Capítulo 23.
Alex
Steve, Kyle y Jensen iban en el coche de Jensen los últimos, yo iba en mi moto delante de ellos y Adrian, Clary y Kelley iban en el coche de Steve guiándonos hasta el lugar donde habían tenido a Clary secuestrada. Íbamos lo más rápido posible y siempre que veía a una chica bajita y castaña en algún lugar no podía evitar girar la cara para ver si era Selena, obviamente no lo era. Ya había dejado de llover y la luna iluminaba toda la ciudad aunque aún quedaban restos de lluvia en los charcos del suelo que tenía que evitar para no derrapar.
-Aquí es- Dijo Adrian bajándose del coche.
El edificio que había delante de nosotros era antiguo, se notaba que había cerrado hacía bastante tiempo y era el lugar perfecto para esconderse alguien que no quisiera ser visto.
-Tenemos que andar con cuidado- Fue Clary la que habló.
-Yo iré delante- Dijo Steve empezando a andar mientras sacaba una pistola de la chaqueta. Los demás hicimos lo mismo.
Miré a Adrian y a Clary que no tenían ningún arma. Les dediqué una mueca burlona que no les hizo mucha gracia. Saqué otra pistola de la chaqueta y un cuchillo del pantalón.
-Toma- Le di la pistola a Adrian y el cuchillo a Clary.
-Es que tú llevas una tienda ahí ¿o qué?- Clary pareció sorprendida, yo sonreí.
-Te sorprendería.
-Vamos, no os quedéis atrás- Apremió Jensen.
-Vale- Dije cargando la pistola- Que empiece la fiesta.
Selena
-Disculpa- Dijo alguien a mi espalda
-¿Sí?- Me giré y me quedé de hielo, delante de mí había una chica muy alta, rubia y muy guapa, pero lo que me dejó de hielo fueron sus ojos, unos inquietantes ojos azules.
-Verás te he visto aquí sola y me preguntaba…
-Eres uno de ellos- Dije sin pensar sin saber bien por qué, era como si de repente los identificara del resto.
La chica sonrió, no fue una sonrisa agradable.
-Vaya Sel, parece que has aprendido a conocernos- Miré a nuestro alrededor, la playa estaba desierta.
-¿Dónde están los demás?
-Esperando, no te creerás tan importante como para que tengamos que venir todos por ti ¿verdad?
No contesté.
-Estoy segura de que ya sabes por lo que te queremos ¿Verdad? Sino no estarías aquí sola.
-¿Por qué dices eso?
La chica sonrió.
-Te conocemos bien Selena- Hubo algo en su voz que me puso la piel de gallina- Sabemos que tienes carácter y sabemos que si estás aquí sola es porque no quieres que los demás sufran daño- Me dio miedo que me conocieran tan bien- No me equivoco ¿Verdad?- Dijo al ver que no respondía
-Y ¿cumpliréis? ¿Los dejaréis en paz si me entrego?
La chica se acercó a mi oído
-Nunca le hagas prometer nada a un ángel o no podrá romper su promesa.
Cuando se retiró le habían crecido dos grandes alas grises oscuras, me quedé sin habla.
-Es hora de dar un paseo- Dijo antes de abalanzarse sobre mí.
Alex
-Aquí no hay nadie- Dije empezando a exasperarme.
-¿Seguro que no nos habéis engañado?- Preguntó Kelley recelosa.
-¿Qué más queréis que hagamos para que confiéis en nosotros?- Preguntó Adrian, una pregunta que no obtuvo respuesta.
-Será mejor que nos dividamos- Dijo Steve.
-Steve eso nunca funciona- Dije yo.
-Jensen vendrá conmigo- Continuó sin hacerme caso- Kyle con Kelley- Noté como Kelley se tensaba a mi lado- Alex- Dijo girándose hacia mí- Tú irás con Clary y Adrian.
-¿Qué?- Exclamé. Steve me miró con los ojos muy abiertos- Está bien, vamos.
-Alex…-Dijo Clary detrás de mí después de un rato caminando por el edificio- ¿Crees que llegaremos a tiempo?- Se me heló la sangré.
-Claro que sí- Dije en un susurro.
Oímos un ruido encima de nuestras cabezas.
-¿Qué ha sido eso?- Dijo Adrian.
-Vamos- Salimos corriendo hacia las escaleras que daban al siguiente piso cuando noté que algo me cogía del hombro y me empujaba por las escaleras- ¡Argh! ¡Mierda!
Lo siguiente que oí fueron los gritos de Adrian y Clary. Cuando me conseguí levantar no vi a nadie alrededor.
-¡Clary! ¡Adrian! – Nadie contestó.
Alcé la pistola y me giré sobre mí comprobando que no había nadie.
-Hola, guapo- Me giré sobresaltado y vi a una chica morena mirándome, noté un escalofrío, esos ojos… ¿dónde los había visto antes?
-¿Dónde están Adrian y Clary?
-¿Esos traidores?- Puso cara de pena- Por ahí con otros amigos.
-Creo que tu concepto de ‘amigos’ está muy sobrevalorado- Cargué la pistola y la apunté.
-Oh, vamos, sabes que no podrás matarme- Soltó una pequeña risita.
-Pero seguro que te jode- Sonreí.
La chica se abalanzó sobre mí y me tiró al suelo haciendo que perdiera la pistola y ella quedara encima de mí. Intenté quitarla de encima pero tenía mucha fuerza.
-¿Por qué te quieres ir ya?- Puso voz de pena y se acercó a mi oído- Con lo bien que lo podemos pasar.
-Vaya- Sonreí y ella me miró- No sabía que los bichos como tú también eran putas.
La chica se puso roja de la ira y me dio un puñetazo en la mandíbula que por poco me la descoloca. Yo aproveché, le di una patada en la barriga y la quité de encima. Eché a correr hacia donde había quedado la pistola y le disparé antes de que pudiera levantarse. Emitió un grito ahogado y no se levantó. Me acerqué hasta donde estaba tendida y le disparé tres veces más.
-Sa…sabes que…que me recu…peraré- Tartamudeó.
-Pero yo disfruto mientras.
Entonces algo me cogió y me elevó del suelo haciendo que perdiera la pistola, giré la cara y vi a otro de los ángeles caídos, éste sonrió y comenzó a ascender hacia el techo, por un momento pensé que nos chocaríamos contra éste, pero en el último momento puso el brazo por encima de su cabeza y lo rompió haciendo que saliéramos hacia el exterior.
-¿Dónde vamos?- Pregunté mientras salíamos volando.
-A ver a tu amiguita- Sonrió
Kelley
-Kyle…-Dije después de estar todo el camino sin hablar.
-Dime- Él iba delante de mí apuntando con su pistola al frente.
-Quería…quería…-No sabía cómo empezar.
-Querías ¿qué?- Insistió.
