Capítulo 4.
Katherine POV
-¿Qué pasa?- Me preguntó Seung Young al ver que estaba sonriendo.
-Estaba pensando que a estas horas ahora mismo estaría dando mi clase de baile- Contesté sin poder evitar reír.
Seung Young me miró entrecerrando los ojos durante un momento.
-¿Qué?
-Nada- Respondió- Simplemente eres curiosa.
-¿Curiosa?
-¡Sch!- Seung Young se paró de pronto y extendió el brazo delante de mí para que me detuviese.
-¿Qué ocurre?- Pregunté bajando la voz.
-Vamos…
Seung Young me cogió del brazo y se adentró en el pueblo dirigiéndose a un puestecillo de comida.
-¿Qué haces? Dijiste que teníamos que volver por el bosque par…
-No hables- Me interrumpió hablando entre dientes.
Miré a mi alrededor buscando cualquier indicio que demostrara que debía mantenerme callada y sin llamar la atención, pero lo único que veía eran personas y niños paseando por el pueblo.
-¿Vais a comprar algo?- Preguntó la mujer encargada del puesto.
Seung Young no respondió. Lo miré y me percaté de que estaba mirando de reojo a un grupo de cuatro hombres que nos estaban observando con un cartel en la mano. ¿Era de ellos de los que nos estábamos “ocultando” en ese instante?
-Joven, le estoy preguntando si va a comprar algo…
Lo siguiente sucedió todo muy de prisa. Apenas me dio tiempo a pestañear cuando los cuatro hombres se abalanzaron sobre nosotros alzando unas espadas. Seung Young me empujó hacia un lado haciendo que chocara contra una mesa de madera que se rompió y me hincó las astillas. Ahogué un grito de dolor mientras contemplaba la escena que sucedía ante mí a toda prisa. Seung Young golpeó al primer hombre haciendo que se tambaleara, y aprovechó la ocasión para robarle la espada con la cual, con un golpe limpio, lo mató. Los tres hombres que quedaban se dirigieron a atacarlo pero Seung Young se deshizo de ellos tan rápido como del primero…Y sin un solo rasguño.
Estaba en shock. ¿Qué acababa de suceder ante mis ojos? Los habitantes del pueblo se habían agolpado a observar la escena y yo no sabía qué hacer… Era la primera vez que tenía cuatro cadáveres ante mí. Seung Young se agachó y cogió el cartel que estaban sosteniendo los cuatro hombres, no sé qué fue lo que vio pero, con una expresión de rabia y autocontrol, arrugó el papel y se lo guardó en el bolsillo. Luego tiró la espada y se acercó a mí.
-Vamos...
-Has matado a esos hombres- Mi voz sonó débil y asustada.
-Iban a por nosotros, vamos.
Seung Young me agarró del brazo y me levantó de un tirón antes de comenzar a andar hacia el bosque sin mirar atrás.
Llevábamos caminando una media hora y ninguno de los dos había abierto la boca para nada. Seung Young iba un metro delante de mí con la cabeza alta y sin pronunciar palabra y yo seguía reproduciendo en mi mente la escena del poblado. La sangre de esos cuatro hombres corriendo por el suelo y la facilidad con la que Seung Young los había matado… ¿Qué querían esos hombres? De pronto una fuerte punzada me sacudió el brazo.
-Argh…-Me cogí el brazo justo en el lugar donde me había dado la punzada.
-¿Qué ocurre?- Seung Young se giró y me miró.
-Mi brazo…- Quité mi mano y vi que en la manga se había formado una gran mancha de sangre.
Seung Young se acercó a mí y yo me retiré haciendo que él me mirara con una expresión entre confusión y lamentación.
-Déjame ver tu brazo- Insistió y volvió a acercarse a mí. Esta vez no me moví.
Seung Young, de un tirón, rompió la manga de la blusa dejando al descubierto unas cuantas astillas clavadas en mi piel. Miré a Seung Young. Él sólo miraba la herida con una expresión impasible.
-Debieron haberse clavado cuando caí contra la mesa- Comenté.
-Hay que sacarlas- Dijo.
-¿Qué? ¿Cómo?
Seung Young suspiró.
-Ven- Me cogió del otro brazo e hizo que me sentara en el tronco de un árbol- Esto puede que te duela un poco- Se sentó a mi lado y con mucho cuidado cogió el brazo herido- Sopórtalo un poco, ¿de acuerdo?
No tenía fuerzas para hablar, así que simplemente asentí con la cabeza.
