Capítulo 8.
Alex
Hacía ya un tiempo que había colgado el teléfono…no podía creerme que me hubiera conocido si ni siquiera había hablado. Pensaba que el escucharla lo haría todo más llevadero pero no había sido así. Ahora me encontraba peor que antes…podría llamar a Clary y que me contara cómo estaba Selena. Sí, de todos modos no tenía nada mejor que hacer. Marqué el número de Clary pero no respondió nadie, volví a marcar pero tampoco contestó nadie. Al final me di por vencido y tiré el móvil encima de la mesa mientras me tiraba en el sofá suspirando. Me levanté y me dirigí a la cocina a comer algo. Estaba dispuesto a comerme un bocadillo pero en el último momento cogí una manzana. En ese momento llamaron a la puerta. Me extrañó que Kelley hubiera llegado tan pronto, pero en fin…era Kelley. Cogí una botella de agua con una mano y la manzana con la boca mientras abría la puerta con la mano libre. Cuando la puerta se abrió y vi a la persona que estaba allí se me cayó la manzana al suelo y me quedé mirándola boquiabierto. Era imposible…no podía ser.
-Hola, Alex- Me saludó Selena. Me quedé mirándola sin contestar- ¿Vas a decirme algo?- Dijo al cabo de unos segundos.
-¿Qué…qué haces aquí?- ¿Qué haces aquí? Bien hecho Alex, te acabas de llevar el premio al gilipollas del siglo.
Selena me miró como si la acabara de abofetear.
-Sólo venía a hablar- Dijo intentando sonar lo más amable posible- No me gusta que estemos así.
La miré sin decir nada fijamente.
-¿Puedo pasar?- Me preguntó. Me retiré de la puerta indicándole con la mano que entrara y luego cerré la puerta.
-Sé que no estabas con Mark- Dije sin pensármelo demasiado. Selena se giró y me miró sorprendida.
-¿Sí-?- Parecía realmente sorprendida.
-En realidad fue Kelley la que se dio cuenta- Dije inspirando hondo- Ya sabes, siempre piensa en más de una solución.
-¿Y qué solución se le ocurrió?- La miré con los ojos entrecerrados, ¿por qué no me había gritado ya?
-¿Estás bien?- Le pregunté acercándome a ella.
-Estoy intentando arreglar las cosas contigo y no estás poniendo demasiado de tu parte- Dijo mientras sonreía nerviosa, otra cosa que me extrañó- ¿Por qué no dices nada?
-Siéntate- Selena se sentó en el sofá y yo me senté en el sillón que había enfrente- Así que no te molestó que te gritara y te culpara de engañarme y jugar conmigo ¿no?
-Claro que sí me molestó- Dijo controlando el tono de su voz- Pero…bueno, eso pasa en las parejas ¿no?
-Sí…-Dije no muy convencido, otra cosa que me extrañó es que la tenía muy cerca y no tenía ganas de abrazarla, ni tocarla, ni besarla, ¿qué me pasaba?
-He venido a arreglar las cosas Alex, pero me lo estás poniendo muy difícil- Dijo perdiendo un poco el control de la voz- Si vas a seguir así me voy- Selena se levantó y se dirigió a la puerta.
-Espera- Dije levantándome también- Lo siento- Selena se paró en seco y me miró- ¿Qué te parece si lo olvidamos todo y ya está?
Selena sonrió.
-Sí, me parece buena idea- Contestó mientras se acercaba a mí.
-¿Cuándo te vienes aquí de nuevo?- Le pregunté.
-No sé…Pronto- Contestó sonriendo.
Era Selena pero había algo raro en ella…
-Bueno…-Empezó a decir- ¿Ya está?
-¿Qué?
-¿Así acaba todo? ¿Ni un beso, ni un abrazo, ni nada?- Me preguntó extrañada.
-Oh, es el shock del momento- Dije acercándome a ella sonriendo.