-Bueno…-Cerré los ojos e inspiré hondo- Pedirte perdón.
Kyle se paró en seco, se giró y me miró, aunque en el edificio había poca luz pude verle los ojos llenos de sorpresa.
-¿Qué?
-Que…lo siento- Desvié la vista para no mirarle a los ojos. Kyle no habló- Siento todo lo que te hice Kyle- Se me ahogó la voz- Siento haberte dejado allí solo y luego no haberte llamado ni haber ido a verte- Noté que se me humedecían los ojos, no quería llorar, no delante de Kyle- Pero tenía miedo- Kyle no habló- Tenía miedo de que estuvieras enfadado porque te dejé, tenía miedo de que me odiaras- Noté cómo empezaba a llorar contra mi voluntad- Tenía miedo de todo, me sentía…vacía y me odiaba a mí misma por lo que te había hecho- Se me quebró la voz- Jamás me he perdonado eso y cuando te he vuelto a ver…-Hice una pausa para recuperar el aliento mientras continuaba llorando- No sé…-Lo miré- Perdóname Kyle, no sé…
Me vi interrumpida por el beso de Kyle, el cual me pilló por sorpresa. Dejé la pistola caer al suelo y me agarré a su cuello, noté un montón de mariposas en mi estómago, las cuales sólo había sentido cuando había estado con Kyle, con ningún otro más aunque lo había intentado. Sólo había estado, y ahora sabía que seguía estando, enamorada de Kyle. Era un beso tierno, dulce y lleno de nostalgia, no pude evitar que se me escapara otra lágrima. Cuando nos separamos Kyle me limpió las lágrimas con la mano y luego me acunó el rostro entre sus manos.
-Jamás pensé que te oiría decir eso- Dijo sonriendo.
-No podía más con la culpa, por favor perdóname.
-No te preocupes, no tengo nada que perdonarte.
-Claro que sí, fui una estúpida y una mala persona.
-No, no lo fuiste, simplemente fuiste una chica asustada- Me colocó un mechón de pelo detrás de la oreja- Nunca he dejado de pensar en ti- Dijo apoyando su frente en la mía.
-Ni yo en ti.
A continuación todo pasó muy deprisa, algo retiró a Kyle de mí mientras éste gritaba, sólo me dio tiempo a gritar su nombre una vez antes de que algo me golpeara en la cabeza sin darme tiempo a coger la pistola que había caído al suelo. Luego, todo fue oscuridad.
Selena
La chica me soltó de golpe cuando llegamos a un gran claro, a la suficiente altura para que cuando caí al suelo se me cortará la respiración del golpe. La chica replegó sus alas y rió.
-Vaya, Selena- Se agachó a mi lado- He de reconocer que esperaba un poco más de ti.
Intenté responder pero el golpe me había dejado sin respiración.
-Mírate- Se puso en pie y me miró con asco- Y pensar que Jaden engendró algo como tú- Me dio una patada en el estómago haciendo que quedara bocabajo y empezara a toser- Al menos esperaba que me lo pusieras un poco difícil hasta que llegaran los otros- Busqué a tientas en mi pantalón el cuchillo que había cogido antes de salir- Pero sólo eres una niñita asustada.
-Y tú una asesina- Mi voz sonó ronca y ruda, me di media vuelta como pude y le clavé el cuchillo en la pierna mientras la chica gritaba.
Me puse de pie tambaleándome. La chica me miró y rió.
-¿De verdad esperas que ese juguetito me haga algún daño?- Ante mis ojos observé cómo la herida de su pierna iba cerrándose poco a poco.
-Lo que realmente esperaba era ver tu cara de dolor- Sonreí de medio lado, la chica me miró llena de odio.
-Jennifer- La chica y yo nos giramos hacia el lugar de donde provenía la voz.
Detrás de nosotras había un hombre, de unos cuarenta años más o menos. Lo reconocí al instante…
-Lucian…-Dije en un susurro.
-Hola, Selena- Éste sonrió- Veo que has venido por tu propio pie.
-Sé que me queréis muerta- No estaba dispuesta a andarme con tonterías- Muy bien, ¡aquí estoy!- Abrí los brazos- ¿A qué esperáis?
-A que tus amigos puedan verte.
-¿Qué?- No sabía a qué se refería.
Entonces unas cuantas figuras más aterrizaron a unos cuantos metros de mí dejando caer a más personas.
-No…-Mi voz apenas fue audible.
Delante de mí se encontraban Clary –que había caído inconsciente-, Adrian –que estaba tendido tocándose la cabeza-, Kelley –la cual ya se había puesto de pie-, Kyle –que ya estaba junto a Kelley-, Jensen –Apoyado en el hombro de Steve- y…Alex, éste último me miraba con una mezcla de miedo, tristeza y nostalgia en los ojos, si unas semanas antes me hubieran dicho que los ojos de Alex podrían mostrar alguna emoción no me lo habría creído.
-¿Qué hacéis aquí?- Fue la única frase que salió de mi boca.
-¿Es que no es obvio?- Fue Kelley la que habló en lugar de Alex.
-¡Te dije que no me siguierais!- Miré a Alex con los ojos humedecidos, todo lo que había hecho no había servido para nada.
-No te hemos seguido…-Su voz sonaba calmada- Ellos nos han guiado- Señaló a Adrian y a Clary que ya estaban de pie un poco aturdidos por el golpe.
-¿Por qué?- Mis ojos se dirigieron hacia Clary.
-Eres mi mejor amiga- Sonrió y no pude evitar que una lágrima corriera por mi mejilla.
-Oh…qué bonita escena- Lucian aplaudió y me limpié las lágrimas corriendo- Sujetadlos- Los demás ángeles caídos sujetaron a Alex y a los demás, la resistencia que éstos oponían era inútil.
Miré a los ángeles, no conocía a ninguno, entonces detuve mi vista en la chica que sujetaba a Kelley y a Kyle, era la misma con la que había peleado aquel día en el gimnasio…Moira.
-Tú…-Dije, Moira me miró- Tú fuiste con quién peleé aquel día.
-Oh ¡Vamos! ¡No me jodas!- Fue Alex el que habló- ¿Ésta perra fue la que te atacó?
-O cierras esa puñetera boca o te mato de una vez- Moira habló entre dientes y me miró, una vez más tuve la sensación de que conocía esos ojos.
-¿Cuándo será la hora padre?- Dijo uno de los ángeles, se parecía mucho a Jennifer.
-Muy pronto Bradley, muy pronto- Me miró a mí y luego a Alex y sonrió- Pero antes… ¡Mike!
-¿Sí, señor?- El chico que sujetaba a Clary, a Adrian, a Jensen y a Steve dirigió su atención a Lucian.
-¿Quieres divertirte un rato?
Jennifer sonrió mirando a Lucian, se acercó a Mike y ocupó su lugar junto a Steve, Jensen, Adrian y Clary mientras Mike se acercaba a Lucian.
