Capítulo 19.
Selena
Después del “berrinche” de Kelley subí a mi habitación. Miré el reloj, eran casi las cinco, sabía que debía empezar a arreglarme, pero la cuestión era que no tenía maquillaje ni sabía precisamente cómo arreglarme para la fiesta. Así que saqué los zapatos y la ropa del armario y los puse encima de la cama mientras los miraba, ¿de verdad iba a ser yo capaz de ponerme eso? Suspiré y me senté en la cama pensando en cómo empezar a arreglarme.
Al cabo de una media hora escuché cómo tocaban en la puerta. Me puse nerviosa y me apresuré a guardar la ropa y los zapatos en el armario por si era Alex. Luego abrí la puerta y me quedé embobaba, no era Alex, era Kelley y ya estaba arreglada. Llevaba el vestido color champagne que se había comprado el día anterior y el pelo lo llevaba suelto cayendole en cascadas rizadas por los hombros. Llevaba un maquillaje que le resaltaba el color azul de sus ojos. El vestido era largo y un poco pomposo con un cuello de pico y unas mangas largas que caían en forma de globo-¿Se puede saber por qué no estás arreglada todavía?- Me preguntó frunciendo el ceño.
-Es que no estoy acostumbrada a ponerme este tipo de cosas, pero tú estás guapísima, Kelley- Le sonreí.
-Gracias- Hizo una reverencia- Anda, empieza a vestirte que voy a por el maquillaje- Dijo mientras salía del cuarto. Saqué el vestido, los zapatos y unas medias y empecé a vestirme.
Alex
Estaba en mi dormitorio y llamaron a la puerta, lo primero que pensé fue que sería Selena, no sé si lo pensé porque era la única persona que se había atrevido a entrar en mi cuarto o porque realmente yo quería que fuera ella. Pero cuando abrí la puerta me quedé sorprendido, era Steve, llevaba un traje de chaqueta y sostenía otro traje con corbata en la mano.
-Tío ¿qué…qué pasa?- Le miré extrañado.
-No preguntes.
-¿Dónde vas así vestido?- Le señalé.
-Ten- Me tiró el otro traje y lo cogí al vuelo- Ponte eso, te espero abajo.
-Espera, no me voy a poner esto, ¿por qué quieres que me lo ponga?
-Créeme que no soy yo el que quiere que te lo pongas, y créeme si te digo que serás más feliz cuanto menos sepas- Dicho esto se fue.
Me arreglé lo más de prisa que pude y bajé abajo. Steve estaba en el salón sentado en el sofá y cuando me vio llegar se levantó.
-¿Dónde están Selena y Kelley?- Pregunté al no verlas por ningún sitio.
-Vamos- Dijo sin hacerme caso.
-¿Qué? ¿A dónde?- Cada vez entendía menos lo que ocurría.
-Cuantas más preguntas hagas más tardarás en averiguarlo.
Steve salió de la casa y yo le seguí. Se dirigió al garaje, ¿qué íbamos a hacer ahí? Cuando abrió el portón, lo vi todo a oscuras.
-Tío, ¿qué…?
-¿Qué día es hoy?- Preguntó.
-¿Qué? No sé…
-¡Alex!- Me gritó- ¡¿Cómo es posible que hayas olvidado tu cumpleaños?!
-¿Mi…cumpleaños?- Era imposible, ¿ya había pasado tanto tiempo? Me quedé mirando a Steve sorprendido mientras iba atando todos los cabos, el comportamiento de Selena y Kelley el día anterior, el traje…-No…
Steve encendió la luz del garaje. En cuanto lo hizo un montón de gente gritó << ¡FELICIDADES! >>. Me quedé mirándolos a todos, había un montón de rostros conocidos, otros cazadores, pero también había gente que no había visto en mi vida, cosa de Kelley seguro. Me fijé en el lugar, estaba muy bien decorado, había adornos por todas partes y del centro del garaje colgaba una cinta en la que ponía “Feliz 20 cumpleaños”. Había comida y bebida por todos sitios y la música había empezado a sonar.
Yo estaba atónito mirándolo todo, Kelley se había pasado un montón. ¿Cómo había podido organizar todo eso sin que me enterara? ¿Y Selena? Había tenido que ayudarla, eso seguro. Empecé a buscarla por toda la habitación.
-Están a punto de llegar- Me dijo mi tío.
-¿Quiénes?- Me hice el tonto.
-Selena y Kelley- Sonrió- Son ellas las que han organizado esto, aunque creo que Kelley ha sido la gran cabecilla de la fiesta.
-Nada nuevo- Sonreí.
-En fin, voy a saludar a algunos invitados, deberías hacer lo mismo.
-Sí, claro- Steve se perdió entre el gentío y yo me apoyé en la pared, no me apetecía nada hablar con la gente de allí, hacía años que no los veía.
-Felicidades- Me giré y vi a una chica- ¿Te acuerdas de mí?- Me fijé en ella, era una chica alta y delgada, tenía el pelo rubio y rizado recogido en una coleta y llevaba un vestido amarillo pomposo con sólo una manga, parecía el tipo de chica con la que habría salido una o dos veces.
-No- En cualquier otro momento le habría dicho que sí aunque hubiera sido mentira, pero ahora mismo no me apetecía nada charlar con ella, y no porque la chica no fuera amable o guapa, sino porque simplemente estaba esperando la llegada de otra persona.
-Soy Madison- Sonrió- Madison Clark, cuando teníamos 16 años, tú y yo…-Entonces la recordé.
-¿Maddie?- Pregunté sorprendido- ¿De verdad eres tú?
-Sí- Sonrió- ¿Qué tal te va?
-Oh, muy bien ¿y a ti?- Miré por encima de su hombro en dirección a la puerta, nadie entró.
-Muy bien, tenía muchas ganas de verte de nuevo.
Simplemente le sonreí, sabía muy bien por qué tenía ganas de verme de nuevo, pero yo no estaba por la misma labor que antes.
-Estás muy guapo- Dijo abrazándome, me quedé sorprendido. Estaba a punto de responderle, pero entonces me quedé con la vista fija en la entrada por donde acababan de entrar Kelley y Selena, ésta me vio y me separé corriendo de Madison- ¿Te pasa algo?
-Lo siento, luego hablamos- Me despedí y me dirigí a donde se encontraban Selena y Kelley- Hola- Saludé cuando llegué.
-Hola- Dijo Selena sonriendo.
-¡Felicidades primo!- Dijo Kelley abrazándome.
-Gracias Kells.
-Espero que te guste la fiesta, es obra nuestra- Se señaló ella misma y a Selena, luego nos miró a Selena y a mí- Bueno…voy a ver a los invitados, pasáoslo bien.
Cuando Kelley se fue me fijé en Selena, casi no parecía ella. Llevaba un vestido negro un poco pomposo palabra de honor, la parte de arriba tenía una especie de bordado calado negro y la tela que había debajo era de un dorado oscuro, era justo a la altura de las caderas cuando empezaba a abrirse en una capa de tul negra. Llevaba el pelo recogido en un moño y dos mechones le caían sueltos a ambos lados de la cara. Iba maquillada, nunca la había visto maquillada, estaba guapísima. Me debería haber quedado mirándola como un bobo porque se ruborizó y desvió la mirada.
