Capítulo
12
Sylvia POV
Me encontraba en mi habitación llorando sin parar. Jamás había tenido una bronca tan fuerte con Peter y mucho menos nos habíamos echado en cara cosas tan fuertes… ¿Qué nos estaba pasando? Era consciente de que la mitad del centro nos había oído discutir y me importaba un bledo, había dejado salir mi temperamento español-andaluz-malagueño y no había Dios que hubiera podido pararme en ese momento. Yo tenía mucha paciencia, demasiada algunas veces, pero cuando me calentaba (calentaba, qué curioso ¿no creéis?) no había nada que pudiera calmarme. Peter decía las cosas muy claras, al igual que yo, y por eso cuando ambos discutíamos se desencadenaba una guerra mundial. Pero lo quería mucho, me dolía el pecho al pensar en todo lo que nos habíamos dicho y me arrepentía por las palabras dichas. De todos modos, ¿por qué habíamos tenido que sacar a relucir temas y pullitas amorosas tan rastreras como esas? Me tapé los ojos con el antebrazo intentando calmarme y parar de llorar, pero sabía que sería inútil. Siempre me pasaba, después de la tormenta y de los ataques llegaba la hora de llorar sin parar y no había nada que me hiciera parar.
Decidí salir de mi habitación y dirigirme a un lugar alejado del centro, quizás al patio trasero dónde podría pensar con tranquilidad.
Cuando llegué allí no vi a nadie, cosa que me gustó y tranquilizó. Me acerqué a uno de los árboles más grandes que había y me senté allí a pensar. Las lágrimas amenazaban con hacer acto de presencia de nuevo y yo me negaba a seguir llorando por culpa de Peter… ¿O era mía la culpa? Ya no lo sabía.
-Menuda bronca la de antes, ¿eh?
Alcé la cabeza y vi a Mandy de pie ante mí. Me sequé las lágrimas corriendo y desvié la vista.
-No estoy de humor, Mandy- Dije cortante.
Mandy se sentó a mi lado ignorando mis palabras.
-¿Por qué os habéis peleado el chico hielo y tú?
-No quiero hablar, Mandy- Apreté los puños con fuerza controlándome.
-¿Sabes? No me imaginaba que pudieras tener tanto carácter- Mandy rió.
-Para que veas, la gente te sorprende- Y me di cuenta de que esa frase iba referida también a Peter.
-Uy, uy, uy, cuánta tensión y rencor noto en tu interior.
Decidí no contestarle, quizás así se marchara.
-¿Sabes que Neal es mi primo?
La miré con los ojos muy abiertos. Eso sí que no me lo esperaba.
-¿Tu primo?
Mandy asintió.
-Hacéis buena pareja.
-¿Por qué estás siendo amable conmigo?
Mandy se encogió de hombros.
-Creía que eras una niña tonta- Dijo con total naturalidad- Pero hoy he visto que tienes genio… ¡Mucho, diría yo!- Mandy se echó a reír- Y me ha gustado ver cómo has dejado a tu amiguito el hielo en su lugar.
-No creo que ya sea mi amigo- Dije sinceramente.
-Mejor.
La miré, sorprendida.
-Aunque supongo que tendrá el corazón destrozado- Hizo un falso pucherito.
-¿Qué quieres decir?
Mandy me miró con cara de “No fastidies”.
-Pequeña Sylvia, no me hagas volver a cambiar de opinión y a pensar que eres imbécil.
Desvié la mirada.
-¿Qué poderes son los vuestros?- Pregunté cambiando de tema.
-No tenemos- Mandy estiró las piernas sobre el césped.
-¿Cómo que no tenéis?
Mandy se encogió de hombros.
-Nuestra misión es darle a nuestros líderes nuestra energía interna para que puedan luchar entre ellos, al menos eso es lo que nos han dicho desde que éramos niños.
Otra vez estaba allí aquel verbo: luchar.
-No quiero luchar contra Peter.
-¡Argh! ¡No seas ñoña!- Mandy me miró fastidiada- Lo dice la profecía, no sirve de nada que no quieras hacerlo, acabarás haciéndolo.
*****************
El resto del día me lo pasé evitando a Peter. Llamé a mis padres y hablé con ellos, les mentí un poco diciéndoles que la estancia allí era aburrida y monótona (ya, claro), y luego me quedé en mi habitación escuchando música:
Rescue me! Show me who I am
‘Cause I can’t believe this is how the story ends
Fight for me if it’s not too late
Help me breathe again!