Selena abrió los brazos para abrazarme y se puso de puntillas. Justo cuando nuestros labios estaban a escasos centímetros le coloqué el antebrazo en el cuello y la estampé contra la pared. Selena me miró sorprendida.
-Alex, ¿qué haces?- Me preguntó sorprendida.
-¿Quién eres?- Le pregunté intentando controlar la rabia de mi voz.
-¿A qué te refieres?- Me preguntó como si no entendiera nada de lo que le estaba diciendo.
-No te hagas la estúpida conmigo, sé que no eres ella- Selena me miró sorprendida- Dime quién eres- Dije alzando más la voz y apretando con más fuerza el brazo contra su cuello.
-Me…estás haciendo daño- Dijo con la voz ahogada y haciendo una mueca de dolor.
-No seas falsa ¿quieres?
-Alex… ¿qué te pasa? No sé qué quieres decir, suéltame- Me miró con la cara llena de dolor, en cualquier otro momento o cualquier otra persona se lo habría creído, pero yo no.
-Deja de fingir ahora mismo- Dije con la voz firme- No me vas a engañar, reconocería a Selena en cualquier parte.
Selena agachó la cabeza con el rostro desencajado por el dolor y cuando la alzó, esa expresión de dolor había sido reemplazada po una sonrisa para nada agradable que realmente me sorprendió, esa no era una sonrisa propia de Selena y me inquietó bastante verla en su rostro. Selena me empujó con una mano y me envió de un golpe contra la otra pared como si simplemente fuese una pluma. Cuando me golpeé contra la pared noté la espalda crujirme y no pude evitar un grito de dolor.
-Vaya…-Dijo “Selena”- Reconozco que me has sorprendido.
Alcé la cabeza y la miré. Estaba de pie a unos cuantos metros de mí mirándome divertida. Odié a la cambiante por utilizar el cuerpo de Selena de esa manera.
-¿Qué me ha delatado?- Me preguntó sonriendo.
-Todo- Contesté intentando sonar firme mientras me incorporaba ignorando el dolor que sentía en la espalda- Para empezar, Selena hubiera perdido los nervios nada más entrar por la puerta- Me acerqué un poco más a ella- Lo siguiente fue que Selena jamás, jamás de los jamases se arrastraría por un beso y por último…Selena tiene una expresión dulce en la cara que ni tú misma con su cuerpo puedes lograr tener.
La cambiante con el cuerpo de Selena sonrió.
-Vaya…eres listo, pero no me irás a negar que no me parezco a ella- Dijo señalándose.
-No te pareces en nada a ella- Contesté con cara de asco.
La cambiante me miró con los ojos entrecerrados y luego sonrió mientras se dirigía a la cocina, yo la seguí.
-Bonita casa- Dijo observando la cocina de arriba abajo. Aproveché ese momento para coger una navaja de la encimera y guardármela en el bolsillo del pantalón- Me gustaría quedarme un tiempo aquí.
-Sueña más, querida- Contesté sonriendo burlón.
-Oh, vamos- Dijo acercándose a mí. Instintivamente retrocedí y ella siguió avanzando hasta que yo tropecé con la pata de una silla y me caí al suelo. La cambiante se agachó encima de mí- No me irás a decir que no te mueres por tocarla- Dijo acercándose a mi oído- Por besarla- Dijo acercándose a mi boca- Por sentirla de nuevo- Justo iba a besarme cuando saqué la navaja del bolsillo y se la clavé en el costado.
La cambiante soltó un grito de dolor y se retiró de golpe. Se miró el costado donde tenía clavada la navaja y luego me miró a mí.
-¿De verdad pensabas que esto iba a hacerme daño alguno?- Preguntó mientras se quitaba la navaja y se ponía de pie. Yo hice lo mismo.
-No, pero me gusta ver que te jode- Dije sonriendo.
-Te crees muy gracioso, ¿verdad?
