Capítulo
19
Sylvia POV
De pronto se hizo un momento de silencio en el que la tensión era palpable. ¿Qué había dicho su padre? Miré a Peter y no me sorprendió verlo con los ojos abiertos como platos y la mandíbula tensada.
-¿Qué?- La voz de Peter apenas fue audible.
El señor Keller se apretó el puente de la nariz mientras cerraba los ojos con fuerza, los años que llevaba conociéndolo me habían demostrado que hacía eso cada vez que estaba en una situación de conflicto o riña.
-Peter…-Empezó a hablar su padre.
-¿Has dicho que Sarah…-La voz de Peter temblaba y pude apreciar cómo apretaba los puños con fuerza-…es mi madre?
El señor Keller simplemente lo miró sin decir nada, ¿qué debía decirle?
-Hijo, yo no…
-No hables- Lo interrumpió y ahora su voz había adquirido un tono más cortante- Os habéis reído de mí todo este tiempo.
-¿Qué?- El señor Keller parecía realmente dolido y sorprendido- ¡No!
-Me enviaste aquí sabiendo a lo que venía, me enviaste aquí sabiendo quién era Sarah ¡y aún así no te importó!- Los nudillos de las manos habían adquirido un tono más blanquecino.
Rápidamente miré la cara de Peter, sus ojos estaban adquiriendo ese color hielo que habían tomado ya dos veces antes.
-Peter…-Lo llamé, pero él no me hizo caso, y el señor Keller estaba tan preocupado por lo que le estaba diciendo su hijo que no estaba prestando atención a lo mismo que yo.
-He sido un mono de feria para vosotros- Siguió hablando Peter.
-Peter, tranquilízate- Dije acercándome a él.
-¡¿Cómo voy a tranquilizarme, Sylvia?!- Peter giró la cara para mirarme y pude ver que estaba realmente pálido, pero no parecía frágil, sino todo lo contrario.
-Tienes que tranquilizarte- Le dije- Créeme.
-Peter, por favor- Habló su padre.
-¿Por favor?- Peter volvió su atención a él- ¿Cuándo pactasteis esto? ¿Desde que nací? ¿Desde que ella me abandonó? ¡¿Cuándo?!
-Las cosas no son así, Peter.
-¡¿Ah, no?! ¡¿Y cómo son?! ¡Esa mujer no es mi madre! ¡Y sinceramente ahora dudo mucho que tú seas mi padre! ¡Al menos no te comportas como tal! ¡Sólo has sabido mentirme a lo largo de toda mi vida! ¡Y no…!- La voz de Peter se quebró.
-Peter…- Noté la preocupación en mi voz.
Peter se había puesto aún más pálido y se llevó la mano al pecho, justo al lugar donde está el corazón. ¡Dios! ¿Qué le pasaba?
-¿Peter?- Su padre parecía percatarse ahora de la situación que había provocado.
Peter no podía respirar, se lo notaba. Se dejó caer de rodillas en el suelo y se apretó el pecho con fuerza.
-¡Peter!- Corrí a su lado y cogí su cara entre mis manos- Peter, mírame.
Peter tenía la cara tensa, al igual que el resto del cuerpo. ¡Por favor! ¡¿Qué podía hacer?!
-Aparta, Sylvia- Dijo el señor Keller mientras se agachaba y cogía a Peter por encima de su hombro- Avisa a Sarah- Fue lo último que me dijo antes de entrar corriendo en el centro con su hijo a cuestas.
*****************
Me encontraba sentada en el banco que había en el pasillo que daba a la enfermería. No había nadie más allí, de hecho, nadie sabía lo que le había pasado a Peter, a excepción de su padre, Sarah, la enfermera y yo. Cuando había ido a avisar a Sarah no le había dicho el por qué Peter había tenido ese ataque, pensé que lo más justo sería que el señor Keller lo hiciera. Ambos estaban dentro de la enfermería hablando, era consciente de que Peter estaba dormido, así me lo había comunicado momentos antes la enfermera. Suspiré y miré hacia la derecha, encontrándome así a Emma viniendo hacia mí.
