Capítulo 5
Selena
-A ver…-Empezó a decir Jack mientras pasaba página a página a toda velocidad las páginas del libro- Aquí está- Se apartó a un lado y me indicó que tomara su puesto delante del libro y eso hice- Empieza a leer.
-¿Qué?
-Hazlo- Me señaló la página que había marcado con la cabeza y empecé a leer.
-No se sabe muy bien cuál es el origen de todos los seres sobrenaturales que habitan en el mundo. Pero la leyenda más antigua nos lleva hasta Rumanía en el siglo III después de Cristo- Alcé la vista del libro y miré a Jack que me indicó que siguiera- Demetria Ekaterina Ivanov fue la primera mujer considerada “bruja” en toda la historia. Cuenta la leyenda que Demetria fue fruto de una infidelidad de su padre, Gheorghe Ivanov, a su esposa Mihaela con la sirvienta de la mansión llamada Alexandreina. Al enterarse Gheorghe que Alexandreina iba a dar a luz a un bebé sintió vergüenza por lo que había hecho pero a la vez sintió una inmensa alegría, ya que Mihaela era estéril.
<<Aunque sabía que ese bebé no debía nacer no podía evitar pensar que necesitaba tener un sucesor y que quizás ese bebé fuera varón, así que esperó a que el bebé naciera y comprobar si era varón. Nunca le contó a su mujer que el hijo que esperaba Alexandreina era suyo, por lo que Alexandreina siguió trabajando para el matrimonio. Cuando llegó el día del parto y Gheorghe comprobó que el bebé no era varón sintió tal rabia que quiso matar a la niña. La arrancó de los brazos de Alexandreina y la tiró por la ventana de la habitación ignorando los gritos y súplicas de Alexandreina, la cual se marchó de esa casa y no volvió jamás. Alexandreina llena de dolor cogió entre sus brazos el cadáver de su hija recién nacida y se ocultó en los bosques de alrededor. Cuenta la historia que hizo un pacto con el Diablo en el que le pedía que trajera a su hija de vuelta a la vida, pero el Diablo tenía otra condición, la traería a la vida pero no sería como el resto de personas. Tendría más poder que ningún otro ser humano y podría hacer cosas jamás imaginadas. Alexandreina aceptó sin ni siquiera pensar en las consecuencias, simplemente quería tener de nuevo a su hija. Veinte años más tarde, cuando toda la historia parecía olvidada, una chica de veinte años llamó a la puerta de la mansión Ivanov un día de tormenta pidiendo refugio, iba cubierta con una capa oscura que le tapaba el rostro y cuando Gheorghe abrió la puerta se negó a darle cobijo. Fue entonces cuando la chica se quitó la capucha y miró fijamente a Gheorghe que inmediatamente se quedó inmóvil en el suelo sin poder mover un músculo. La chica se quitó la capa y entró en la casa. Por más que Gheorghe intentaba hablar no podía formular ningún sonido. Fue entonces cuando la chica se presentó: <<Hola, me llamo Demetria Ekaterina. Supongo que no te acuerdas de mí ¿verdad?>> Gheorghe estaba dominado por el pánico, no sabía qué estaba sucediendo allí y no podía pedir socorro para que lo salvaran de aquella chica loca. La chica sonrió y se acercó a él. <<Hola, papá>> Gheorghe intentó abrir los ojos o gritar o hacer cualquier gesto pero no logró nada. <<Tú me mataste>> Siguió diciendo Demetria. <<Me mataste sólo porque no fui un varón, pero mi madre sí me quería e hizo lo que cualquier madre hubiera hecho por traer a un hijo de vuelta del otro mundo. Espero que alguien te quiera a ti tanto como para hacer lo mismo>> Justo en el momento en que estaba matando a su padre llegó Mihaela, que al ver a su marido en el suelo muerto no pudo evitar un grito que la descubrió. Demetria creó un círculo de fuego alrededor de Mihaela para que no pudiera huir y se marchó de la casa. Mihaela le contó a todo el mundo que una muchacha había matado a su marido y que luego había creado un círculo de fuego a su alrededor. Desde entonces empezaron a buscar a Demetria para matarla, pero nadie volvió a saber nada más de ella. Fue un tiempo más tarde cuando empezaron a nacer las leyendas sobre vampiros, hombres lobo y brujas. Las leyendas decían que las brujas convertían a las personas pecadoras o que habían hecho algún mal en criaturas horribles, unas veces en esclavos del Sol, que sería el caso de los vampiros, y otros esclavos de la Luna, como sería el caso de los hombres lobo, haciendo que fueran enemigos hasta el final de sus días>>
Levanté lentamente la cabeza del libro y miré a Jack que me miraba sonriendo. Luego posé mi mirada en Clary que estaba mirándome con la boca abierta. No sabía si era realmente consciente de todo lo que acababa de leer pero era demasiado.
-¿Qué quiere decir todo eso?- Fue la pregunta que fui capaz de formular.
-Ya sabes de donde vienen todos los seres que vas matando por ahí con tu amorcito- Noté una punzada en el estómago. Jack se acercó más a mí- Ya sabes de donde vengo yo.
-¿Intentas decirme que esa tal Demetria es la que ha creado a todos los vampiros, hombres lobo…?
-Intento decirte- Me interrumpió- Que Demetria creó al primer hombre lobo, al primer vampiro, al primer zombie, al primer brujo…-Hizo una mueca- Esos se encargaron de crear a más de su especie- Cogió el libro y lo cerró.
-¿Cómo?- Jack y yo nos giramos para mirar a Clary que parecía que acababa de despertar de un sueño- ¿Cómo los creó?
-Demetria fue devuelta a la vida por…-Algo en los ojos de Clary hizo que Jack sonriera y que no pronunciara el nombre en voz alta- Ya me entiendes- Cogió el libro y se dirigió a la estantería- No sé en qué estaba pensando- Guardó el libro y se volvió hacia nosotras.
-¿Eso la convierte en la bruja más poderosa?- Preguntó Clary.
-Eso la convierte en la madre de todo los seres de la noche- Contestó Jack. Clary se puso tensa.
-Has dicho que después del primero los vampiros siguieron creando a los demás ellos mismos- Dije yo procesando en voz alta la reflexión interior que estaba llevando a cabo.
-Sí- Asintió Jack.