-Sí, es un don de los muchos que tengo.
-Ya veo…-Dijo mirándome de arriba abajo, no me gustó nada que me mirara así.
-Lo siento, sé lo que estás pensando- Le dije. La cambiante me miró sorprendida- Pero no me van las cosas de segunda mano.
-Estás empezando a cansarme, cazador- Me dijo con voz irritada.
-Es curioso que digas eso, a mi me estás cansando desde que entraste por esa puerta.
-No te hagas el chulo- Dijo acercándose más a mí- Sabes que podría matarte con un solo gesto.
-Algo me dice que si no lo has hecho ya es porque no te conviene matarme- Ella me miró con esos ojos preciosos de Selena, pero había algo en ellos que los hacía diferentes- ¿Para quién trabajas?
-¿Qué te hace pensar que trabajo para alguien?
-Vamos- Dije sonriendo divertido- Los dos sabemos que tu pequeño cerebro no es capaz de planear algo tan maquiavélico.
-Hablas como si me conocieras.
-A lo mejor te conozco, ¿cómo te llamas?
-Estás loco si piensas que te voy a decir mi nombre- Se retiró de mí y se dirigió al sofá.
-Largo de mi casa.
-Uh…-Dijo poniendo morritos- No seas tan grosero, que no tengas a la verdadera Selena no quiere decir que no puedas tenerla- Dijo señalándose.
-Me gustaría que dejaras de utilizar el cuerpo de Selena como si fuera una puta.
-Auch…-Dijo poniendo cara de dolor.
En ese momento se abrió la puerta de la casa y entró Kelley.
-¿Qué hace una manzana en el sue…-Me miró y luego miró a Selena-…lo?
Se hizo un silencio incómodo en el que ninguno sabía qué decir.
-¿Qué está pasando aquí?- Preguntó mirándome a mí y luego a Selena.
-Ya se ha arreglado todo Kelley- Contestó la cambiante sonriendo.
Kelley me miró.
-Es la asquerosa cambiante- Contesté con voz de asco.
Kelley la miró atónita.
-Jessica- Dijo Kelley mirándola.
-¿Qué?- Pregunté extrañado- ¿Quién es Jessica?
-Ella- Dijo señalándola- Te dije que iba a ver a unos brujos, me dieron su nombre.
-Vaya…-Dijo Jessica- Veo que ya no se puede confiar ni en la familia.
-Largo de aquí- Le dijo Kelley.
-No puedes obligarme- Dijo Jessica jugando con su pelo.
-No- Kelley sacó un objeto de su bolsillo y se lo enseñó- Pero sé que esto duele como si te clavaran un cuchillo en el corazón.
El rostro de Jessica (o el de Selena) pasó de la superioridad al temor.
-¿Qué es, Kells?- Le pregunté.
-Una bola de luz mágica- Contestó ésta. Yo abrí los ojos como platos.
-¿Qué?
-Sólo funciona con los cambiantes- Explicó Kelley- Es curioso lo mucho que te quieren tus familiares- Le dijo irónica a Jessica.
-Está bien- Dijo ésta finalmente- Ya me marcho- Se levantó del sofá y pasó por nuestro lado sin quitarle el ojo de encima a la bola de luz- Nos veremos pronto- Me dirigió una última mirada y me lanzó un beso al aire para después marcharse por la puerta.
Selena
-No entiendo por qué querías venir aquí- Me dijo Jack en el marco de la puerta de la habitación de Clary mientras yo rebuscaba entre sus cosas.
-Tiene que estar por aquí…-Susurré más para mí que para él.
-¿Qué estás buscando?
-¡Aquí está!- Exclamé al fin girándome hacia él.
-¿Un móvil?- Me miró como si estuviera loca- ¿Para qué quieres un móvil?
-Es el móvil de Clary- Respondí mientras lo encendía- Sé que el hospital llamará a sus padres para decirle que ha tenido un accidente, no quiero que vengan.