-Dígame.
Lucian se acercó y susurró algo en el oído de Mike, éste sonrió y miró a Alex.
-Suéltalo- Le dijo a Bradley, que sujetaba a Alex.
-¿Qué?- Bradley parecía no entender de qué iba todo eso, y yo tampoco.
-Haz lo que te dice- Ordenó Lucian.
-Sí, padre- Inmediatamente se retiró de Alex que soltó una palabrota y luego me miró a mí, sentí que el corazón me daba un vuelco.
-Alex…-Empezó diciendo Mike, su voz había cambiado, era distinta…persuasiva- Te gustan mucho las armas ¿verdad?
-¿Qué?- Contestó Alex desconcertado.
-¿Por qué no coges la pistola que lleva Kyle en el bolsillo?
-¿Por qué?- Alex entrecerró los ojos.
-Hazlo, sabes que te sientes mejor con un arma en la mano- Miró fijamente a los ojos a Alex y éste se dirigió a Kyle y empezó a buscar en su chaqueta.
-Alex, Alex ¿qué estás haciendo?- Preguntó Kyle.
-No lo sé- Respondió Alex confuso mientras sacaba la pistola. Yo estaba de piedra, ¿qué querían de él?
-Dejadlo en paz- Me oí decir de pronto, Lucian me miró, en cambio Mike no.
-¿De verdad crees que te haremos caso a ti? ¿Una mocosa?
-Niñata- Todos miramos al lugar del que procedía esa voz…Alex.
-¿Perdona?- Inquirió Lucian.
-Es niñata, no mocosa- Era increíble que fuera capaz de bromear en un momento como aquel.
-Tú- Instó Mike- Ahora vamos a darte la oportunidad de hacer lo que te gusta- Se acercó hasta Alex y susurró algo en su oído, luego lo giró hasta que quedó frente a mí. No entendía nada.
-Oh, no…-Clary susurró por lo bajo, ¿qué estaba pasando?
-Ya sabes lo que tienes que hacer- Siguió Mike- Mátala.
Entonces lo entendí todo, era a mí a quien tenía que matar, pero…Alex jamás haría eso.
-¿Qué?- Alex parecía consternado, como si no pudiera despertar de un sueño.
-¡Alex! ¡No le escuches!- Para nuestra sorpresa fue Adrian el que habló- ¡Puede hacerte hacer cosas que no desees!
-¡Cállate!- Gritó Jennifer zarandeándolo.
Se me puso la piel de gallina, quizás Alex no quisiera herirme, pero si un ángel caído tenía el poder de hacer que la gente hiciera cosas que no quisieran…
-No puedo…-La voz le tembló.
-Sí puedes, sólo tienes que alzar la pistola- Siguió insistiendo Mike.
Las manos de Alex temblaron sobre la pistola, como si estuviera luchando contra algo invisible que le alzaba las manos. Sentí un vacío en el pecho, ver a Alex de aquella manera era más doloroso que cualquier otra cosa.
-Álzala…-Insistió- ¡Ya!- Alex no alzó la pistola, así que Mike lo hizo por él. La pistola me apuntaba ahora y no sabía qué hacer.
Alex me miraba con los ojos llenos de horror y de confusión.
-Es muy sencillo- Continuó Mike.
-Alex…-Dije en un susurro, la expresión de éste no varió.
-Sólo un disparo- Insistió Mike.
-No…-Se negó Alex, la mano le tembló en el gatillo- A ella no…
-Es lo que siempre has hecho- Oí una risita, supuse que provendría de Lucian- No es nada nuevo.
-No…-Los ojos de Alex brillaban por las lágrimas acumuladas.
-Hazlo…-Continuó Mike- ¿Qué importa una vida más que una vida menos?
-La suya sí importa…-Alex no podría soportarlo mucho más, lo sabía.
-Confío en ti, Alex- Dije mirándolo a los ojos, éste cambió la expresión de sus ojos por una especie de brillo distinto que no supe identificar- Te quiero- Se me ahogó la voz al decir esas dos palabras, las lágrimas amenazaban con derramarse de un momento a otro, las manos de Alex dejaron de temblar en el gatillo y me miró fijamente.
-Hazlo Alex… ¡Hazlo ya!-Gritó Mike.
-¡No!- Alex se giró hacia Mike y le disparó en el pecho, todos los demás le miraron sorprendidos, creo que incluso yo le miré sorprendida.
-Es imposible…-Empezó a decir Lucian.
-Nadie puede resistirse a…-Comenzó a decir Moira sorprendida.
Mike se retiró aturdido hacia donde se encontraba Lucian, la mancha en el pecho fue desapareciendo. Alex bajó el arma, estaba sudando.
-Ninguno de vuestros jueguecitos funcionará conmigo- Escupió Alex mirando a Lucian y a Mike.
-Sois todos unos desalmados- Dije yo- No tenéis corazón, ni sentimientos…estáis vacíos.
-¡No la aguanto más!
Moira soltó a Kelley y a Kyle y se abalanzó sobre mí, el cuchillo salió disparado hacia un árbol.
-¡Selena!- Oí a Alex gritar mi nombre y luego una palabrota, miré como pude y vi a Bradley peleando con éste.
De pronto todo se sumió en el caos, los demás ángeles empezaron a pelear también y los demás cazadores incluidos, incluso pude ver a Clary levantar el cuchillo en más de una ocasión. Moira me golpeó en la cara, noté un sabor a metal en la boca. Cuando volví a mirarla me asestó otro puñetazo en el otro lado de la cara.
-¿Qué pasa, angelito?- Preguntó con voz de pena.
Le di una patada en el pecho haciendo que cayera de espalda y me tiré encima de ella mientras le apretaba el cuello. Moira me tiró del pelo, casi creí que me lo iba a arrancar de raíz. Solté su cuello y ella me empujó a un lado mientras se levantaba y esperaba a que yo hiciera lo mismo.
-Venga, pequeña zorra- Dijo Moira.
-¿Zorra?- Nos giramos y vimos que el que había hablado era Alex que estaba encima de Bradley pegándole puñetazos- La zorra es ella, ¡ha intentado meterme mano, Selly!
Sentí una furia tremenda en el pecho mientras me levantaba.
-¿Que qué?- Dije mirando a Moira, ésta sonrió.
-¿No lo quieres compartir?- Sonrió- Seguro que no le das todo lo que quiere, deberías tratarlo un poco mejor así no estarías tan amargada.
-¡Es MI Alex, no tu Alex y yo hago con MI Alex lo que me da la gana!- Grité sin pensar lo que decía.
-Vaya…con que TU Alex ¿Eh?
-Y ¿sabes lo que le hago yo a las listas como tú?- Noté mi voz desconocida ante mis propios oídos- Arrancarle los pelos.
