a mí, y también me habían echado del centro una semana. En cambio, ¿qué había hecho Victoria? Nada. Todo lo que sabíamos de ella había sido a través de otras versiones.
-¿Lo dices en serio?- Pregunté al final.
-Muy en serio- La seriedad en su rostro me hizo darme cuenta de que estaba diciendo la verdad.
Dejé el bolso encima de la mesa y me acerqué a Victoria.
-Antes quiero que me respondas a unas preguntas.
-Lo que sea.
-¿Prometes que me dirás la verdad?
-Te lo prometo, Sylvia.
Respiré hondo decidiendo por dónde quería empezar.
-¿Cuál es la finalidad de toda esta profecía?
-¿No os lo han dicho ya Sarah y Edward?- Victoria alzó las cejas, sorprendida.
-Sí, pero…
-No te fías- Terminó la frase por mí.
Yo asentí.
-Pues…- Victoria se cruzó de brazos y se apoyó en la mesa de su despacho- La única finalidad que tiene es que sólo quede un bando en pie.
-¿Por qué?
Victoria se encogió de hombros.
-¿Y no hay manera de romper esa profecía?
-No lo sé…Supongo que sí, pero no sé cómo.
-¿Qué pasaría si rompiéramos la profecía?
-No puedo saber eso, Sylvia, no veo el futuro- Se encogió de hombros- Pero de todas formas dudo mucho que podáis romper la profecía. No sabéis cómo hacerlo.
-¿Tú sí?
Victoria se echó a reír y eso me molestó.
-Si ninguno de los dos lucha contra el otro el día del próximo eclipse lunar…
-Espera, espera, espera- La interrumpí- ¿Qué has dicho?
-Que si ninguno de los dos lucha…
-No, la otra parte.
-¿La del eclipse?
Asentí.
Victoria me miró durante un momento y pareció comprender algo que la hizo sonreír y entrecerrar los ojos.
-No os lo han dicho, ¿cierto? La batalla será durante el próximo eclipse lunar, que mira tú por dónde, es dentro de tres semanas.
Me quedé sin respiración. ¿Qué acababa de decir?
-No puedo creer que no lo sepáis- Victoria parecía realmente sorprendida- La cuestión no es cuándo será la batalla, Sylvia, sino cómo parar lo que se avecina- Suspiró- Y la única manera es que ninguno de los dos luche.
-No lo haremos- Afirmé.
-Sí que lo haréis- Victoria parecía muy segura- Uno de los dos lo hará.
-Yo no pienso matar a Peter y sé que él tampoco a mí.
-Sobreestimáis vuestro amor, Sylvia- Victoria parecía cansada- Hay cosas más grandes que vosotros y una de ellas es vuestra ansia de poder, es algo incontrolable.
-Pero tú me vas a ayudar a controlarlo.
-Sí- Asintió- Pero eso no significa que no vayas a caer ante la sensación de ser poderosa.
-No lo haré- Lo dije en voz alta para convencerme a mí misma más que a ella- Y él tampoco…
-Eso espero- Victoria dio una palmada para cambiar de tema- Pero bueno, será mejor que empecemos a practicar, ¿no crees?
-¿Aquí?- Abrí los ojos como platos.
-No- Victoria se echó a reír- Te veo esta tarde en mi casa, recuerdas dónde estaba ¿verdad?
Asentí. Peter y yo habíamos ido ahí una de las sesiones porque su despacho estaba en obras.
-Perfecto.
*****************
Entrenar con Victoria resultó ser de lo más interesante. En una tarde aprendí a hacer cosas que ni imaginaba que fuera capaz de hacer, y verla a ella en acción era increíble. Yo quería tener ese poder que tenía ella, esa agilidad con el fuego… Creaba aros y aros de fuego que arrojaba contra una tabla de madera que colgaba en la pared de su garaje. Por otra parte, yo sólo era capaz de lanzar pequeñas bolas de fuego. La verdad es que Victoria me ayudó bastante a desarrollar mi poder, y no sólo ese día, sino el día siguiente y el siguiente… Sin darme cuenta habían pasado ya cinco días y dentro de dos volvería al centro. Hablaba con Peter todas las noches, pero no le había mencionado a Victoria y no sabía bien por qué, quise convencerme de que era para no preocuparlo, ya se lo diría en persona cuando pudiera demostrarle el control que tenía sobre mi poder. Pero algo extraño sucedió el quinto día, Peter no contestó, se había conectado y leído mis mensajes pero no respondía. Intenté no darle importancia y el sábado me fui al cine con mis padres e intenté olvidarme de todo por un día. Cuando volví miré si tenía algún mensaje de Peter, pero no había nada. Volví a hablarle e, igual que el día anterior, se conectó y no respondió. ¿Qué mierda le pasaba? ¿Estaba ocupado? ¿Tan ocupado estaba que no podía tomarse un segundo para contestar? Apagué el móvil, cabreada…Y esa noche tuve pesadillas.
Era la noche de Halloween, estaba recordando lo sucedido aquel día pero era como si lo viviera en tercera persona. Podía verme a mí misma horrorizada ante la visión de los cuerpos inertes de mis amigos y volví a sentir la misma impotencia y el mismo dolor que aquel día, quería gritar y quería despertarme pero no podía. Sólo quedábamos Peter, Jocelyn y yo, sabía la escena que venía a continuación. Miré hacia la derecha a la espera de que saliera disparado el mueble que aplastaría a Peter y que causaría la muerte de Jocelyn, y en cuestión de segundos eso pasó, pero algo nuevo captó mi atención. Era un rápido destello rojo brillando en la oscuridad de la habitación, entrecerré los ojos para mirar mejor, pero el destello ya no estaba. Oía la voz de Peter diciendo que nos marcháramos, pero mi mente estaba en shock… Alguien más había estado allí aquella noche.
Me desperté sudando, ¿había sido sólo un sueño? ¿O era un recuerdo? Miré el reloj de mi mesita que marcaba las once de la mañana. Me incorporé y me estiré antes de encender el móvil, cuando éste terminó de cargar apareció un What’s app de Emma en la pantalla:
-Sylvia, lo primero que tengo que decirte y pedirte es que no te asustes por lo que te voy a decir- Mal empezábamos- Y lo segundo es el hecho por el que no deberías asustarte…Peter está de nuevo en la enfermería.
Sentí que se me helaba la sangre…
-No puedo contarte nada más por aquí porque no quiero que te de un patatús o que eches a arder tu casa, pero créeme si te digo que Sarah nos ha dicho que Peter está estable y recuperándose. Mañana te lo explicaré todo.
El móvil me tembló en las manos. Peter estaba de nuevo en la enfermería… ¿Le había dado otro ataque? ¿Por qué? ¿Acaso su padre y Sarah lo habían vuelto a enfadar? ¿Se había alterado? Cerré los ojos y respiré hondo. Esa era la razón por la que no me había contestado los dos días anteriores... Me sentí fatal y me odié a mí misma por la estúpida reacción que había tenido al pensar que no quería hablar conmigo, aunque él sí que se había conectado, ¿cómo era posible si estaba en la enfermería? Seguramente su padre cogió su móvil. Dejé el móvil encima de la mesa e intenté calmarme. Si Emma me había dicho que Peter estaba mejor, debía creerla, ella no me mentiría ¿no?