-Felicidades- Dijo sonriendo.
-Gracias- Mi voz apenas fue un susurro, me aclaré la garganta- Es…estás preciosa.
Selena se sonrojó y sonrió.
-Gracias, no estoy acostumbrada a llevar este tipo de cosas- Dijo señalando el vestido- Pero Kelley prácticamente me obligó a ponérmelo.
-Me alegro de que lo hiciera- Selena desvió la vista y yo hice lo mismo, vi a Kelley acercarse al DJ y decirle algo al oído, luego empezó a sonar una canción lenta. Luego Kelley me miró y sonrió- ¿Qui…quieres bailar?- Dije tendiéndole la mano.
Selena me miró sorprendida.
-Claro- Sonrió y me cogió la mano, sentí una pequeña descarga eléctrica cuando me tocó. Le coloqué la otra mano en la cintura y ella colocó la suya en mi hombro mientras comenzábamos a bailar.
-Me encanta esta canción- Dijo tras un momento.
Le presté atención a la canción, la reconocí, era “Fall for you” de Secondhand Serenade, había escuchado esa canción un montón de veces.
-Esta noche será la noche en la que me enamoraré de ti, una y otra vez, no me hagas cambiar de opinión o no viviré para ver otro día, te juro que es verdad, porque una chica como tú es imposible de encontrar- Recité la letra del estribillo- Eres imposible de encontrar.
-Vaya, asombroso- Ambos sonreímos, realmente le había recitado la letra a ella, pero claro, no se había dado cuenta.
-Bueno…-Empecé a decir- Cuéntame algo de ti-Ella me miró confundida- No sé a penas nada sobre ti.
-Creo que yo tampoco sé demasiado sobre mí- Hizo una mueca.
-Venga, tú sabes mucho más sobre mí que yo sobre ti, prácticamente lo has descubierto a la fuerza, como lo del árbol- Ambos reímos.
-Si te refieres a que si he escrito en un árbol el nombre de mis novios, no, no lo he hecho- Sonrió- Tampoco habría puesto muchos.
-¿Y eso?- Esperaba que no notara que estaba deseando saber cuántos novios había tenido y si le seguía gustando alguno.
-¿Es que quieres saber cuántos novios he tenido?- Encarnó una ceja.
-A lo mejor.
Ella sonrió.
-La verdad es que sólo he tenido uno- Sentí alivio y coraje a la vez, alivio porque sólo hubiera sido uno, pero coraje porque eso a lo mejor quería decir que era porque había sentido algo más que un capricho por él- Pero no me fue demasiado bien- Agachó la cabeza.
-¿Qué pasó?
-Era un capullo- Alzó la cabeza sonriendo. En cierto modo me alegré de oírla decir eso- Lo conoces.
-¿Ah, sí?- Le pregunté extrañado.
-Mark- Entonces me acordé del chico que estaba con los otros dos gilipollas en el parque, sentí una furia terrible.
-¿Estabas enamorada de él?
-No- Negó con la cabeza- Para nada, Clary salía con Joe y Mark era su mejor amigo, así que prácticamente salí con él por darle el gusto a Clary de que pudiéramos salir los cuatro en pareja- Se encogió de hombros- Luego me dejó- Sonrió- No sabes cuánto le agradezco que lo hiciera, si no me hubiera dejado él lo habría hecho yo.
-¿Y eso?
-Es que era tan…posesivo, era muy celoso, no quería que hablara con ningún chico pero él podía hablar con todas las chicas que quisiera- Suspiró- Después de romper conmigo me buscó y me puso en evidencia delante de todo el instituto- Su expresión se puso seria- ¿Sabes lo que es que alguien se suba a una mesa en la cafetería y te llame zorra delante de todo el instituto?- Me entraron unas ganas tremendas de matar a ese Mark- Creo que simplemente tuvo ese arranque de ira porque fui una de las pocas chicas del instituto que no quiso acostarse con él.
-Pues déjame decirte que si lo volviera a tener delante no tendría la misma suerte de la otra vez, no creo que lo dejara irse así como así- Selena sonrió- Créeme que no sabe lo que se perdió.
-No pasa nada, es un capullo.
-Lo sé- Ambos sonreímos.
-¿Y tú? ¿Todo han sido los nombres del árbol?
-Todos han sido tonteos- Rodé los ojos- Nada serio, eran mis “amigas” como yo las llamaba, pero hasta ahora no he encontrado a la chica perfecta para mí, la que me vuelva loco para decirle <<te quiero>>- Remarqué bastante <<hasta ahora>>.
Selena sonrió y apoyó su cabeza en mi pecho, yo agaché mi cabeza y la apoyé en la suya mientras inspiraba hondo, olía a fresas. Le solté la mano y la coloqué también en su cintura y ella se agarró a mi cuello. Admito que eso no era la forma en la que bailan dos amigos o dos conocidos, ¿qué éramos? Ni siquiera lo sabía. Pero si no se había retirado sería por algo, por un instante tuve un poco de esperanza.
-Selly…
Selena levantó la cabeza hacia mí sorprendida, creo que nadie le había llamado Selly nunca, todo el mundo le decía Sel, pero para mí ella era mi Selly. Me acerqué hasta ella hasta que nuestros rostros quedaron a unos milímetros de distancia.
-¡Eh, guapa!- Nos separamos de golpe y vimos a uno de los cazadores borracho- ¿Quieres bailar?- Le cogió la mano a Selena y ésta se soltó de un tirón.
-No- Dijo retirándose.
-Oh, vamos, nos lo pasaremos bien- Dijo acercándose. Instintivamente me puse en medio de su camino.
-Te ha dicho que no- Le repetí lentamente- Así que déjala- Mi voz sonó seria y autoritaria.
-No estoy hablando contigo machote- Intentó esquivarme- Vamos, mujer, bailemos.
-Te he dicho que la dejes- Le di un puñetazo en la cara haciendo que se cayera al suelo y que todo el mundo nos mirara.
-Alex- Selena me cogió del brazo- Déjalo, no vale la pena.
Steve se abrió paso entre la gente hasta nosotros.
-¿Se puede saber qué diantres pasa aquí?
-Como este tipo no se quite de mi vista lo mato- Contesté sin apartar mi vista del chico mientras veía como Kelley llegaba hasta nosotros cogida de la mano de un chico que me pareció reconocer, creo que se llamaba Lewis.
-Alex, es tu fiesta, ¿podrías no buscar pelea?- Steve hablaba en voz baja.
-Él no ha buscado pelea- Intervino Selena- Ha sido este estúpido el que ha venido buscándola.
-¡Tú!- Le señaló Kelley con el dedo- ¡Largo de aquí!
-Vamos, Kelley- Suplicó el chico.
