Capítulo 24.
Alex
Cuando oí el disparo mi mirada fue instintivamente hacia Selena, ésta nos miraba comprobando que estábamos bien, pero mi mirada se llenó de horror al ver que en su camiseta empezaba a formarse una mancha roja que se iba extendiendo por toda la camiseta. Sentí que me arrancaban el corazón de cuajo.
-¡NO!- Fue todo lo que pude decir en ese momento.
¡No, ella no! Cuando Selena me oyó gritar se miró la camiseta. Cuando alzó la vista su mirada estaba perdida, vacía. Cayó de rodillas al suelo y luego se dejó caer de lado. No, mi Selly no. ¡Ella no! Mis ojos se llenaron de lágrimas y no evité que cayeran. Miré a Lucian, tenía la pistola de Kyle en la mano. Me dirigí a él mientras Clary lloraba y gritaba y Adrian la abrazaba. Kelley empezó a llorar detrás de mí. Cogí a Lucian por el cuello y empecé a insultarlo, a maldecirlos a todos. Quería matarlos con mis propias manos. ¿Cómo había sido capaz…? Le di un puñetazo en la mandíbula, claro que no le hirió en lo más mínimo. Me había arrancado lo que más quería en el mundo, ya me daba igual si vivía o si moría. Lo solté con fuerza y me dirigí corriendo hacia donde se encontraba Selena tendida inmóvil. Me arrodillé a su lado y la abracé mientras seguía llorando. El color rosado que siempre había en sus mejillas iba desapareciendo poco a poco.
-No…-Susurré. Le puse la mano en el cuello en busca de su pulso, no lo encontré- ¡Selena!- Grité.
-Ya está todo hecho…-Dijo Lucian.
-¡Tú!- Oí a Kelley gritar- ¡Eres un cabrón!
-Padre, no es por nada…pero ¿no se suponía que con su muerte quedaríamos liberados del castigo?- Fue Bradley el que habló.
Me giré y los miré sin soltar a Selena. Lucian miró sus alas y los demás hicieron lo mismo, todos excepto Moira, que nos miraba a Selena y a mí con la mirada perdida… ¿Qué le pasaba? Miré a Lucian, la cara de éste había pasado de la sorpresa y el alivio a la ira y la confusión.
-¿Está muerta del todo? ¿Seguro?- Inquirió Mike.
-Sí, no oigo su corazón- Constató Jennifer, me entraron unas ganas horribles de matarla.
-Algo ha salido mal, no entiendo…-Empezó a decir Lucian.
En ese momento una luz inundó el claro haciendo que todos apartáramos la vista. Cuando la luz se hizo más tenue, miramos.
-No…no…-Lucian estaba ¿tartamudeando? Miré hacia el lugar que él estaba mirando para ver qué le había provocado tal impacto.
Allí de pie había un hombre, bueno, un ángel, tenía las alas abiertas en todo su esplendor, eran enormes y blancas. El hombre era alto y muy atractivo, había algo en su cara que me recordaba a Selena…la miré, estaba totalmente pálida, se me fueron todas las fuerzas.
-No es…-Lucian no pronunciaba una frase entera.
-¿No es posible?- Terminó la frase el ángel por él- Más bien es casi imposible, no del todo- Su voz era calmada pero podía notar una nota de dolor en ella.
-¿Por qué no se ha deshecho el castigo?- Preguntó Lucian haciéndole caso omiso- ¡¿Por qué seguimos aquí con este aspecto?!
-Hemos hecho todo lo que se pedía- Continuó Jennifer.
-¿El qué? ¿Matar a mi hija?- Claro, ese ángel era el padre de Selena…incluso oír en la voz de su padre la palabra ‘matar’ me produjo un escalofrío y dolor.
-Derramar la sangre de quien impuso el castigo- Contradijo Bradley.
-Creo que no tenéis ni idea- Antes de darnos tiempo siquiera a pestañear desapareció tan pronto como había aparecido, lo único que me demostraba que había sido real eran la miradas confundidas de los demás.
-¡Jaden! ¡Jaden!- Lo llamó Lucian.
-¿Qué creéis que ha querido decir con eso?- Preguntó Mike.
-Yo creo que no lo hemos hecho bien- Siguió Bradley- Deberíamos destriparla para que toda la sangre cayera por la hierba.
-Inténtalo- Les advertí apretando más a Selena contra mí.
-Moira- Dijo Jennifer, todos miramos a Moira- ¿Qué te pasa?- Había estado muy callada todo el tiempo y ahora tenía las alas escondidas y seguía mirándonos a Selena y a mí sin pestañear- ¡Moira!- Insistió al ver que no contestaba.
-Alex…-Dijo ella, hubo algo en su voz que me hizo estremecer, no era el tono habitual de un ángel caído, era más bien… ¿tristeza?- Aparta un momento- No me moví- Alex, por favor.
