Capítulo 11: Bar de carretera.
Will POV
Abrí los ojos poco a poco. Tardé unos segundos en recordar lo que había sucedido el día anterior: habíamos ido a una fiesta, me habían golpeado, Wendy me había curado, luego habíamos descubierto que su hermana estaba allí, habíamos cogido mi coche para poner rumbo a San Diego para encontrar a una tal Rachel y por último habíamos acabado en la habitación de un motel. Cuando caí en la cuenta de ese último dato, vi que estaba abrazado a Wendy, que se encontraba de espaldas a mí.
-Oh, no, mierda…-Murmuré muy bajo mientras quitaba mi brazo de encima de ella.
Wendy se removió un poco, pero no se despertó. Me levanté y miré mi reloj, ¡¿en serio?! ¿Tanto habíamos dormido? Eran las doce y media. Saqué el móvil y vi dos llamadas perdidas de mi padre, pensé por un momento en llamarlo pero decidí que sería mejor que no. Meneé un poco a Wendy para despertarla.
-Wendy, despierta.
Wendy me miró con los ojos entrecerrados.
-¿Qué hora es?- Su voz sonó ronca.
-Nos hemos pasado con el sueño- Fue todo lo que dije.
Wendy se incorporó y se estiró un poco el vestido, pero no tuvo mucho éxito. Tanto su vestido como mi blusa estaban totalmente arrugados.
-Bueno…-Comenté- ¿Qué es lo peor que pueden pensar?
Jackie POV
Samantha había insistido en ir al instituto aunque no sabía bien por qué, estábamos de vacaciones y allí sólo habría algún conserje limpiando. Según ella, si íbamos allí podría captar si había alguna esencia de brujo (sus cosas raras, vaya) y a partir de ahí podríamos buscar a esa persona.
-Madrugar en vacaciones no mola nada- Comenté mientras entrábamos en el instituto.
-Calla- Me instó.
Samantha entró en la primera clase y se paseó por ella muy concentrada, luego salió y se dirigió a la siguiente y a la siguiente y a la siguiente…
-Oye, Samantha, aquí no hay nada- Dije ya harta de estar dando vueltas.
De pronto, Samantha se paró en mitad del pasillo y se quedó muy quieta.
-¿Qué?- ¿Por qué se había parado?- ¿Qué pasa?
Samantha se giró y se quedó mirando una de las puertas.
-¿Quién ocupa este despacho?- Preguntó mirando la inscripción de la puerta.
-Yo.
Ambas nos giramos y nos quedamos cara a cara con mi amor platónico: Taylor Marshall.
-Y tú eres…- Taylor miró a Samantha con curiosidad.
-Una doxy- Soltó como si nada- La hija mayor de la reina Sharemils.
-¿Qué?- Me dirigí a Samantha y bajé el tono de voz- ¿Es que estás loca?
-Tranquila, Jackie- Samantha seguía mirando a Taylor- Él sabe de lo que hablo.
-¿Cómo va a saber de lo que hablas?
-Porque él es el brujo que estamos buscando, ¿verdad?- Samantha sonrió.
Miré a Taylor. Esperé ver una expresión de perplejidad en su cara, pero en lugar de eso, me encontré con otra sonrisa.
Wendy POV
-Mira, ya hemos llegado- Will señaló un letrero por la ventanilla del coche.
“Bienvenidos a San Diego”
Ya eran las dos del mediodía y mi estómago no paraba de rugir.
-¿Paramos a comer?- Will me leyó el pensamiento.
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Entramos en el típico bar de carretera que hay en todas las ciudades de la Tierra. Nos sentamos en una de las mesas que había libres y miramos el menú: hamburguesas, perritos calientes…
-Buenas- Nos saludó una camarera de unos cincuenta años que sostenía una libretita y un boli en la mano- ¿Qué queréis?
-Yo quiero una hamburguesa especial de la casa y una Coca-Cola- Dijo Will.
-¿Y tú?
-Lo mismo- Dije sonriendo.
La camarera se retiró con los menús y oímos cómo hacía nuestro pedido en la cocina.
-¿Y ahora cómo encontramos a Rachel?- Me preguntó Will.
-No lo sé- Dije sinceramente.
-¿Qué no lo sabes?
-No sé qué aspecto tiene o qué edad…-Miré a mi alrededor- Podría ser cualquiera.
-¿Y entonces qué?
-Necesito ir a una biblioteca.
-¿Qué? ¿Para qué?
-Los humanos tenéis libros que contienen información mística que vosotros no queréis creer pero que es cierta- Dije- A lo mejor ahí hay una pista.
-De acuerdo… Pues entonces a leer.
-Aquí tenéis- La camarera llegó y nos dejó la comida encima de la mesa- Que lo disfrutéis.
Will y yo comenzamos a comer. La hamburguesa estaba rica y mi estómago lo agradeció.
-Así que tu hermana…-Will dejó la frase en el aire porque no recordaba su nombre.
-Staltreish.
-Eso- Dijo- Ella está con Jackie, ¿verdad?
Asentí.
-No dejará que le pase nada- Confirmé para tranquilizarlo.
-¿Es mayor que tú?
-El día que me encontraste acababa de cumplir diecinueve inviernos.
-¿Diecinueve inviernos?
-Ya sabes- Me encogí de hombros- En Doxmond no contamos los años por el día en que nacemos, sino por la estación.
-Y tú naciste en el equinoccio de primavera.
-Exacto- Asentí.
-¿Sabes? Me gustaría visitar tu mundo- Will le dio un bocado a su hamburguesa y sonrió.
Yo lo miré sin decir nada.
-¿Qué pasa?- Preguntó.
-Nada- Mentí.
-Wendy, he llegado a conocerte mejor en una semana y media que a mucha gente en años.
Suspiré.
-Los humanos no pueden visitar Doxmond- Confesé- Es una regla que se impuso hace años.
-¿Por qué?
-Los humanos sois más vulnerables que nosotros y las doxies oscuras pueden utilizaros para que trabajéis en nuestra contra- Bebí un poco de Coca-Cola- No sería la primera vez que lo hacen.
Will se quedó en silencio un momento, pensando en mis palabras. Noté un atisbo de decepción en su rostro.
-Entonces…-Buscó las palabras adecuadas- Cuando encuentres a Rachel y a la persona que nació bajo el equinoccio de otoño…Te marcharás.
Asentí mientras sentía un nudo formarse en mi garganta.
-Y no volveré a verte- Añadió.
No sabía qué responder. No había querido pensar en eso.
Abrí la boca, dispuesta a contestarle, pero entonces sentí algo.
-¿Pasa algo?
Me llevé un dedo a la boca indicándole que se callara.
-Tenemos que salir de aquí- Dije en voz baja.
-¿Qué? No he acabado mi ham…
-Ya- Lo interrumpí.
Will me miró durante una fracción de segundo y dejó unos billetes encima de la mesa.
-Actúa con naturalidad- Le indiqué mientras salíamos por la puerta.
Sólo cuando estuvimos fuera del bar pude respirar tranquila.
-¿Qué ha pasado ahí dentro?
-Doxies- Respondí- Doxies oscuras.
-¿En el bar?- La voz de Will se elevó una octava.
Asentí.
-Pero parece que las hemos despistado.
En ese momento, dos doxies aparecieron detrás de nosotros. Una de ellas me cogió por el cuello y me estampó contra la pared del bar. La otra, por otra parte, agarró a Will por el cuello de la camisa.
-Me parece que no- Dijo Will.