-¿Qué?- Jack parecía que no estaba entendiendo nada de lo que estaba diciendo.
-Tengo que decirles…-Se me quebró la voz.
-Selena- Me llamó Jack, pero yo no lo miré, estaba muy ocupada mirando la bandeja de llamadas perdidas de Clary- Selena, ¿estás bien?
-Alex…-Susurré.
-¿Qué?
Alcé la vista y miré a Jack.
-Alex ha llamado a Clary.
-¿Cuándo?
-No sé- Notaba el corazón latirme a mil por hora, ¿por qué la había llamado?
-Selena, Clary corre peligro, si no nos damos prisa…-Empezó a decir.
-Sí, sí, vamos- Lo interrumpí mientras tecleaba a toda prisa un mensaje de texto para los padres de Clary.
-¿Qué les has dicho?- Me preguntó Jack mientras nos subíamos al coche.
-Que tuvo un pequeño accidente y que seguramente los llamarán del hospital pero que no deben preocuparse, sólo fue un pequeño golpe.
Jack sonrió divertido.
-Pequeño golpe…-Comentó mientras reía en voz baja.
Al cabo de unos minutos llegamos a la casa de Jack y entramos. Jack se dirigió al salón donde habíamos estado la última vez y yo lo seguí mientras observaba cómo sacaba libros sin parar de la enorme estantería. Me sentía inquieta y empecé a mirar a mi alrededor nerviosa. Una foto me llamó la atención, me acerqué y la cogí para verla mejor. Era Jack unos doscientos años antes y estaba con una chica de pelo rubio rizado que sonreía alegremente a la cámara.
-¿Era tu novia?- Le pregunté mientras Jack se giraba y miraba la foto que sostenía en la mano.
Sonrió con tristeza, cosa que me sorprendió.
-Mi hermana- Noté un matiz de nostalgia en su voz.
-¿Tu hermana?- Miré de nuevo la foto y aprecié cosas que antes no había apreciado, como la forma idéntica de la barbilla y la forma de la nariz- ¿Dónde está?
-Lo encontré- Contestó ignorando mi pregunta mientras se acercaba con un gran libro de cuero y lo colocaba encima de la mesa. Yo dejé la foto y me acerqué.
-¿Este es el libro?- Le pregunté.
Jack asintió. En la portada había unas palabras escritas en latín que traduje como “El libro de lo imposible”. Jack abrió el libro y comenzó a buscar entre las páginas.
-¿Sabes exactamente lo que buscas?- Le pregunté nerviosa.
-Eso creo- Contestó sin levantar la vista del libro. Se paró en una de las páginas y empezó a leer rápidamente en latín así que no logré entender lo que decía- Este es- Me dijo al fin.
-¿Lo has encontrado?
-Sí- Contestó sonriendo.
-¿Y?- Pregunté inquieta.
El rostro de Jack pasó de la alegría a la más profunda oscuridad.
-¿Puedes ayudar a Clary?- Pregunté notando que perdía los nervios.
-No- Contestó cerrando el libro. Yo lo miré atónita.
-¿Qué?- No daba crédito a lo que acababa de oír- ¿Cómo que no puedes ayudarla?
-Es demasiado peligroso- Contestó sin cambiar la expresión de su rostro.
-¡¿Qué quieres decir con que es demasiado peligroso?!- Alcé el tono de mi voz exasperada.
-Que no puedo ayudar a Clary, lo siento- Contestó mirándome.
-¡¿Puedes salvarla y no quieres?!
-Sí, algo así- Contestó dándome la espalda.
-¡¿Por qué?! ¡Estabas decidido a ayudarme y ahora de buenas a primera dices que no!- Jack no me contestó ni me miró- ¡¿Por qué?!- Grité dándole un tirón del brazo haciendo que me mirara.
-¡Porque no voy a ayudarla si eso significa que tú tienes que morir!- Me gritó.