-Venga, fuera de aquí- El chico, Lewis, lo cogió por el hombro y lo sacó de la fiesta.
-Ya está- Dijo Kelley satisfecha- ¡Bueno, que siga la fiesta!- Anunció alzando la voz. La música volvió a sonar, Steve se fue y cuando Lewis volvió se marchó con Kelley.
-La verdad es que no me apetece estar aquí- Le dije a Selena- ¿Vienes a la playa?
-¿A la playa?- Dijo ella abriendo los ojos como platos.
-Sí- Sonreí- Vamos a dar un paseo.
-¿Con esta ropa?- Dijo señalándose.
-¿Y qué más da?- Intenté convencerla, en realidad lo que quería era estar un rato a solas con ella.
-Es que Kelley se ha esforzado tanto por la fiesta…
-Kelley no se dará cuenta de que nos hemos ido, está muy…ocupada.
Selena sonrió.
-¿Qué me dices?- Insistí.
-Vale, vale, tú ganas.
-Vamos- La cogí de la mano y salimos fuera, fue realmente un acto involuntario, pero Selena no retiró la mano, cosa que me hizo sonreír.
-¡Alex!- Nos giramos y vimos Maddie en la puerta- ¿Dónde vas?
-No creo que sea asunto tuyo, Maddie- No quería sonar borde, pero no soportaba que me controlaran y menos ella que no era nada mío.
-¿Podemos hablar un momento?
Miré a Selena.
-Adelante, yo te espero aquí- Intentó sonreír, pero todo lo que le salió fue una mueca.
Solté la mano de Selena a disgusto y me acerqué a Maddie.
-¿Qué?- Pregunté.
-¿De verdad, Alex?- No sabía a lo que se refería- ¿Ella?- Dijo señalando con la mirada a Selena.
-¿Qué pasa con ella?- Empecé a ponerme alerta.
-¡Oh, por favor! ¿Qué es? ¿Tu próximo ligue?- No me gustó nada que se refiriera a Selena como un ligue.
-No la llames ligue- Intenté controlar mi voz.
-¿Qué?- Maddie parecía atónita- ¿Qué debo decir entonces? ¿Novia? ¿O es que vas a decirme que te has enamorado de ella?
-Maddie, no te ofendas pero ¿a ti qué mierda te importa?- Empezaba a perder los nervios.
-¡Por Dios! Alex, no es tu tipo.
-¿Y tú sí?
-¡Claro que sí! ¿No te acuerdas lo bien que lo pasamos los dos juntos hace cuatro años?
-Por esto lo pasé bien contigo precisamente Maddie- Ella me miró confundida- Porque eres muy fácil.
Maddie me miró llena de ira.
-¿Y ella no? ¡En realidad todas somos iguales, Alex!
-No, todas no- Inspiré hondo para tranquilizarme.
-Pero ¡mírala! Es tan bajita y tan poca cosa…
-Ella te da mil vueltas- Maddie me miró como si acabara de abofetearla. Me di media vuelta para irme.
-¡Alex!- Me paré en seco.
-¿Y ahora qué?
-¿Realmente la quieres?- Su tono de voz pasó de la ira al asombro.
-Sí.
-Vaya, el gran Alex Gregory, el chico que nunca se iba a enamorar de ninguna chica, mírenlo ahora.
-Adiós Maddie- Me di media vuelta y me dirigí hacia Selena que estaba apoyada en la pared de la casa, no sabía si había oído lo que había hablado con Maddie o no, deseaba que no.
-¿Todo bien?- Me preguntó cuando llegué.
-Sí- Intenté sonreír- Vamos.
Me monté en la moto, Selena se montó detrás y se agarró a mí.
Selena
No me había gustado nada esa tal Maddie, recordé la lista de nombres que había escrita en el árbol y ahí estaba, Alex y Maddie. Noté un retorcijón en la barriga, pero me obligué a tranquilizarme, Alex había preferido ir conmigo en vez de quedarse con ella, ¿o era que se sentía obligado ya que era él el que me lo había propuesto? No, Alex no era así.
Tardamos muy poco tiempo en llegar a la playa, Alex aparcó y nos bajamos. El agua estaba muy serena y la playa estaba desierta. Inspiré hondo el olor del mar que llegó acompañado del aroma de Alex. Miré al cielo, estaba un poco nublado, pero era casi imposible que lloviera, al fin y al cabo, era junio.
-Siempre me ha gustado mucho venir a la playa para descansar, cuando estaba muy agobiada con el instituto solía venir aquí y despejarme- Sonreí melancólica- ¿Cómo está Taylor?- Pregunté de pronto acordándome del soldadito.
-¿Qué?- Parecía confundido.
-Taylor- Sonreí- No quiso tomar el té con Lindsay.
Alex rió.
-Oh, Taylor- Sonrió- Muy bien, se ha lamentado cada día después de esa tarde por no haber tomado ese té- Dijo acercándose a mí, noté cómo se me cortaba la respiración- ¿Cómo te has acordado?
-Un sueño- Respondí encogiéndome de hombros.
-Oh, interesante- Sonrió.
Escuchamos un trueno y alzamos la vista a la vez que comenzaba a llover.
-¿Qué…?- Empecé a reírme mientras comenzaba a llover con más fuerza, Alex se unió a mi risa.
-¿Alguna vez ha bailado usted bajo la lluvia, señorita?
-¿Qué? No- Sonreí.
-¿Me concede este baile?- Dijo haciendo una reverencia.
-Claro- Contesté haciendo otra reverencia.
Comenzamos a bailar sin ningún ritmo, simplemente haciendo un poco el tonto y riendo. Hacía mucho tiempo que no me reía tanto.
-Bueno, ya no pierdo nada- Dijo Alex.
-¿Qué?- No le entendía.
Alex se quitó la chaqueta, la corbata y la camisa, me quedé boquiabierta mirándolo. Luego se dirigió al agua y se zambulló. Empecé a reírme mientras él me hacía señas desde el agua y yo corría hasta la orilla.
-¡Estás loco!- Le grité riendo.
-¡Ven!- Gritó.
-¡¿Qué?! ¡No, ni loca!
Alex golpeó con los puños el agua haciéndose el enfadado. Luego salió del agua.
-Vale, ya me has arruinado el cumpleaños.
-Sí, seguro- Dije sarcástica.
Cuando Alex llegó a mi lado me cogió en brazos y empezó a meterse en el agua.
-¡¿Qué?! ¡Alex bájame!
-Está bien- Fue a soltarme en el agua y me agarré con más fuerza a su cuello.
-¡No! ¡No me sueltes!
-¿En qué quedamos?- Dijo riendo.
-¡Bájame en la arena!
-Lo siento, eso no está dentro del menú- Sonrió- Una…-Empezó a balancearme.
-¡No!
-Dos…
-¡Alex!
-¡Tres!- Me tiró al agua y empezó a reírse.
-¡Está helada!- Dije tiritando- ¡Te voy a matar!- Dije al ver que estaba riéndose a pulmón vivo.