-Entonces, ¿por qué ha aparecido ahora Demetria? ¿Por qué se ha molestado en convertir a un chico que ni siquiera estaba muerto en vampiro? ¿Qué quería decir con que era hora de qué le hiciera un favor? ¿Y qué demonios tengo yo que ver en todo eso?- Pregunté todo correlativamente sin apenas respirar.
Jack y Clary me miraron sin saber qué decir.
-No lo sé- Contestó Jack finalmente.
-No lo sabes- Dije intentando convencerme de lo que había dicho
Jack negó con la cabeza.
-Genial- Dije irónica.
-Sel…-Dijo Clary.
-¡No, Sel, no!- Perdí los nervios- Si antes tenía poca idea de lo que estaba pasando ahora no tengo ni una pizca…espera- Entonces caí en la cuenta de algo- Entonces la persona que se suponía que era yo era… ¿Demetria?
-No lo creo- Contestó Jack inmediatamente- Por lo que sé a Demetria le gusta tener muñecos que hagan sus trabajos sucios.
-¿Tú podrías transformarte en otra persona?- Le preguntó Clary.
-No, niñita- Clary pareció ofendida por lo de “niñita”- Cada brujo tiene una especialidad, los que son capaces de transformarse en otras personas son los cambiantes.
- Y tú ¿qué eres?- Le pregunté.
-Yo simplemente soy un brujo común- Sonrió socarrón- Hechizos, conjuros…ya sabes.
-Ojalá pudiera yo hacer un simple conjuro- Masculló Clary entre dientes.
-Entonces sabemos que Demetria anda detrás de todo esto y que fue ella la que convirtió a Mark en vampiro para que le hiciera un favor que no sabemos cuál es y también sabemos que una cambiante está involucrada en todo esto…-Empecé a decir en voz alta la información que teníamos.
-Y que por lo visto el propósito era separaros a Alex y a ti- Añadió Clary.
-Pero ¿por qué?- No entendía esa última parte.
Clary se encogió de hombros.
-Creo que será mejor que os reunáis con tu novio- Pronunció las últimas palabras mirando a Clary- Contadle lo que habéis averiguado y a ver si él sabe algo que pueda ayudaros, yo no puedo hacer nada más.
-¿Qué?- ¿Cómo que no podía hacer nada más?- ¿Ya está? ¿Nos quedamos así? ¿Nos cuentas una historia y se acabó? ¿Tenemos que apañárnoslas nosotros solos?
-Sí, algo así- Me contestó.
Quise gritarle, pero me guardé el enfado y salí a toda prisa de la habitación mientras oía a Clary decir mi nombre. A los pocos segundos la tenía andando detrás de mí. Cuando llegamos a donde estaba Adrian –me sorprende que encontrara el camino de vuelta sola- éste se levantó de golpe.
-¿Por qué habéis tardado tanto?- Nos preguntó.
-Es una larga historia- Contestó Clary.
-¿Les has contado todo lo que sabes?- Adrian miró más allá de Clary y de mí. Nos giramos y vimos Jack detrás de nosotras.
-Sí- Éste estaba cruzado de brazos- Ahora será mejor que os marchéis, yo también tengo cosas que hacer.
Alex
Me despertó un rayo de Sol dándome directamente en la cara. Me puse la mano delante de la cara para protegerme y miré a mi alrededor. Estaba tirado en el sofá con cuatro botellas de whisky tiradas por el suelo. Pensé que sentiría otra vez el dolor inmenso de cabeza que llevaba sintiendo los dos últimos días, pero no fue así. Me sentía bien –más o menos-, supuse que sería debido a que llevaba dos días y medio bebiendo alcohol sin parar, ya no me hacía ni efecto. Me incorporé y empecé a andar, noté un pequeño mareo y me sujeté a la mesa para no caerme. Sacudí la cabeza para despejarme y me dirigí a la cocina. Abrí el armario donde tenía guardado los whiskys, sólo quedaba una botella, tendría que ir a comprar más botellas más tarde. Desenrosqué el tapón y bebí un trago de whisky, en ese momento llamaron a la puerta. ¿Quién sería a esas horas de la mañana? ¿O de la tarde? Ni yo mismo lo sabía. Me dirigí a la puerta con la botella de whisky en la mano y abrí la puerta mientras daba otro trago. La persona que había allí hizo que escupiera el whisky que tenía en la boca.
-¡¿Kelley?!- Mi voz sonó tan sorprendida como realmente estaba..
Kelley estaba delante de mí con ambas manos en jarras y mirándome con el ceño fruncido. No había nada peor que Kelley enfadada…bueno sí había una cosa, Kelley de compras. Llevaba unos vaqueros de pitillo y una camiseta larga donde se podía leer “You touch, you die” (Si me tocas estás muerto), en cualquier otro momento me habría reído, pero no tenía ganas. Sólo tenía ganas de cerrarle la puerta en la cara.
-¡¿Qué diablos estás haciendo, Alex?!- Me gritó.
-Bebiendo- Dije señalándole la botella de whisky- ¿Es que no es obvio?- Le di un trago a la botella.
Kelley frunció más el ceño, la cosa iba de mal en peor.
-¿Y Kyle?- Le pregunté intentando cambiar de tema.
-He venido sola- Contestó tajante- ¿Qué te pasa?
-N-a-d-a- Deletreé cada letra para que le quedara claro.
-Déjame entrar- Prácticamente me lo ordenó.
-No- Me negué. Kelley abrió los ojos como platos.
-¿Qué has dicho?
-Que no- Repetí.
Kelley me pegó un tirón de la botella y me la quitó.
-¡Eh! ¡Kelley dame la botella!
-Déjame pasar y te la doy.
La miré con los ojos entrecerrados.
-Eso es chantaje.
-Vaya, veo que al menos aún sabes distinguir lo que es un chantaje- Dijo irónica.
Me retiré de la puerta y Kelley entró.
-Dame el whisky- Le dije. Kelley miró el sofá y el montón de botellas vacías que tenía en el suelo, luego me miró con los ojos salidos de las órbitas.
-Ve a ducharte- Hizo un esfuerzo enorme por no perder el control de la voz.
-¿Qué? Dame el puñetero whisky, Kelley.
-Mira- Respiró hondo cerrando los ojos- Necesito que me cuentes qué te está pasando y no lo podrás hacer en ese estado, así que sube a ducharte.