Alex
Hacía ya un tiempo que había colgado el teléfono…no podía creerme que me hubiera conocido si ni siquiera había hablado. Pensaba que el escucharla lo haría todo más llevadero pero no había sido así. Ahora me encontraba peor que antes…podría llamar a Clary y que me contara cómo estaba Selena. Sí, de todos modos no tenía nada mejor que hacer. Marqué el número de Clary pero no respondió nadie, volví a marcar pero tampoco contestó nadie. Al final me di por vencido y tiré el móvil encima de la mesa mientras me tiraba en el sofá suspirando. Me levanté y me dirigí a la cocina a comer algo. Estaba dispuesto a comerme un bocadillo pero en el último momento cogí una manzana. En ese momento llamaron a la puerta. Me extrañó que Kelley hubiera llegado tan pronto, pero en fin…era Kelley. Cogí una botella de agua con una mano y la manzana con la boca mientras abría la puerta con la mano libre. Cuando la puerta se abrió y vi a la persona que estaba allí se me cayó la manzana al suelo y me quedé mirándola boquiabierto. Era imposible…no podía ser.
-Hola, Alex- Me saludó Selena. Me quedé mirándola sin contestar- ¿Vas a decirme algo?- Dijo al cabo de unos segundos.
-¿Qué…qué haces aquí?- ¿Qué haces aquí? Bien hecho Alex, te acabas de llevar el premio al gilipollas del siglo.
Selena me miró como si la acabara de abofetear.
-Sólo venía a hablar- Dijo intentando sonar lo más amable posible- No me gusta que estemos así.
La miré sin decir nada fijamente.
-¿Puedo pasar?- Me preguntó. Me retiré de la puerta indicándole con la mano que entrara y luego cerré la puerta.
-Sé que no estabas con Mark- Dije sin pensármelo demasiado. Selena se giró y me miró sorprendida.
-¿Sí-?- Parecía realmente sorprendida.
-En realidad fue Kelley la que se dio cuenta- Dije inspirando hondo- Ya sabes, siempre piensa en más de una solución.
-¿Y qué solución se le ocurrió?- La miré con los ojos entrecerrados, ¿por qué no me había gritado ya?
-¿Estás bien?- Le pregunté acercándome a ella.
-Estoy intentando arreglar las cosas contigo y no estás poniendo demasiado de tu parte- Dijo mientras sonreía nerviosa, otra cosa que me extrañó- ¿Por qué no dices nada?
-Siéntate- Selena se sentó en el sofá y yo me senté en el sillón que había enfrente- Así que no te molestó que te gritara y te culpara de engañarme y jugar conmigo ¿no?
-Claro que sí me molestó- Dijo controlando el tono de su voz- Pero…bueno, eso pasa en las parejas ¿no?
-Sí…-Dije no muy convencido, otra cosa que me extrañó es que la tenía muy cerca y no tenía ganas de abrazarla, ni tocarla, ni besarla, ¿qué me pasaba?
-He venido a arreglar las cosas Alex, pero me lo estás poniendo muy difícil- Dijo perdiendo un poco el control de la voz- Si vas a seguir así me voy- Selena se levantó y se dirigió a la puerta.
-Espera- Dije levantándome también- Lo siento- Selena se paró en seco y me miró- ¿Qué te parece si lo olvidamos todo y ya está?
Selena sonrió.
-Sí, me parece buena idea- Contestó mientras se acercaba a mí.
-¿Cuándo te vienes aquí de nuevo?- Le pregunté.
-No sé…Pronto- Contestó sonriendo.
Era Selena pero había algo raro en ella…
-Bueno…-Empezó a decir- ¿Ya está?
-¿Qué?
-¿Así acaba todo? ¿Ni un beso, ni un abrazo, ni nada?- Me preguntó extrañada.
-Oh, es el shock del momento- Dije acercándome a ella sonriendo.