-Hola- Me saludó.
-Hola- Dije un poco desganada.
-¿Qué haces aquí?
Dudé qué responder. Sarah me había dicho que no era buena idea que la gente supiera lo ocurrido.
-Estaba pensando- Contesté finalmente, y en teoría no era del todo falso.
Emma se sentó a mi lado.
-He visto a Hayley hace un rato.
Miré a Emma, sorprendida. Desde la noche anterior no la había vuelto a ver ni tampoco había pensado en ella. Entonces sentí un nudo en el estómago, yo le había dado esperanzas con Peter, había compartido confidencias con ella y ahora…Le robo el novio. Me dije a mí misma que si la situación fuera al revés me llamaría…
-Soy una zorra- Dije en voz alta.
-¿Por qué?- Emma sonaba realmente sorprendida.
-Venga ya, Em- Me dejé caer un poco más en el asiento- La animo a que vaya con Peter al baile, hablo con ella sobre Peter como si estuviera súper feliz por ellos y de buenas a primeras me morreo con él delante de sus narices- Dicho así sonaba aún peor.
Emma se echó a reír, ¿por qué siempre le parecía gracioso todo lo que decía?
-Ellos no eran novios, Sylvia.
-Depende de cómo lo mires.
-Vamos, no seas tan dura contigo misma- Se encogió de hombros- Peter no estaba por ella, simplemente estaba intentando darte celos, al igual que tú estabas haciendo con Neal.
-¡No es cierto!- Me quejé.
Emma encarnó una ceja y yo miré al frente.
-Al menos no al cien por cien…-Murmuré.
-Hayley quiere hablar contigo.
Ahí estaba otra vez el nudo en el estómago.
-No jodas- Me tapé la cara con las manos. ¿Es que todo tenía que ir a peor?
-Sí, pero le he dicho que hoy no te encontrabas muy bien, que esperara a mañana.
Miré a Emma y ésta sonrió.
-De nada.
Reí y ella me acarició el brazo de manera amigable.
-Bueno, me tengo que ir, que ya he quedado con Jeremy.
-Oye, Em.
-¿Sí?
-¿Cómo…?- No sabía si debía preguntarlo- ¿Cómo te hiciste esa cicatriz en la ceja?
Emma se llevó la mano involuntariamente a la ceja y sonrió.
-Oh, es una cicatriz que me hice de pequeña- Suspiró- Me gustaba mucho montar a caballo, pero un día me caí y me abrí la ceja.
-Oh…-Fue todo lo que dije.
-Mola, ¿eh? Me da pinta de malota.
No pude evitar soltar una carcajada al recordar que eso mismo fue lo que yo pensé al verla.
-Bueno, nos vemos luego- Se despidió con la mano antes de marcharse por el pasillo.
En ese momento se abrió la puerta de la enfermería y salió el señor Keller seguido de Sarah. Me removí nerviosa en el asiento, sabía que tras la pregunta de “¿Cómo está Peter?” y su respuesta de “Sigue dormido”, llegaría el momento de entablar esa conversación que quería evitar. Y así sucedió.
-Sylvia- Fue Sarah la que empezó a hablar- ¿Es cierto lo que me ha contado Edward?
-¿El qué exactamente?- Sabía perfectamente a lo que se refería.
-Sabes que no puedes entablar una relación sentimental con Peter.
Resoplé sin poder evitarlo y parece que eso a Sarah le molestó.
-Lo siento- Me disculpé- Pero la historia esa de que somos enemigos naturales no cuela- Miré al señor Keller- Que a usted le pasara eso con Victoria, no quiere decir que también nos vaya a pasar a nosotros.
-Sylvia- Siguió hablando Sarah- Vamos a tener que adelantar vuestro entrenamiento.