Alex empezó a correr riendo y yo le seguí riendo también. Se giró de golpe, choqué con él y caímos al suelo los dos riendo.
-Esto de estar en el suelo empieza a ser algo matutino- Dijo entre risas.
-Eres tonto, ahora estoy empapada- Dije sonriendo.
-Pero si estaba lloviendo, de todas maneras te estabas mojando.
Le di un golpecito cariñoso en el hombro y nos levantamos. Me puse debajo de las chapas de un chiringuito y Alex vino conmigo.
-¿Y tu camisa?- Pregunté cuando llegó a mi lado.
Ambos miramos a la orilla y vimos cómo las olas se la llevaban mar adentro, empecé a reírme sin parar y Alex me acorraló contra la pared poniendo ambas manos a ambos lados de mi cara.
-No te rías de mí- Dijo sonriendo.
Dejé de reír, no precisamente porque él me lo dijera, sino porque me volvía a poner nerviosa de tenerlo tan cerca. Pude ver cómo la lluvia iba cesando hasta que finalmente paró completamente.
-No lo niegues- Dijo de pronto- Te gusto ¿verdad?
Noté cómo me sonrojaba, pero no iba a darle el gusto de verme nerviosa.
-¡Já! Te odio- Dije sonriendo.
-Bueno, el amor y el odio caminan de la mano ¿no?- Dijo acercándose más a mí, noté cómo me flaqueaban las piernas, tenía que reaccionar.
Me agaché y pasé por debajo del brazo de Alex mientras comenzaba a andar. Entonces noté que su mano tiraba de mí para darme la vuelta, y al girarme me encontré con sus labios sobre los míos. Al principio me quedé sorprendida. Alex colocó una mano en mi nuca y la otra en mi cintura y siguió besándome. Yo me agarré a su cuello con fuerza. Era un beso apasionado y a la vez dulce. Se me olvidó todo lo demás, en mi cabeza sólo existía Alex. Alex me apretó más contra sí y yo tiré de él más hacia mí. Notaba que empezaba a hacerme falta el aire, pero no me importaba. Jamás me había sentido así besando a Mark, era como si un montón de descargas eléctricas recorrieran mi cuerpo. Una parte de mí sabía que eso no debería estar pasando, que no debería estar besando a Alex, pero la otra parte de mí no podía separarse de él. Nos separamos cuando nos fue imprescindible respirar, jadeando, pero Alex mantuvo su frente pegada a la mía.
-No sabes el tiempo que llevo esperando hacer esto- Dijo cuando hubo recuperado el aliento.
-¿Qué pasa?- Dije retirándome a la vez que me daba cuenta del terrible error que acababa de cometer- ¿Qué? ¿Te hace ilusión ir a poner mi nombre en tu preciado árbol?- Genial Selena, ya eres otra tonta más que añadir a la lista.
-¿Qué?- Me miró como si acabara de decir la cosa más estúpida del mundo- ¡No! Claro que no.
-Entonces, ¿por qué has besado a la niñata?- Dije encarnando una ceja.
-Porque me tiene loquito, porque no puedo dejar de pensar en ella día y noche- Noté como me sonrojaba, pero no podía ceder tan facilmente.
-Pues quizás deberías olvidarte de mí ¿no?- No pensaba ser su juguetito.
-Selena- Dijo medio sonriendo- Pedirle a mi cabeza que deje de pensar en ti es como pedirle a mi corazón que deje de latir.
-¿Por qué?- Mi voz apenas fue un susurro.
-Porque…-Alex me puso una mano en la cara, quise retirarme, pero no lo hice- Porque tú no eres como nadie que haya conocido jamás, porque creo que al principio no te soportaba por eso mismo, porque tú no eras como las demás que estaban todo el día detrás de mí y hacían todo lo que les pedía, al revés, prácticamente me mataste- Sonrió- Porque esta niñata se ha colado en mi corazón como nunca antes nadie lo había hecho, me has hecho creer en algo nuevo, me has hecho conocer un nuevo sentimiento…-Se interrumpió- Estoy enamorado de ti- Sentí cómo el aire se esfumaba de mis pulmones, ¿qué había dicho?- Te quiero.
-¿Qué?- Dije en un hilo de voz.
-Te quiero- Volvió a repetir. Me quedé helada, no sabía qué decir, bueno sí, en realidad sí sabía lo que quería decir, pero no me salían las palabras- Ahora sería un buen momento para decir algo ¿no crees? Nunca le había dicho esto a nadie- Sonrió nervioso.
En vez de decir nada, me acerqué a él, me puse de puntillas y le besé de nuevo. Noté cómo Alex sonreía contra mi boca. De pronto sonó un trueno y ambos miramos hacia el cielo mientras comenzaba a llover de nuevo. Alex me miró y me besó, me cogió en brazos y me sentó en el bordillo del muro para que quedara a la altura de su cara. El agua seguía cayendo con fuerza sobre nosotros y me dificultaba la respiración, pero ahora todo mi aire era él. No era un beso para nada dulce, al contrario, era un beso desesperado y salvaje. Nos retiramos para respirar y Alex me besó en el cuello, sentí la piel arderme al rojo vivo a pesar de la lluvia. Alex acercó de nuevo su cara a la mía y me dio un beso largo y tierno.
-Te quiero- Dijo cuando nos separamos.
-Yo también- Le contesté. Alex sonrió y me abrazó con fuerza mientras me levantaba del muro y me ponía de nuevo en la arena- He querido luchar contra este sentimiento, pero no puedo- Apoyé mi frente en la suya- No quiero sufrir.
-No lo harás, te quiero con toda mi alma, jamás te haría daño- Dijo abrazándome.
-Me refiero a que tú siempre has estado constantemente cambiando de chica y Maddie estaba allí y…
-Eh, eh, eh- Alex me acunó el rostro entre sus manos y me miró a los ojos- Maddie es sólo una vieja amiga del pasado, además, antes no estaba enamorado- Sonrió- Simplemente vivía la vida loca- Ambos reímos- Una chica como tú es imposible de encontrar- Dijo recordando la frase de “Fall for you”- Pero yo la he encontrado y no pienso dejarla ir- Me puse de puntillas y le di un beso en la nariz- No me hagas sufrir tú a mí tampoco.
-¿Qué? ¡Claro que no!- Dije abrazándolo.
Estuvimos un rato más en la playa, abrazados, hablando y riéndonos. En ese momento no me importaba nada más, podía decir que mi felicidad era casi completa. Estaba con Alex, me había besado y me había dicho que me quería, ¿qué más podía pedir? De pronto pensé en Clary, cómo me gustaría poder hablar con ella para contarle todo lo que acababa de pasar, parece que la estaba escuchando <<¡¡¡¿¿¿Qué???!!! ¡Cuéntamelo todo con todos los detalles! ¡No te saltes nada!>>. Sonreí ante ese pensamiento.
-Será mejor que nos vayamos yendo ya ¿no?- Dije mirando el cielo que empezaba a clarear. Alex estaba sentado en la arena y yo estaba sentada en su regazo con mi espalda apoyada contra su pecho a la vez que él me abrazaba.
