Capítulo
1
Sylvia POV
Lo recuerdo muy bien…
Recuerdo el día en que mi vida cambió para siempre. Fue la noche del 31 de octubre de 2013, la noche de Halloween. Esa noche nadie podría haber vaticinado el destino que nos aguardaba a mis amigos y a mí. Un destino que marcaría mi existencia para siempre…
*****************
-¿Dónde vamos ahora?- Jocelyn se giró para poder mirarnos mientras caminábamos, de manera que comenzó a andar hacia atrás.
-¿Qué hora es?- Preguntó Alice.
-Sólo son las dos de la mañana- Contestó Peter mirando su reloj de muñeca.
-Mirad lo que he birlado de la fiesta- Stefan sacó una botella de cerveza de detrás de su espalda y la alzó como si de un premio se tratara.
-¡Ah!- Jocelyn dio un gritito mientras se lanzaba al cuello de su novio y lo abrazaba- Eres el mejor, Steffy.
-Te tengo dicho que no me llames así, Jocy.
Jocelyn hizo una mueca y le quitó la botella de cerveza de la mano antes de comenzar a beber.
-He oído antes que Isabelle y el resto iban a ir a la casa abandonada que hay a las afueras del pueblo- Comentó Alice.
-¿La que dicen que está embrujada?- No pude evitar notar el repelús que sentí al hacer esa pregunta.
-Embrujada, ¡já!- Stefan le quitó la botella de cerveza a Jocelyn y le dio un trago.
-¡Eh! Deja un poco para los demás- Peter cogió la botella y comenzó a beber también.
-¿Qué decís? ¿Vamos allí?- Noté la emoción en la voz de Jocelyn.
-¿Y cómo vamos?- Fue Alice la que preguntó- Todos hemos bebido, no podemos conducir.
-No seas aguafiestas, Al- Se quejó Jocelyn.
-Conduciré yo- Se ofreció Peter- Tampoco he bebido tanto.
-No, sólo dos vodkas, tres chupitos y ahora cerveza- Dije irónicamente.
-Lo que yo he dicho, poco- Comentó antes de deslizarse en el asiento del conductor.
Puse los ojos en blanco y me senté en el asiento del copiloto. Peter era mi mejor amigo desde que nos conocimos con doce años y aunque era muy buen chico y tenía muy buen corazón, había veces que daban ganas de darle un buen cogotazo. Nos pusimos los cinturones de seguridad y observé cómo Alice, Jocelyn y Stefan se sentaban en los asientos traseros.
-Pues allá vamos- Anunció Peter mientras ponía el coche en marcha.
-Y reza porque no nos pille la poli- Comenté.
*****************
-Aquí estamos- Anunció Jocelyn cuando Peter detuvo el coche.
Miré por la ventana. El tiempo estaba húmedo y la ventana del coche se había empañado un poco. Froté el cristal con la manga del jersey color granate que llevaba y observé el exterior. La luz de la luna llena iluminaba un gran claro en cuyo centro se encontraba una gran mansión muy deteriorada, la cual parecía sacada de una película de terror. Las ventanas estaban rotas y la puerta principal estaba desencajada. En las paredes pude atisbar algunos grafitis y frases escritas, pero no pude ver lo que ponía desde esa distancia.
-Vamos adentro- Dijo Stefan antes de abrir la puerta del coche y salir corriendo.
-Uhh… ¡Qué frío!- Exclamó Peter cuando salió del coche con un marcado acento británico que me hizo sonreír. Peter se mudó a América desde Londres cuando tenía doce años, justo igual que yo, sólo que yo me mudé desde España y, a diferencia de él, mi acento español apenas se notaba. Siempre me habían dicho que tenía muy buen oído para los idiomas y captaba los acentos al vuelo- Tengo las manos congeladas.
-¡Mierda! He olvidado mi abrigo en la fiesta- Dijo Jocelyn, fastidiada.
-¿Y qué más da?- Stefan pasó el brazo por los hombros de Jocelyn- Vamos.
Stefan y Jocelyn encabezaron la marcha. Peter nos hizo un gesto con la mano a Alice y a mí para que los siguiéramos y él comenzó a andar el último.