-¿Qué?
-Peter ha vivido demasiadas emociones últimamente y su poder está avanzando más rápido de lo normal.
-¿Qué quiere decir eso?
-Quiere decir- Contestó el señor Keller- Que lo que ha ocurrido antes sólo ha sido un aviso de lo que puede ocurrirle.
-Su corazón se había recubierto de escarcha- Siguió Sarah- Edward ha tenido que usar parte de su poder para ayudarlo a volver a la normalidad.
-¿Aún…conserva poder?
-No tanto como antes, pero un poco sí- Respondió.
-Sylvia, quiero que te des cuenta de la importancia del asunto- Me dijo Sarah- Tienes que mantenerte alejada de Peter.
-¿Por qué? No voy a hacer eso.
-Su poder se manifestó por primera vez porque Neal lo cabreó- Siguió hablando Sarah- ¿Con qué lo cabreó? Contigo.
-Eso fue porque tú se lo pediste- Notaba que estaba empezando a cabrearme.
-Sí- Asintió- Pero ¿y luego?
-¿Luego qué?- ¿A qué se refería?
-El día que discutisteis en la cafetería.
Sentí que me quedaba sin aire, ese día simplemente discutimos y cada uno nos fuimos por nuestro lado.
-¿Qué…Qué pasó ese día?
-¿No lo sabes?- Sarah parecía realmente sorprendida- Peter volvió a pelear con Neal.
¡¿Que qué?! ¡¿Cómo era posible que yo no me hubiera enterado de eso?!
-¿Qué?- Mi voz sonó débil, sorprendida.
-Vincent tuvo que intervenir para que Peter no lo congelara allí mismo.
Sentí que se me iba el aire de los pulmones, ¿habían vuelto a pelear? ¿Por qué nadie me había dicho nada?
-Y ahora hoy.
-Lo de hoy no ha sido culpa mía- Me apresuré a contestar.
-En cierto modo sí, Sylvia- Fue el señor Keller el que habló- Si no hubierais empezado esta relación que no os lleva a ningún sitio, yo no habría tenido que intervenir y Peter no tendría que haberse enterado jamás de esto.
-Vale que la primera vez y la segunda fueran a causa mía, pero ésta no- ¿Qué les pasaba? Sabía que estaba al borde del grito y no quería, no quería cabrearme más.
-Sylvia, por favor- Sarah se agachó hasta que quedó a mi altura- Tienes que mantenerte alejada de Peter.
-No- Contesté cortante mientras apretaba los puños con fuerza sobre mis rodillas.
-Sylvia, sé una chica sensata y madura, por favor- Me instó el señor Keller.
-Los inmaduros sois ustedes- Me sorprendí contestando- ¿De verdad os creéis una estúpida profecía? ¡Porque yo no! ¿De verdad pensáis que somos tan débiles como para no saber controlar esto? ¡Pues yo no!
-Sylvia…-Empezó a decir Sarah.
-¡No pienso ser la típica estúpida que cree que estará mejor haciendo “lo correcto”, porque esto no es lo correcto!
-Sylvia, tranquila- Sarah me cogió por los hombros y me obligó a mirarla- Respira hondo.
Y entonces me di cuenta de por qué lo decía, debía estar ardiendo. Sentía el fuego recorrerme por dentro y unas ganas inmensas de dejar que fluyera al exterior, pero debía calmarme. Debía demostrarles que ellos no tenían razón, que yo podía controlarme y que estaba segura de que Peter también. Cerré los ojos con fuerza e inhalé hondo y estuve así hasta que noté que el calor iba pasando.
-Sylvia, por favor- Oí la voz del señor Keller- Tienes que apartarte de mi hijo por vuestro bien.
-Ella no se va a apartar de mí.
Abrí los ojos de golpe y miré a la puerta de la enfermería, donde Peter estaba de pie mirándonos.
-Ni yo me voy a apartar de ella.