-Sí- Me dio un beso en la cabeza y nos levantamos.
-Kelley se va a poner como una fiera cuando se entere que nos marchamos sin decir nada- Sonreí.
-Habrá que averiguarlo.
Nos montamos en la moto y pusimos rumbo a la casa. Llegamos en cuestión de minutos. Fuimos al garaje pero ya no había nadie allí, cosa que me pareció extraña, ¿tan pronto había acabado la fiesta? ¿O es que nosotros llevábamos fuera más tiempo del que pensábamos?
-¿Tanto tiempo llevamos fuera?- Dije mirando a Alex.
-Eso parece…-Aunque no sonaba muy convencido- Vamos- Me cogió de la mano y nos dirigimos a la casa. Cuando entramos lo encontramos todo muy silencioso y oscuro- ¡Steve!- Alex encendió las luces- ¡Kelley!- Nadie contestó.
-Esto es muy raro- Miré a un lado y a otro.
-Ponte detrás de mí- Dijo mientras me colocaba detrás suya con una mano.
-Oh, vamos, Alex…
-Sch- Dijo mientras abría el cajón de la mesa y sacaba una pistola- No hagas ruido.
Empezamos a subir las escaleras mientras Alex apuntaba en todo momento al frente con el arma. Abrió las puertas y miró dentro de las habitaciones, pero no encontró nada fuera de lo normal. Se supondría que debería estar muerta de miedo, pero no lo estaba, no me preguntéis por qué, porque ni yo misma lo sé.
Cuando ya habíamos recorrido toda la casa de arriba abajo nos dirigimos a la única habitación que nos quedaba por mirar, la mía. Alex me miró y luego, muy lentamente giró el pomo de la puerta. Estaba preparada para escuchar un disparo o a alguien gritando o atacándonos, pero cuando la puerta se abrió en el interior no había nada.
-Genial- Dijo Alex irónicamente mientras bajaba el arma y encendía la luz de mi cuarto.
-Vaya, parece como si quisieras que hubiera entrado alguien- Pasé por delante de él y entré en la habitación.
-Hubiera habido más acción- Dijo encogiéndose de hombros.
Entonces algo llamó mi atención, encima de la mesita de noche había una especie de nota. Me acerqué y la cogí.
-¿Qué pasa?- Preguntó acercándose a mí.
-Mira- Abrí la nota, era de Kelley- Es de Kelley.
Selena
Después del “berrinche” de Kelley subí a mi habitación. Miré el reloj, eran casi las cinco, sabía que debía empezar a arreglarme, pero la cuestión era que no tenía maquillaje ni sabía precisamente cómo arreglarme para la fiesta. Así que saqué los zapatos y la ropa del armario y los puse encima de la cama mientras los miraba, ¿de verdad iba a ser yo capaz de ponerme eso? Suspiré y me senté en la cama pensando en cómo empezar a arreglarme.
Al cabo de una media hora escuché cómo tocaban en la puerta. Me puse nerviosa y me apresuré a guardar la ropa y los zapatos en el armario por si era Alex. Luego abrí la puerta y me quedé embobaba, no era Alex, era Kelley y ya estaba arreglada. Llevaba el vestido color champagne que se había comprado el día anterior y el pelo lo llevaba suelto cayendole en cascadas rizadas por los hombros. Llevaba un maquillaje que le resaltaba el color azul de sus ojos. El vestido era largo y un poco pomposo con un cuello de pico y unas mangas largas que caían en forma de globo-¿Se puede saber por qué no estás arreglada todavía?- Me preguntó frunciendo el ceño.
-Es que no estoy acostumbrada a ponerme este tipo de cosas, pero tú estás guapísima, Kelley- Le sonreí.
-Gracias- Hizo una reverencia- Anda, empieza a vestirte que voy a por el maquillaje- Dijo mientras salía del cuarto. Saqué el vestido, los zapatos y unas medias y empecé a vestirme.
Alex
Estaba en mi dormitorio y llamaron a la puerta, lo primero que pensé fue que sería Selena, no sé si lo pensé porque era la única persona que se había atrevido a entrar en mi cuarto o porque realmente yo quería que fuera ella. Pero cuando abrí la puerta me quedé sorprendido, era Steve, llevaba un traje de chaqueta y sostenía otro traje con corbata en la mano.
-Tío ¿qué…qué pasa?- Le miré extrañado.
-No preguntes.
-¿Dónde vas así vestido?- Le señalé.
-Ten- Me tiró el otro traje y lo cogí al vuelo- Ponte eso, te espero abajo.
-Espera, no me voy a poner esto, ¿por qué quieres que me lo ponga?
-Créeme que no soy yo el que quiere que te lo pongas, y créeme si te digo que serás más feliz cuanto menos sepas- Dicho esto se fue.
Me arreglé lo más de prisa que pude y bajé abajo. Steve estaba en el salón sentado en el sofá y cuando me vio llegar se levantó.
-¿Dónde están Selena y Kelley?- Pregunté al no verlas por ningún sitio.
-Vamos- Dijo sin hacerme caso.
-¿Qué? ¿A dónde?- Cada vez entendía menos lo que ocurría.
-Cuantas más preguntas hagas más tardarás en averiguarlo.
Steve salió de la casa y yo le seguí. Se dirigió al garaje, ¿qué íbamos a hacer ahí? Cuando abrió el portón, lo vi todo a oscuras.
-Tío, ¿qué…?
-¿Qué día es hoy?- Preguntó.
-¿Qué? No sé…
-¡Alex!- Me gritó- ¡¿Cómo es posible que hayas olvidado tu cumpleaños?!
-¿Mi…cumpleaños?- Era imposible, ¿ya había pasado tanto tiempo? Me quedé mirando a Steve sorprendido mientras iba atando todos los cabos, el comportamiento de Selena y Kelley el día anterior, el traje…-No…
Steve encendió la luz del garaje. En cuanto lo hizo un montón de gente gritó << ¡FELICIDADES! >>. Me quedé mirándolos a todos, había un montón de rostros conocidos, otros cazadores, pero también había gente que no había visto en mi vida, cosa de Kelley seguro. Me fijé en el lugar, estaba muy bien decorado, había adornos por todas partes y del centro del garaje colgaba una cinta en la que ponía “Feliz 20 cumpleaños”. Había comida y bebida por todos sitios y la música había empezado a sonar.
Yo estaba atónito mirándolo todo, Kelley se había pasado un montón. ¿Cómo había podido organizar todo eso sin que me enterara? ¿Y Selena? Había tenido que ayudarla, eso seguro. Empecé a buscarla por toda la habitación.
-Están a punto de llegar- Me dijo mi tío.
-¿Quiénes?- Me hice el tonto.
-Selena y Kelley- Sonrió- Son ellas las que han organizado esto, aunque creo que Kelley ha sido la gran cabecilla de la fiesta.
-Nada nuevo- Sonreí.