-Alex- Fue Steve el que habló- Haz lo que te dice.
-¿Qué?- Miré a Steve confundido, éste estaba mirando a Moira con una especie de ¿sonrisa? Todo eso era muy raro.
-Hazlo, Alex.
Me retiré de Selena en contra de mi voluntad y me puse sólo a unos cuantos metros de ella, sólo por si acaso.
-Moira, ¿se puede saber qué…?- Empezó Lucian.
Pero se detuvo al ver que Moira se acercaba hacia donde se encontraba Selena. Moira la miró y luego se fijó en la roca que había detrás de ellas, se acercó y paso su mano por encima de la roca. Todos la mirábamos confundidos.
-¿Qué está…?- Empezó Kelley.
-¡Moira!- La llamó Lucian- ¡Deja de hacer el idiota!
Moira cerró los ojos con la mano aún posada en la roca y a los pocos segundos los volvió a abrir cómo si hubiera despertado de un sueño.
-Lo entiendo, padre…- Fue todo lo que dijo. Tenía la mirada perdida.
Moira se giró hacia Selena, le cogió la mano y la colocó encima de la roca, luego ella colocó la suya encima. Steve sonrió.
-¿Por qué sonríes?- Preguntó Jennifer.
-Layla- Fue todo lo que respondió mientras sonreía ampliamente.
Yo miré a Moira, claro, por eso me resultaban esos ojos tan familiares, pero Moira era…no era como Selena, era mala y perversa.
Lo siguiente sucedió todo muy de prisa. Lucian gritó que la detuvieran y justo cuando Jennifer, Mike y Bradley se iban a abalanzar sobre ella una luz intensa y cálida brotó de las manos de Selena y de Moira haciendo que todos tuvieran que cerrar los ojos y que yo –que estaba apenas a unos metros de distancia- saliera disparado unos metros más allá. Mientras caía lo único que oí fueron los gritos desgarradores de Lucian y los otros. Cuando la luz hubo desaparecido abrimos los ojos, había dejado de llover y no había ni rastro de Lucian, ni de Jennifer, Mike o Bradley. Miramos a nuestro alrededor sin saber qué había ocurrido.
-¿Qué ha…?- Empezó Jensen.
-¿Dónde están?- Le cortó Kyle.
Miramos en dirección a Selena y Layla, ésta última estaba echada encima de Selena, como si la estuviera protegiendo de algo.
-Sel…-Dijo Layla retirándose de ella, Selena seguía inmóvil.
Fue como si me tiraran una jarra de agua fría por encima, una parte de mí esperaba verla con los ojos abiertos de nuevo. Pero no los abriría de nuevo…nunca. Me dolió aceptar eso más cualquier otra cosa.
-No entiendo nada- Comentó Clary.
-Creo que ninguno entendemos nada- Aclaró Adrian.
-Yo sí- Dijo Steve para nuestra sorpresa.
-¿Qué?- Inquirí.
A Steve no le dio tiempo a contestar, en ese momento un resplandor inundó el claro y volvió a aparecer Jaden. Esta vez junto a Selena y Layla. Nos dedicó una mirada de gratitud a todos y se agachó junto a sus hijas.
-¿Papá?- Preguntó Layla medio llorando.
-Sabía que despertarías- Dijo acariciándole la mejilla.
Layla se abrazó a Jaden llorando.
-Papá, Selena…-Dijo entre lágrimas.
Jaden se separó de Layla y se acercó a Selena, le acarició la mejilla y la cogió en brazos. De pronto me encontré caminando hacia ellos.
-¿Dónde la lleva?- Pregunté sin pensarlo.
-Tiene que venir conmigo- Dijo con voz calmada.
-¿Cómo que tiene que ir con usted?- No iba a permitir que se la llevara a ningún sitio.
-Alex…-Me quedé helado, ¿me recordaba? ¿Todavía se acordaba de mí después de tantos años?- Sé que quieres a mi hija, pero esta vez no puedes hacer nada.
-Pero…
Antes de que pudiera seguir, Jaden ya había desplegado sus alas y había echado a volar con Selena en sus brazos. Me oí a mí mismo gritando que volviera antes de dejarme caer de rodillas aguantando la rabia y el dolor que sentía en mi interior. Ya no me quedaba nada…
Selena
Viento, brisa, respiración, pensamiento…latidos. Abrí los ojos parpadeando, ¿qué había pasado? Miré hacia los lados, sólo veía ¿cielo? Cuando miré a mi izquierda me encontré con…mi padre. ¡Mi padre! Entonces lo recordé todo, el disparo, la sangre…estaba muerta.