Sylvia POV
De pronto se hizo un momento de silencio en el que la tensión era palpable. ¿Qué había dicho su padre? Miré a Peter y no me sorprendió verlo con los ojos abiertos como platos y la mandíbula tensada.
-¿Qué?- La voz de Peter apenas fue audible.
El señor Keller se apretó el puente de la nariz mientras cerraba los ojos con fuerza, los años que llevaba conociéndolo me habían demostrado que hacía eso cada vez que estaba en una situación de conflicto o riña.
-Peter…-Empezó a hablar su padre.
-¿Has dicho que Sarah…-La voz de Peter temblaba y pude apreciar cómo apretaba los puños con fuerza-…es mi madre?
El señor Keller simplemente lo miró sin decir nada, ¿qué debía decirle?
-Hijo, yo no…
-No hables- Lo interrumpió y ahora su voz había adquirido un tono más cortante- Os habéis reído de mí todo este tiempo.
-¿Qué?- El señor Keller parecía realmente dolido y sorprendido- ¡No!
-Me enviaste aquí sabiendo a lo que venía, me enviaste aquí sabiendo quién era Sarah ¡y aún así no te importó!- Los nudillos de las manos habían adquirido un tono más blanquecino.
Rápidamente miré la cara de Peter, sus ojos estaban adquiriendo ese color hielo que habían tomado ya dos veces antes.
-Peter…-Lo llamé, pero él no me hizo caso, y el señor Keller estaba tan preocupado por lo que le estaba diciendo su hijo que no estaba prestando atención a lo mismo que yo.
-He sido un mono de feria para vosotros- Siguió hablando Peter.
-Peter, tranquilízate- Dije acercándome a él.
-¡¿Cómo voy a tranquilizarme, Sylvia?!- Peter giró la cara para mirarme y pude ver que estaba realmente pálido, pero no parecía frágil, sino todo lo contrario.
-Tienes que tranquilizarte- Le dije- Créeme.
-Peter, por favor- Habló su padre.
-¿Por favor?- Peter volvió su atención a él- ¿Cuándo pactasteis esto? ¿Desde que nací? ¿Desde que ella me abandonó? ¡¿Cuándo?!
-Las cosas no son así, Peter.
-¡¿Ah, no?! ¡¿Y cómo son?! ¡Esa mujer no es mi madre! ¡Y sinceramente ahora dudo mucho que tú seas mi padre! ¡Al menos no te comportas como tal! ¡Sólo has sabido mentirme a lo largo de toda mi vida! ¡Y no…!- La voz de Peter se quebró.
-Peter…- Noté la preocupación en mi voz.
Peter se había puesto aún más pálido y se llevó la mano al pecho, justo al lugar donde está el corazón. ¡Dios! ¿Qué le pasaba?
-¿Peter?- Su padre parecía percatarse ahora de la situación que había provocado.
Peter no podía respirar, se lo notaba. Se dejó caer de rodillas en el suelo y se apretó el pecho con fuerza.
-¡Peter!- Corrí a su lado y cogí su cara entre mis manos- Peter, mírame.
Peter tenía la cara tensa, al igual que el resto del cuerpo. ¡Por favor! ¡¿Qué podía hacer?!
-Aparta, Sylvia- Dijo el señor Keller mientras se agachaba y cogía a Peter por encima de su hombro- Avisa a Sarah- Fue lo último que me dijo antes de entrar corriendo en el centro con su hijo a cuestas.
*****************
Me encontraba sentada en el banco que había en el pasillo que daba a la enfermería. No había nadie más allí, de hecho, nadie sabía lo que le había pasado a Peter, a excepción de su padre, Sarah, la enfermera y yo. Cuando había ido a avisar a Sarah no le había dicho el por qué Peter había tenido ese ataque, pensé que lo más justo sería que el señor Keller lo hiciera. Ambos estaban dentro de la enfermería hablando, era consciente de que Peter estaba dormido, así me lo había comunicado momentos antes la enfermera. Suspiré y miré hacia la derecha, encontrándome así a Emma viniendo hacia mí.