-En fin, voy a saludar a algunos invitados, deberías hacer lo mismo.
-Sí, claro- Steve se perdió entre el gentío y yo me apoyé en la pared, no me apetecía nada hablar con la gente de allí, hacía años que no los veía.
-Felicidades- Me giré y vi a una chica- ¿Te acuerdas de mí?- Me fijé en ella, era una chica alta y delgada, tenía el pelo rubio y rizado recogido en una coleta y llevaba un vestido amarillo pomposo con sólo una manga, parecía el tipo de chica con la que habría salido una o dos veces.
-No- En cualquier otro momento le habría dicho que sí aunque hubiera sido mentira, pero ahora mismo no me apetecía nada charlar con ella, y no porque la chica no fuera amable o guapa, sino porque simplemente estaba esperando la llegada de otra persona.
-Soy Madison- Sonrió- Madison Clark, cuando teníamos 16 años, tú y yo…-Entonces la recordé.
-¿Maddie?- Pregunté sorprendido- ¿De verdad eres tú?
-Sí- Sonrió- ¿Qué tal te va?
-Oh, muy bien ¿y a ti?- Miré por encima de su hombro en dirección a la puerta, nadie entró.
-Muy bien, tenía muchas ganas de verte de nuevo.
Simplemente le sonreí, sabía muy bien por qué tenía ganas de verme de nuevo, pero yo no estaba por la misma labor que antes.
-Estás muy guapo- Dijo abrazándome, me quedé sorprendido. Estaba a punto de responderle, pero entonces me quedé con la vista fija en la entrada por donde acababan de entrar Kelley y Selena, ésta me vio y me separé corriendo de Madison- ¿Te pasa algo?
-Lo siento, luego hablamos- Me despedí y me dirigí a donde se encontraban Selena y Kelley- Hola- Saludé cuando llegué.
-Hola- Dijo Selena sonriendo.
-¡Felicidades primo!- Dijo Kelley abrazándome.
-Gracias Kells.
-Espero que te guste la fiesta, es obra nuestra- Se señaló ella misma y a Selena, luego nos miró a Selena y a mí- Bueno…voy a ver a los invitados, pasáoslo bien.
Cuando Kelley se fue me fijé en Selena, casi no parecía ella. Llevaba un vestido negro un poco pomposo palabra de honor, la parte de arriba tenía una especie de bordado calado negro y la tela que había debajo era de un dorado oscuro, era justo a la altura de las caderas cuando empezaba a abrirse en una capa de tul negra. Llevaba el pelo recogido en un moño y dos mechones le caían sueltos a ambos lados de la cara. Iba maquillada, nunca la había visto maquillada, estaba guapísima. Me debería haber quedado mirándola como un bobo porque se ruborizó y desvió la mirada.
-Felicidades- Dijo sonriendo.
-Gracias- Mi voz apenas fue un susurro, me aclaré la garganta- Es…estás preciosa.
Selena se sonrojó y sonrió.
-Gracias, no estoy acostumbrada a llevar este tipo de cosas- Dijo señalando el vestido- Pero Kelley prácticamente me obligó a ponérmelo.
-Me alegro de que lo hiciera- Selena desvió la vista y yo hice lo mismo, vi a Kelley acercarse al DJ y decirle algo al oído, luego empezó a sonar una canción lenta. Luego Kelley me miró y sonrió- ¿Qui…quieres bailar?- Dije tendiéndole la mano.
Selena me miró sorprendida.
-Claro- Sonrió y me cogió la mano, sentí una pequeña descarga eléctrica cuando me tocó. Le coloqué la otra mano en la cintura y ella colocó la suya en mi hombro mientras comenzábamos a bailar.
-Me encanta esta canción- Dijo tras un momento.
Le presté atención a la canción, la reconocí, era “Fall for you” de Secondhand Serenade, había escuchado esa canción un montón de veces.
-Esta noche será la noche en la que me enamoraré de ti, una y otra vez, no me hagas cambiar de opinión o no viviré para ver otro día, te juro que es verdad, porque una chica como tú es imposible de encontrar- Recité la letra del estribillo- Eres imposible de encontrar.
-Vaya, asombroso- Ambos sonreímos, realmente le había recitado la letra a ella, pero claro, no se había dado cuenta.
-Bueno…-Empecé a decir- Cuéntame algo de ti-Ella me miró confundida- No sé a penas nada sobre ti.
-Creo que yo tampoco sé demasiado sobre mí- Hizo una mueca.
-Venga, tú sabes mucho más sobre mí que yo sobre ti, prácticamente lo has descubierto a la fuerza, como lo del árbol- Ambos reímos.
-Si te refieres a que si he escrito en un árbol el nombre de mis novios, no, no lo he hecho- Sonrió- Tampoco habría puesto muchos.
-¿Y eso?- Esperaba que no notara que estaba deseando saber cuántos novios había tenido y si le seguía gustando alguno.
-¿Es que quieres saber cuántos novios he tenido?- Encarnó una ceja.
-A lo mejor.
Ella sonrió.
-La verdad es que sólo he tenido uno- Sentí alivio y coraje a la vez, alivio porque sólo hubiera sido uno, pero coraje porque eso a lo mejor quería decir que era porque había sentido algo más que un capricho por él- Pero no me fue demasiado bien- Agachó la cabeza.
-¿Qué pasó?
-Era un capullo- Alzó la cabeza sonriendo. En cierto modo me alegré de oírla decir eso- Lo conoces.
-¿Ah, sí?- Le pregunté extrañado.
-Mark- Entonces me acordé del chico que estaba con los otros dos gilipollas en el parque, sentí una furia terrible.
-¿Estabas enamorada de él?
-No- Negó con la cabeza- Para nada, Clary salía con Joe y Mark era su mejor amigo, así que prácticamente salí con él por darle el gusto a Clary de que pudiéramos salir los cuatro en pareja- Se encogió de hombros- Luego me dejó- Sonrió- No sabes cuánto le agradezco que lo hiciera, si no me hubiera dejado él lo habría hecho yo.
-¿Y eso?
-Es que era tan…posesivo, era muy celoso, no quería que hablara con ningún chico pero él podía hablar con todas las chicas que quisiera- Suspiró- Después de romper conmigo me buscó y me puso en evidencia delante de todo el instituto- Su expresión se puso seria- ¿Sabes lo que es que alguien se suba a una mesa en la cafetería y te llame zorra delante de todo el instituto?- Me entraron unas ganas tremendas de matar a ese Mark- Creo que simplemente tuvo ese arranque de ira porque fui una de las pocas chicas del instituto que no quiso acostarse con él.
-Pues déjame decirte que si lo volviera a tener delante no tendría la misma suerte de la otra vez, no creo que lo dejara irse así como así- Selena sonrió- Créeme que no sabe lo que se perdió.
-No pasa nada, es un capullo.
-Lo sé- Ambos sonreímos.
-¿Y tú? ¿Todo han sido los nombres del árbol?