-¿Papá?- Mi voz sonó distante, miré a mi alrededor, mi padre me llevaba en brazos, llevaba sus enormes alas blancas extendidas.
-Hola, cielo- Me sonrió y sentí una repentina oleada de nostalgia- Has sido muy valiente.
-¿Estoy…estoy muerta?- Ya sabía que sí, pero necesitaba oírlo.
-No- Negó con la cabeza- Al menos ahora no.
-¿Qué…qué quieres decir?- Me daba vueltas la cabeza.
-Tu hermana te ha salvado- Pude notar cierto orgullo en la voz de mi padre.
-¿Mi hermana?- Una repentina alegría me inundó el corazón- ¿Layla ha…?
-Ha recordado- Terminó la frase por mí. Sonreí.
-¿Dónde están Lucian y…?
-Han vuelto donde pertenecen- Contestó antes de que hubiera acabado de formular la pregunta.
-Pero…ellos…quiero decir…-No sabía lo que pasaba- Con mi sangre se rompía el castigo.
-Se rompía con mi sangre- Sonrió- Tu hermana también tiene mi sangre, necesitaban sangre de las dos.
-¿Layla también ha muerto?- Noté el pánico en mi voz.
-No- Se apresuró a contestar- Nadie dijo nunca que hubiera que derramar la sangre- Me sentía confundida, mi padre debió notarlo en la expresión de mi cara porque sonrió- Sólo hacía falta la sangre adecuada, en el lugar adecuado, en el objeto adecuado.
Una imagen vino a mi mente, como si hubiera sido un sueño que acababa de recordar.
-La roca…la mano de Layla sobre la mía- Empecé a decir- No ha sido un sueño.
-No, en esa roca fue donde grabé los símbolos donde se describía el castigo.
-Pero entonces…ellos han quedado libres.
-Sí, pero no de la manera que creían.
-¿Qué quieres decir?
-Nadie dijo nunca cómo sería el estar libres del castigo.
-Oh…-Lo entendí al instante- Quieres decir que cuando quedaran libres…
-Volverían al lugar donde pertenecen, no seguirían por ahí a su antojo- Sonrió y no pude evitar devolverle la sonrisa.
-Entonces, todo este tiempo persiguiéndome…
-Creían que matándote quedarían libres del modo que ellos quisieran, ellos mismos se han vuelto a enviar de vuelta a su hogar.
-Pero, hay algo que no entiendo…Layla, estaba con ellos, ¿cómo no han…?- No acabé la frase.
-Layla tiene más parte de ángel que tú, cielo- Suspiró- Ella desapareció el día del accidente de coche que tuvimos tu madre y yo- Se me hizo un nudo en el estómago- Se le olvidó todo lo que había pasado, quién era, estuvo vagando día y noche y simplemente un buen día descubrió que tenía alas- Hizo una pausa- Al principio se asustó, pero luego…bueno, la sangre llama a la sangre en cierto modo. Encontró a Lucian y a los otros por instinto propio, ellos no sospecharon de ella, claro está, ya que Mike la sometió a su ‘don’ personal y comprobaron que no sabía nada de quien era ni de su vida- Mi padre desvió la mirada.
-Creyeron que también era víctima de algún castigo- Corroboré, mi padre asintió.
-He estado tan pendiente de ella como de ti, sabía todo lo que os pasaba y jamás os he abandonado- Sonrió- Intenté ponerme en contacto con ella como hice contigo, pero…no fue posible, era algo que no pude hacer con ella.
-Pero ya se ha arreglado todo- Sonreí y me devolvió la sonrisa, entonces me asaltó otra pregunta- Alex, Clary, Kelley…
-Están bien- Sentí un gran alivio en el corazón- Puedes confiar en ellos Sel, son buenas personas, inclusive Adrian- Encarnó las cejas y rodé los ojos- Alex te quiere mucho, me alegro de dejarte con alguien que de verdad te cuide y te quiera de esa manera- Me sonrojé ligeramente.
-Gracias papá- Me abracé a él.
-Bueno- Dijo tras unos segundos- Es hora de que vuelvas- Sonrió y asentí con ganas.
-Papá, cuando vuelvas ¿podrías…podrías decirle a mamá que estoy bien y que la quiero?
-Ella ya lo sabe, Sel- Sonrió con dulzura- Y ahora, has de volver, les dará alegría verte.
-Sí, vamos.
-No- Lo miré extrañada- Vuelves tú, yo no.
-Pero ¿Cómo voy a…?
-Te quiero mucho.