-Pero es que yo no quiero contarte nada Kells.
-¿Dónde está Selena?- Me quedé mirándola sin decir nada- Así que tiene que ver con ella ¿no?
-Yo no he dicho que tenga que ver con ella.
-Te conozco desde que eras un mocoso, no me mientas- La mirada de Kelley era desafiante, sabía que no llegaría a ningún sitio con la mentira.
-Hemos roto- Me costó lo inimaginable decir esas dos palabras.
-¿Qué?- Preguntó en un hilo de voz al cabo de un momento.
-No me hagas que lo repita otra vez.
-¿Por qué?- Desvié la vista- Alex- Me llamó- ¿Por qué habéis roto?
Noté que me ardían los ojos al recordar lo que había ocurrido, aquellas imágenes que había intentado olvidar con el alcohol.
-No lo sé- Contesté sinceramente mientras me sentaba en el sofá.
-¿Cómo que no lo sabes?
-La…la vi…besando a otro- Con cada palabra notaba que se me rompía un poco más el corazón.
Alcé la cabeza para mirar a Kelley al ver que no decía nada. Ésta estaba mirándome boquiabierta.
-Selena no haría eso- Dijo sin poder creérselo.
-Yo pensaba lo mismo- Intenté sonreír irónico, pero no me salió.
-Cuéntamelo todo- Dijo sentándose a mi lado. Yo suspiré.
Selena
Me desperté en mi antigua habitación y sentí una punzada de añoranza. Sabía que Clary estaba en la habitación de al lado con Adrian. ¿Qué hora sería? Alargué la mano para coger mi móvil y vi una llamada perdida de Kelley. Sentí una punzada en el estómago. No la llamaría, no quería volver a remover lo que había sucedido. Primero tenía que aclararlo todo en mi mente. Alex estaba dolido, eso estaba seguro, creía que lo había traicionado y el pensar eso me ponía enferma. Lo único que quería era ir a contarle que todo había sido un gravísimo malentendido pero ¿qué le diría? Ni yo misma sabía que había sucedido al cien por cien. Hablaría con él, de eso no tenía duda, pero primero tenía que tener todo lo que había sucedido claro.
Fui al servicio y me di una ducha antes de que Adrian y Clary se despertaran. Me sentía rara duchándome de nuevo en aquel piso pero a la vez era una sensación reconfortante. Cuando salí del baño con unos pantalones negros y una blusa de cuadros negros y blancos de manga larga vi a Adrian desayunando en la cocina.
-Buenos días- Me saludó cuando entré.
-Hola- Contesté- ¿Y Clary?- Pregunté al ver que no estaba por allí.
-Vistiéndose- Adrian se echó un poco de café en una taza y me miró- ¿Café?
-Claro- Me senté en la mesa y crucé las manos encima de la mesa.
-¿Has pensado más en lo que pasó ayer?- Me preguntó mientras me echaba un poco de café en una taza.
-No- Mentí- Aunque pensara en ello no sabría qué hacer- Adrian se sentó enfrente de mí y colocó una de las tazas delante de mí.
-¿No crees que sería una buena idea hablar con Alex?
Fijé mi vista en la taza durante un buen rato.
-Sí- Contesté al cabo de un rato mientras cogía la taza entre las dos manos.
-¿Lo harás?
-No- Bebí un poco de café y miré a Adrian que hizo una mueca burlona.
-No te preguntaré por qué.
-Haces bien.
En ese momento entró Clary vestida con una falda de tablas roja y blanca y una camisa blanca. Pasó su mirada de Adrian a mí y luego de nuevo a Adrian.
-¿Dónde está mi café?- Preguntó haciéndose la indignada mientras ponía los brazos en jarra.
-Ahora te lo pongo, princesa- Le contestó Adrian mientras se dirigía a la cafetera. Sentí una punzada de nostalgia al ver el amor que desprendían los dos.
-¿Qué tal estás?- Me preguntó Clary sentándose a mi lado.
Yo fingí una sonrisa.
-Mejor.
Clary entrecerró los ojos y me miró fijamente.
-Mientes- Me acusó.
-No miento- Dije mientras bebía otro poco de café.
-Ya, claro.
Adrian le puso una taza de café delante a Clary y se sentó en el sitio de antes.
-¿Qué vamos a hacer?- Preguntó Adrian.
-Bien poco- Contestó Clary, Adrian la miró sorprendido- Nos han dado pistas sin ningún sentido y no sabemos con quién ponernos en contacto.
Aunque me doliera reconocerlo, Clary tenía razón.
-Jack puede ayudarnos- Dijo Adrian.
-Jack dijo que no sabía…-Empecé a decir yo.
-Jack no es una persona muy dada a ayudar a los demás- Me cortó- Pero no es mala persona, estoy seguro que si le decimos lo que está pasando en realidad nos ayudará en todo lo que pueda.
-¿De qué lo conoces?- Le preguntó Clary.
Adrian se removió en la silla nervioso.
-Una vez les hizo un favor a Jennifer y a Bradley- Me tensé al escuchar esos dos nombres.
Miré a Clary que tenía el ceño fruncido, estaba enfadada.
-¿Cómo es que sabes tanto de este mundo, Adrian?- Siguió preguntando- Y no me vayas a decir que viviste durante cinco años con esos desgraciados, porque no me sirve.
-Clary…-Adrian dudó un momento- No puedo explicarte todo lo que he hecho en mi vida, simplemente…
-Simplemente ¿qué?
Empecé a ponerme nerviosa, eso estaba alcanzando otro nivel.
-Hice cosas muy malas- Dijo al fin- Cosas de las que me arrepiento mucho.
-¿Qué cosas?- Pude notar el temor en la voz de Clary.
Adrian vaciló.
-¿Qué cosas, Adrian?- La voz de Clary subió de tono.
-Clary…-Dije yo- ¿No crees que te estás pasando?- Intenté calmar las cosas.
-No, no me estoy pasando- Me dedicó una mirada llena de rabia- Si fuera Alex te gustaría saberlo.
Me quedé sin palabras y Clary volvió su vista hacia Adrian.
-¿Qué cosas tan graves has hecho? ¿Has secuestrado a más gente?
-Ojalá fuera solo eso- La voz de Adrian sonaba apagada.
-¿Qué quieres decir?
Miré la taza de Clary, estaba intacta.
