Capítulo 22.
Selena
Ya era noche cerrada, Kyle y Jensen habían vuelto a su casa a descansar, al día siguiente volverían. Kelley les había acomodado una colchoneta a Clary y a Adrian en el garaje para que descansaran. Alex había subido al piso de arriba y no había bajado aún y yo estaba sentada en la puerta de la casa. Necesitaba un momento de paz y silencio para pensar, para estar segura de qué era lo mejor para todos.
-¿No puedes dormir?- Me giré y vi a Kelley.
-Simplemente quería pensar- Kelley se sentó a mi lado.
-¿Te importa que te haga compañía?
Yo sonreí.
-Todo esto parece una historia de ficción- Dije intentando sonreír.
-Supongo que sí.
Estuvimos un momento en silencio.
-¿Qué hay entre Kyle y tú?
Kelley se puso roja y desvió la mirada.
-Nada- Dijo cortante.
-¿Cómo que nada? Esa mirada no es de que no pase nada- Kelley no contestó- Además, hoy Alex ha dicho algo de pedir perdón, ¿a qué se refería?
-Es una larga historia.
-¿No confías en mí?
-Sí, claro que sí…-Dudó un momento- Kyle era mi novio- Empezó a decir- Fuimos novios durante dos años- Suspiró- Lo quería mucho, era atento, me hacía reír y me comprendía, realmente hubo un tiempo que creí que lo nuestro sería para siempre- Hizo una pausa y siguió- Pero un día, el día de mi 17 cumpleaños exactamente, ocurrió algo…Salí con él a celebrarlo, por decirlo de algún modo, cuando nos encontramos con un grupo de hombres lobo, los reconocí al instante, siempre he tenido muy buen olfato. La manada también se dio cuenta de que éramos cazadores- Respiró hondo- Nos acorralaron en un callejón sin salida e intentaron atacarnos- Se le quebró la voz- Kyle…se puso delante de mí para que no me ocurriera nada. Sé que debería haberme quedado y ayudarlo pero…no sé, por primera vez en mi vida sentí miedo- Su voz sonaba ahogada- Comencé a correr mientras escuchaba gruñidos en el callejón, tenía miedo por Kyle pero no volví- Kelley agachó la cabeza- Me pasé días llorando dudando si llamarlo o no, pero, ¿qué clase de persona egoísta sería si lo llamara para ver si estaba bien después de haberlo abandonado?- Alzó la cabeza y vi que estaba llorando- Por otro lado era lo que más deseaba hacer, pero no lo hice. Días después me llamó, no le cogí el teléfono, vino a verme y no le abrí la puerta- La voz se le cortó- No he vuelto a saber nada de él hasta el día de hoy.
Le puse una mano en el hombro.
-No sé por qué fui tan estúpida, de verdad que no lo sé Selena- Siguió llorando.
-¿Por qué no le pides perdón?
-¿De qué serviría ya?- Me miró con los ojos brillosos.
-Kelley…-Dije tras unos segundos de silencio- ¿Tú lo quieres todavía?
Kelley se quedó pensando.
-No lo sé- Se limpió las lágrimas- Yo creía que no, es decir, siempre me he sentido culpable por eso pero no pensaba que lo siguiera queriendo, pero hoy…al verlo de nuevo- Se encogió de hombros- No sé, algo se ha vuelto a mover en mí.
-Kells, lo he visto y sé que todavía te quiere y serías una estúpida si lo dejaras escapar de nuevo.
Kelley me abrazó.
-Gracias, Sel.
-No hay de qué- Se separó- Pero mañana tienes que hablar con él, prométemelo.
-Sí, vale- Dijo un poco confundida.
-Sé muy feliz con él- Noté una punzada en el estómago.
-Selena, ¿por qué me dices eso?
-Porque es lo que te deseo de verdad.
Kelley sonrió y me dio un beso en la mejilla.
-Nos vemos mañana.
-Sí- Forcé una sonrisa. Yo sabía muy bien que no sería así.