Antes siquiera a que me diera tiempo a pestañear me encontraba cayendo en el vacío, me oía gritando y dando patadas al aire. ¿Por qué había hecho eso? Moriría de nuevo, eso estaba claro. Noté que el corazón me subía a la garganta, pero de pronto, la caída se vio interrumpida. Miré a mis lados desconcertada, pero no vi a nadie que me hubiera cogido, ni tampoco había tocado el suelo. Podía ver la hierba del claro al final. Entonces miré a mis lados y ahogué un grito de sorpresa…me habían crecido…alas. Dos enormes alas blancas se hallaban a ambos lados de mi espalda agitándose levemente. Sonreí y miré más arriba al cielo.
-Gracias papá.
Comencé a descender, ya casi había llegado. Cuando toqué el suelo todos se encontraban de espaldas a mí. Layla estaba un poco más apartada del grupo, no tenía las alas extendidas. En ese momento Alex se giró, cuando me vio se quedó paralizado mirándome. Sentí que se me volvía a detener el corazón. Intenté recuperarme y le sonreí.
-Hola, Alex.
Todos los demás se giraron y me miraron boquiabiertos.
-¿Selena?- Preguntó Clary sorprendida.
-¿Tiene…alas?- Inquirió Adrian.
Alex echó a correr hacia mí y me abrazó con fuerza.
-¿De verdad eres tú?- Preguntó contra mi pelo.
-Sí- Susurré- Con algún cambio, pero sí, soy yo.
-No puedo creerlo, creí que habías…-Se le quebró la voz.
-Pero estoy aquí otra vez- Me separé y Alex acunó mi cara entre sus manos. Le miré el rostro, tenía un corté en la parte izquierda de la cara y un moretón empezaba a formarse en el pómulo derecho. Aún así seguía siendo el chico más guapo que había visto nunca.
-Y nunca me había alegrado tanto de algo- Luego se acercó y me besó. Replegué mis alas, realmente fue un acto involuntario, se replegaron solas, como si estuvieran avergonzadas- Me gustan- Dijo separándose un poco- No las escondas.
-¿No…te extraña?- Pregunté confundida.
-No- Sonrió- Yo ya sabía que eras un ángel, ahora puedo añadir que eres un ángel caído del cielo. Mi ángel.
Se me encogió el corazón de ternura, era lo más bonito que me había dicho nadie nunca. Desplegué las alas y Alex las miró sonriendo.
-Tócalas- Le dije sonriendo, él me miró alzando las cejas- En serio.
Alex sonrió y pasó el dorso de la mano por las alas, noté una pequeña descarga eléctrica recorrerme la columna vertebral, no sabía que hasta Alex pudiera producir ese efecto también en las alas. Alguien se aclaró la garganta a nuestras espaldas, nos giramos y vimos a los demás.
-Sel…-Dijo Clary medio llorando, volví a replegar las alas.
-Clary- Eché a correr y la abracé mientras Clary estallaba en llantos- Tranquila, ya estoy aquí.
-Pensé que…pensé que no te volvería a ver- La separé de mí y le limpié las lágrimas, era algo que siempre había hecho cuando Clary lloraba por algún chico…esos tiempos parecían tan lejanos. Clary tenía un pequeño corte en el labio y restos de sangre en la cara. Se me encogió el corazón al verla así.
-Pero sí lo has hecho.
Clary sonrió.
-Bonitas alas.
Yo reí. Entonces Kelley se acercó y me abrazó con fuerza.
-Ya sabía yo que no me podía quedar tan pronto sin prima- Dijo medio riendo y medio llorando.
-Tú siempre lo sabes todo, Kells- Sonreímos.
-¿Selena?- Miré por encima del hombro de Kelley y vi a Layla mirándome, se había acercado unos pasos.
Me separé de Kelley y me dirigí hacia mi hermana. Era medio palmo más alta que yo, pero la rudeza que había visto antes en su cara había desaparecido por completo, ahora simplemente parecía una chica confundida. La abracé y Layla se quedó sorprendida, pero pronto me abrazó también. Noté una lágrima correr por mi mejilla y rápidamente me la sequé.
-Lo siento mucho- Dijo en un susurro.
-No pasa nada, Layla- Me sonaba raro pronunciar su nombre en voz alta.
-Veo que ya tienes alas- Dijo separándose y riendo, aunque las tenía replegadas no habían pasado inadvertida para nadie.
-Sí, supongo que me las ha dado papá.
-No- Para nuestra sorpresa fue Steve el que habló- Siempre las has tenido, sólo que no sabías quién eras realmente y no sabías lo que podías hacer. Por eso nunca se manifestaron hasta ahora.
-Pero mi padre…me ha dejado caer…
-Sabía que pasaría esto- Dijo sonriendo.
-Chicos, yo no es por interrumpir un momento tan bonito como este- Dijo Kyle- Pero ¿dónde diablos está esa gentuza?
Los demás se miraron como advirtiendo de que no se habían parado a pensar en ellos.
-Tranquilos- Dije sonriendo- No volverán.
Alex me miró y sonrió.