Selena abrió los brazos para abrazarme y se puso de puntillas. Justo cuando nuestros labios estaban a escasos centímetros le coloqué el antebrazo en el cuello y la estampé contra la pared. Selena me miró sorprendida.
-Alex, ¿qué haces?- Me preguntó sorprendida.
-¿Quién eres?- Le pregunté intentando controlar la rabia de mi voz.
-¿A qué te refieres?- Me preguntó como si no entendiera nada de lo que le estaba diciendo.
-No te hagas la estúpida conmigo, sé que no eres ella- Selena me miró sorprendida- Dime quién eres- Dije alzando más la voz y apretando con más fuerza el brazo contra su cuello.
-Me…estás haciendo daño- Dijo con la voz ahogada y haciendo una mueca de dolor.
-No seas falsa ¿quieres?
-Alex… ¿qué te pasa? No sé qué quieres decir, suéltame- Me miró con la cara llena de dolor, en cualquier otro momento o cualquier otra persona se lo habría creído, pero yo no.
-Deja de fingir ahora mismo- Dije con la voz firme- No me vas a engañar, reconocería a Selena en cualquier parte.
Selena agachó la cabeza con el rostro desencajado por el dolor y cuando la alzó, esa expresión de dolor había sido reemplazada po una sonrisa para nada agradable que realmente me sorprendió, esa no era una sonrisa propia de Selena y me inquietó bastante verla en su rostro. Selena me empujó con una mano y me envió de un golpe contra la otra pared como si simplemente fuese una pluma. Cuando me golpeé contra la pared noté la espalda crujirme y no pude evitar un grito de dolor.
-Vaya…-Dijo “Selena”- Reconozco que me has sorprendido.
Alcé la cabeza y la miré. Estaba de pie a unos cuantos metros de mí mirándome divertida. Odié a la cambiante por utilizar el cuerpo de Selena de esa manera.
-¿Qué me ha delatado?- Me preguntó sonriendo.
-Todo- Contesté intentando sonar firme mientras me incorporaba ignorando el dolor que sentía en la espalda- Para empezar, Selena hubiera perdido los nervios nada más entrar por la puerta- Me acerqué un poco más a ella- Lo siguiente fue que Selena jamás, jamás de los jamases se arrastraría por un beso y por último…Selena tiene una expresión dulce en la cara que ni tú misma con su cuerpo puedes lograr tener.
La cambiante con el cuerpo de Selena sonrió.
-Vaya…eres listo, pero no me irás a negar que no me parezco a ella- Dijo señalándose.
-No te pareces en nada a ella- Contesté con cara de asco.
La cambiante me miró con los ojos entrecerrados y luego sonrió mientras se dirigía a la cocina, yo la seguí.
-Bonita casa- Dijo observando la cocina de arriba abajo. Aproveché ese momento para coger una navaja de la encimera y guardármela en el bolsillo del pantalón- Me gustaría quedarme un tiempo aquí.
-Sueña más, querida- Contesté sonriendo burlón.
-Oh, vamos- Dijo acercándose a mí. Instintivamente retrocedí y ella siguió avanzando hasta que yo tropecé con la pata de una silla y me caí al suelo. La cambiante se agachó encima de mí- No me irás a decir que no te mueres por tocarla- Dijo acercándose a mi oído- Por besarla- Dijo acercándose a mi boca- Por sentirla de nuevo- Justo iba a besarme cuando saqué la navaja del bolsillo y se la clavé en el costado.
La cambiante soltó un grito de dolor y se retiró de golpe. Se miró el costado donde tenía clavada la navaja y luego me miró a mí.
-¿De verdad pensabas que esto iba a hacerme daño alguno?- Preguntó mientras se quitaba la navaja y se ponía de pie. Yo hice lo mismo.
-No, pero me gusta ver que te jode- Dije sonriendo.
-Te crees muy gracioso, ¿verdad?