Kelley se levantó y se metió en la casa. De verdad deseaba que a Kelley le fuera muy bien, y también a Clary y a…a Alex. Sentí un nudo en la garganta. Entré a la cocina, cogí un cuchillo y me lo guardé en el pantalón, necesitaba estar armada, me sentía mejor. Cogí folios y un boli y comencé a escribir.
No sé cuánto tiempo pasó exactamente cuándo hube terminado de escribir. Subí al piso de arriba y entré al cuarto de Kelley, estaba dormida, dejé dos de los folios en su mesita de noche y salí, luego me dirigí al cuarto de Alex, me sorprendió no verlo allí, le dejé el último folio doblado en su mesita y bajé de nuevo abajo. Salí a la puerta y me volví a sentar. Escuché un trueno a lo lejos, tormenta, noté cómo se me encogía el estómago <<Con tormenta ha comenzado y con tormenta acabará>>. Alguien me tapó los ojos con las manos por detrás. Pude saber quién era incluso antes de oírle hablar.
-¿Quién soy?- Dijo Alex.
-¿Sabes que si hablas le quitas el misterio a esto?- Dije sonriendo. Alex quitó las manos y se sentó a mi lado.
-¿Qué haces aquí sola?
-No sé, me apetecía estar sola.
-Ah, pues entonces me voy- Dijo haciendo el gesto de levantarse.
-No seas tonto- Tiré de él hacia abajo riendo.
-Todo va a salir bien- Dijo interpretando mi rostro.
-Sabes que no, Alex.
-Sí, sé que sí, no voy a dejar que te hagan daño- Me acarició la mejilla.
-Yo tampoco voy a dejar que te hagan daño- Respiré hondo- Por eso tengo que hacer esto.
-¿Qué? ¿De qué estás hablando?- Estaba confuso.
Desvié la mirada, me levanté y avancé unos pasos. Alex hizo lo mismo.
-Te quiero- Dije mirándolo mientras notaba cómo me ardían los ojos.
-Yo también, pero ¿qué te pasa?
Miré a otro lado intentando evitar las lágrimas, un trueno sonó esta vez más cerca.
-Estando conmigo estáis todos en peligro, jamás me perdonaría que os pasara algo a alguno por mi culpa y mucho menos a ti- Le miré y no pude evitar que una lágrima se escapara, giré la cara.
-Mírame- Me cogió la cara con ambas manos y me obligó a mirarlo- No nos va a pasar nada a ninguno ¿vale?
-Una vez Steve me dijo que tú nunca mentías, que no te gustaba la gente que decía mentiras y que por eso tú no lo hacías.
-Y no lo hago.
-Acabas de hacerlo.
-No, te he dicho la verdad, no te pasará nada ni a ti ni a mí ni a nadie.
Quería gritarle y decirle que dejara de mentir, que sabía muy bien que eso no era verdad. Pero en lugar de eso, me puse de puntillas y le besé. Se me volvió a escapar una lágrima, ese podría ser el último beso que le daría, casi con seguridad lo sería. Me separé y Alex me miró con miedo en los ojos.
-Selly…-No le dejé acabar.
-Me voy- Solté de golpe cerrando los ojos.
-¿Qué?- Dijo con un hilo de voz.
-Prefiero morir yo antes que vosotros- Me separé poco a poco de él.
-No digas tonterías, Selena.
-No son tonterías. No podrás impedir que me vaya- Intenté que mi voz sonara firme.
-Claro que sí- Sonrió burlonamente, pero no le salió muy bien.
-No- Saqué el cuchillo del pantalón y le apunté. Alex me miró sorprendido, pero luego me miró a mí.
-No me harás daño, sé que no lo harás. No eres capaz.- Dijo muy seguro.
-Tienes razón- Claro que no pensaba hacerle daño- Giré el cuchillo y me apunté yo- Pero a mí sí soy capaz.
Alex me miró lleno de horror.
-Selena baja el cuchillo, deja de hacer estupideces- Intentó acercarse.
-No te acerques- Me puse el cuchillo en la garganta.
-Vamos, Sel…-Dio un paso más.
Presioné el cuchillo contra mi garganta y noté un hilo de sangre correr por mi cuello. Alex se detuvo en seco y me miró con los ojos brillosos y horrorizados.