-Clary, por favor…
-Quiero saberlo- Contestó.
Adrian agachó la cabeza y se quedó así un momento bastante largo.
-Maté gente- Dijo al fin.
Miré a Clary sorprendida, ésta lo miraba con la boca abierta.
-¿Cuánta?- Preguntó Clary al cabo de un rato con la voz temblando.
-No sé, perdí la cuenta- Contestó Adrian meneando la cabeza.
-¿Por qué?- ¿Por qué? Dos palabras tan simples y que implicaban tantas respuestas.
-No lo sé, estaba como hipnotizado.
-Eso no es un motivo- Clary estaba siendo demasiado dura, o simplemente era que yo creía que estaban discutiendo por una tontería.
-Maté niños, Clary- Esa confesión nos dejó a Clary y a mí sin respiración.
-¿Qué…qué acabas de decir?- Clary tartamudeó.
Adrian agachó la cabeza avergonzado.
-Me obligaron- Se intentó defender.
-¡Nadie puede obligarte a matar, Adrian!- Gritó Clary.
-Creían que era ella- Me señaló y sentí un escalofrío.
-¿Qué?- Fui yo la que hice la pregunta.
-Mataban a niñas que tenían alrededor de tu edad durante seis años, empezaron a matar niñas de unos diez años y siguieron así hasta que se me enviaron a averiguar su verdadero paradero- Dijo con voz triste.
-¿Cómo fuiste capaz?- La voz de Clary sonó dolida y decepcionada.
-Clary…
-¡TE ODIO!- Gritó ésta levantándose de golpe haciendo que la taza de café se derramara sobre la mesa y luego salió corriendo.
-¡Clary!- La llamamos Adrian y yo a la vez.
Clary abrió la puerta del piso y salió corriendo mientras Adrian y yo la seguíamos, ¿estaba loca? ¿Por qué había reaccionado así? Intenté ponerme en su lugar y la comprendí. Después de meses y meses enamorada de una persona y viviendo con ella te enteras de que antes había matado a niños inocentes…es para volverse loca. Clary bajó corriendo las escaleras y nosotros la seguimos mientras la llamábamos a gritos pero Clary nos ignoró. Salió corriendo a la calle y cruzó la carretera sin mirar, entonces miré a la izquierda y vi un deportivo venir a toda velocidad, el pánico me inundó.
-¡¡¡CLARY!!!-Grité.
Pero fue demasiado tarde. El coche la golpeó y la mandó volando unos cuatro metros más lejos. Me quedé inmóvil, sentía todo el cuerpo adormecido y sudaba sin parar. Eso no podía haber pasado, no podía ser verdad.
-¡¡¡CLARY!!!- Gritó Adrian mientras se dirigía corriendo hacia el lugar donde estaba tirada Clary.
Yo estaba en shock quieta en el mismo lugar que antes. Notaba las lágrimas agolpándose en los ojos. ¿Cómo podía estar sucediendo eso? Quería correr, gritar, ir al lado de Clary pero no podía, los músculos no me respondían. El tipo del deportivo se bajó del coche con las manos en la cabeza mientras la gente comenzaba a amontonarse junto a Clary. Oí a Adrian gritar que llamaran a la ambulancia. Meneé la cabeza intentando despejarme y entonces fue cuando salí corriendo al lugar donde se hallaba Clary, me abrí paso a empujones a través de la multitud y me arrodillé al lado de Adrian junto a Clary. Se me partió el corazón al verla allí, estaba llena de sangre por todos lados y tenía los ojos cerrados. Adrian la tenía acunada en su regazo con los ojos llenos de lágrimas y susurrando su nombre. Una mujer detrás de nosotros dijo que la ambulancia venía en camino. El chico del deportivo por otro lado decía sin parar que no la había visto, él era el culpable de lo que le había pasado a Clary.
Sin ser apenas consciente de lo que hacía me levanté del suelo y me dirigí hacia donde estaba el chico, éste no me prestó atención. Le empujé y lo acorralé contra la pared del edificio llena de ira. El chico me miró sorprendido.
-¿Qué haces?- Me preguntó más sorprendido que asustado.
-¡TÚ HAS HECHO ESTO!- Le grité señalando a la multitud que estaba agolpada en torno a Clary.
-No la he visto- Intentó disculparse.
-¡¿QUÉ NO LA HAS VISTO?!- Le di un puñetazo en la cara y el chico me miró sorprendido mientras se colocaba la mano en la boca donde le había hecho sangre- ¡¿QUÉ NO LA HAS VISTO?!- Volví a darle otro puñetazo- ¡¿EH?!- Seguí golpeándolo ignorando las súplicas del chico pidiéndome que parara.
-¡Eh, eh, tranquila!- Oí la voz de un chico que me decía que me calmara mientras me cogía por la cintura y me retiraba del tipo del deportivo.
-¡ÉL LA HA ATROPELLADO!- Estaba fuera de mí, notaba las lágrimas cayendo por mi mejilla a cascadas. Noté un cosquilleo en la espalda, las alas estaban a punto de salir, tuve que hacer acopio de toda mi voluntad para retenerlas.
-Ha sido un accidente- Dijo el chico mirándome asustado, le había dejado la cara llena de sangre y no me sentía culpable.
-Márchate- Dijo la voz del chico que me había sujetado y al que aún no le había visto la cara pero que extrañamente me resultaba familiar.
El tipo que había atropellado a Clary salió corriendo y el chico que me había sujetado me soltó.
-¡¿POR QUÉ DEMONIOS HAS HECHO ESO?!- Le grité mientras me giraba para mirarlo. Me quedé de piedra. Por eso su voz me resultaba familiar.
-Porque no ganarás nada matando a ese chico-Me dijo Jack intentando calmarme.
-¿Qué estás haciendo aquí?- Le pregunté a la vez que oíamos las sirenas de una ambulancia llegando hasta allí.
-¿Vas a ir con ella?- Me preguntó al ver que la ambulancia aparcaba y dos hombre ponían a Clary en una camilla y Adrian subía a la ambulancia con ella.
-No- Negué con la cabeza- Es Adrian el que debe ir- Cerré las manos en puños con fuerza.
-Vamos- Me dijo al cabo de unos segundos. Lo miré confundida con los ojos aún llenos de lágrimas- Te llevaré.
Asentí agradecida mientras parpadeaba rápidamente evitando llorar más.