Mientras nos acercábamos a la casa sentí cómo el miedo se iba apoderando de mí y entonces pensé con claridad lo que estábamos haciendo: estábamos a punto de entrar en una mansión abandonada. Una mansión que se rumoreaba que estaba embrujada y en la que sucedían sucesos extraños. Sentí un escalofrío recorrerme la espalda. Cuando llegamos a la entrada, Jocelyn, Stefan y Alice entraron sin dudarlo, pero algo hizo que me quedara de pie en la puerta sin poder avanzar. Había algo en esa casa que no me daba buena espina, y no lo decía sólo por las paredes llenas de moho y los muebles destrozados y llenos de polvo y telarañas, había algo más.
-Si te quedas aquí quieta, el espíritu nos cogerá- Susurró Peter en mi oído.
Di un pequeño respingo y me giré para mirarlo con el ceño fruncido.
-¿Qué?- Preguntó haciéndose el confundido.
-No tiene gracia…-Comencé a andar y Peter me siguió- No sé qué hacemos aquí.
-Explorar- Contestó tan normal mientras se echaba hacia atrás el pelo castaño claro que se le había pegado un poco a la frente debido a la humedad.
-Si no tuviéramos unas copas de más no estaríamos aquí…
-Tranquila, no dejaré que te pase nada, ¿de acuerdo?- Peter sonrió.
Quise dejar correr el asunto y tomarme la situación en broma, pero no fui capaz.
-¡Eh, chicos!- Gritó Jocelyn desde la parte superior de las escaleras que se encontraban enfrente de Peter y de mí- ¡Venid aquí!
Subí las escaleras (no muy convencida) y pronto nos reunimos con nuestros tres amigos.
-¡Qué pasote!- Exclamó Stefan cuando vio una habitación abierta en la que había un gran piano de cola.
Miré a mi alrededor. Había algo en mi interior que me decía que teníamos que salir de allí lo antes posible.
-¿Creéis que habrán matado a muchas personas aquí?- Preguntó Alice.
-Puede que a varias decenas- Comentó Peter.
-Dicen que aquí violaron y luego asesinaron a las hijas de los propietarios de esta mansión- Dijo Jocelyn- Allá por mil ochocientos setenta y pico.
-¿Tan antigua es esta casa?- Alice sonó sorprendida.
-¡Eh!- Interrumpió Stefan que ya había salido de la habitación del piano y se había introducido en otra- Aquí hay unas escaleras que llevan a un piso superior.
-¡Vamos!- Jocelyn echó a correr hacia el lugar donde se encontraba su novio.
-Yo voy a bajar- Me di media vuelta y me dirigí a las escaleras.
-¡Vamos, Sylvia!- Me llamó Alice, pero yo la ignoré y bajé las escaleras a toda velocidad.
Cuando llegué a la entrada me detuve y respiré hondo intentando calmarme. ¿Qué me pasaba? A mí nunca me habían asustado las historias de miedo de esa clase, ¿por qué de pronto estaba aterrada? Un fuerte olor a moho y putrefacción llegó a mí dándome arcadas.
-¿Tan mal rollo te da?- Oí la voz de Peter a mi espalda- Lo de los asesinatos son sólo leyendas urbadas, Sysi.
-No es eso- Me giré y lo miré- Es algo en el ambiente...Hay algo que no me gusta. Deberíamos irnos.
-No les cortes el rollo de esta manera, vayamos a investigar un poco el lugar y luego nos marchamos, ¿vale?
No me dio tiempo a contestar porque de pronto se oyó un grito aterrador en el tercer piso y seguidamente oímos el golpe que produjo algo al caer detrás de nosotros. Peter y yo nos giramos sobresaltados y nos encontramos con el cuerpo desgarrado de Alice. Un grito de horror salió desde mi garganta y me tapé la boca evitando las arcadas.
-¡Alice!- Oímos la voz de Jocelyn desde el piso superior mientras bajaba a toda velocidad por las escaleras (digo lo de las escaleras porque oí sus pasos, no porque estuviera mirándola).