-¡¿Y qué piensas hacer?!- Empezó a gritar- ¡¿Ir y entregarte en bandeja a esos malditos?!- Alex comenzó a llorar.
-Te vuelvo a repetir que prefiero eso a veros morir a todos por mí- Me costaba hablar, notaba un nudo en la garganta.
-Qué poca confianza tienes en mí, niñata- Dijo intentando sonreír, cosa que hizo que me sintiera peor aún y que se me escapara otra lágrima, pero las cosas debían ser así.
-Es porque tengo confianza en ti por lo que me voy, sólo me quieren a mi muerta, no a vosotros, ¿para qué llevaros a una muerte segura?- Eché a andar hacia la carretera.
-Selena- Me llamó Alex.
-No me sigas Alex, ni se te ocurra seguirme o me mato y sabes que lo digo en serio- Me costó lo inimaginable decir esas palabras.
-Sel…no me hagas esto por favor- La voz de Alex se quebró.
Eché a correr calle abajo mientras comenzaba a llorar con fuerza. Jamás podría olvidar la cara de Alex minutos antes, jamás podría olvidarla. Sentía que me ardía el corazón, ¿por qué todo tenía que ser tan difícil? No tenía ningún rumbo, corría sin más y cuando quise darme cuenta había llegado a la playa. Vi el chiringuito donde había estado con Alex. ¿Por qué todo me recordaba a él? Me senté en el bordillo donde me sentó Alex hacía apenas dos días escasos. Escuché otro trueno, esta vez justo donde estaba y empezó a llover. Dejé que la lluvia me cayera encima. No quería esconderme, quería que esos tipos me vieran y acabaran de una vez con todo.
Alex
Sentí cómo se me hacía pedazos el corazón al ver a Selena desaparecer por la calle en la oscuridad de la noche. Quería correr tras ella y traerla aunque fuera a rastras de vuelta, pero sabía que ella cumpliría su promesa, si de algo estaba seguro era de que Selena era muy testaruda y valiente aunque ella no lo creyera. Me sentía mal, impotente, vacío…Sentía un dolor en el pecho que no había sentido nunca. Realmente por primera vez en mi vida sentí miedo, miedo de que le pasara algo. Le había prometido que no le pasaría nada a nadie y ella sabía que había mentido, pero era cierto que no me importaba morir yo si eso significaba que Selena estaba bien, pero ahora…se había ido. Me ardían los ojos, no me sentía con fuerzas para nada. Oí un trueno y comenzó a llover, no me moví, me quedé quieto en mitad de la noche. Grité, no me importaba si despertaba a los demás, grité de nuevo y golpeé la pared, aunque lo único que conseguí fue hacerme sangre en el puño.
-¡¡¡SELENA!!!- Fue todo lo que pude gritar, tenía la esperanza de que apareciera de vuelta.
Miré la moto, me acerqué dispuesto a subirme e ir a buscarla, pero sus últimas palabras me detuvieron <<No se te ocurra seguirme o te juro que me mato>>. Tanto tiempo intentando que no le pasara nada y ahora ella se entregaba en bandeja a esos desgraciados. Lo hacía para protegernos a todos y sabía que cualquier persona en mi lugar lo habría entendido y habría aceptado su decisión aunque doliera, pero yo era demasiado egoísta, yo no pensaba como Selena, yo no quería que le pasara nada a ella. Me odié a mí mismo por ser tan egoísta. Me metí en la casa y cerré de un portazo, esperé que Steve o Kelley bajaran corriendo a ver qué pasaba, pero ninguno apareció. Subí a mi habitación y me senté en la cama apoyando la cara entre las manos. Debía hacer algo, de eso estaba seguro. Moví la mano para encender la luz de la mesita de noche y entonces, al encender la luz, vi un papel doblado encima de la mesita. Lo cogí, en letras mayúsculas ponía <<Para Alex>>. Antes de leer el papel, supe que la carta era de Selena, desdoblé la hoja y empecé a leer.