Selena
-A ver…-Empezó a decir Jack mientras pasaba página a página a toda velocidad las páginas del libro- Aquí está- Se apartó a un lado y me indicó que tomara su puesto delante del libro y eso hice- Empieza a leer.
-¿Qué?
-Hazlo- Me señaló la página que había marcado con la cabeza y empecé a leer.
-No se sabe muy bien cuál es el origen de todos los seres sobrenaturales que habitan en el mundo. Pero la leyenda más antigua nos lleva hasta Rumanía en el siglo III después de Cristo- Alcé la vista del libro y miré a Jack que me indicó que siguiera- Demetria Ekaterina Ivanov fue la primera mujer considerada “bruja” en toda la historia. Cuenta la leyenda que Demetria fue fruto de una infidelidad de su padre, Gheorghe Ivanov, a su esposa Mihaela con la sirvienta de la mansión llamada Alexandreina. Al enterarse Gheorghe que Alexandreina iba a dar a luz a un bebé sintió vergüenza por lo que había hecho pero a la vez sintió una inmensa alegría, ya que Mihaela era estéril.
<<Aunque sabía que ese bebé no debía nacer no podía evitar pensar que necesitaba tener un sucesor y que quizás ese bebé fuera varón, así que esperó a que el bebé naciera y comprobar si era varón. Nunca le contó a su mujer que el hijo que esperaba Alexandreina era suyo, por lo que Alexandreina siguió trabajando para el matrimonio. Cuando llegó el día del parto y Gheorghe comprobó que el bebé no era varón sintió tal rabia que quiso matar a la niña. La arrancó de los brazos de Alexandreina y la tiró por la ventana de la habitación ignorando los gritos y súplicas de Alexandreina, la cual se marchó de esa casa y no volvió jamás. Alexandreina llena de dolor cogió entre sus brazos el cadáver de su hija recién nacida y se ocultó en los bosques de alrededor. Cuenta la historia que hizo un pacto con el Diablo en el que le pedía que trajera a su hija de vuelta a la vida, pero el Diablo tenía otra condición, la traería a la vida pero no sería como el resto de personas. Tendría más poder que ningún otro ser humano y podría hacer cosas jamás imaginadas. Alexandreina aceptó sin ni siquiera pensar en las consecuencias, simplemente quería tener de nuevo a su hija. Veinte años más tarde, cuando toda la historia parecía olvidada, una chica de veinte años llamó a la puerta de la mansión Ivanov un día de tormenta pidiendo refugio, iba cubierta con una capa oscura que le tapaba el rostro y cuando Gheorghe abrió la puerta se negó a darle cobijo. Fue entonces cuando la chica se quitó la capucha y miró fijamente a Gheorghe que inmediatamente se quedó inmóvil en el suelo sin poder mover un músculo. La chica se quitó la capa y entró en la casa. Por más que Gheorghe intentaba hablar no podía formular ningún sonido. Fue entonces cuando la chica se presentó: <<Hola, me llamo Demetria Ekaterina. Supongo que no te acuerdas de mí ¿verdad?>> Gheorghe estaba dominado por el pánico, no sabía qué estaba sucediendo allí y no podía pedir socorro para que lo salvaran de aquella chica loca. La chica sonrió y se acercó a él. <<Hola, papá>> Gheorghe intentó abrir los ojos o gritar o hacer cualquier gesto pero no logró nada. <<Tú me mataste>> Siguió diciendo Demetria. <<Me mataste sólo porque no fui un varón, pero mi madre sí me quería e hizo lo que cualquier madre hubiera hecho por traer a un hijo de vuelta del otro mundo. Espero que alguien te quiera a ti tanto como para hacer lo mismo>> Justo en el momento en que estaba matando a su padre llegó Mihaela, que al ver a su marido en el suelo muerto no pudo evitar un grito que la descubrió. Demetria creó un círculo de fuego alrededor de Mihaela para que no pudiera huir y se marchó de la casa. Mihaela le contó a todo el mundo que una muchacha había matado a su marido y que luego había creado un círculo de fuego a su alrededor. Desde entonces empezaron a buscar a Demetria para matarla, pero nadie volvió a saber nada más de ella. Fue un tiempo más tarde cuando empezaron a nacer las leyendas sobre vampiros, hombres lobo y brujas. Las leyendas decían que las brujas convertían a las personas pecadoras o que habían hecho algún mal en criaturas horribles, unas veces en esclavos del Sol, que sería el caso de los vampiros, y otros esclavos de la Luna, como sería el caso de los hombres lobo, haciendo que fueran enemigos hasta el final de sus días>>
Levanté lentamente la cabeza del libro y miré a Jack que me miraba sonriendo. Luego posé mi mirada en Clary que estaba mirándome con la boca abierta. No sabía si era realmente consciente de todo lo que acababa de leer pero era demasiado.
-¿Qué quiere decir todo eso?- Fue la pregunta que fui capaz de formular.
-Ya sabes de donde vienen todos los seres que vas matando por ahí con tu amorcito- Noté una punzada en el estómago. Jack se acercó más a mí- Ya sabes de donde vengo yo.
-¿Intentas decirme que esa tal Demetria es la que ha creado a todos los vampiros, hombres lobo…?
-Intento decirte- Me interrumpió- Que Demetria creó al primer hombre lobo, al primer vampiro, al primer zombie, al primer brujo…-Hizo una mueca- Esos se encargaron de crear a más de su especie- Cogió el libro y lo cerró.
-¿Cómo?- Jack y yo nos giramos para mirar a Clary que parecía que acababa de despertar de un sueño- ¿Cómo los creó?
-Demetria fue devuelta a la vida por…-Algo en los ojos de Clary hizo que Jack sonriera y que no pronunciara el nombre en voz alta- Ya me entiendes- Cogió el libro y se dirigió a la estantería- No sé en qué estaba pensando- Guardó el libro y se volvió hacia nosotras.
-¿Eso la convierte en la bruja más poderosa?- Preguntó Clary.
-Eso la convierte en la madre de todo los seres de la noche- Contestó Jack. Clary se puso tensa.
-Has dicho que después del primero los vampiros siguieron creando a los demás ellos mismos- Dije yo procesando en voz alta la reflexión interior que estaba llevando a cabo.
-Sí- Asintió Jack.