-¡¿Qué coño ha pasado, Jocelyn?!- La voz de Peter tembló.
-No…No…No sé…-Jocelyn no podía hablar debido al miedo.
Noté cómo se me nublaba la vista. La imagen del cuerpo desgarrado de Alice era insoportable, parecía una pesadilla de la cuál despertaríamos en cualquier momento. Hacía sólo un segundo que…
-¿Dónde está Stefan?- Para mi sorpresa fui yo la que hablé.
Peter y Jocelyn me miraron sorprendidos, como si el hecho de que a Alice la hubieran asesinado hubiera hecho que se olvidaran de Stefan.
-Estaba en el piso de arriba conmigo y…y…-Jocelyn hablaba entrecortadamente.
Peter salió corriendo escaleras arriba dispuesto a encontrar a Stefan cuando otro golpe secó sonó detrás de Jocelyn y de mí. Nos quedamos paralizados, Peter en las escaleras y Jocelyn y yo en el sitio donde estábamos. Nos daba miedo girarnos, pero teníamos que hacerlo. Nos giramos lentamente y…
-¡¡¡AHHH!!!- Jocelyn profirió un grito y seguidamente se desmayó.
Yo corrí a su lado e intenté reanimarla, intentando no mirar demasiado el cuerpo inerte de Stefan que se encontraba junto al de Alice.
-Jocy… ¡Jocy, despierta!- Comencé a zarandearla con fuerza, pero Jocelyn no reaccionaba.
Peter se apresuró corriendo a mi lado y cogió a Jocelyn en brazos.
-¡Vamos, tenemos que salir de aquí!- Gritó mientras me empujaba para que comenzara a andar delante de él.
Echamos a correr hacia la puerta de la salida cuando, de pronto, oímos el sonido de un mueble al arrastrarse. Miramos hacia la izquierda (lugar del que procedía el sonido) y vimos un gran mueble de madera dirigirse a toda velocidad hasta nosotros.
Lo siguiente sucedió muy rápido. Noté la mano de Peter empujarme con fuerza hacia delante, apartándome del camino, y seguidamente el mueble impactó contra Peter y Jocelyn haciendo que Peter tuviera que soltar a Jocelyn, que cayó inconsciente al suelo. Me dirigí corriendo hacia ellos. El mueble estaba aprisionando a Peter contra la pared. Empujé con todas mis fuerzas el pesado mueble y cuando por fin logré separarlo y Peter salió nos giramos para coger a Jocelyn…Pero estaba muerta. Un gran charco de sangre brotaba desde su cabeza. Me llevé la mano a la boca, aterrada, y Peter me cogió la mano libre antes de comenzar a correr a toda pastilla hacia el exterior.
Cuando estábamos llegando al coche me solté de su mano y me quedé parada en el sitio. Sentía el corazón latirme a toda velocidad dentro del pecho y apenas podía respirar. Los ojos me ardían debido a las lágrimas retenidas y me sentía impotente.
-Vamos, tenemos que salir de aquí- Me instó Peter cogiéndome por los hombros.
-No…
-Sí.
-No- Comencé a llorar sin poder evitarlo y me solté del agarre de Peter- ¡¿Qué demonios ha ocurrido ahí dentro?!- Tenía un gran nudo en el pecho que no era capaz de deshacer- ¡Nuestros amigos no pueden estar muertos, Peter!
Peter se mordió el labio con fuerza evitando llorar, pero yo no hice lo mismo. Dejé que las lágrimas salieran a borbotones sin controlarlas.
-¡Esto no puede estar pasando! ¡Ellos…!- No podía decir la frase- ¡No pueden estar muertos!- Prácticamente grité- ¡Esto es una broma! ¡Esto no puede estar sucediendo! ¡No…! No puede…- No fui capaz de seguir hablando. Me dejé caer de rodillas en la hierba mientras lloraba desconsoladamente.
Peter se arrodilló a mi lado y me abrazó con fuerza. Su cuerpo comenzó a temblar y supe entonces que también estaba llorando. Me abracé a él tan fuerte como pude y seguí llorando sobre su hombro.