Alex
Cuando oí el disparo mi mirada fue instintivamente hacia Selena, ésta nos miraba comprobando que estábamos bien, pero mi mirada se llenó de horror al ver que en su camiseta empezaba a formarse una mancha roja que se iba extendiendo por toda la camiseta. Sentí que me arrancaban el corazón de cuajo.
-¡NO!- Fue todo lo que pude decir en ese momento.
¡No, ella no! Cuando Selena me oyó gritar se miró la camiseta. Cuando alzó la vista su mirada estaba perdida, vacía. Cayó de rodillas al suelo y luego se dejó caer de lado. No, mi Selly no. ¡Ella no! Mis ojos se llenaron de lágrimas y no evité que cayeran. Miré a Lucian, tenía la pistola de Kyle en la mano. Me dirigí a él mientras Clary lloraba y gritaba y Adrian la abrazaba. Kelley empezó a llorar detrás de mí. Cogí a Lucian por el cuello y empecé a insultarlo, a maldecirlos a todos. Quería matarlos con mis propias manos. ¿Cómo había sido capaz…? Le di un puñetazo en la mandíbula, claro que no le hirió en lo más mínimo. Me había arrancado lo que más quería en el mundo, ya me daba igual si vivía o si moría. Lo solté con fuerza y me dirigí corriendo hacia donde se encontraba Selena tendida inmóvil. Me arrodillé a su lado y la abracé mientras seguía llorando. El color rosado que siempre había en sus mejillas iba desapareciendo poco a poco.
-No…-Susurré. Le puse la mano en el cuello en busca de su pulso, no lo encontré- ¡Selena!- Grité.
-Ya está todo hecho…-Dijo Lucian.
-¡Tú!- Oí a Kelley gritar- ¡Eres un cabrón!
-Padre, no es por nada…pero ¿no se suponía que con su muerte quedaríamos liberados del castigo?- Fue Bradley el que habló.
Me giré y los miré sin soltar a Selena. Lucian miró sus alas y los demás hicieron lo mismo, todos excepto Moira, que nos miraba a Selena y a mí con la mirada perdida… ¿Qué le pasaba? Miré a Lucian, la cara de éste había pasado de la sorpresa y el alivio a la ira y la confusión.
-¿Está muerta del todo? ¿Seguro?- Inquirió Mike.
-Sí, no oigo su corazón- Constató Jennifer, me entraron unas ganas horribles de matarla.
-Algo ha salido mal, no entiendo…-Empezó a decir Lucian.
En ese momento una luz inundó el claro haciendo que todos apartáramos la vista. Cuando la luz se hizo más tenue, miramos.
-No…no…-Lucian estaba ¿tartamudeando? Miré hacia el lugar que él estaba mirando para ver qué le había provocado tal impacto.
Allí de pie había un hombre, bueno, un ángel, tenía las alas abiertas en todo su esplendor, eran enormes y blancas. El hombre era alto y muy atractivo, había algo en su cara que me recordaba a Selena…la miré, estaba totalmente pálida, se me fueron todas las fuerzas.
-No es…-Lucian no pronunciaba una frase entera.
-¿No es posible?- Terminó la frase el ángel por él- Más bien es casi imposible, no del todo- Su voz era calmada pero podía notar una nota de dolor en ella.
-¿Por qué no se ha deshecho el castigo?- Preguntó Lucian haciéndole caso omiso- ¡¿Por qué seguimos aquí con este aspecto?!
-Hemos hecho todo lo que se pedía- Continuó Jennifer.
-¿El qué? ¿Matar a mi hija?- Claro, ese ángel era el padre de Selena…incluso oír en la voz de su padre la palabra ‘matar’ me produjo un escalofrío y dolor.
-Derramar la sangre de quien impuso el castigo- Contradijo Bradley.
-Creo que no tenéis ni idea- Antes de darnos tiempo siquiera a pestañear desapareció tan pronto como había aparecido, lo único que me demostraba que había sido real eran la miradas confundidas de los demás.
-¡Jaden! ¡Jaden!- Lo llamó Lucian.
-¿Qué creéis que ha querido decir con eso?- Preguntó Mike.
-Yo creo que no lo hemos hecho bien- Siguió Bradley- Deberíamos destriparla para que toda la sangre cayera por la hierba.
-Inténtalo- Les advertí apretando más a Selena contra mí.
-Moira- Dijo Jennifer, todos miramos a Moira- ¿Qué te pasa?- Había estado muy callada todo el tiempo y ahora tenía las alas escondidas y seguía mirándonos a Selena y a mí sin pestañear- ¡Moira!- Insistió al ver que no contestaba.
-Alex…-Dijo ella, hubo algo en su voz que me hizo estremecer, no era el tono habitual de un ángel caído, era más bien… ¿tristeza?- Aparta un momento- No me moví- Alex, por favor.