Alex…de verdad que no sé qué decirte. Esto es lo que más me ha costado hacer nunca, ¿cómo decirte adiós? No soy capaz. Sé que pensarás que soy una estúpida por hacer esto y créeme que yo también lo pienso, pero no soporto la idea de pensar que todos podéis morir por salvarme de algo insalvable…Quiero que sepas que pase lo que pase, esté donde esté siempre estarás conmigo. Si alguien me hubiera dicho hace apenas unas semanas que te estaría escribiendo esta carta me hubiera partido de risa, ¿Yo? ¿Escribirle una carta a un chulo prepotente y exasperante? ¿Yo? ¿Llorar por un chico? Ni hablar, y mírame ahora...Alex, no sé qué más decirte, simplemente que aunque resultes exasperante (la mayoría del tiempo) y te comportes como un capullo…no cambies. Estoy segura de que habrá miles de chicas que querrán estar contigo simplemente por tu aspecto, pero también estoy segura de que algún día alguna sabrá ver cómo eres en realidad y se enamorará de ti, y sé que tú también de ella porque hay miles de chicas como yo, no soy tan especial como tú piensas. Lo único que te pido es que seas feliz y que sepas que…te quiero.
Selena.
Una lágrima cayó en la hoja, no podía creerme que esa carta fuera real, que ella de verdad me estuviera diciendo eso. Tenía tantas cosas que decirle, tenía que decirle que jamás encontraría a nadie como ella, que jamás volvería a ser feliz si ella no estaba conmigo y que la quería, que la quería más que a nadie o nada en todo el Universo. Entonces lo vi todo claro. Guardé la carta en el cajón de la mesita y salí corriendo hacia el garaje. Fuera seguía lloviendo. Golpeé el portón del garaje muchas veces seguidas hasta que Adrian abrió el portón.
-¿Qué pasa?- Preguntó al verme allí parado calado de los pies a la cabeza.
Sabía la pinta que debía de tener, pero no me importaba.
-Es Selena, tengo que hablar con Clary- Dije entrando al garaje, Clary se levantó de la colchoneta y me miró asustada.
-¿Qué le ocurre?
-Se ha ido.
-¿Qué?- La voz de Clary fue apenas un susurro.
-¿Qué quieres decir con que se ha ido?- Preguntó Adrian.
-¡Pues que se ha ido, joder!- Dije perdiendo la calma- Pensaba que al menos sabrías entender eso- Le dirigí una mirada fulminante, seguía sin gustarme nada Adrian.
-¿Por qué se ha ido?- Dijo Clary preocupada.
-Va a entregarse a esos cabrones…para que no nos pase nada a nosotros.
-¡¿Y la has dejado marcharse?!- Clary perdió el control de su voz.
-¡Prácticamente me ha amenazado!
-Creía que te importaba Selena, Alex- Adrian habló con un tono decepcionado- Aunque fuera un poco.
Entonces no fui consciente de mis actos, agarré a Adrian por el cuello de la camisa y lo estampé contra la pared.
-Ni se te ocurra volver a decir que no me importa Selena- Mi voz sonó desconocida en mis propios oídos, sonó peligrosa y firme.
-Alex- Clary me puso la mano en el brazo- ¿Qué vamos a hacer?
Solté a Adrian.
-¿Dónde te tuvieron encerrada a ti?
Entré en la casa a coger las llaves de la moto cuando vi a Kelley bajar corriendo con dos hojas en la mano. Cuando me vio se quedó mirándome boquiabierta, tenía los ojos rojos y una expresión de desconcierto en la cara.
-Alex, ¿qué ha pasado?
Entonces comprendí que Selena le había dejado otra carta a Kelley, se me hizo un nudo en el estómago.
-Creo que te lo habrá dicho en esa carta-Intenté que no se me quebrara la voz.
-Sí, pero no quería creérmelo.
En ese momento entraron Clary y Adrian.
-Clary…-Comenzó Kelley- Esto es para ti- Se acercó y le dio una de las hojas.
Clary la abrió y empezó a leerla, sus ojos fueron llenándose de lágrimas y de vez en cuando sonreía vagamente. Deseé poder leer lo que le había escrito, pero decidí que era algo personal entre Clary y Selena. Cuando acabó de leer la carta, la estrechó contra su pecho, se limpió las lágrimas y me miró.
-¿Cuándo nos vamos?