Sylvia POV
Lo recuerdo muy bien…
Recuerdo el día en que mi vida cambió para siempre. Fue la noche del 31 de octubre de 2013, la noche de Halloween. Esa noche nadie podría haber vaticinado el destino que nos aguardaba a mis amigos y a mí. Un destino que marcaría mi existencia para siempre…
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-¿Dónde vamos ahora?- Jocelyn se giró para poder mirarnos mientras caminábamos, de manera que comenzó a andar hacia atrás.
-¿Qué hora es?- Preguntó Alice.
-Sólo son las dos de la mañana- Contestó Peter mirando su reloj de muñeca.
-Mirad lo que he birlado de la fiesta- Stefan sacó una botella de cerveza de detrás de su espalda y la alzó como si de un premio se tratara.
-¡Ah!- Jocelyn dio un gritito mientras se lanzaba al cuello de su novio y lo abrazaba- Eres el mejor, Steffy.
-Te tengo dicho que no me llames así, Jocy.
Jocelyn hizo una mueca y le quitó la botella de cerveza de la mano antes de comenzar a beber.
-He oído antes que Isabelle y el resto iban a ir a la casa abandonada que hay a las afueras del pueblo- Comentó Alice.
-¿La que dicen que está embrujada?- No pude evitar notar el repelús que sentí al hacer esa pregunta.
-Embrujada, ¡já!- Stefan le quitó la botella de cerveza a Jocelyn y le dio un trago.
-¡Eh! Deja un poco para los demás- Peter cogió la botella y comenzó a beber también.
-¿Qué decís? ¿Vamos allí?- Noté la emoción en la voz de Jocelyn.
-¿Y cómo vamos?- Fue Alice la que preguntó- Todos hemos bebido, no podemos conducir.
-No seas aguafiestas, Al- Se quejó Jocelyn.
-Conduciré yo- Se ofreció Peter- Tampoco he bebido tanto.
-No, sólo dos vodkas, tres chupitos y ahora cerveza- Dije irónicamente.
-Lo que yo he dicho, poco- Comentó antes de deslizarse en el asiento del conductor.
Puse los ojos en blanco y me senté en el asiento del copiloto. Peter era mi mejor amigo desde que nos conocimos con doce años y aunque era muy buen chico y tenía muy buen corazón, había veces que daban ganas de darle un buen cogotazo. Nos pusimos los cinturones de seguridad y observé cómo Alice, Jocelyn y Stefan se sentaban en los asientos traseros.
-Pues allá vamos- Anunció Peter mientras ponía el coche en marcha.
-Y reza porque no nos pille la poli- Comenté.
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-Aquí estamos- Anunció Jocelyn cuando Peter detuvo el coche.
Miré por la ventana. El tiempo estaba húmedo y la ventana del coche se había empañado un poco. Froté el cristal con la manga del jersey color granate que llevaba y observé el exterior. La luz de la luna llena iluminaba un gran claro en cuyo centro se encontraba una gran mansión muy deteriorada, la cual parecía sacada de una película de terror. Las ventanas estaban rotas y la puerta principal estaba desencajada. En las paredes pude atisbar algunos grafitis y frases escritas, pero no pude ver lo que ponía desde esa distancia.
-Vamos adentro- Dijo Stefan antes de abrir la puerta del coche y salir corriendo.
-Uhh… ¡Qué frío!- Exclamó Peter cuando salió del coche con un marcado acento británico que me hizo sonreír. Peter se mudó a América desde Londres cuando tenía doce años, justo igual que yo, sólo que yo me mudé desde España y, a diferencia de él, mi acento español apenas se notaba. Siempre me habían dicho que tenía muy buen oído para los idiomas y captaba los acentos al vuelo- Tengo las manos congeladas.
-¡Mierda! He olvidado mi abrigo en la fiesta- Dijo Jocelyn, fastidiada.
-¿Y qué más da?- Stefan pasó el brazo por los hombros de Jocelyn- Vamos.
Stefan y Jocelyn encabezaron la marcha. Peter nos hizo un gesto con la mano a Alice y a mí para que los siguiéramos y él comenzó a andar el último.