Me tiré encima de ella derribándola contra el suelo, pero ésta me dio una patada en la mandíbula y me mandó unos metros más lejos. Noté una línea de sangre correr por mi boca.
-¡Venga, Selena! ¡Pelea de una vez!- Me puse en pie cogiendo el cuchillo que estaba a mi lado- ¡No tengo ganas de ponerme a jugar contigo ahora!
Me quedé de hielo, empecé a verlo todo a cámara lenta y dejé de oír las voces, salvo una que se repetía una y otra vez en mi cabeza <<No tengo ganas de jugar contigo ahora>>.
Estaba sentada en el porche con Layla, ésta estaba dibujando en su bloc de dibujos y yo quería que jugara conmigo. Mamá le había dicho que dejara de pintar un momento y estuviera un rato conmigo, pero ella no paraba de repetir <<No tengo ganas de jugar contigo ahora>>.
-Layla, mamá ha dicho que juegues un rato conmigo.
-Me da igual Sel, tengo ganas de pintar, no tengo ganas de jugar contigo ahora…
<<No tengo ganas de jugar contigo ahora…no tengo ganas de jugar contigo ahora>>
-Selena- Volví a oír la voz de mi padre en mi cabeza.
-¿Papá?
-Sel, cielo- Por el tono de su voz pude notar que estaba sonriendo- Hazla comprender.
-¿Qué?- No sabía a lo que se refería.
-E intenta comprenderlo tú también- Después sentí un vacío.
-Papá… ¡Papá!- Pero se había ido.
Volví a la realidad de golpe, como si hubiera estado metida demasiado tiempo bajo el agua y ahora hubiera salido a la superficie. Moira seguía en la misma pose de antes, esperando a que me levantara, los demás seguían peleando, sabía que sería inútil. Tenía que acabar todo pronto…Pero entonces recordé lo que había visto apenas unos segundos antes, miré a Moira a los ojos y…me di cuenta.
-¿Layla?- Me oí diciendo.
-¿Qué?- Moira me miró como si hubiera hablado en otro idioma desconocido.
-¿Layla?- Me puse de pie ignorando lo demás- ¿Eres tú?
-Pero ¿qué te pasa?- Moira me miró como si me hubiera vuelto loca, yo me acerqué a ella.
-Dame la mano- Dije sin pensar, ni siquiera sabía por lo que lo decía, las palabras salían de mi boca solas.
-¿De qué estás hablando? ¿Es que el golpe te ha dejado tonta?- Moira parecía a punto de golpearme de nuevo.
-Por favor- Noté los ojos húmedos.
Moira relajó su posición y alzó una mano, creí que iba a dármela, pero en el último momento lo cerró en un puño y lo dirigió a mi lado derecho de la cara, aunque, sin saber exactamente bien cómo, lo paré antes de que éste llegara a tocarme, cerré mi mano alrededor de su puño y le abrí la mano para entrelazarla con la mía.
Noté una ráfaga de viento envolvernos. No solté su mano aunque Moira trataba de soltarse. Entonces llegaron imágenes y conversaciones a mi mente –esperé que a la de Moira también-.
-Ya vale Sel, vamos a dormir, tengo sueño- Decía una Layla de unos 6 años.
La escena cambió. Ahora aparecíamos Layla y yo un poco mayores corriendo por un gran jardín y riendo. Luego, volvió a cambiar.
-Layla- Dijo una yo de unos 5 años.
-¿Sí?
-¿Me prometes que siempre estarás conmigo?
-Claro que sí, tonta- La Layla pequeña abrazó a mi yo pequeña.
-Mis niñas- Oímos la voz de mi padre en un susurro.
El viento se esfumó y las imágenes y las voces con él. Moira y yo estábamos jadeando, como si acabáramos de correr la maratón. Alcé la cabeza y me encontré con los ojos de Moira mirándome de forma inquisidora y curiosa, aunque ya no había maldad en ellos. El cielo empezó a oscurecerse.
-¿Qué…qué ha sido eso?- Preguntó.
-Papá nos lo ha mostrado.
-¿Qué? ¿De qué estás hablando? ¿Qué quieres decir con…?
-Moira…-La interrumpí- ¿De verdad no recuerdas nada?
Empezaron a oírse truenos, seguro que volvería a llover. Noté que se me quebraba la voz…era mi hermana, ¡mi hermana! Había estado ahí delante de mí y no había sido capaz de reconocerla. Moira entrecerró los ojos.
-Todo eso… ¿ha pasado de verdad? ¿Ha sido real?
-Sí- Afirmé.
-Mentira- Moira se retiró, sentí un vacío en el estómago.
-¿Qué?
-Parece que el angelito tiene un don ¿no? Eres una bruja- Escupió las últimas palabras.
-¿Qué…? ¡No! ¡Claro que no! ¡Es verdad! ¡Layla, por favor!
Justo en ese momento empezó a llover y otra frase vino a mi mente de pronto <<Con tormenta ha empezado y con tormenta acabará>>. Miré al cielo, había empezado a formarse una especie de círculo más oscuro.
-Layla, tienes que…
Se oyó un disparo. Instintivamente miré hacia donde estaban los demás peleando, deseé con toda mi alma que no fuera Alex. Mis ojos pasaron por Kyle, Jensen, Steve, Adrian, Kelley, Clary y finalmente por Alex. Todos ellos estaban bien –sin contar con los cortes y las heridas producidas por la pelea-. Luego me giré para mirar a los ángeles caídos, pero entonces noté un fuerte dolor en el pecho.
-¡NO!- Oí a Alex gritar.
Me miré la camiseta, justo en el lugar donde se encontraba el corazón había empezado a formarse una mancha de sangre que se iba haciendo cada vez más y más grande. Se me cortó la respiración y noté una punzada aún mayor en el pecho.
-¡Selena!- La voz de Clary sonó un poco lejana.
Miré al frente a duras penas respirando, Moira me miraba llena de horror, no había sido ella quién había disparado. Tampoco me dio mucho tiempo a pensar. Me fallaron las piernas y caí de rodillas en la hierba mientras la lluvia difuminaba la sangre por toda la camiseta. Se me nubló la vista, oí a lo lejos a Clary gritar mi nombre mientras lloraba a lágrima viva y a Alex maldecir e insultar a los ángeles caídos mientras decía mi nombre. Me dejé caer de lado en la hierba, ya no podía respirar y sólo oía levemente los latidos de mi corazón. Cerré los ojos. Pensé en Alex, en Clary, en Kelley…deseé que estuvieran bien. En cierto modo me alegraba que ese disparo me hubiera alcanzado a mí y no a ellos. Alex…una lágrima salió por mis párpados mientras mi corazón dejaba de latir poco a poco. <<Te quiero>> quise decirle. Mi corazón dejó de latir y todo se perdió en la oscuridad mientras unos brazos me abrazaban. Todo había acabado.