Selena
Ya era noche cerrada, Kyle y Jensen habían vuelto a su casa a descansar, al día siguiente volverían. Kelley les había acomodado una colchoneta a Clary y a Adrian en el garaje para que descansaran. Alex había subido al piso de arriba y no había bajado aún y yo estaba sentada en la puerta de la casa. Necesitaba un momento de paz y silencio para pensar, para estar segura de qué era lo mejor para todos.
-¿No puedes dormir?- Me giré y vi a Kelley.
-Simplemente quería pensar- Kelley se sentó a mi lado.
-¿Te importa que te haga compañía?
Yo sonreí.
-Todo esto parece una historia de ficción- Dije intentando sonreír.
-Supongo que sí.
Estuvimos un momento en silencio.
-¿Qué hay entre Kyle y tú?
Kelley se puso roja y desvió la mirada.
-Nada- Dijo cortante.
-¿Cómo que nada? Esa mirada no es de que no pase nada- Kelley no contestó- Además, hoy Alex ha dicho algo de pedir perdón, ¿a qué se refería?
-Es una larga historia.
-¿No confías en mí?
-Sí, claro que sí…-Dudó un momento- Kyle era mi novio- Empezó a decir- Fuimos novios durante dos años- Suspiró- Lo quería mucho, era atento, me hacía reír y me comprendía, realmente hubo un tiempo que creí que lo nuestro sería para siempre- Hizo una pausa y siguió- Pero un día, el día de mi 17 cumpleaños exactamente, ocurrió algo…Salí con él a celebrarlo, por decirlo de algún modo, cuando nos encontramos con un grupo de hombres lobo, los reconocí al instante, siempre he tenido muy buen olfato. La manada también se dio cuenta de que éramos cazadores- Respiró hondo- Nos acorralaron en un callejón sin salida e intentaron atacarnos- Se le quebró la voz- Kyle…se puso delante de mí para que no me ocurriera nada. Sé que debería haberme quedado y ayudarlo pero…no sé, por primera vez en mi vida sentí miedo- Su voz sonaba ahogada- Comencé a correr mientras escuchaba gruñidos en el callejón, tenía miedo por Kyle pero no volví- Kelley agachó la cabeza- Me pasé días llorando dudando si llamarlo o no, pero, ¿qué clase de persona egoísta sería si lo llamara para ver si estaba bien después de haberlo abandonado?- Alzó la cabeza y vi que estaba llorando- Por otro lado era lo que más deseaba hacer, pero no lo hice. Días después me llamó, no le cogí el teléfono, vino a verme y no le abrí la puerta- La voz se le cortó- No he vuelto a saber nada de él hasta el día de hoy.
Le puse una mano en el hombro.
-No sé por qué fui tan estúpida, de verdad que no lo sé Selena- Siguió llorando.
-¿Por qué no le pides perdón?
-¿De qué serviría ya?- Me miró con los ojos brillosos.
-Kelley…-Dije tras unos segundos de silencio- ¿Tú lo quieres todavía?
Kelley se quedó pensando.
-No lo sé- Se limpió las lágrimas- Yo creía que no, es decir, siempre me he sentido culpable por eso pero no pensaba que lo siguiera queriendo, pero hoy…al verlo de nuevo- Se encogió de hombros- No sé, algo se ha vuelto a mover en mí.
-Kells, lo he visto y sé que todavía te quiere y serías una estúpida si lo dejaras escapar de nuevo.
Kelley me abrazó.
-Gracias, Sel.
-No hay de qué- Se separó- Pero mañana tienes que hablar con él, prométemelo.
-Sí, vale- Dijo un poco confundida.
-Sé muy feliz con él- Noté una punzada en el estómago.
-Selena, ¿por qué me dices eso?
-Porque es lo que te deseo de verdad.
Kelley sonrió y me dio un beso en la mejilla.
-Nos vemos mañana.
-Sí- Forcé una sonrisa. Yo sabía muy bien que no sería así.
Kelley se levantó y se metió en la casa. De verdad deseaba que a Kelley le fuera muy bien, y también a Clary y a…a Alex. Sentí un nudo en la garganta. Entré a la cocina, cogí un cuchillo y me lo guardé en el pantalón, necesitaba estar armada, me sentía mejor. Cogí folios y un boli y comencé a escribir.