Mientras nos acercábamos a la casa sentí cómo el miedo se iba apoderando de mí y entonces pensé con claridad lo que estábamos haciendo: estábamos a punto de entrar en una mansión abandonada. Una mansión que se rumoreaba que estaba embrujada y en la que sucedían sucesos extraños. Sentí un escalofrío recorrerme la espalda. Cuando llegamos a la entrada, Jocelyn, Stefan y Alice entraron sin dudarlo, pero algo hizo que me quedara de pie en la puerta sin poder avanzar. Había algo en esa casa que no me daba buena espina, y no lo decía sólo por las paredes llenas de moho y los muebles destrozados y llenos de polvo y telarañas, había algo más.
-Si te quedas aquí quieta, el espíritu nos cogerá- Susurró Peter en mi oído.
Di un pequeño respingo y me giré para mirarlo con el ceño fruncido.
-¿Qué?- Preguntó haciéndose el confundido.
-No tiene gracia…-Comencé a andar y Peter me siguió- No sé qué hacemos aquí.
-Explorar- Contestó tan normal mientras se echaba hacia atrás el pelo castaño claro que se le había pegado un poco a la frente debido a la humedad.
-Si no tuviéramos unas copas de más no estaríamos aquí…
-Tranquila, no dejaré que te pase nada, ¿de acuerdo?- Peter sonrió.
Quise dejar correr el asunto y tomarme la situación en broma, pero no fui capaz.
-¡Eh, chicos!- Gritó Jocelyn desde la parte superior de las escaleras que se encontraban enfrente de Peter y de mí- ¡Venid aquí!
Subí las escaleras (no muy convencida) y pronto nos reunimos con nuestros tres amigos.
-¡Qué pasote!- Exclamó Stefan cuando vio una habitación abierta en la que había un gran piano de cola.
Miré a mi alrededor. Había algo en mi interior que me decía que teníamos que salir de allí lo antes posible.
-¿Creéis que habrán matado a muchas personas aquí?- Preguntó Alice.
-Puede que a varias decenas- Comentó Peter.
-Dicen que aquí violaron y luego asesinaron a las hijas de los propietarios de esta mansión- Dijo Jocelyn- Allá por mil ochocientos setenta y pico.
-¿Tan antigua es esta casa?- Alice sonó sorprendida.
-¡Eh!- Interrumpió Stefan que ya había salido de la habitación del piano y se había introducido en otra- Aquí hay unas escaleras que llevan a un piso superior.
-¡Vamos!- Jocelyn echó a correr hacia el lugar donde se encontraba su novio.
-Yo voy a bajar- Me di media vuelta y me dirigí a las escaleras.
-¡Vamos, Sylvia!- Me llamó Alice, pero yo la ignoré y bajé las escaleras a toda velocidad.
Cuando llegué a la entrada me detuve y respiré hondo intentando calmarme. ¿Qué me pasaba? A mí nunca me habían asustado las historias de miedo de esa clase, ¿por qué de pronto estaba aterrada? Un fuerte olor a moho y putrefacción llegó a mí dándome arcadas.
-¿Tan mal rollo te da?- Oí la voz de Peter a mi espalda- Lo de los asesinatos son sólo leyendas urbadas, Sysi.
-No es eso- Me giré y lo miré- Es algo en el ambiente...Hay algo que no me gusta. Deberíamos irnos.
-No les cortes el rollo de esta manera, vayamos a investigar un poco el lugar y luego nos marchamos, ¿vale?
No me dio tiempo a contestar porque de pronto se oyó un grito aterrador en el tercer piso y seguidamente oímos el golpe que produjo algo al caer detrás de nosotros. Peter y yo nos giramos sobresaltados y nos encontramos con el cuerpo desgarrado de Alice. Un grito de horror salió desde mi garganta y me tapé la boca evitando las arcadas.
-¡Alice!- Oímos la voz de Jocelyn desde el piso superior mientras bajaba a toda velocidad por las escaleras (digo lo de las escaleras porque oí sus pasos, no porque estuviera mirándola).