Alex
Steve, Kyle y Jensen iban en el coche de Jensen los últimos, yo iba en mi moto delante de ellos y Adrian, Clary y Kelley iban en el coche de Steve guiándonos hasta el lugar donde habían tenido a Clary secuestrada. Íbamos lo más rápido posible y siempre que veía a una chica bajita y castaña en algún lugar no podía evitar girar la cara para ver si era Selena, obviamente no lo era. Ya había dejado de llover y la luna iluminaba toda la ciudad aunque aún quedaban restos de lluvia en los charcos del suelo que tenía que evitar para no derrapar.
-Aquí es- Dijo Adrian bajándose del coche.
El edificio que había delante de nosotros era antiguo, se notaba que había cerrado hacía bastante tiempo y era el lugar perfecto para esconderse alguien que no quisiera ser visto.
-Tenemos que andar con cuidado- Fue Clary la que habló.
-Yo iré delante- Dijo Steve empezando a andar mientras sacaba una pistola de la chaqueta. Los demás hicimos lo mismo.
Miré a Adrian y a Clary que no tenían ningún arma. Les dediqué una mueca burlona que no les hizo mucha gracia. Saqué otra pistola de la chaqueta y un cuchillo del pantalón.
-Toma- Le di la pistola a Adrian y el cuchillo a Clary.
-Es que tú llevas una tienda ahí ¿o qué?- Clary pareció sorprendida, yo sonreí.
-Te sorprendería.
-Vamos, no os quedéis atrás- Apremió Jensen.
-Vale- Dije cargando la pistola- Que empiece la fiesta.
Selena
-Disculpa- Dijo alguien a mi espalda
-¿Sí?- Me giré y me quedé de hielo, delante de mí había una chica muy alta, rubia y muy guapa, pero lo que me dejó de hielo fueron sus ojos, unos inquietantes ojos azules.
-Verás te he visto aquí sola y me preguntaba…
-Eres uno de ellos- Dije sin pensar sin saber bien por qué, era como si de repente los identificara del resto.
La chica sonrió, no fue una sonrisa agradable.
-Vaya Sel, parece que has aprendido a conocernos- Miré a nuestro alrededor, la playa estaba desierta.
-¿Dónde están los demás?
-Esperando, no te creerás tan importante como para que tengamos que venir todos por ti ¿verdad?
No contesté.
-Estoy segura de que ya sabes por lo que te queremos ¿Verdad? Sino no estarías aquí sola.
-¿Por qué dices eso?
La chica sonrió.
-Te conocemos bien Selena- Hubo algo en su voz que me puso la piel de gallina- Sabemos que tienes carácter y sabemos que si estás aquí sola es porque no quieres que los demás sufran daño- Me dio miedo que me conocieran tan bien- No me equivoco ¿Verdad?- Dijo al ver que no respondía
-Y ¿cumpliréis? ¿Los dejaréis en paz si me entrego?
La chica se acercó a mi oído
-Nunca le hagas prometer nada a un ángel o no podrá romper su promesa.
Cuando se retiró le habían crecido dos grandes alas grises oscuras, me quedé sin habla.
-Es hora de dar un paseo- Dijo antes de abalanzarse sobre mí.
Alex
-Aquí no hay nadie- Dije empezando a exasperarme.
-¿Seguro que no nos habéis engañado?- Preguntó Kelley recelosa.
-¿Qué más queréis que hagamos para que confiéis en nosotros?- Preguntó Adrian, una pregunta que no obtuvo respuesta.
-Será mejor que nos dividamos- Dijo Steve.
-Steve eso nunca funciona- Dije yo.
-Jensen vendrá conmigo- Continuó sin hacerme caso- Kyle con Kelley- Noté como Kelley se tensaba a mi lado- Alex- Dijo girándose hacia mí- Tú irás con Clary y Adrian.
-¿Qué?- Exclamé. Steve me miró con los ojos muy abiertos- Está bien, vamos.
-Alex…-Dijo Clary detrás de mí después de un rato caminando por el edificio- ¿Crees que llegaremos a tiempo?- Se me heló la sangré.
-Claro que sí- Dije en un susurro.
Oímos un ruido encima de nuestras cabezas.
-¿Qué ha sido eso?- Dijo Adrian.
-Vamos- Salimos corriendo hacia las escaleras que daban al siguiente piso cuando noté que algo me cogía del hombro y me empujaba por las escaleras- ¡Argh! ¡Mierda!
Lo siguiente que oí fueron los gritos de Adrian y Clary. Cuando me conseguí levantar no vi a nadie alrededor.
-¡Clary! ¡Adrian! – Nadie contestó.
Alcé la pistola y me giré sobre mí comprobando que no había nadie.
-Hola, guapo- Me giré sobresaltado y vi a una chica morena mirándome, noté un escalofrío, esos ojos… ¿dónde los había visto antes?
-¿Dónde están Adrian y Clary?
-¿Esos traidores?- Puso cara de pena- Por ahí con otros amigos.
-Creo que tu concepto de ‘amigos’ está muy sobrevalorado- Cargué la pistola y la apunté.
-Oh, vamos, sabes que no podrás matarme- Soltó una pequeña risita.
-Pero seguro que te jode- Sonreí.
La chica se abalanzó sobre mí y me tiró al suelo haciendo que perdiera la pistola y ella quedara encima de mí. Intenté quitarla de encima pero tenía mucha fuerza.
-¿Por qué te quieres ir ya?- Puso voz de pena y se acercó a mi oído- Con lo bien que lo podemos pasar.
-Vaya- Sonreí y ella me miró- No sabía que los bichos como tú también eran putas.
La chica se puso roja de la ira y me dio un puñetazo en la mandíbula que por poco me la descoloca. Yo aproveché, le di una patada en la barriga y la quité de encima. Eché a correr hacia donde había quedado la pistola y le disparé antes de que pudiera levantarse. Emitió un grito ahogado y no se levantó. Me acerqué hasta donde estaba tendida y le disparé tres veces más.
-Sa…sabes que…que me recu…peraré- Tartamudeó.
-Pero yo disfruto mientras.
Entonces algo me cogió y me elevó del suelo haciendo que perdiera la pistola, giré la cara y vi a otro de los ángeles caídos, éste sonrió y comenzó a ascender hacia el techo, por un momento pensé que nos chocaríamos contra éste, pero en el último momento puso el brazo por encima de su cabeza y lo rompió haciendo que saliéramos hacia el exterior.
-¿Dónde vamos?- Pregunté mientras salíamos volando.
-A ver a tu amiguita- Sonrió
Kelley
-Kyle…-Dije después de estar todo el camino sin hablar.
-Dime- Él iba delante de mí apuntando con su pistola al frente.
-Quería…quería…-No sabía cómo empezar.
-Querías ¿qué?- Insistió.