No sé cuánto tiempo pasó exactamente cuándo hube terminado de escribir. Subí al piso de arriba y entré al cuarto de Kelley, estaba dormida, dejé dos de los folios en su mesita de noche y salí, luego me dirigí al cuarto de Alex, me sorprendió no verlo allí, le dejé el último folio doblado en su mesita y bajé de nuevo abajo. Salí a la puerta y me volví a sentar. Escuché un trueno a lo lejos, tormenta, noté cómo se me encogía el estómago <<Con tormenta ha comenzado y con tormenta acabará>>. Alguien me tapó los ojos con las manos por detrás. Pude saber quién era incluso antes de oírle hablar.
-¿Quién soy?- Dijo Alex.
-¿Sabes que si hablas le quitas el misterio a esto?- Dije sonriendo. Alex quitó las manos y se sentó a mi lado.
-¿Qué haces aquí sola?
-No sé, me apetecía estar sola.
-Ah, pues entonces me voy- Dijo haciendo el gesto de levantarse.
-No seas tonto- Tiré de él hacia abajo riendo.
-Todo va a salir bien- Dijo interpretando mi rostro.
-Sabes que no, Alex.
-Sí, sé que sí, no voy a dejar que te hagan daño- Me acarició la mejilla.
-Yo tampoco voy a dejar que te hagan daño- Respiré hondo- Por eso tengo que hacer esto.
-¿Qué? ¿De qué estás hablando?- Estaba confuso.
Desvié la mirada, me levanté y avancé unos pasos. Alex hizo lo mismo.
-Te quiero- Dije mirándolo mientras notaba cómo me ardían los ojos.
-Yo también, pero ¿qué te pasa?
Miré a otro lado intentando evitar las lágrimas, un trueno sonó esta vez más cerca.
-Estando conmigo estáis todos en peligro, jamás me perdonaría que os pasara algo a alguno por mi culpa y mucho menos a ti- Le miré y no pude evitar que una lágrima se escapara, giré la cara.
-Mírame- Me cogió la cara con ambas manos y me obligó a mirarlo- No nos va a pasar nada a ninguno ¿vale?
-Una vez Steve me dijo que tú nunca mentías, que no te gustaba la gente que decía mentiras y que por eso tú no lo hacías.
-Y no lo hago.
-Acabas de hacerlo.
-No, te he dicho la verdad, no te pasará nada ni a ti ni a mí ni a nadie.
Quería gritarle y decirle que dejara de mentir, que sabía muy bien que eso no era verdad. Pero en lugar de eso, me puse de puntillas y le besé. Se me volvió a escapar una lágrima, ese podría ser el último beso que le daría, casi con seguridad lo sería. Me separé y Alex me miró con miedo en los ojos.
-Selly…-No le dejé acabar.
-Me voy- Solté de golpe cerrando los ojos.
-¿Qué?- Dijo con un hilo de voz.
-Prefiero morir yo antes que vosotros- Me separé poco a poco de él.
-No digas tonterías, Selena.
-No son tonterías. No podrás impedir que me vaya- Intenté que mi voz sonara firme.
-Claro que sí- Sonrió burlonamente, pero no le salió muy bien.
-No- Saqué el cuchillo del pantalón y le apunté. Alex me miró sorprendido, pero luego me miró a mí.
-No me harás daño, sé que no lo harás. No eres capaz.- Dijo muy seguro.
-Tienes razón- Claro que no pensaba hacerle daño- Giré el cuchillo y me apunté yo- Pero a mí sí soy capaz.
Alex me miró lleno de horror.
-Selena baja el cuchillo, deja de hacer estupideces- Intentó acercarse.
-No te acerques- Me puse el cuchillo en la garganta.
-Vamos, Sel…-Dio un paso más.
Presioné el cuchillo contra mi garganta y noté un hilo de sangre correr por mi cuello. Alex se detuvo en seco y me miró con los ojos brillosos y horrorizados.