-Sí, es un don de los muchos que tengo.
-Ya veo…-Dijo mirándome de arriba abajo, no me gustó nada que me mirara así.
-Lo siento, sé lo que estás pensando- Le dije. La cambiante me miró sorprendida- Pero no me van las cosas de segunda mano.
-Estás empezando a cansarme, cazador- Me dijo con voz irritada.
-Es curioso que digas eso, a mi me estás cansando desde que entraste por esa puerta.
-No te hagas el chulo- Dijo acercándose más a mí- Sabes que podría matarte con un solo gesto.
-Algo me dice que si no lo has hecho ya es porque no te conviene matarme- Ella me miró con esos ojos preciosos de Selena, pero había algo en ellos que los hacía diferentes- ¿Para quién trabajas?
-¿Qué te hace pensar que trabajo para alguien?
-Vamos- Dije sonriendo divertido- Los dos sabemos que tu pequeño cerebro no es capaz de planear algo tan maquiavélico.
-Hablas como si me conocieras.
-A lo mejor te conozco, ¿cómo te llamas?
-Estás loco si piensas que te voy a decir mi nombre- Se retiró de mí y se dirigió al sofá.
-Largo de mi casa.
-Uh…-Dijo poniendo morritos- No seas tan grosero, que no tengas a la verdadera Selena no quiere decir que no puedas tenerla- Dijo señalándose.
-Me gustaría que dejaras de utilizar el cuerpo de Selena como si fuera una puta.
-Auch…-Dijo poniendo cara de dolor.
En ese momento se abrió la puerta de la casa y entró Kelley.
-¿Qué hace una manzana en el sue…-Me miró y luego miró a Selena-…lo?
Se hizo un silencio incómodo en el que ninguno sabía qué decir.
-¿Qué está pasando aquí?- Preguntó mirándome a mí y luego a Selena.
-Ya se ha arreglado todo Kelley- Contestó la cambiante sonriendo.
Kelley me miró.
-Es la asquerosa cambiante- Contesté con voz de asco.
Kelley la miró atónita.
-Jessica- Dijo Kelley mirándola.
-¿Qué?- Pregunté extrañado- ¿Quién es Jessica?
-Ella- Dijo señalándola- Te dije que iba a ver a unos brujos, me dieron su nombre.
-Vaya…-Dijo Jessica- Veo que ya no se puede confiar ni en la familia.
-Largo de aquí- Le dijo Kelley.
-No puedes obligarme- Dijo Jessica jugando con su pelo.
-No- Kelley sacó un objeto de su bolsillo y se lo enseñó- Pero sé que esto duele como si te clavaran un cuchillo en el corazón.
El rostro de Jessica (o el de Selena) pasó de la superioridad al temor.
-¿Qué es, Kells?- Le pregunté.
-Una bola de luz mágica- Contestó ésta. Yo abrí los ojos como platos.
-¿Qué?
-Sólo funciona con los cambiantes- Explicó Kelley- Es curioso lo mucho que te quieren tus familiares- Le dijo irónica a Jessica.
-Está bien- Dijo ésta finalmente- Ya me marcho- Se levantó del sofá y pasó por nuestro lado sin quitarle el ojo de encima a la bola de luz- Nos veremos pronto- Me dirigió una última mirada y me lanzó un beso al aire para después marcharse por la puerta.
Selena
-No entiendo por qué querías venir aquí- Me dijo Jack en el marco de la puerta de la habitación de Clary mientras yo rebuscaba entre sus cosas.
-Tiene que estar por aquí…-Susurré más para mí que para él.
-¿Qué estás buscando?
-¡Aquí está!- Exclamé al fin girándome hacia él.
-¿Un móvil?- Me miró como si estuviera loca- ¿Para qué quieres un móvil?
-Es el móvil de Clary- Respondí mientras lo encendía- Sé que el hospital llamará a sus padres para decirle que ha tenido un accidente, no quiero que vengan.