-Bueno…-Cerré los ojos e inspiré hondo- Pedirte perdón.
Kyle se paró en seco, se giró y me miró, aunque en el edificio había poca luz pude verle los ojos llenos de sorpresa.
-¿Qué?
-Que…lo siento- Desvié la vista para no mirarle a los ojos. Kyle no habló- Siento todo lo que te hice Kyle- Se me ahogó la voz- Siento haberte dejado allí solo y luego no haberte llamado ni haber ido a verte- Noté que se me humedecían los ojos, no quería llorar, no delante de Kyle- Pero tenía miedo- Kyle no habló- Tenía miedo de que estuvieras enfadado porque te dejé, tenía miedo de que me odiaras- Noté cómo empezaba a llorar contra mi voluntad- Tenía miedo de todo, me sentía…vacía y me odiaba a mí misma por lo que te había hecho- Se me quebró la voz- Jamás me he perdonado eso y cuando te he vuelto a ver…-Hice una pausa para recuperar el aliento mientras continuaba llorando- No sé…-Lo miré- Perdóname Kyle, no sé…
Me vi interrumpida por el beso de Kyle, el cual me pilló por sorpresa. Dejé la pistola caer al suelo y me agarré a su cuello, noté un montón de mariposas en mi estómago, las cuales sólo había sentido cuando había estado con Kyle, con ningún otro más aunque lo había intentado. Sólo había estado, y ahora sabía que seguía estando, enamorada de Kyle. Era un beso tierno, dulce y lleno de nostalgia, no pude evitar que se me escapara otra lágrima. Cuando nos separamos Kyle me limpió las lágrimas con la mano y luego me acunó el rostro entre sus manos.
-Jamás pensé que te oiría decir eso- Dijo sonriendo.
-No podía más con la culpa, por favor perdóname.
-No te preocupes, no tengo nada que perdonarte.
-Claro que sí, fui una estúpida y una mala persona.
-No, no lo fuiste, simplemente fuiste una chica asustada- Me colocó un mechón de pelo detrás de la oreja- Nunca he dejado de pensar en ti- Dijo apoyando su frente en la mía.
-Ni yo en ti.
A continuación todo pasó muy deprisa, algo retiró a Kyle de mí mientras éste gritaba, sólo me dio tiempo a gritar su nombre una vez antes de que algo me golpeara en la cabeza sin darme tiempo a coger la pistola que había caído al suelo. Luego, todo fue oscuridad.
Selena
La chica me soltó de golpe cuando llegamos a un gran claro, a la suficiente altura para que cuando caí al suelo se me cortará la respiración del golpe. La chica replegó sus alas y rió.
-Vaya, Selena- Se agachó a mi lado- He de reconocer que esperaba un poco más de ti.
Intenté responder pero el golpe me había dejado sin respiración.
-Mírate- Se puso en pie y me miró con asco- Y pensar que Jaden engendró algo como tú- Me dio una patada en el estómago haciendo que quedara bocabajo y empezara a toser- Al menos esperaba que me lo pusieras un poco difícil hasta que llegaran los otros- Busqué a tientas en mi pantalón el cuchillo que había cogido antes de salir- Pero sólo eres una niñita asustada.
-Y tú una asesina- Mi voz sonó ronca y ruda, me di media vuelta como pude y le clavé el cuchillo en la pierna mientras la chica gritaba.
Me puse de pie tambaleándome. La chica me miró y rió.
-¿De verdad esperas que ese juguetito me haga algún daño?- Ante mis ojos observé cómo la herida de su pierna iba cerrándose poco a poco.
-Lo que realmente esperaba era ver tu cara de dolor- Sonreí de medio lado, la chica me miró llena de odio.
-Jennifer- La chica y yo nos giramos hacia el lugar de donde provenía la voz.
Detrás de nosotras había un hombre, de unos cuarenta años más o menos. Lo reconocí al instante…
-Lucian…-Dije en un susurro.
-Hola, Selena- Éste sonrió- Veo que has venido por tu propio pie.
-Sé que me queréis muerta- No estaba dispuesta a andarme con tonterías- Muy bien, ¡aquí estoy!- Abrí los brazos- ¿A qué esperáis?
-A que tus amigos puedan verte.
-¿Qué?- No sabía a qué se refería.
Entonces unas cuantas figuras más aterrizaron a unos cuantos metros de mí dejando caer a más personas.
-No…-Mi voz apenas fue audible.
Delante de mí se encontraban Clary –que había caído inconsciente-, Adrian –que estaba tendido tocándose la cabeza-, Kelley –la cual ya se había puesto de pie-, Kyle –que ya estaba junto a Kelley-, Jensen –Apoyado en el hombro de Steve- y…Alex, éste último me miraba con una mezcla de miedo, tristeza y nostalgia en los ojos, si unas semanas antes me hubieran dicho que los ojos de Alex podrían mostrar alguna emoción no me lo habría creído.
-¿Qué hacéis aquí?- Fue la única frase que salió de mi boca.
-¿Es que no es obvio?- Fue Kelley la que habló en lugar de Alex.
-¡Te dije que no me siguierais!- Miré a Alex con los ojos humedecidos, todo lo que había hecho no había servido para nada.
-No te hemos seguido…-Su voz sonaba calmada- Ellos nos han guiado- Señaló a Adrian y a Clary que ya estaban de pie un poco aturdidos por el golpe.
-¿Por qué?- Mis ojos se dirigieron hacia Clary.
-Eres mi mejor amiga- Sonrió y no pude evitar que una lágrima corriera por mi mejilla.
-Oh…qué bonita escena- Lucian aplaudió y me limpié las lágrimas corriendo- Sujetadlos- Los demás ángeles caídos sujetaron a Alex y a los demás, la resistencia que éstos oponían era inútil.
Miré a los ángeles, no conocía a ninguno, entonces detuve mi vista en la chica que sujetaba a Kelley y a Kyle, era la misma con la que había peleado aquel día en el gimnasio…Moira.
-Tú…-Dije, Moira me miró- Tú fuiste con quién peleé aquel día.
-Oh ¡Vamos! ¡No me jodas!- Fue Alex el que habló- ¿Ésta perra fue la que te atacó?
-O cierras esa puñetera boca o te mato de una vez- Moira habló entre dientes y me miró, una vez más tuve la sensación de que conocía esos ojos.
-¿Cuándo será la hora padre?- Dijo uno de los ángeles, se parecía mucho a Jennifer.
-Muy pronto Bradley, muy pronto- Me miró a mí y luego a Alex y sonrió- Pero antes… ¡Mike!
-¿Sí, señor?- El chico que sujetaba a Clary, a Adrian, a Jensen y a Steve dirigió su atención a Lucian.
-¿Quieres divertirte un rato?
Jennifer sonrió mirando a Lucian, se acercó a Mike y ocupó su lugar junto a Steve, Jensen, Adrian y Clary mientras Mike se acercaba a Lucian.