Seung Young colocó su mano en la herida y con delicadeza comenzó a sacar la primera astilla. Hice una mueca de dolor y desvié la mirada. Tenía que aguantar.
-¿Te duele mucho?
-No- Mentí- Puedo soportarlo.
-Intentaré sacarlas lo más rápido posible- Dijo antes de dirigirse a sacar la segunda astilla.
En cuestión de un minuto ya había sacado todas las astillas. Ahora notaba el brazo entumecido por el dolor que había pasado al tener las astillas clavadas.
-¿Mejor?- Me preguntó.
Intenté doblar el brazo pero Seung Young me detuvo.
-Espera- Seung Young rompió un trozo de la tela de su camisa y me la colocó a modo de venda en el brazo.
¿De verdad ese hombre podría haberme matado si su plan no hubiera salido bien? No lo creía capaz…
-Listo- Dijo finalmente.
Doblé el brazo y noté una punzada recorrerme todo el brazo, pero no era nada comparado al dolor que sentía antes.
-¿Bien?- Preguntó.
-Bien- Contesté sonriendo.
Seung Young me miró un momento y luego se levantó.
-Pues sigamos con nuestro camino, debemos llegar pronto.
-Oye, ¿te puedo hacer una pregunta?- Pregunté al cabo de un rato andando.
-La vas a hacer aunque te diga que no, entonces ¿por qué preguntas?
Hice un mohín aunque él no me pudo ver.
-¿Qué era ese cartel?
Seung Young tardó un momento en contestar.
-Era un cartel de búsqueda de la princesa- Contestó finalmente.
-¿De…Búsqueda?
-Supongo que el rey no se termina de fiar de mi palabra de regresarte con vida.
No contesté. No sabía qué decir. Sólo quería que todo esto acabara de la mejor forma posible.
-Este es el lugar- Anunció de pronto.
-Aquí…-Empecé a decir.
-Aquí nos deberemos encontrar con el general de palacio.
-Por cierto… ¿Fue tu padre el que te enseñó a luchar así?
-Sí- Contestó secamente.
-Acabaste con cuatro hombres tú solo y sin ningún rasgu…
-¿Por qué tardan tanto?- Me ignoró.
Me callé. Estaba claro que no quería seguir hablando del tema. Me senté en el suelo y Seung Young me miró.
-Ven- Le señalé el suelo para que se sentara a mi lado- No sabemos cuánto tardarán, ¿vas a estar de pie todo el rato?
Seung Young se sentó a mi lado y miró a la nada.
-Enséñame algo en coreano- Dije de pronto sonriendo.
Seung Young me miró sorprendido.
-¿Cómo dices?
-Enséñame a decir algo- Me encogí de hombros- Siempre me ha gustado aprender otros idiomas, aunque mi padre no quiere que aprenda.
Seung Young me miró durante un momento, como si estuviera buscando algo oculto que se le había perdido.
-¿Por qué me miras así?- Pregunté sintiéndome un poco incómoda.
Seung Young sonrió y sentí cómo me ruborizaba sin saber por qué.
-Simplemente me pareces curiosa.
-No es la primera vez que me dices eso y la verdad es que no sé cómo tomármelo- Fruncí el ceño.
Seung Young rió y eso me sorprendió, era la primera vez que lo escuchaba reírse así.
-¿Y ahora qué?
Seung Young paró de reírse y me miró.
-¿Cómo es posible que una persona tenga una cara así?
-¿Qué?- ¿De qué estaba hablando?
-Tus mejillas- Señaló mis mejillas- Te sonrojas con facilidad, y cuando frunces el ceño estás muy graciosa.
-¿Te estás riendo de mí?- Noté cómo volvía a sonrojarme pero esta vez de furia- ¡¿Quién te crees para reírte de mí?!
Seung Young volvió a reírse.
-¿Cómo es posible que teniendo esa cara de niña buena puedas tener tanto genio?
Me callé. No quería seguir hablando con él si iba a seguir cachondeándose de mí. Miré a la nada y me quedé así un momento.
-Saranghae- Dijo de pronto.
-¿Cómo?- Lo miré extrañada.
-Querías que te enseñara algo en mi idioma natal, ¿no? Saranghae.
-¿Qué significa?
-Te quiero.
Miré a la nada sonriendo.
-Saranghae…-Repetí y sonreí- Me gusta cómo suena.
Entonces oímos el relincho de unos caballos y nos levantamos a toda prisa. La guardia real había llegado.