-¿Qué?- Jack parecía que no estaba entendiendo nada de lo que estaba diciendo.
-Tengo que decirles…-Se me quebró la voz.
-Selena- Me llamó Jack, pero yo no lo miré, estaba muy ocupada mirando la bandeja de llamadas perdidas de Clary- Selena, ¿estás bien?
-Alex…-Susurré.
-¿Qué?
Alcé la vista y miré a Jack.
-Alex ha llamado a Clary.
-¿Cuándo?
-No sé- Notaba el corazón latirme a mil por hora, ¿por qué la había llamado?
-Selena, Clary corre peligro, si no nos damos prisa…-Empezó a decir.
-Sí, sí, vamos- Lo interrumpí mientras tecleaba a toda prisa un mensaje de texto para los padres de Clary.
-¿Qué les has dicho?- Me preguntó Jack mientras nos subíamos al coche.
-Que tuvo un pequeño accidente y que seguramente los llamarán del hospital pero que no deben preocuparse, sólo fue un pequeño golpe.
Jack sonrió divertido.
-Pequeño golpe…-Comentó mientras reía en voz baja.
Al cabo de unos minutos llegamos a la casa de Jack y entramos. Jack se dirigió al salón donde habíamos estado la última vez y yo lo seguí mientras observaba cómo sacaba libros sin parar de la enorme estantería. Me sentía inquieta y empecé a mirar a mi alrededor nerviosa. Una foto me llamó la atención, me acerqué y la cogí para verla mejor. Era Jack unos doscientos años antes y estaba con una chica de pelo rubio rizado que sonreía alegremente a la cámara.
-¿Era tu novia?- Le pregunté mientras Jack se giraba y miraba la foto que sostenía en la mano.
Sonrió con tristeza, cosa que me sorprendió.
-Mi hermana- Noté un matiz de nostalgia en su voz.
-¿Tu hermana?- Miré de nuevo la foto y aprecié cosas que antes no había apreciado, como la forma idéntica de la barbilla y la forma de la nariz- ¿Dónde está?
-Lo encontré- Contestó ignorando mi pregunta mientras se acercaba con un gran libro de cuero y lo colocaba encima de la mesa. Yo dejé la foto y me acerqué.
-¿Este es el libro?- Le pregunté.
Jack asintió. En la portada había unas palabras escritas en latín que traduje como “El libro de lo imposible”. Jack abrió el libro y comenzó a buscar entre las páginas.
-¿Sabes exactamente lo que buscas?- Le pregunté nerviosa.
-Eso creo- Contestó sin levantar la vista del libro. Se paró en una de las páginas y empezó a leer rápidamente en latín así que no logré entender lo que decía- Este es- Me dijo al fin.
-¿Lo has encontrado?
-Sí- Contestó sonriendo.
-¿Y?- Pregunté inquieta.
El rostro de Jack pasó de la alegría a la más profunda oscuridad.
-¿Puedes ayudar a Clary?- Pregunté notando que perdía los nervios.
-No- Contestó cerrando el libro. Yo lo miré atónita.
-¿Qué?- No daba crédito a lo que acababa de oír- ¿Cómo que no puedes ayudarla?
-Es demasiado peligroso- Contestó sin cambiar la expresión de su rostro.
-¡¿Qué quieres decir con que es demasiado peligroso?!- Alcé el tono de mi voz exasperada.
-Que no puedo ayudar a Clary, lo siento- Contestó mirándome.
-¡¿Puedes salvarla y no quieres?!
-Sí, algo así- Contestó dándome la espalda.
-¡¿Por qué?! ¡Estabas decidido a ayudarme y ahora de buenas a primera dices que no!- Jack no me contestó ni me miró- ¡¿Por qué?!- Grité dándole un tirón del brazo haciendo que me mirara.
-¡Porque no voy a ayudarla si eso significa que tú tienes que morir!- Me gritó.