-Dígame.
Lucian se acercó y susurró algo en el oído de Mike, éste sonrió y miró a Alex.
-Suéltalo- Le dijo a Bradley, que sujetaba a Alex.
-¿Qué?- Bradley parecía no entender de qué iba todo eso, y yo tampoco.
-Haz lo que te dice- Ordenó Lucian.
-Sí, padre- Inmediatamente se retiró de Alex que soltó una palabrota y luego me miró a mí, sentí que el corazón me daba un vuelco.
-Alex…-Empezó diciendo Mike, su voz había cambiado, era distinta…persuasiva- Te gustan mucho las armas ¿verdad?
-¿Qué?- Contestó Alex desconcertado.
-¿Por qué no coges la pistola que lleva Kyle en el bolsillo?
-¿Por qué?- Alex entrecerró los ojos.
-Hazlo, sabes que te sientes mejor con un arma en la mano- Miró fijamente a los ojos a Alex y éste se dirigió a Kyle y empezó a buscar en su chaqueta.
-Alex, Alex ¿qué estás haciendo?- Preguntó Kyle.
-No lo sé- Respondió Alex confuso mientras sacaba la pistola. Yo estaba de piedra, ¿qué querían de él?
-Dejadlo en paz- Me oí decir de pronto, Lucian me miró, en cambio Mike no.
-¿De verdad crees que te haremos caso a ti? ¿Una mocosa?
-Niñata- Todos miramos al lugar del que procedía esa voz…Alex.
-¿Perdona?- Inquirió Lucian.
-Es niñata, no mocosa- Era increíble que fuera capaz de bromear en un momento como aquel.
-Tú- Instó Mike- Ahora vamos a darte la oportunidad de hacer lo que te gusta- Se acercó hasta Alex y susurró algo en su oído, luego lo giró hasta que quedó frente a mí. No entendía nada.
-Oh, no…-Clary susurró por lo bajo, ¿qué estaba pasando?
-Ya sabes lo que tienes que hacer- Siguió Mike- Mátala.
Entonces lo entendí todo, era a mí a quien tenía que matar, pero…Alex jamás haría eso.
-¿Qué?- Alex parecía consternado, como si no pudiera despertar de un sueño.
-¡Alex! ¡No le escuches!- Para nuestra sorpresa fue Adrian el que habló- ¡Puede hacerte hacer cosas que no desees!
-¡Cállate!- Gritó Jennifer zarandeándolo.
Se me puso la piel de gallina, quizás Alex no quisiera herirme, pero si un ángel caído tenía el poder de hacer que la gente hiciera cosas que no quisieran…
-No puedo…-La voz le tembló.
-Sí puedes, sólo tienes que alzar la pistola- Siguió insistiendo Mike.
Las manos de Alex temblaron sobre la pistola, como si estuviera luchando contra algo invisible que le alzaba las manos. Sentí un vacío en el pecho, ver a Alex de aquella manera era más doloroso que cualquier otra cosa.
-Álzala…-Insistió- ¡Ya!- Alex no alzó la pistola, así que Mike lo hizo por él. La pistola me apuntaba ahora y no sabía qué hacer.
Alex me miraba con los ojos llenos de horror y de confusión.
-Es muy sencillo- Continuó Mike.
-Alex…-Dije en un susurro, la expresión de éste no varió.
-Sólo un disparo- Insistió Mike.
-No…-Se negó Alex, la mano le tembló en el gatillo- A ella no…
-Es lo que siempre has hecho- Oí una risita, supuse que provendría de Lucian- No es nada nuevo.
-No…-Los ojos de Alex brillaban por las lágrimas acumuladas.
-Hazlo…-Continuó Mike- ¿Qué importa una vida más que una vida menos?
-La suya sí importa…-Alex no podría soportarlo mucho más, lo sabía.
-Confío en ti, Alex- Dije mirándolo a los ojos, éste cambió la expresión de sus ojos por una especie de brillo distinto que no supe identificar- Te quiero- Se me ahogó la voz al decir esas dos palabras, las lágrimas amenazaban con derramarse de un momento a otro, las manos de Alex dejaron de temblar en el gatillo y me miró fijamente.
-Hazlo Alex… ¡Hazlo ya!-Gritó Mike.
-¡No!- Alex se giró hacia Mike y le disparó en el pecho, todos los demás le miraron sorprendidos, creo que incluso yo le miré sorprendida.
-Es imposible…-Empezó a decir Lucian.
-Nadie puede resistirse a…-Comenzó a decir Moira sorprendida.
Mike se retiró aturdido hacia donde se encontraba Lucian, la mancha en el pecho fue desapareciendo. Alex bajó el arma, estaba sudando.
-Ninguno de vuestros jueguecitos funcionará conmigo- Escupió Alex mirando a Lucian y a Mike.
-Sois todos unos desalmados- Dije yo- No tenéis corazón, ni sentimientos…estáis vacíos.
-¡No la aguanto más!
Moira soltó a Kelley y a Kyle y se abalanzó sobre mí, el cuchillo salió disparado hacia un árbol.
-¡Selena!- Oí a Alex gritar mi nombre y luego una palabrota, miré como pude y vi a Bradley peleando con éste.
De pronto todo se sumió en el caos, los demás ángeles empezaron a pelear también y los demás cazadores incluidos, incluso pude ver a Clary levantar el cuchillo en más de una ocasión. Moira me golpeó en la cara, noté un sabor a metal en la boca. Cuando volví a mirarla me asestó otro puñetazo en el otro lado de la cara.
-¿Qué pasa, angelito?- Preguntó con voz de pena.
Le di una patada en el pecho haciendo que cayera de espalda y me tiré encima de ella mientras le apretaba el cuello. Moira me tiró del pelo, casi creí que me lo iba a arrancar de raíz. Solté su cuello y ella me empujó a un lado mientras se levantaba y esperaba a que yo hiciera lo mismo.
-Venga, pequeña zorra- Dijo Moira.
-¿Zorra?- Nos giramos y vimos que el que había hablado era Alex que estaba encima de Bradley pegándole puñetazos- La zorra es ella, ¡ha intentado meterme mano, Selly!
Sentí una furia tremenda en el pecho mientras me levantaba.
-¿Que qué?- Dije mirando a Moira, ésta sonrió.
-¿No lo quieres compartir?- Sonrió- Seguro que no le das todo lo que quiere, deberías tratarlo un poco mejor así no estarías tan amargada.
-¡Es MI Alex, no tu Alex y yo hago con MI Alex lo que me da la gana!- Grité sin pensar lo que decía.
-Vaya…con que TU Alex ¿Eh?
-Y ¿sabes lo que le hago yo a las listas como tú?- Noté mi voz desconocida ante mis propios oídos- Arrancarle los pelos.