-Todos han sido tonteos- Rodé los ojos- Nada serio, eran mis “amigas” como yo las llamaba, pero hasta ahora no he encontrado a la chica perfecta para mí, la que me vuelva loco para decirle <<te quiero>>- Remarqué bastante <<hasta ahora>>.
Selena sonrió y apoyó su cabeza en mi pecho, yo agaché mi cabeza y la apoyé en la suya mientras inspiraba hondo, olía a fresas. Le solté la mano y la coloqué también en su cintura y ella se agarró a mi cuello. Admito que eso no era la forma en la que bailan dos amigos o dos conocidos, ¿qué éramos? Ni siquiera lo sabía. Pero si no se había retirado sería por algo, por un instante tuve un poco de esperanza.
-Selly…
Selena levantó la cabeza hacia mí sorprendida, creo que nadie le había llamado Selly nunca, todo el mundo le decía Sel, pero para mí ella era mi Selly. Me acerqué hasta ella hasta que nuestros rostros quedaron a unos milímetros de distancia.
-¡Eh, guapa!- Nos separamos de golpe y vimos a uno de los cazadores borracho- ¿Quieres bailar?- Le cogió la mano a Selena y ésta se soltó de un tirón.
-No- Dijo retirándose.
-Oh, vamos, nos lo pasaremos bien- Dijo acercándose. Instintivamente me puse en medio de su camino.
-Te ha dicho que no- Le repetí lentamente- Así que déjala- Mi voz sonó seria y autoritaria.
-No estoy hablando contigo machote- Intentó esquivarme- Vamos, mujer, bailemos.
-Te he dicho que la dejes- Le di un puñetazo en la cara haciendo que se cayera al suelo y que todo el mundo nos mirara.
-Alex- Selena me cogió del brazo- Déjalo, no vale la pena.
Steve se abrió paso entre la gente hasta nosotros.
-¿Se puede saber qué diantres pasa aquí?
-Como este tipo no se quite de mi vista lo mato- Contesté sin apartar mi vista del chico mientras veía como Kelley llegaba hasta nosotros cogida de la mano de un chico que me pareció reconocer, creo que se llamaba Lewis.
-Alex, es tu fiesta, ¿podrías no buscar pelea?- Steve hablaba en voz baja.
-Él no ha buscado pelea- Intervino Selena- Ha sido este estúpido el que ha venido buscándola.
-¡Tú!- Le señaló Kelley con el dedo- ¡Largo de aquí!
-Vamos, Kelley- Suplicó el chico.
-Venga, fuera de aquí- El chico, Lewis, lo cogió por el hombro y lo sacó de la fiesta.
-Ya está- Dijo Kelley satisfecha- ¡Bueno, que siga la fiesta!- Anunció alzando la voz. La música volvió a sonar, Steve se fue y cuando Lewis volvió se marchó con Kelley.
-La verdad es que no me apetece estar aquí- Le dije a Selena- ¿Vienes a la playa?
-¿A la playa?- Dijo ella abriendo los ojos como platos.
-Sí- Sonreí- Vamos a dar un paseo.
-¿Con esta ropa?- Dijo señalándose.
-¿Y qué más da?- Intenté convencerla, en realidad lo que quería era estar un rato a solas con ella.
-Es que Kelley se ha esforzado tanto por la fiesta…
-Kelley no se dará cuenta de que nos hemos ido, está muy…ocupada.
Selena sonrió.
-¿Qué me dices?- Insistí.
-Vale, vale, tú ganas.
-Vamos- La cogí de la mano y salimos fuera, fue realmente un acto involuntario, pero Selena no retiró la mano, cosa que me hizo sonreír.
-¡Alex!- Nos giramos y vimos Maddie en la puerta- ¿Dónde vas?
-No creo que sea asunto tuyo, Maddie- No quería sonar borde, pero no soportaba que me controlaran y menos ella que no era nada mío.
-¿Podemos hablar un momento?
Miré a Selena.
-Adelante, yo te espero aquí- Intentó sonreír, pero todo lo que le salió fue una mueca.
Solté la mano de Selena a disgusto y me acerqué a Maddie.
-¿Qué?- Pregunté.
-¿De verdad, Alex?- No sabía a lo que se refería- ¿Ella?- Dijo señalando con la mirada a Selena.
-¿Qué pasa con ella?- Empecé a ponerme alerta.
-¡Oh, por favor! ¿Qué es? ¿Tu próximo ligue?- No me gustó nada que se refiriera a Selena como un ligue.
-No la llames ligue- Intenté controlar mi voz.
-¿Qué?- Maddie parecía atónita- ¿Qué debo decir entonces? ¿Novia? ¿O es que vas a decirme que te has enamorado de ella?
-Maddie, no te ofendas pero ¿a ti qué mierda te importa?- Empezaba a perder los nervios.
-¡Por Dios! Alex, no es tu tipo.
-¿Y tú sí?
-¡Claro que sí! ¿No te acuerdas lo bien que lo pasamos los dos juntos hace cuatro años?
-Por esto lo pasé bien contigo precisamente Maddie- Ella me miró confundida- Porque eres muy fácil.
Maddie me miró llena de ira.
-¿Y ella no? ¡En realidad todas somos iguales, Alex!
-No, todas no- Inspiré hondo para tranquilizarme.
-Pero ¡mírala! Es tan bajita y tan poca cosa…
-Ella te da mil vueltas- Maddie me miró como si acabara de abofetearla. Me di media vuelta para irme.
-¡Alex!- Me paré en seco.
-¿Y ahora qué?
-¿Realmente la quieres?- Su tono de voz pasó de la ira al asombro.
-Sí.
-Vaya, el gran Alex Gregory, el chico que nunca se iba a enamorar de ninguna chica, mírenlo ahora.
-Adiós Maddie- Me di media vuelta y me dirigí hacia Selena que estaba apoyada en la pared de la casa, no sabía si había oído lo que había hablado con Maddie o no, deseaba que no.
-¿Todo bien?- Me preguntó cuando llegué.
-Sí- Intenté sonreír- Vamos.
Me monté en la moto, Selena se montó detrás y se agarró a mí.
Selena
No me había gustado nada esa tal Maddie, recordé la lista de nombres que había escrita en el árbol y ahí estaba, Alex y Maddie. Noté un retorcijón en la barriga, pero me obligué a tranquilizarme, Alex había preferido ir conmigo en vez de quedarse con ella, ¿o era que se sentía obligado ya que era él el que me lo había propuesto? No, Alex no era así.
Tardamos muy poco tiempo en llegar a la playa, Alex aparcó y nos bajamos. El agua estaba muy serena y la playa estaba desierta. Inspiré hondo el olor del mar que llegó acompañado del aroma de Alex. Miré al cielo, estaba un poco nublado, pero era casi imposible que lloviera, al fin y al cabo, era junio.
-Siempre me ha gustado mucho venir a la playa para descansar, cuando estaba muy agobiada con el instituto solía venir aquí y despejarme- Sonreí melancólica- ¿Cómo está Taylor?- Pregunté de pronto acordándome del soldadito.