-Entonces, ¿por qué ha aparecido ahora Demetria? ¿Por qué se ha molestado en convertir a un chico que ni siquiera estaba muerto en vampiro? ¿Qué quería decir con que era hora de qué le hiciera un favor? ¿Y qué demonios tengo yo que ver en todo eso?- Pregunté todo correlativamente sin apenas respirar.
Jack y Clary me miraron sin saber qué decir.
-No lo sé- Contestó Jack finalmente.
-No lo sabes- Dije intentando convencerme de lo que había dicho
Jack negó con la cabeza.
-Genial- Dije irónica.
-Sel…-Dijo Clary.
-¡No, Sel, no!- Perdí los nervios- Si antes tenía poca idea de lo que estaba pasando ahora no tengo ni una pizca…espera- Entonces caí en la cuenta de algo- Entonces la persona que se suponía que era yo era… ¿Demetria?
-No lo creo- Contestó Jack inmediatamente- Por lo que sé a Demetria le gusta tener muñecos que hagan sus trabajos sucios.
-¿Tú podrías transformarte en otra persona?- Le preguntó Clary.
-No, niñita- Clary pareció ofendida por lo de “niñita”- Cada brujo tiene una especialidad, los que son capaces de transformarse en otras personas son los cambiantes.
- Y tú ¿qué eres?- Le pregunté.
-Yo simplemente soy un brujo común- Sonrió socarrón- Hechizos, conjuros…ya sabes.
-Ojalá pudiera yo hacer un simple conjuro- Masculló Clary entre dientes.
-Entonces sabemos que Demetria anda detrás de todo esto y que fue ella la que convirtió a Mark en vampiro para que le hiciera un favor que no sabemos cuál es y también sabemos que una cambiante está involucrada en todo esto…-Empecé a decir en voz alta la información que teníamos.
-Y que por lo visto el propósito era separaros a Alex y a ti- Añadió Clary.
-Pero ¿por qué?- No entendía esa última parte.
Clary se encogió de hombros.
-Creo que será mejor que os reunáis con tu novio- Pronunció las últimas palabras mirando a Clary- Contadle lo que habéis averiguado y a ver si él sabe algo que pueda ayudaros, yo no puedo hacer nada más.
-¿Qué?- ¿Cómo que no podía hacer nada más?- ¿Ya está? ¿Nos quedamos así? ¿Nos cuentas una historia y se acabó? ¿Tenemos que apañárnoslas nosotros solos?
-Sí, algo así- Me contestó.
Quise gritarle, pero me guardé el enfado y salí a toda prisa de la habitación mientras oía a Clary decir mi nombre. A los pocos segundos la tenía andando detrás de mí. Cuando llegamos a donde estaba Adrian –me sorprende que encontrara el camino de vuelta sola- éste se levantó de golpe.
-¿Por qué habéis tardado tanto?- Nos preguntó.
-Es una larga historia- Contestó Clary.
-¿Les has contado todo lo que sabes?- Adrian miró más allá de Clary y de mí. Nos giramos y vimos Jack detrás de nosotras.
-Sí- Éste estaba cruzado de brazos- Ahora será mejor que os marchéis, yo también tengo cosas que hacer.
Alex
Me despertó un rayo de Sol dándome directamente en la cara. Me puse la mano delante de la cara para protegerme y miré a mi alrededor. Estaba tirado en el sofá con cuatro botellas de whisky tiradas por el suelo. Pensé que sentiría otra vez el dolor inmenso de cabeza que llevaba sintiendo los dos últimos días, pero no fue así. Me sentía bien –más o menos-, supuse que sería debido a que llevaba dos días y medio bebiendo alcohol sin parar, ya no me hacía ni efecto. Me incorporé y empecé a andar, noté un pequeño mareo y me sujeté a la mesa para no caerme. Sacudí la cabeza para despejarme y me dirigí a la cocina. Abrí el armario donde tenía guardado los whiskys, sólo quedaba una botella, tendría que ir a comprar más botellas más tarde. Desenrosqué el tapón y bebí un trago de whisky, en ese momento llamaron a la puerta. ¿Quién sería a esas horas de la mañana? ¿O de la tarde? Ni yo mismo lo sabía. Me dirigí a la puerta con la botella de whisky en la mano y abrí la puerta mientras daba otro trago. La persona que había allí hizo que escupiera el whisky que tenía en la boca.
-¡¿Kelley?!- Mi voz sonó tan sorprendida como realmente estaba..
Kelley estaba delante de mí con ambas manos en jarras y mirándome con el ceño fruncido. No había nada peor que Kelley enfadada…bueno sí había una cosa, Kelley de compras. Llevaba unos vaqueros de pitillo y una camiseta larga donde se podía leer “You touch, you die” (Si me tocas estás muerto), en cualquier otro momento me habría reído, pero no tenía ganas. Sólo tenía ganas de cerrarle la puerta en la cara.
-¡¿Qué diablos estás haciendo, Alex?!- Me gritó.
-Bebiendo- Dije señalándole la botella de whisky- ¿Es que no es obvio?- Le di un trago a la botella.
Kelley frunció más el ceño, la cosa iba de mal en peor.
-¿Y Kyle?- Le pregunté intentando cambiar de tema.
-He venido sola- Contestó tajante- ¿Qué te pasa?
-N-a-d-a- Deletreé cada letra para que le quedara claro.
-Déjame entrar- Prácticamente me lo ordenó.
-No- Me negué. Kelley abrió los ojos como platos.
-¿Qué has dicho?
-Que no- Repetí.
Kelley me pegó un tirón de la botella y me la quitó.
-¡Eh! ¡Kelley dame la botella!
-Déjame pasar y te la doy.
La miré con los ojos entrecerrados.
-Eso es chantaje.
-Vaya, veo que al menos aún sabes distinguir lo que es un chantaje- Dijo irónica.
Me retiré de la puerta y Kelley entró.
-Dame el whisky- Le dije. Kelley miró el sofá y el montón de botellas vacías que tenía en el suelo, luego me miró con los ojos salidos de las órbitas.
-Ve a ducharte- Hizo un esfuerzo enorme por no perder el control de la voz.
-¿Qué? Dame el puñetero whisky, Kelley.
-Mira- Respiró hondo cerrando los ojos- Necesito que me cuentes qué te está pasando y no lo podrás hacer en ese estado, así que sube a ducharte.