-¡¿Y qué piensas hacer?!- Empezó a gritar- ¡¿Ir y entregarte en bandeja a esos malditos?!- Alex comenzó a llorar.
-Te vuelvo a repetir que prefiero eso a veros morir a todos por mí- Me costaba hablar, notaba un nudo en la garganta.
-Qué poca confianza tienes en mí, niñata- Dijo intentando sonreír, cosa que hizo que me sintiera peor aún y que se me escapara otra lágrima, pero las cosas debían ser así.
-Es porque tengo confianza en ti por lo que me voy, sólo me quieren a mi muerta, no a vosotros, ¿para qué llevaros a una muerte segura?- Eché a andar hacia la carretera.
-Selena- Me llamó Alex.
-No me sigas Alex, ni se te ocurra seguirme o me mato y sabes que lo digo en serio- Me costó lo inimaginable decir esas palabras.
-Sel…no me hagas esto por favor- La voz de Alex se quebró.
Eché a correr calle abajo mientras comenzaba a llorar con fuerza. Jamás podría olvidar la cara de Alex minutos antes, jamás podría olvidarla. Sentía que me ardía el corazón, ¿por qué todo tenía que ser tan difícil? No tenía ningún rumbo, corría sin más y cuando quise darme cuenta había llegado a la playa. Vi el chiringuito donde había estado con Alex. ¿Por qué todo me recordaba a él? Me senté en el bordillo donde me sentó Alex hacía apenas dos días escasos. Escuché otro trueno, esta vez justo donde estaba y empezó a llover. Dejé que la lluvia me cayera encima. No quería esconderme, quería que esos tipos me vieran y acabaran de una vez con todo.
Alex
Sentí cómo se me hacía pedazos el corazón al ver a Selena desaparecer por la calle en la oscuridad de la noche. Quería correr tras ella y traerla aunque fuera a rastras de vuelta, pero sabía que ella cumpliría su promesa, si de algo estaba seguro era de que Selena era muy testaruda y valiente aunque ella no lo creyera. Me sentía mal, impotente, vacío…Sentía un dolor en el pecho que no había sentido nunca. Realmente por primera vez en mi vida sentí miedo, miedo de que le pasara algo. Le había prometido que no le pasaría nada a nadie y ella sabía que había mentido, pero era cierto que no me importaba morir yo si eso significaba que Selena estaba bien, pero ahora…se había ido. Me ardían los ojos, no me sentía con fuerzas para nada. Oí un trueno y comenzó a llover, no me moví, me quedé quieto en mitad de la noche. Grité, no me importaba si despertaba a los demás, grité de nuevo y golpeé la pared, aunque lo único que conseguí fue hacerme sangre en el puño.
-¡¡¡SELENA!!!- Fue todo lo que pude gritar, tenía la esperanza de que apareciera de vuelta.
Miré la moto, me acerqué dispuesto a subirme e ir a buscarla, pero sus últimas palabras me detuvieron <<No se te ocurra seguirme o te juro que me mato>>. Tanto tiempo intentando que no le pasara nada y ahora ella se entregaba en bandeja a esos desgraciados. Lo hacía para protegernos a todos y sabía que cualquier persona en mi lugar lo habría entendido y habría aceptado su decisión aunque doliera, pero yo era demasiado egoísta, yo no pensaba como Selena, yo no quería que le pasara nada a ella. Me odié a mí mismo por ser tan egoísta. Me metí en la casa y cerré de un portazo, esperé que Steve o Kelley bajaran corriendo a ver qué pasaba, pero ninguno apareció. Subí a mi habitación y me senté en la cama apoyando la cara entre las manos. Debía hacer algo, de eso estaba seguro. Moví la mano para encender la luz de la mesita de noche y entonces, al encender la luz, vi un papel doblado encima de la mesita. Lo cogí, en letras mayúsculas ponía <<Para Alex>>. Antes de leer el papel, supe que la carta era de Selena, desdoblé la hoja y empecé a leer.