No, this can’t be how the story ends…
Cambié la canción y puse a reproducir la música que había en la carpeta que ponía “Español”. La voz de Alex Ubago no tardó en sonar:
Me muero por conocerte, saber qué es lo que piensas
Abrir todas tus puertas y vencer esas tormentas que nos quieran abatir
Centrar en tus ojos mi mirada, cantar contigo al alba
Besarnos hasta desgastarnos nuestros labios
Y ver en tu rostro cada día, crecer esa semilla
Crear, soñar, dejar todo surgir
Aparcando el miedo a…
Me quité los cascos con rabia y los tiré encima de la cama. ¿Qué clase de música era esa? ¡Qué asco de canciones!
Y así pasaron los días siguientes, no volví a coincidir con Peter, cosa que agradecí, y Mandy se había convertido extrañamente en una de mis mejores amigas allí junto a Emma. Todo empezó a tomar otro rumbo un día cuando estaba en el césped leyendo…
-Hola, chica española.
Giré la cabeza y me encontré con Neal, que me miraba esbozando una sonrisa. No pude evitar devolverle esa sonrisa.
-¿Puedo sentarme?
-Claro.
Neal se sentó a mi lado y miró el libro.
-¿Qué lees?
Le mostré la portada del libro para que él mismo pudiera verlo.
-“La huésped”- Leyó- Dicen que es bueno.
-Sí lo es- Corroboré.
-Has estado muy perdida últimamente.
“Estaba intentando evitar a la humanidad” quise decir.
-He estado ocupada- Mentí.
-¿Con qué? Si es que puede saberse.
-Cosas- Fue todo lo que contesté.
-Entiendo.
Se hizo un momento de silencio.
-Oye, en realidad te estaba buscando porque quería comentarte algo.
-Dispara- Dije.
-Sarah me ha comentado que se va a organizar una fiesta este viernes como motivo de que…Ya sabes, de que ya hemos descubierto nuestra naturaleza- Se encogió de hombros- Así que me preguntaba si querrías venir conmigo.
Lo dudé un momento. ¿Por qué no debía ir con él? Desde que sucedió “todo”, se había mostrado de lo más encantador conmigo y nunca había intentado pasarse. Sabía que todo había sido parte de un plan, así que ¿por qué no?
-Claro- Contesté- ¿Por qué no?
-¿En serio?- La mirada de Neal se iluminó.
-Sí- Sonreí.
Lo siguiente no lo vi venir, Neal me abrazó con fuerza y eso me pilló por sorpresa.
-Nos lo pasaremos genial, Sylvia- Dijo emocionado antes de soltarme.
-Seguro que sí.
Sylvia POV
Me encontraba en mi habitación llorando sin parar. Jamás había tenido una bronca tan fuerte con Peter y mucho menos nos habíamos echado en cara cosas tan fuertes… ¿Qué nos estaba pasando? Era consciente de que la mitad del centro nos había oído discutir y me importaba un bledo, había dejado salir mi temperamento español-andaluz-malagueño y no había Dios que hubiera podido pararme en ese momento. Yo tenía mucha paciencia, demasiada algunas veces, pero cuando me calentaba (calentaba, qué curioso ¿no creéis?) no había nada que pudiera calmarme. Peter decía las cosas muy claras, al igual que yo, y por eso cuando ambos discutíamos se desencadenaba una guerra mundial. Pero lo quería mucho, me dolía el pecho al pensar en todo lo que nos habíamos dicho y me arrepentía por las palabras dichas. De todos modos, ¿por qué habíamos tenido que sacar a relucir temas y pullitas amorosas tan rastreras como esas? Me tapé los ojos con el antebrazo intentando calmarme y parar de llorar, pero sabía que sería inútil. Siempre me pasaba, después de la tormenta y de los ataques llegaba la hora de llorar sin parar y no había nada que me hiciera parar.
Decidí salir de mi habitación y dirigirme a un lugar alejado del centro, quizás al patio trasero dónde podría pensar con tranquilidad.
Cuando llegué allí no vi a nadie, cosa que me gustó y tranquilizó. Me acerqué a uno de los árboles más grandes que había y me senté allí a pensar. Las lágrimas amenazaban con hacer acto de presencia de nuevo y yo me negaba a seguir llorando por culpa de Peter… ¿O era mía la culpa? Ya no lo sabía.
-Menuda bronca la de antes, ¿eh?
Alcé la cabeza y vi a Mandy de pie ante mí. Me sequé las lágrimas corriendo y desvié la vista.
-No estoy de humor, Mandy- Dije cortante.
Mandy se sentó a mi lado ignorando mis palabras.
-¿Por qué os habéis peleado el chico hielo y tú?
-No quiero hablar, Mandy- Apreté los puños con fuerza controlándome.
-¿Sabes? No me imaginaba que pudieras tener tanto carácter- Mandy rió.
-Para que veas, la gente te sorprende- Y me di cuenta de que esa frase iba referida también a Peter.