-¡¿Qué coño ha pasado, Jocelyn?!- La voz de Peter tembló.
-No…No…No sé…-Jocelyn no podía hablar debido al miedo.
Noté cómo se me nublaba la vista. La imagen del cuerpo desgarrado de Alice era insoportable, parecía una pesadilla de la cuál despertaríamos en cualquier momento. Hacía sólo un segundo que…
-¿Dónde está Stefan?- Para mi sorpresa fui yo la que hablé.
Peter y Jocelyn me miraron sorprendidos, como si el hecho de que a Alice la hubieran asesinado hubiera hecho que se olvidaran de Stefan.
-Estaba en el piso de arriba conmigo y…y…-Jocelyn hablaba entrecortadamente.
Peter salió corriendo escaleras arriba dispuesto a encontrar a Stefan cuando otro golpe secó sonó detrás de Jocelyn y de mí. Nos quedamos paralizados, Peter en las escaleras y Jocelyn y yo en el sitio donde estábamos. Nos daba miedo girarnos, pero teníamos que hacerlo. Nos giramos lentamente y…
-¡¡¡AHHH!!!- Jocelyn profirió un grito y seguidamente se desmayó.
Yo corrí a su lado e intenté reanimarla, intentando no mirar demasiado el cuerpo inerte de Stefan que se encontraba junto al de Alice.
-Jocy… ¡Jocy, despierta!- Comencé a zarandearla con fuerza, pero Jocelyn no reaccionaba.
Peter se apresuró corriendo a mi lado y cogió a Jocelyn en brazos.
-¡Vamos, tenemos que salir de aquí!- Gritó mientras me empujaba para que comenzara a andar delante de él.
Echamos a correr hacia la puerta de la salida cuando, de pronto, oímos el sonido de un mueble al arrastrarse. Miramos hacia la izquierda (lugar del que procedía el sonido) y vimos un gran mueble de madera dirigirse a toda velocidad hasta nosotros.
Lo siguiente sucedió muy rápido. Noté la mano de Peter empujarme con fuerza hacia delante, apartándome del camino, y seguidamente el mueble impactó contra Peter y Jocelyn haciendo que Peter tuviera que soltar a Jocelyn, que cayó inconsciente al suelo. Me dirigí corriendo hacia ellos. El mueble estaba aprisionando a Peter contra la pared. Empujé con todas mis fuerzas el pesado mueble y cuando por fin logré separarlo y Peter salió nos giramos para coger a Jocelyn…Pero estaba muerta. Un gran charco de sangre brotaba desde su cabeza. Me llevé la mano a la boca, aterrada, y Peter me cogió la mano libre antes de comenzar a correr a toda pastilla hacia el exterior.
Cuando estábamos llegando al coche me solté de su mano y me quedé parada en el sitio. Sentía el corazón latirme a toda velocidad dentro del pecho y apenas podía respirar. Los ojos me ardían debido a las lágrimas retenidas y me sentía impotente.
-Vamos, tenemos que salir de aquí- Me instó Peter cogiéndome por los hombros.
-No…
-Sí.
-No- Comencé a llorar sin poder evitarlo y me solté del agarre de Peter- ¡¿Qué demonios ha ocurrido ahí dentro?!- Tenía un gran nudo en el pecho que no era capaz de deshacer- ¡Nuestros amigos no pueden estar muertos, Peter!
Peter se mordió el labio con fuerza evitando llorar, pero yo no hice lo mismo. Dejé que las lágrimas salieran a borbotones sin controlarlas.
-¡Esto no puede estar pasando! ¡Ellos…!- No podía decir la frase- ¡No pueden estar muertos!- Prácticamente grité- ¡Esto es una broma! ¡Esto no puede estar sucediendo! ¡No…! No puede…- No fui capaz de seguir hablando. Me dejé caer de rodillas en la hierba mientras lloraba desconsoladamente.
Peter se arrodilló a mi lado y me abrazó con fuerza. Su cuerpo comenzó a temblar y supe entonces que también estaba llorando. Me abracé a él tan fuerte como pude y seguí llorando sobre su hombro.