Katherine POV
-¿Qué pasa?- Me preguntó Seung Young al ver que estaba sonriendo.
-Estaba pensando que a estas horas ahora mismo estaría dando mi clase de baile- Contesté sin poder evitar reír.
Seung Young me miró entrecerrando los ojos durante un momento.
-¿Qué?
-Nada- Respondió- Simplemente eres curiosa.
-¿Curiosa?
-¡Sch!- Seung Young se paró de pronto y extendió el brazo delante de mí para que me detuviese.
-¿Qué ocurre?- Pregunté bajando la voz.
-Vamos…
Seung Young me cogió del brazo y se adentró en el pueblo dirigiéndose a un puestecillo de comida.
-¿Qué haces? Dijiste que teníamos que volver por el bosque par…
-No hables- Me interrumpió hablando entre dientes.
Miré a mi alrededor buscando cualquier indicio que demostrara que debía mantenerme callada y sin llamar la atención, pero lo único que veía eran personas y niños paseando por el pueblo.
-¿Vais a comprar algo?- Preguntó la mujer encargada del puesto.
Seung Young no respondió. Lo miré y me percaté de que estaba mirando de reojo a un grupo de cuatro hombres que nos estaban observando con un cartel en la mano. ¿Era de ellos de los que nos estábamos “ocultando” en ese instante?
-Joven, le estoy preguntando si va a comprar algo…
Lo siguiente sucedió todo muy de prisa. Apenas me dio tiempo a pestañear cuando los cuatro hombres se abalanzaron sobre nosotros alzando unas espadas. Seung Young me empujó hacia un lado haciendo que chocara contra una mesa de madera que se rompió y me hincó las astillas. Ahogué un grito de dolor mientras contemplaba la escena que sucedía ante mí a toda prisa. Seung Young golpeó al primer hombre haciendo que se tambaleara, y aprovechó la ocasión para robarle la espada con la cual, con un golpe limpio, lo mató. Los tres hombres que quedaban se dirigieron a atacarlo pero Seung Young se deshizo de ellos tan rápido como del primero…Y sin un solo rasguño.
Estaba en shock. ¿Qué acababa de suceder ante mis ojos? Los habitantes del pueblo se habían agolpado a observar la escena y yo no sabía qué hacer… Era la primera vez que tenía cuatro cadáveres ante mí. Seung Young se agachó y cogió el cartel que estaban sosteniendo los cuatro hombres, no sé qué fue lo que vio pero, con una expresión de rabia y autocontrol, arrugó el papel y se lo guardó en el bolsillo. Luego tiró la espada y se acercó a mí.
-Vamos...
-Has matado a esos hombres- Mi voz sonó débil y asustada.
-Iban a por nosotros, vamos.
Seung Young me agarró del brazo y me levantó de un tirón antes de comenzar a andar hacia el bosque sin mirar atrás.
Llevábamos caminando una media hora y ninguno de los dos había abierto la boca para nada. Seung Young iba un metro delante de mí con la cabeza alta y sin pronunciar palabra y yo seguía reproduciendo en mi mente la escena del poblado. La sangre de esos cuatro hombres corriendo por el suelo y la facilidad con la que Seung Young los había matado… ¿Qué querían esos hombres? De pronto una fuerte punzada me sacudió el brazo.
-Argh…-Me cogí el brazo justo en el lugar donde me había dado la punzada.
-¿Qué ocurre?- Seung Young se giró y me miró.
-Mi brazo…- Quité mi mano y vi que en la manga se había formado una gran mancha de sangre.
Seung Young se acercó a mí y yo me retiré haciendo que él me mirara con una expresión entre confusión y lamentación.
-Déjame ver tu brazo- Insistió y volvió a acercarse a mí. Esta vez no me moví.
Seung Young, de un tirón, rompió la manga de la blusa dejando al descubierto unas cuantas astillas clavadas en mi piel. Miré a Seung Young. Él sólo miraba la herida con una expresión impasible.
-Debieron haberse clavado cuando caí contra la mesa- Comenté.
-Hay que sacarlas- Dijo.
-¿Qué? ¿Cómo?
Seung Young suspiró.
-Ven- Me cogió del otro brazo e hizo que me sentara en el tronco de un árbol- Esto puede que te duela un poco- Se sentó a mi lado y con mucho cuidado cogió el brazo herido- Sopórtalo un poco, ¿de acuerdo?
No tenía fuerzas para hablar, así que simplemente asentí con la cabeza.