-Alex- Fue Steve el que habló- Haz lo que te dice.
-¿Qué?- Miré a Steve confundido, éste estaba mirando a Moira con una especie de ¿sonrisa? Todo eso era muy raro.
-Hazlo, Alex.
Me retiré de Selena en contra de mi voluntad y me puse sólo a unos cuantos metros de ella, sólo por si acaso.
-Moira, ¿se puede saber qué…?- Empezó Lucian.
Pero se detuvo al ver que Moira se acercaba hacia donde se encontraba Selena. Moira la miró y luego se fijó en la roca que había detrás de ellas, se acercó y paso su mano por encima de la roca. Todos la mirábamos confundidos.
-¿Qué está…?- Empezó Kelley.
-¡Moira!- La llamó Lucian- ¡Deja de hacer el idiota!
Moira cerró los ojos con la mano aún posada en la roca y a los pocos segundos los volvió a abrir cómo si hubiera despertado de un sueño.
-Lo entiendo, padre…- Fue todo lo que dijo. Tenía la mirada perdida.
Moira se giró hacia Selena, le cogió la mano y la colocó encima de la roca, luego ella colocó la suya encima. Steve sonrió.
-¿Por qué sonríes?- Preguntó Jennifer.
-Layla- Fue todo lo que respondió mientras sonreía ampliamente.
Yo miré a Moira, claro, por eso me resultaban esos ojos tan familiares, pero Moira era…no era como Selena, era mala y perversa.
Lo siguiente sucedió todo muy de prisa. Lucian gritó que la detuvieran y justo cuando Jennifer, Mike y Bradley se iban a abalanzar sobre ella una luz intensa y cálida brotó de las manos de Selena y de Moira haciendo que todos tuvieran que cerrar los ojos y que yo –que estaba apenas a unos metros de distancia- saliera disparado unos metros más allá. Mientras caía lo único que oí fueron los gritos desgarradores de Lucian y los otros. Cuando la luz hubo desaparecido abrimos los ojos, había dejado de llover y no había ni rastro de Lucian, ni de Jennifer, Mike o Bradley. Miramos a nuestro alrededor sin saber qué había ocurrido.
-¿Qué ha…?- Empezó Jensen.
-¿Dónde están?- Le cortó Kyle.
Miramos en dirección a Selena y Layla, ésta última estaba echada encima de Selena, como si la estuviera protegiendo de algo.
-Sel…-Dijo Layla retirándose de ella, Selena seguía inmóvil.
Fue como si me tiraran una jarra de agua fría por encima, una parte de mí esperaba verla con los ojos abiertos de nuevo. Pero no los abriría de nuevo…nunca. Me dolió aceptar eso más cualquier otra cosa.
-No entiendo nada- Comentó Clary.
-Creo que ninguno entendemos nada- Aclaró Adrian.
-Yo sí- Dijo Steve para nuestra sorpresa.
-¿Qué?- Inquirí.
A Steve no le dio tiempo a contestar, en ese momento un resplandor inundó el claro y volvió a aparecer Jaden. Esta vez junto a Selena y Layla. Nos dedicó una mirada de gratitud a todos y se agachó junto a sus hijas.
-¿Papá?- Preguntó Layla medio llorando.
-Sabía que despertarías- Dijo acariciándole la mejilla.
Layla se abrazó a Jaden llorando.
-Papá, Selena…-Dijo entre lágrimas.
Jaden se separó de Layla y se acercó a Selena, le acarició la mejilla y la cogió en brazos. De pronto me encontré caminando hacia ellos.
-¿Dónde la lleva?- Pregunté sin pensarlo.
-Tiene que venir conmigo- Dijo con voz calmada.
-¿Cómo que tiene que ir con usted?- No iba a permitir que se la llevara a ningún sitio.
-Alex…-Me quedé helado, ¿me recordaba? ¿Todavía se acordaba de mí después de tantos años?- Sé que quieres a mi hija, pero esta vez no puedes hacer nada.
-Pero…
Antes de que pudiera seguir, Jaden ya había desplegado sus alas y había echado a volar con Selena en sus brazos. Me oí a mí mismo gritando que volviera antes de dejarme caer de rodillas aguantando la rabia y el dolor que sentía en mi interior. Ya no me quedaba nada…
Selena
Viento, brisa, respiración, pensamiento…latidos. Abrí los ojos parpadeando, ¿qué había pasado? Miré hacia los lados, sólo veía ¿cielo? Cuando miré a mi izquierda me encontré con…mi padre. ¡Mi padre! Entonces lo recordé todo, el disparo, la sangre…estaba muerta.