-Uy, uy, uy, cuánta tensión y rencor noto en tu interior.
Decidí no contestarle, quizás así se marchara.
-¿Sabes que Neal es mi primo?
La miré con los ojos muy abiertos. Eso sí que no me lo esperaba.
-¿Tu primo?
Mandy asintió.
-Hacéis buena pareja.
-¿Por qué estás siendo amable conmigo?
Mandy se encogió de hombros.
-Creía que eras una niña tonta- Dijo con total naturalidad- Pero hoy he visto que tienes genio… ¡Mucho, diría yo!- Mandy se echó a reír- Y me ha gustado ver cómo has dejado a tu amiguito el hielo en su lugar.
-No creo que ya sea mi amigo- Dije sinceramente.
-Mejor.
La miré, sorprendida.
-Aunque supongo que tendrá el corazón destrozado- Hizo un falso pucherito.
-¿Qué quieres decir?
Mandy me miró con cara de “No fastidies”.
-Pequeña Sylvia, no me hagas volver a cambiar de opinión y a pensar que eres imbécil.
Desvié la mirada.
-¿Qué poderes son los vuestros?- Pregunté cambiando de tema.
-No tenemos- Mandy estiró las piernas sobre el césped.
-¿Cómo que no tenéis?
Mandy se encogió de hombros.
-Nuestra misión es darle a nuestros líderes nuestra energía interna para que puedan luchar entre ellos, al menos eso es lo que nos han dicho desde que éramos niños.
Otra vez estaba allí aquel verbo: luchar.
-No quiero luchar contra Peter.
-¡Argh! ¡No seas ñoña!- Mandy me miró fastidiada- Lo dice la profecía, no sirve de nada que no quieras hacerlo, acabarás haciéndolo.
*****************
El resto del día me lo pasé evitando a Peter. Llamé a mis padres y hablé con ellos, les mentí un poco diciéndoles que la estancia allí era aburrida y monótona (ya, claro), y luego me quedé en mi habitación escuchando música:
Rescue me! Show me who I am
‘Cause I can’t believe this is how the story ends
Fight for me if it’s not too late
Help me breathe again!
No, this can’t be how the story ends…
Cambié la canción y puse a reproducir la música que había en la carpeta que ponía “Español”. La voz de Alex Ubago no tardó en sonar:
Me muero por conocerte, saber qué es lo que piensas
Abrir todas tus puertas y vencer esas tormentas que nos quieran abatir
Centrar en tus ojos mi mirada, cantar contigo al alba
Besarnos hasta desgastarnos nuestros labios
Y ver en tu rostro cada día, crecer esa semilla
Crear, soñar, dejar todo surgir
Aparcando el miedo a…
Me quité los cascos con rabia y los tiré encima de la cama. ¿Qué clase de música era esa? ¡Qué asco de canciones!
Y así pasaron los días siguientes, no volví a coincidir con Peter, cosa que agradecí, y Mandy se había convertido extrañamente en una de mis mejores amigas allí junto a Emma. Todo empezó a tomar otro rumbo un día cuando estaba en el césped leyendo…
-Hola, chica española.
Giré la cabeza y me encontré con Neal, que me miraba esbozando una sonrisa. No pude evitar devolverle esa sonrisa.
-¿Puedo sentarme?
-Claro.
Neal se sentó a mi lado y miró el libro.
-¿Qué lees?
Le mostré la portada del libro para que él mismo pudiera verlo.
-“La huésped”- Leyó- Dicen que es bueno.
-Sí lo es- Corroboré.
-Has estado muy perdida últimamente.
“Estaba intentando evitar a la humanidad” quise decir.
-He estado ocupada- Mentí.
-¿Con qué? Si es que puede saberse.
-Cosas- Fue todo lo que contesté.
-Entiendo.
Se hizo un momento de silencio.
-Oye, en realidad te estaba buscando porque quería comentarte algo.
-Dispara- Dije.
-Sarah me ha comentado que se va a organizar una fiesta este viernes como motivo de que…Ya sabes, de que ya hemos descubierto nuestra naturaleza- Se encogió de hombros- Así que me preguntaba si querrías venir conmigo.
Lo dudé un momento. ¿Por qué no debía ir con él? Desde que sucedió “todo”, se había mostrado de lo más encantador conmigo y nunca había intentado pasarse. Sabía que todo había sido parte de un plan, así que ¿por qué no?
-Claro- Contesté- ¿Por qué no?
-¿En serio?- La mirada de Neal se iluminó.
-Sí- Sonreí.
Lo siguiente no lo vi venir, Neal me abrazó con fuerza y eso me pilló por sorpresa.
-Nos lo pasaremos genial, Sylvia- Dijo emocionado antes de soltarme.
-Seguro que sí.