-Pero es que yo no quiero contarte nada Kells.
-¿Dónde está Selena?- Me quedé mirándola sin decir nada- Así que tiene que ver con ella ¿no?
-Yo no he dicho que tenga que ver con ella.
-Te conozco desde que eras un mocoso, no me mientas- La mirada de Kelley era desafiante, sabía que no llegaría a ningún sitio con la mentira.
-Hemos roto- Me costó lo inimaginable decir esas dos palabras.
-¿Qué?- Preguntó en un hilo de voz al cabo de un momento.
-No me hagas que lo repita otra vez.
-¿Por qué?- Desvié la vista- Alex- Me llamó- ¿Por qué habéis roto?
Noté que me ardían los ojos al recordar lo que había ocurrido, aquellas imágenes que había intentado olvidar con el alcohol.
-No lo sé- Contesté sinceramente mientras me sentaba en el sofá.
-¿Cómo que no lo sabes?
-La…la vi…besando a otro- Con cada palabra notaba que se me rompía un poco más el corazón.
Alcé la cabeza para mirar a Kelley al ver que no decía nada. Ésta estaba mirándome boquiabierta.
-Selena no haría eso- Dijo sin poder creérselo.
-Yo pensaba lo mismo- Intenté sonreír irónico, pero no me salió.
-Cuéntamelo todo- Dijo sentándose a mi lado. Yo suspiré.
Selena
Me desperté en mi antigua habitación y sentí una punzada de añoranza. Sabía que Clary estaba en la habitación de al lado con Adrian. ¿Qué hora sería? Alargué la mano para coger mi móvil y vi una llamada perdida de Kelley. Sentí una punzada en el estómago. No la llamaría, no quería volver a remover lo que había sucedido. Primero tenía que aclararlo todo en mi mente. Alex estaba dolido, eso estaba seguro, creía que lo había traicionado y el pensar eso me ponía enferma. Lo único que quería era ir a contarle que todo había sido un gravísimo malentendido pero ¿qué le diría? Ni yo misma sabía que había sucedido al cien por cien. Hablaría con él, de eso no tenía duda, pero primero tenía que tener todo lo que había sucedido claro.
Fui al servicio y me di una ducha antes de que Adrian y Clary se despertaran. Me sentía rara duchándome de nuevo en aquel piso pero a la vez era una sensación reconfortante. Cuando salí del baño con unos pantalones negros y una blusa de cuadros negros y blancos de manga larga vi a Adrian desayunando en la cocina.
-Buenos días- Me saludó cuando entré.
-Hola- Contesté- ¿Y Clary?- Pregunté al ver que no estaba por allí.
-Vistiéndose- Adrian se echó un poco de café en una taza y me miró- ¿Café?
-Claro- Me senté en la mesa y crucé las manos encima de la mesa.
-¿Has pensado más en lo que pasó ayer?- Me preguntó mientras me echaba un poco de café en una taza.
-No- Mentí- Aunque pensara en ello no sabría qué hacer- Adrian se sentó enfrente de mí y colocó una de las tazas delante de mí.
-¿No crees que sería una buena idea hablar con Alex?
Fijé mi vista en la taza durante un buen rato.
-Sí- Contesté al cabo de un rato mientras cogía la taza entre las dos manos.
-¿Lo harás?
-No- Bebí un poco de café y miré a Adrian que hizo una mueca burlona.
-No te preguntaré por qué.
-Haces bien.
En ese momento entró Clary vestida con una falda de tablas roja y blanca y una camisa blanca. Pasó su mirada de Adrian a mí y luego de nuevo a Adrian.
-¿Dónde está mi café?- Preguntó haciéndose la indignada mientras ponía los brazos en jarra.
-Ahora te lo pongo, princesa- Le contestó Adrian mientras se dirigía a la cafetera. Sentí una punzada de nostalgia al ver el amor que desprendían los dos.
-¿Qué tal estás?- Me preguntó Clary sentándose a mi lado.
Yo fingí una sonrisa.
-Mejor.
Clary entrecerró los ojos y me miró fijamente.
-Mientes- Me acusó.
-No miento- Dije mientras bebía otro poco de café.
-Ya, claro.
Adrian le puso una taza de café delante a Clary y se sentó en el sitio de antes.
-¿Qué vamos a hacer?- Preguntó Adrian.
-Bien poco- Contestó Clary, Adrian la miró sorprendido- Nos han dado pistas sin ningún sentido y no sabemos con quién ponernos en contacto.
Aunque me doliera reconocerlo, Clary tenía razón.
-Jack puede ayudarnos- Dijo Adrian.
-Jack dijo que no sabía…-Empecé a decir yo.
-Jack no es una persona muy dada a ayudar a los demás- Me cortó- Pero no es mala persona, estoy seguro que si le decimos lo que está pasando en realidad nos ayudará en todo lo que pueda.
-¿De qué lo conoces?- Le preguntó Clary.
Adrian se removió en la silla nervioso.
-Una vez les hizo un favor a Jennifer y a Bradley- Me tensé al escuchar esos dos nombres.
Miré a Clary que tenía el ceño fruncido, estaba enfadada.
-¿Cómo es que sabes tanto de este mundo, Adrian?- Siguió preguntando- Y no me vayas a decir que viviste durante cinco años con esos desgraciados, porque no me sirve.
-Clary…-Adrian dudó un momento- No puedo explicarte todo lo que he hecho en mi vida, simplemente…
-Simplemente ¿qué?
Empecé a ponerme nerviosa, eso estaba alcanzando otro nivel.
-Hice cosas muy malas- Dijo al fin- Cosas de las que me arrepiento mucho.
-¿Qué cosas?- Pude notar el temor en la voz de Clary.
Adrian vaciló.
-¿Qué cosas, Adrian?- La voz de Clary subió de tono.
-Clary…-Dije yo- ¿No crees que te estás pasando?- Intenté calmar las cosas.
-No, no me estoy pasando- Me dedicó una mirada llena de rabia- Si fuera Alex te gustaría saberlo.
Me quedé sin palabras y Clary volvió su vista hacia Adrian.
-¿Qué cosas tan graves has hecho? ¿Has secuestrado a más gente?
-Ojalá fuera solo eso- La voz de Adrian sonaba apagada.
-¿Qué quieres decir?
Miré la taza de Clary, estaba intacta.