-¿Papá?- Mi voz sonó distante, miré a mi alrededor, mi padre me llevaba en brazos, llevaba sus enormes alas blancas extendidas.
-Hola, cielo- Me sonrió y sentí una repentina oleada de nostalgia- Has sido muy valiente.
-¿Estoy…estoy muerta?- Ya sabía que sí, pero necesitaba oírlo.
-No- Negó con la cabeza- Al menos ahora no.
-¿Qué…qué quieres decir?- Me daba vueltas la cabeza.
-Tu hermana te ha salvado- Pude notar cierto orgullo en la voz de mi padre.
-¿Mi hermana?- Una repentina alegría me inundó el corazón- ¿Layla ha…?
-Ha recordado- Terminó la frase por mí. Sonreí.
-¿Dónde están Lucian y…?
-Han vuelto donde pertenecen- Contestó antes de que hubiera acabado de formular la pregunta.
-Pero…ellos…quiero decir…-No sabía lo que pasaba- Con mi sangre se rompía el castigo.
-Se rompía con mi sangre- Sonrió- Tu hermana también tiene mi sangre, necesitaban sangre de las dos.
-¿Layla también ha muerto?- Noté el pánico en mi voz.
-No- Se apresuró a contestar- Nadie dijo nunca que hubiera que derramar la sangre- Me sentía confundida, mi padre debió notarlo en la expresión de mi cara porque sonrió- Sólo hacía falta la sangre adecuada, en el lugar adecuado, en el objeto adecuado.
Una imagen vino a mi mente, como si hubiera sido un sueño que acababa de recordar.
-La roca…la mano de Layla sobre la mía- Empecé a decir- No ha sido un sueño.
-No, en esa roca fue donde grabé los símbolos donde se describía el castigo.
-Pero entonces…ellos han quedado libres.
-Sí, pero no de la manera que creían.
-¿Qué quieres decir?
-Nadie dijo nunca cómo sería el estar libres del castigo.
-Oh…-Lo entendí al instante- Quieres decir que cuando quedaran libres…
-Volverían al lugar donde pertenecen, no seguirían por ahí a su antojo- Sonrió y no pude evitar devolverle la sonrisa.
-Entonces, todo este tiempo persiguiéndome…
-Creían que matándote quedarían libres del modo que ellos quisieran, ellos mismos se han vuelto a enviar de vuelta a su hogar.
-Pero, hay algo que no entiendo…Layla, estaba con ellos, ¿cómo no han…?- No acabé la frase.
-Layla tiene más parte de ángel que tú, cielo- Suspiró- Ella desapareció el día del accidente de coche que tuvimos tu madre y yo- Se me hizo un nudo en el estómago- Se le olvidó todo lo que había pasado, quién era, estuvo vagando día y noche y simplemente un buen día descubrió que tenía alas- Hizo una pausa- Al principio se asustó, pero luego…bueno, la sangre llama a la sangre en cierto modo. Encontró a Lucian y a los otros por instinto propio, ellos no sospecharon de ella, claro está, ya que Mike la sometió a su ‘don’ personal y comprobaron que no sabía nada de quien era ni de su vida- Mi padre desvió la mirada.
-Creyeron que también era víctima de algún castigo- Corroboré, mi padre asintió.
-He estado tan pendiente de ella como de ti, sabía todo lo que os pasaba y jamás os he abandonado- Sonrió- Intenté ponerme en contacto con ella como hice contigo, pero…no fue posible, era algo que no pude hacer con ella.
-Pero ya se ha arreglado todo- Sonreí y me devolvió la sonrisa, entonces me asaltó otra pregunta- Alex, Clary, Kelley…
-Están bien- Sentí un gran alivio en el corazón- Puedes confiar en ellos Sel, son buenas personas, inclusive Adrian- Encarnó las cejas y rodé los ojos- Alex te quiere mucho, me alegro de dejarte con alguien que de verdad te cuide y te quiera de esa manera- Me sonrojé ligeramente.
-Gracias papá- Me abracé a él.
-Bueno- Dijo tras unos segundos- Es hora de que vuelvas- Sonrió y asentí con ganas.
-Papá, cuando vuelvas ¿podrías…podrías decirle a mamá que estoy bien y que la quiero?
-Ella ya lo sabe, Sel- Sonrió con dulzura- Y ahora, has de volver, les dará alegría verte.
-Sí, vamos.
-No- Lo miré extrañada- Vuelves tú, yo no.
-Pero ¿Cómo voy a…?
-Te quiero mucho.