-Hola- Me saludó.
-Hola- Dije un poco desganada.
-¿Qué haces aquí?
Dudé qué responder. Sarah me había dicho que no era buena idea que la gente supiera lo ocurrido.
-Estaba pensando- Contesté finalmente, y en teoría no era del todo falso.
Emma se sentó a mi lado.
-He visto a Hayley hace un rato.
Miré a Emma, sorprendida. Desde la noche anterior no la había vuelto a ver ni tampoco había pensado en ella. Entonces sentí un nudo en el estómago, yo le había dado esperanzas con Peter, había compartido confidencias con ella y ahora…Le robo el novio. Me dije a mí misma que si la situación fuera al revés me llamaría…
-Soy una zorra- Dije en voz alta.
-¿Por qué?- Emma sonaba realmente sorprendida.
-Venga ya, Em- Me dejé caer un poco más en el asiento- La animo a que vaya con Peter al baile, hablo con ella sobre Peter como si estuviera súper feliz por ellos y de buenas a primeras me morreo con él delante de sus narices- Dicho así sonaba aún peor.
Emma se echó a reír, ¿por qué siempre le parecía gracioso todo lo que decía?
-Ellos no eran novios, Sylvia.
-Depende de cómo lo mires.
-Vamos, no seas tan dura contigo misma- Se encogió de hombros- Peter no estaba por ella, simplemente estaba intentando darte celos, al igual que tú estabas haciendo con Neal.
-¡No es cierto!- Me quejé.
Emma encarnó una ceja y yo miré al frente.
-Al menos no al cien por cien…-Murmuré.
-Hayley quiere hablar contigo.
Ahí estaba otra vez el nudo en el estómago.
-No jodas- Me tapé la cara con las manos. ¿Es que todo tenía que ir a peor?
-Sí, pero le he dicho que hoy no te encontrabas muy bien, que esperara a mañana.
Miré a Emma y ésta sonrió.
-De nada.
Reí y ella me acarició el brazo de manera amigable.
-Bueno, me tengo que ir, que ya he quedado con Jeremy.
-Oye, Em.
-¿Sí?
-¿Cómo…?- No sabía si debía preguntarlo- ¿Cómo te hiciste esa cicatriz en la ceja?
Emma se llevó la mano involuntariamente a la ceja y sonrió.
-Oh, es una cicatriz que me hice de pequeña- Suspiró- Me gustaba mucho montar a caballo, pero un día me caí y me abrí la ceja.
-Oh…-Fue todo lo que dije.
-Mola, ¿eh? Me da pinta de malota.
No pude evitar soltar una carcajada al recordar que eso mismo fue lo que yo pensé al verla.
-Bueno, nos vemos luego- Se despidió con la mano antes de marcharse por el pasillo.
En ese momento se abrió la puerta de la enfermería y salió el señor Keller seguido de Sarah. Me removí nerviosa en el asiento, sabía que tras la pregunta de “¿Cómo está Peter?” y su respuesta de “Sigue dormido”, llegaría el momento de entablar esa conversación que quería evitar. Y así sucedió.
-Sylvia- Fue Sarah la que empezó a hablar- ¿Es cierto lo que me ha contado Edward?
-¿El qué exactamente?- Sabía perfectamente a lo que se refería.
-Sabes que no puedes entablar una relación sentimental con Peter.
Resoplé sin poder evitarlo y parece que eso a Sarah le molestó.
-Lo siento- Me disculpé- Pero la historia esa de que somos enemigos naturales no cuela- Miré al señor Keller- Que a usted le pasara eso con Victoria, no quiere decir que también nos vaya a pasar a nosotros.
-Sylvia- Siguió hablando Sarah- Vamos a tener que adelantar vuestro entrenamiento.