-Clary, por favor…
-Quiero saberlo- Contestó.
Adrian agachó la cabeza y se quedó así un momento bastante largo.
-Maté gente- Dijo al fin.
Miré a Clary sorprendida, ésta lo miraba con la boca abierta.
-¿Cuánta?- Preguntó Clary al cabo de un rato con la voz temblando.
-No sé, perdí la cuenta- Contestó Adrian meneando la cabeza.
-¿Por qué?- ¿Por qué? Dos palabras tan simples y que implicaban tantas respuestas.
-No lo sé, estaba como hipnotizado.
-Eso no es un motivo- Clary estaba siendo demasiado dura, o simplemente era que yo creía que estaban discutiendo por una tontería.
-Maté niños, Clary- Esa confesión nos dejó a Clary y a mí sin respiración.
-¿Qué…qué acabas de decir?- Clary tartamudeó.
Adrian agachó la cabeza avergonzado.
-Me obligaron- Se intentó defender.
-¡Nadie puede obligarte a matar, Adrian!- Gritó Clary.
-Creían que era ella- Me señaló y sentí un escalofrío.
-¿Qué?- Fui yo la que hice la pregunta.
-Mataban a niñas que tenían alrededor de tu edad durante seis años, empezaron a matar niñas de unos diez años y siguieron así hasta que se me enviaron a averiguar su verdadero paradero- Dijo con voz triste.
-¿Cómo fuiste capaz?- La voz de Clary sonó dolida y decepcionada.
-Clary…
-¡TE ODIO!- Gritó ésta levantándose de golpe haciendo que la taza de café se derramara sobre la mesa y luego salió corriendo.
-¡Clary!- La llamamos Adrian y yo a la vez.
Clary abrió la puerta del piso y salió corriendo mientras Adrian y yo la seguíamos, ¿estaba loca? ¿Por qué había reaccionado así? Intenté ponerme en su lugar y la comprendí. Después de meses y meses enamorada de una persona y viviendo con ella te enteras de que antes había matado a niños inocentes…es para volverse loca. Clary bajó corriendo las escaleras y nosotros la seguimos mientras la llamábamos a gritos pero Clary nos ignoró. Salió corriendo a la calle y cruzó la carretera sin mirar, entonces miré a la izquierda y vi un deportivo venir a toda velocidad, el pánico me inundó.
-¡¡¡CLARY!!!-Grité.
Pero fue demasiado tarde. El coche la golpeó y la mandó volando unos cuatro metros más lejos. Me quedé inmóvil, sentía todo el cuerpo adormecido y sudaba sin parar. Eso no podía haber pasado, no podía ser verdad.
-¡¡¡CLARY!!!- Gritó Adrian mientras se dirigía corriendo hacia el lugar donde estaba tirada Clary.
Yo estaba en shock quieta en el mismo lugar que antes. Notaba las lágrimas agolpándose en los ojos. ¿Cómo podía estar sucediendo eso? Quería correr, gritar, ir al lado de Clary pero no podía, los músculos no me respondían. El tipo del deportivo se bajó del coche con las manos en la cabeza mientras la gente comenzaba a amontonarse junto a Clary. Oí a Adrian gritar que llamaran a la ambulancia. Meneé la cabeza intentando despejarme y entonces fue cuando salí corriendo al lugar donde se hallaba Clary, me abrí paso a empujones a través de la multitud y me arrodillé al lado de Adrian junto a Clary. Se me partió el corazón al verla allí, estaba llena de sangre por todos lados y tenía los ojos cerrados. Adrian la tenía acunada en su regazo con los ojos llenos de lágrimas y susurrando su nombre. Una mujer detrás de nosotros dijo que la ambulancia venía en camino. El chico del deportivo por otro lado decía sin parar que no la había visto, él era el culpable de lo que le había pasado a Clary.
Sin ser apenas consciente de lo que hacía me levanté del suelo y me dirigí hacia donde estaba el chico, éste no me prestó atención. Le empujé y lo acorralé contra la pared del edificio llena de ira. El chico me miró sorprendido.
-¿Qué haces?- Me preguntó más sorprendido que asustado.
-¡TÚ HAS HECHO ESTO!- Le grité señalando a la multitud que estaba agolpada en torno a Clary.
-No la he visto- Intentó disculparse.
-¡¿QUÉ NO LA HAS VISTO?!- Le di un puñetazo en la cara y el chico me miró sorprendido mientras se colocaba la mano en la boca donde le había hecho sangre- ¡¿QUÉ NO LA HAS VISTO?!- Volví a darle otro puñetazo- ¡¿EH?!- Seguí golpeándolo ignorando las súplicas del chico pidiéndome que parara.
-¡Eh, eh, tranquila!- Oí la voz de un chico que me decía que me calmara mientras me cogía por la cintura y me retiraba del tipo del deportivo.
-¡ÉL LA HA ATROPELLADO!- Estaba fuera de mí, notaba las lágrimas cayendo por mi mejilla a cascadas. Noté un cosquilleo en la espalda, las alas estaban a punto de salir, tuve que hacer acopio de toda mi voluntad para retenerlas.
-Ha sido un accidente- Dijo el chico mirándome asustado, le había dejado la cara llena de sangre y no me sentía culpable.
-Márchate- Dijo la voz del chico que me había sujetado y al que aún no le había visto la cara pero que extrañamente me resultaba familiar.
El tipo que había atropellado a Clary salió corriendo y el chico que me había sujetado me soltó.
-¡¿POR QUÉ DEMONIOS HAS HECHO ESO?!- Le grité mientras me giraba para mirarlo. Me quedé de piedra. Por eso su voz me resultaba familiar.
-Porque no ganarás nada matando a ese chico-Me dijo Jack intentando calmarme.
-¿Qué estás haciendo aquí?- Le pregunté a la vez que oíamos las sirenas de una ambulancia llegando hasta allí.
-¿Vas a ir con ella?- Me preguntó al ver que la ambulancia aparcaba y dos hombre ponían a Clary en una camilla y Adrian subía a la ambulancia con ella.
-No- Negué con la cabeza- Es Adrian el que debe ir- Cerré las manos en puños con fuerza.
-Vamos- Me dijo al cabo de unos segundos. Lo miré confundida con los ojos aún llenos de lágrimas- Te llevaré.
Asentí agradecida mientras parpadeaba rápidamente evitando llorar más.