Antes siquiera a que me diera tiempo a pestañear me encontraba cayendo en el vacío, me oía gritando y dando patadas al aire. ¿Por qué había hecho eso? Moriría de nuevo, eso estaba claro. Noté que el corazón me subía a la garganta, pero de pronto, la caída se vio interrumpida. Miré a mis lados desconcertada, pero no vi a nadie que me hubiera cogido, ni tampoco había tocado el suelo. Podía ver la hierba del claro al final. Entonces miré a mis lados y ahogué un grito de sorpresa…me habían crecido…alas. Dos enormes alas blancas se hallaban a ambos lados de mi espalda agitándose levemente. Sonreí y miré más arriba al cielo.
-Gracias papá.
Comencé a descender, ya casi había llegado. Cuando toqué el suelo todos se encontraban de espaldas a mí. Layla estaba un poco más apartada del grupo, no tenía las alas extendidas. En ese momento Alex se giró, cuando me vio se quedó paralizado mirándome. Sentí que se me volvía a detener el corazón. Intenté recuperarme y le sonreí.
-Hola, Alex.
Todos los demás se giraron y me miraron boquiabiertos.
-¿Selena?- Preguntó Clary sorprendida.
-¿Tiene…alas?- Inquirió Adrian.
Alex echó a correr hacia mí y me abrazó con fuerza.
-¿De verdad eres tú?- Preguntó contra mi pelo.
-Sí- Susurré- Con algún cambio, pero sí, soy yo.
-No puedo creerlo, creí que habías…-Se le quebró la voz.
-Pero estoy aquí otra vez- Me separé y Alex acunó mi cara entre sus manos. Le miré el rostro, tenía un corté en la parte izquierda de la cara y un moretón empezaba a formarse en el pómulo derecho. Aún así seguía siendo el chico más guapo que había visto nunca.
-Y nunca me había alegrado tanto de algo- Luego se acercó y me besó. Replegué mis alas, realmente fue un acto involuntario, se replegaron solas, como si estuvieran avergonzadas- Me gustan- Dijo separándose un poco- No las escondas.
-¿No…te extraña?- Pregunté confundida.
-No- Sonrió- Yo ya sabía que eras un ángel, ahora puedo añadir que eres un ángel caído del cielo. Mi ángel.
Se me encogió el corazón de ternura, era lo más bonito que me había dicho nadie nunca. Desplegué las alas y Alex las miró sonriendo.
-Tócalas- Le dije sonriendo, él me miró alzando las cejas- En serio.
Alex sonrió y pasó el dorso de la mano por las alas, noté una pequeña descarga eléctrica recorrerme la columna vertebral, no sabía que hasta Alex pudiera producir ese efecto también en las alas. Alguien se aclaró la garganta a nuestras espaldas, nos giramos y vimos a los demás.
-Sel…-Dijo Clary medio llorando, volví a replegar las alas.
-Clary- Eché a correr y la abracé mientras Clary estallaba en llantos- Tranquila, ya estoy aquí.
-Pensé que…pensé que no te volvería a ver- La separé de mí y le limpié las lágrimas, era algo que siempre había hecho cuando Clary lloraba por algún chico…esos tiempos parecían tan lejanos. Clary tenía un pequeño corte en el labio y restos de sangre en la cara. Se me encogió el corazón al verla así.
-Pero sí lo has hecho.
Clary sonrió.
-Bonitas alas.
Yo reí. Entonces Kelley se acercó y me abrazó con fuerza.
-Ya sabía yo que no me podía quedar tan pronto sin prima- Dijo medio riendo y medio llorando.
-Tú siempre lo sabes todo, Kells- Sonreímos.
-¿Selena?- Miré por encima del hombro de Kelley y vi a Layla mirándome, se había acercado unos pasos.
Me separé de Kelley y me dirigí hacia mi hermana. Era medio palmo más alta que yo, pero la rudeza que había visto antes en su cara había desaparecido por completo, ahora simplemente parecía una chica confundida. La abracé y Layla se quedó sorprendida, pero pronto me abrazó también. Noté una lágrima correr por mi mejilla y rápidamente me la sequé.
-Lo siento mucho- Dijo en un susurro.
-No pasa nada, Layla- Me sonaba raro pronunciar su nombre en voz alta.
-Veo que ya tienes alas- Dijo separándose y riendo, aunque las tenía replegadas no habían pasado inadvertida para nadie.
-Sí, supongo que me las ha dado papá.
-No- Para nuestra sorpresa fue Steve el que habló- Siempre las has tenido, sólo que no sabías quién eras realmente y no sabías lo que podías hacer. Por eso nunca se manifestaron hasta ahora.
-Pero mi padre…me ha dejado caer…
-Sabía que pasaría esto- Dijo sonriendo.
-Chicos, yo no es por interrumpir un momento tan bonito como este- Dijo Kyle- Pero ¿dónde diablos está esa gentuza?
Los demás se miraron como advirtiendo de que no se habían parado a pensar en ellos.
-Tranquilos- Dije sonriendo- No volverán.
Alex me miró y sonrió.