-¿Qué?
-Peter ha vivido demasiadas emociones últimamente y su poder está avanzando más rápido de lo normal.
-¿Qué quiere decir eso?
-Quiere decir- Contestó el señor Keller- Que lo que ha ocurrido antes sólo ha sido un aviso de lo que puede ocurrirle.
-Su corazón se había recubierto de escarcha- Siguió Sarah- Edward ha tenido que usar parte de su poder para ayudarlo a volver a la normalidad.
-¿Aún…conserva poder?
-No tanto como antes, pero un poco sí- Respondió.
-Sylvia, quiero que te des cuenta de la importancia del asunto- Me dijo Sarah- Tienes que mantenerte alejada de Peter.
-¿Por qué? No voy a hacer eso.
-Su poder se manifestó por primera vez porque Neal lo cabreó- Siguió hablando Sarah- ¿Con qué lo cabreó? Contigo.
-Eso fue porque tú se lo pediste- Notaba que estaba empezando a cabrearme.
-Sí- Asintió- Pero ¿y luego?
-¿Luego qué?- ¿A qué se refería?
-El día que discutisteis en la cafetería.
Sentí que me quedaba sin aire, ese día simplemente discutimos y cada uno nos fuimos por nuestro lado.
-¿Qué…Qué pasó ese día?
-¿No lo sabes?- Sarah parecía realmente sorprendida- Peter volvió a pelear con Neal.
¡¿Que qué?! ¡¿Cómo era posible que yo no me hubiera enterado de eso?!
-¿Qué?- Mi voz sonó débil, sorprendida.
-Vincent tuvo que intervenir para que Peter no lo congelara allí mismo.
Sentí que se me iba el aire de los pulmones, ¿habían vuelto a pelear? ¿Por qué nadie me había dicho nada?
-Y ahora hoy.
-Lo de hoy no ha sido culpa mía- Me apresuré a contestar.
-En cierto modo sí, Sylvia- Fue el señor Keller el que habló- Si no hubierais empezado esta relación que no os lleva a ningún sitio, yo no habría tenido que intervenir y Peter no tendría que haberse enterado jamás de esto.
-Vale que la primera vez y la segunda fueran a causa mía, pero ésta no- ¿Qué les pasaba? Sabía que estaba al borde del grito y no quería, no quería cabrearme más.
-Sylvia, por favor- Sarah se agachó hasta que quedó a mi altura- Tienes que mantenerte alejada de Peter.
-No- Contesté cortante mientras apretaba los puños con fuerza sobre mis rodillas.
-Sylvia, sé una chica sensata y madura, por favor- Me instó el señor Keller.
-Los inmaduros sois ustedes- Me sorprendí contestando- ¿De verdad os creéis una estúpida profecía? ¡Porque yo no! ¿De verdad pensáis que somos tan débiles como para no saber controlar esto? ¡Pues yo no!
-Sylvia…-Empezó a decir Sarah.
-¡No pienso ser la típica estúpida que cree que estará mejor haciendo “lo correcto”, porque esto no es lo correcto!
-Sylvia, tranquila- Sarah me cogió por los hombros y me obligó a mirarla- Respira hondo.
Y entonces me di cuenta de por qué lo decía, debía estar ardiendo. Sentía el fuego recorrerme por dentro y unas ganas inmensas de dejar que fluyera al exterior, pero debía calmarme. Debía demostrarles que ellos no tenían razón, que yo podía controlarme y que estaba segura de que Peter también. Cerré los ojos con fuerza e inhalé hondo y estuve así hasta que noté que el calor iba pasando.
-Sylvia, por favor- Oí la voz del señor Keller- Tienes que apartarte de mi hijo por vuestro bien.
-Ella no se va a apartar de mí.
Abrí los ojos de golpe y miré a la puerta de la enfermería, donde Peter estaba de pie mirándonos.
-Ni yo me voy a apartar de ella.