Me tiré encima de ella derribándola contra el suelo, pero ésta me dio una patada en la mandíbula y me mandó unos metros más lejos. Noté una línea de sangre correr por mi boca.
-¡Venga, Selena! ¡Pelea de una vez!- Me puse en pie cogiendo el cuchillo que estaba a mi lado- ¡No tengo ganas de ponerme a jugar contigo ahora!
Me quedé de hielo, empecé a verlo todo a cámara lenta y dejé de oír las voces, salvo una que se repetía una y otra vez en mi cabeza <<No tengo ganas de jugar contigo ahora>>.
Estaba sentada en el porche con Layla, ésta estaba dibujando en su bloc de dibujos y yo quería que jugara conmigo. Mamá le había dicho que dejara de pintar un momento y estuviera un rato conmigo, pero ella no paraba de repetir <<No tengo ganas de jugar contigo ahora>>.
-Layla, mamá ha dicho que juegues un rato conmigo.
-Me da igual Sel, tengo ganas de pintar, no tengo ganas de jugar contigo ahora…
<<No tengo ganas de jugar contigo ahora…no tengo ganas de jugar contigo ahora>>
-Selena- Volví a oír la voz de mi padre en mi cabeza.
-¿Papá?
-Sel, cielo- Por el tono de su voz pude notar que estaba sonriendo- Hazla comprender.
-¿Qué?- No sabía a lo que se refería.
-E intenta comprenderlo tú también- Después sentí un vacío.
-Papá… ¡Papá!- Pero se había ido.
Volví a la realidad de golpe, como si hubiera estado metida demasiado tiempo bajo el agua y ahora hubiera salido a la superficie. Moira seguía en la misma pose de antes, esperando a que me levantara, los demás seguían peleando, sabía que sería inútil. Tenía que acabar todo pronto…Pero entonces recordé lo que había visto apenas unos segundos antes, miré a Moira a los ojos y…me di cuenta.
-¿Layla?- Me oí diciendo.
-¿Qué?- Moira me miró como si hubiera hablado en otro idioma desconocido.
-¿Layla?- Me puse de pie ignorando lo demás- ¿Eres tú?
-Pero ¿qué te pasa?- Moira me miró como si me hubiera vuelto loca, yo me acerqué a ella.
-Dame la mano- Dije sin pensar, ni siquiera sabía por lo que lo decía, las palabras salían de mi boca solas.
-¿De qué estás hablando? ¿Es que el golpe te ha dejado tonta?- Moira parecía a punto de golpearme de nuevo.
-Por favor- Noté los ojos húmedos.
Moira relajó su posición y alzó una mano, creí que iba a dármela, pero en el último momento lo cerró en un puño y lo dirigió a mi lado derecho de la cara, aunque, sin saber exactamente bien cómo, lo paré antes de que éste llegara a tocarme, cerré mi mano alrededor de su puño y le abrí la mano para entrelazarla con la mía.
Noté una ráfaga de viento envolvernos. No solté su mano aunque Moira trataba de soltarse. Entonces llegaron imágenes y conversaciones a mi mente –esperé que a la de Moira también-.
-Ya vale Sel, vamos a dormir, tengo sueño- Decía una Layla de unos 6 años.
La escena cambió. Ahora aparecíamos Layla y yo un poco mayores corriendo por un gran jardín y riendo. Luego, volvió a cambiar.
-Layla- Dijo una yo de unos 5 años.
-¿Sí?
-¿Me prometes que siempre estarás conmigo?
-Claro que sí, tonta- La Layla pequeña abrazó a mi yo pequeña.
-Mis niñas- Oímos la voz de mi padre en un susurro.
El viento se esfumó y las imágenes y las voces con él. Moira y yo estábamos jadeando, como si acabáramos de correr la maratón. Alcé la cabeza y me encontré con los ojos de Moira mirándome de forma inquisidora y curiosa, aunque ya no había maldad en ellos. El cielo empezó a oscurecerse.
-¿Qué…qué ha sido eso?- Preguntó.
-Papá nos lo ha mostrado.
-¿Qué? ¿De qué estás hablando? ¿Qué quieres decir con…?
-Moira…-La interrumpí- ¿De verdad no recuerdas nada?
Empezaron a oírse truenos, seguro que volvería a llover. Noté que se me quebraba la voz…era mi hermana, ¡mi hermana! Había estado ahí delante de mí y no había sido capaz de reconocerla. Moira entrecerró los ojos.
-Todo eso… ¿ha pasado de verdad? ¿Ha sido real?
-Sí- Afirmé.
-Mentira- Moira se retiró, sentí un vacío en el estómago.
-¿Qué?
-Parece que el angelito tiene un don ¿no? Eres una bruja- Escupió las últimas palabras.
-¿Qué…? ¡No! ¡Claro que no! ¡Es verdad! ¡Layla, por favor!
Justo en ese momento empezó a llover y otra frase vino a mi mente de pronto <<Con tormenta ha empezado y con tormenta acabará>>. Miré al cielo, había empezado a formarse una especie de círculo más oscuro.
-Layla, tienes que…
Se oyó un disparo. Instintivamente miré hacia donde estaban los demás peleando, deseé con toda mi alma que no fuera Alex. Mis ojos pasaron por Kyle, Jensen, Steve, Adrian, Kelley, Clary y finalmente por Alex. Todos ellos estaban bien –sin contar con los cortes y las heridas producidas por la pelea-. Luego me giré para mirar a los ángeles caídos, pero entonces noté un fuerte dolor en el pecho.
-¡NO!- Oí a Alex gritar.
Me miré la camiseta, justo en el lugar donde se encontraba el corazón había empezado a formarse una mancha de sangre que se iba haciendo cada vez más y más grande. Se me cortó la respiración y noté una punzada aún mayor en el pecho.
-¡Selena!- La voz de Clary sonó un poco lejana.
Miré al frente a duras penas respirando, Moira me miraba llena de horror, no había sido ella quién había disparado. Tampoco me dio mucho tiempo a pensar. Me fallaron las piernas y caí de rodillas en la hierba mientras la lluvia difuminaba la sangre por toda la camiseta. Se me nubló la vista, oí a lo lejos a Clary gritar mi nombre mientras lloraba a lágrima viva y a Alex maldecir e insultar a los ángeles caídos mientras decía mi nombre. Me dejé caer de lado en la hierba, ya no podía respirar y sólo oía levemente los latidos de mi corazón. Cerré los ojos. Pensé en Alex, en Clary, en Kelley…deseé que estuvieran bien. En cierto modo me alegraba que ese disparo me hubiera alcanzado a mí y no a ellos. Alex…una lágrima salió por mis párpados mientras mi corazón dejaba de latir poco a poco. <<Te quiero>> quise decirle. Mi corazón dejó de latir y todo se perdió en la oscuridad mientras unos brazos me abrazaban. Todo había acabado.