Seung Young colocó su mano en la herida y con delicadeza comenzó a sacar la primera astilla. Hice una mueca de dolor y desvié la mirada. Tenía que aguantar.
-¿Te duele mucho?
-No- Mentí- Puedo soportarlo.
-Intentaré sacarlas lo más rápido posible- Dijo antes de dirigirse a sacar la segunda astilla.
En cuestión de un minuto ya había sacado todas las astillas. Ahora notaba el brazo entumecido por el dolor que había pasado al tener las astillas clavadas.
-¿Mejor?- Me preguntó.
Intenté doblar el brazo pero Seung Young me detuvo.
-Espera- Seung Young rompió un trozo de la tela de su camisa y me la colocó a modo de venda en el brazo.
¿De verdad ese hombre podría haberme matado si su plan no hubiera salido bien? No lo creía capaz…
-Listo- Dijo finalmente.
Doblé el brazo y noté una punzada recorrerme todo el brazo, pero no era nada comparado al dolor que sentía antes.
-¿Bien?- Preguntó.
-Bien- Contesté sonriendo.
Seung Young me miró un momento y luego se levantó.
-Pues sigamos con nuestro camino, debemos llegar pronto.
-Oye, ¿te puedo hacer una pregunta?- Pregunté al cabo de un rato andando.
-La vas a hacer aunque te diga que no, entonces ¿por qué preguntas?
Hice un mohín aunque él no me pudo ver.
-¿Qué era ese cartel?
Seung Young tardó un momento en contestar.
-Era un cartel de búsqueda de la princesa- Contestó finalmente.
-¿De…Búsqueda?
-Supongo que el rey no se termina de fiar de mi palabra de regresarte con vida.
No contesté. No sabía qué decir. Sólo quería que todo esto acabara de la mejor forma posible.
-Este es el lugar- Anunció de pronto.
-Aquí…-Empecé a decir.
-Aquí nos deberemos encontrar con el general de palacio.
-Por cierto… ¿Fue tu padre el que te enseñó a luchar así?
-Sí- Contestó secamente.
-Acabaste con cuatro hombres tú solo y sin ningún rasgu…
-¿Por qué tardan tanto?- Me ignoró.
Me callé. Estaba claro que no quería seguir hablando del tema. Me senté en el suelo y Seung Young me miró.
-Ven- Le señalé el suelo para que se sentara a mi lado- No sabemos cuánto tardarán, ¿vas a estar de pie todo el rato?
Seung Young se sentó a mi lado y miró a la nada.
-Enséñame algo en coreano- Dije de pronto sonriendo.
Seung Young me miró sorprendido.
-¿Cómo dices?
-Enséñame a decir algo- Me encogí de hombros- Siempre me ha gustado aprender otros idiomas, aunque mi padre no quiere que aprenda.
Seung Young me miró durante un momento, como si estuviera buscando algo oculto que se le había perdido.
-¿Por qué me miras así?- Pregunté sintiéndome un poco incómoda.
Seung Young sonrió y sentí cómo me ruborizaba sin saber por qué.
-Simplemente me pareces curiosa.
-No es la primera vez que me dices eso y la verdad es que no sé cómo tomármelo- Fruncí el ceño.
Seung Young rió y eso me sorprendió, era la primera vez que lo escuchaba reírse así.
-¿Y ahora qué?
Seung Young paró de reírse y me miró.
-¿Cómo es posible que una persona tenga una cara así?
-¿Qué?- ¿De qué estaba hablando?
-Tus mejillas- Señaló mis mejillas- Te sonrojas con facilidad, y cuando frunces el ceño estás muy graciosa.
-¿Te estás riendo de mí?- Noté cómo volvía a sonrojarme pero esta vez de furia- ¡¿Quién te crees para reírte de mí?!
Seung Young volvió a reírse.
-¿Cómo es posible que teniendo esa cara de niña buena puedas tener tanto genio?
Me callé. No quería seguir hablando con él si iba a seguir cachondeándose de mí. Miré a la nada y me quedé así un momento.
-Saranghae- Dijo de pronto.
-¿Cómo?- Lo miré extrañada.
-Querías que te enseñara algo en mi idioma natal, ¿no? Saranghae.
-¿Qué significa?
-Te quiero.
Miré a la nada sonriendo.
-Saranghae…-Repetí y sonreí- Me gusta cómo suena.
Entonces oímos el relincho de unos caballos y nos levantamos a toda prisa. La guardia real había llegado.