Alex…de verdad que no sé qué decirte. Esto es lo que más me ha costado hacer nunca, ¿cómo decirte adiós? No soy capaz. Sé que pensarás que soy una estúpida por hacer esto y créeme que yo también lo pienso, pero no soporto la idea de pensar que todos podéis morir por salvarme de algo insalvable…Quiero que sepas que pase lo que pase, esté donde esté siempre estarás conmigo. Si alguien me hubiera dicho hace apenas unas semanas que te estaría escribiendo esta carta me hubiera partido de risa, ¿Yo? ¿Escribirle una carta a un chulo prepotente y exasperante? ¿Yo? ¿Llorar por un chico? Ni hablar, y mírame ahora...Alex, no sé qué más decirte, simplemente que aunque resultes exasperante (la mayoría del tiempo) y te comportes como un capullo…no cambies. Estoy segura de que habrá miles de chicas que querrán estar contigo simplemente por tu aspecto, pero también estoy segura de que algún día alguna sabrá ver cómo eres en realidad y se enamorará de ti, y sé que tú también de ella porque hay miles de chicas como yo, no soy tan especial como tú piensas. Lo único que te pido es que seas feliz y que sepas que…te quiero.
Selena.
Una lágrima cayó en la hoja, no podía creerme que esa carta fuera real, que ella de verdad me estuviera diciendo eso. Tenía tantas cosas que decirle, tenía que decirle que jamás encontraría a nadie como ella, que jamás volvería a ser feliz si ella no estaba conmigo y que la quería, que la quería más que a nadie o nada en todo el Universo. Entonces lo vi todo claro. Guardé la carta en el cajón de la mesita y salí corriendo hacia el garaje. Fuera seguía lloviendo. Golpeé el portón del garaje muchas veces seguidas hasta que Adrian abrió el portón.
-¿Qué pasa?- Preguntó al verme allí parado calado de los pies a la cabeza.
Sabía la pinta que debía de tener, pero no me importaba.
-Es Selena, tengo que hablar con Clary- Dije entrando al garaje, Clary se levantó de la colchoneta y me miró asustada.
-¿Qué le ocurre?
-Se ha ido.
-¿Qué?- La voz de Clary fue apenas un susurro.
-¿Qué quieres decir con que se ha ido?- Preguntó Adrian.
-¡Pues que se ha ido, joder!- Dije perdiendo la calma- Pensaba que al menos sabrías entender eso- Le dirigí una mirada fulminante, seguía sin gustarme nada Adrian.
-¿Por qué se ha ido?- Dijo Clary preocupada.
-Va a entregarse a esos cabrones…para que no nos pase nada a nosotros.
-¡¿Y la has dejado marcharse?!- Clary perdió el control de su voz.
-¡Prácticamente me ha amenazado!
-Creía que te importaba Selena, Alex- Adrian habló con un tono decepcionado- Aunque fuera un poco.
Entonces no fui consciente de mis actos, agarré a Adrian por el cuello de la camisa y lo estampé contra la pared.
-Ni se te ocurra volver a decir que no me importa Selena- Mi voz sonó desconocida en mis propios oídos, sonó peligrosa y firme.
-Alex- Clary me puso la mano en el brazo- ¿Qué vamos a hacer?
Solté a Adrian.
-¿Dónde te tuvieron encerrada a ti?
Entré en la casa a coger las llaves de la moto cuando vi a Kelley bajar corriendo con dos hojas en la mano. Cuando me vio se quedó mirándome boquiabierta, tenía los ojos rojos y una expresión de desconcierto en la cara.
-Alex, ¿qué ha pasado?
Entonces comprendí que Selena le había dejado otra carta a Kelley, se me hizo un nudo en el estómago.
-Creo que te lo habrá dicho en esa carta-Intenté que no se me quebrara la voz.
-Sí, pero no quería creérmelo.
En ese momento entraron Clary y Adrian.
-Clary…-Comenzó Kelley- Esto es para ti- Se acercó y le dio una de las hojas.
Clary la abrió y empezó a leerla, sus ojos fueron llenándose de lágrimas y de vez en cuando sonreía vagamente. Deseé poder leer lo que le había escrito, pero decidí que era algo personal entre Clary y Selena. Cuando acabó de leer la carta, la estrechó contra su pecho, se limpió las lágrimas y me miró.
-¿Cuándo nos vamos?