-¿Qué?- Parecía confundido.
-Taylor- Sonreí- No quiso tomar el té con Lindsay.
Alex rió.
-Oh, Taylor- Sonrió- Muy bien, se ha lamentado cada día después de esa tarde por no haber tomado ese té- Dijo acercándose a mí, noté cómo se me cortaba la respiración- ¿Cómo te has acordado?
-Un sueño- Respondí encogiéndome de hombros.
-Oh, interesante- Sonrió.
Escuchamos un trueno y alzamos la vista a la vez que comenzaba a llover.
-¿Qué…?- Empecé a reírme mientras comenzaba a llover con más fuerza, Alex se unió a mi risa.
-¿Alguna vez ha bailado usted bajo la lluvia, señorita?
-¿Qué? No- Sonreí.
-¿Me concede este baile?- Dijo haciendo una reverencia.
-Claro- Contesté haciendo otra reverencia.
Comenzamos a bailar sin ningún ritmo, simplemente haciendo un poco el tonto y riendo. Hacía mucho tiempo que no me reía tanto.
-Bueno, ya no pierdo nada- Dijo Alex.
-¿Qué?- No le entendía.
Alex se quitó la chaqueta, la corbata y la camisa, me quedé boquiabierta mirándolo. Luego se dirigió al agua y se zambulló. Empecé a reírme mientras él me hacía señas desde el agua y yo corría hasta la orilla.
-¡Estás loco!- Le grité riendo.
-¡Ven!- Gritó.
-¡¿Qué?! ¡No, ni loca!
Alex golpeó con los puños el agua haciéndose el enfadado. Luego salió del agua.
-Vale, ya me has arruinado el cumpleaños.
-Sí, seguro- Dije sarcástica.
Cuando Alex llegó a mi lado me cogió en brazos y empezó a meterse en el agua.
-¡¿Qué?! ¡Alex bájame!
-Está bien- Fue a soltarme en el agua y me agarré con más fuerza a su cuello.
-¡No! ¡No me sueltes!
-¿En qué quedamos?- Dijo riendo.
-¡Bájame en la arena!
-Lo siento, eso no está dentro del menú- Sonrió- Una…-Empezó a balancearme.
-¡No!
-Dos…
-¡Alex!
-¡Tres!- Me tiró al agua y empezó a reírse.
-¡Está helada!- Dije tiritando- ¡Te voy a matar!- Dije al ver que estaba riéndose a pulmón vivo.
Alex empezó a correr riendo y yo le seguí riendo también. Se giró de golpe, choqué con él y caímos al suelo los dos riendo.
-Esto de estar en el suelo empieza a ser algo matutino- Dijo entre risas.
-Eres tonto, ahora estoy empapada- Dije sonriendo.
-Pero si estaba lloviendo, de todas maneras te estabas mojando.
Le di un golpecito cariñoso en el hombro y nos levantamos. Me puse debajo de las chapas de un chiringuito y Alex vino conmigo.
-¿Y tu camisa?- Pregunté cuando llegó a mi lado.
Ambos miramos a la orilla y vimos cómo las olas se la llevaban mar adentro, empecé a reírme sin parar y Alex me acorraló contra la pared poniendo ambas manos a ambos lados de mi cara.
-No te rías de mí- Dijo sonriendo.
Dejé de reír, no precisamente porque él me lo dijera, sino porque me volvía a poner nerviosa de tenerlo tan cerca. Pude ver cómo la lluvia iba cesando hasta que finalmente paró completamente.
-No lo niegues- Dijo de pronto- Te gusto ¿verdad?
Noté cómo me sonrojaba, pero no iba a darle el gusto de verme nerviosa.
-¡Já! Te odio- Dije sonriendo.
-Bueno, el amor y el odio caminan de la mano ¿no?- Dijo acercándose más a mí, noté cómo me flaqueaban las piernas, tenía que reaccionar.
Me agaché y pasé por debajo del brazo de Alex mientras comenzaba a andar. Entonces noté que su mano tiraba de mí para darme la vuelta, y al girarme me encontré con sus labios sobre los míos. Al principio me quedé sorprendida. Alex colocó una mano en mi nuca y la otra en mi cintura y siguió besándome. Yo me agarré a su cuello con fuerza. Era un beso apasionado y a la vez dulce. Se me olvidó todo lo demás, en mi cabeza sólo existía Alex. Alex me apretó más contra sí y yo tiré de él más hacia mí. Notaba que empezaba a hacerme falta el aire, pero no me importaba. Jamás me había sentido así besando a Mark, era como si un montón de descargas eléctricas recorrieran mi cuerpo. Una parte de mí sabía que eso no debería estar pasando, que no debería estar besando a Alex, pero la otra parte de mí no podía separarse de él. Nos separamos cuando nos fue imprescindible respirar, jadeando, pero Alex mantuvo su frente pegada a la mía.
-No sabes el tiempo que llevo esperando hacer esto- Dijo cuando hubo recuperado el aliento.
-¿Qué pasa?- Dije retirándome a la vez que me daba cuenta del terrible error que acababa de cometer- ¿Qué? ¿Te hace ilusión ir a poner mi nombre en tu preciado árbol?- Genial Selena, ya eres otra tonta más que añadir a la lista.
-¿Qué?- Me miró como si acabara de decir la cosa más estúpida del mundo- ¡No! Claro que no.
-Entonces, ¿por qué has besado a la niñata?- Dije encarnando una ceja.
-Porque me tiene loquito, porque no puedo dejar de pensar en ella día y noche- Noté como me sonrojaba, pero no podía ceder tan facilmente.
-Pues quizás deberías olvidarte de mí ¿no?- No pensaba ser su juguetito.
-Selena- Dijo medio sonriendo- Pedirle a mi cabeza que deje de pensar en ti es como pedirle a mi corazón que deje de latir.
-¿Por qué?- Mi voz apenas fue un susurro.
-Porque…-Alex me puso una mano en la cara, quise retirarme, pero no lo hice- Porque tú no eres como nadie que haya conocido jamás, porque creo que al principio no te soportaba por eso mismo, porque tú no eras como las demás que estaban todo el día detrás de mí y hacían todo lo que les pedía, al revés, prácticamente me mataste- Sonrió- Porque esta niñata se ha colado en mi corazón como nunca antes nadie lo había hecho, me has hecho creer en algo nuevo, me has hecho conocer un nuevo sentimiento…-Se interrumpió- Estoy enamorado de ti- Sentí cómo el aire se esfumaba de mis pulmones, ¿qué había dicho?- Te quiero.
-¿Qué?- Dije en un hilo de voz.
-Te quiero- Volvió a repetir. Me quedé helada, no sabía qué decir, bueno sí, en realidad sí sabía lo que quería decir, pero no me salían las palabras- Ahora sería un buen momento para decir algo ¿no crees? Nunca le había dicho esto a nadie- Sonrió nervioso.
En vez de decir nada, me acerqué a él, me puse de puntillas y le besé de nuevo. Noté cómo Alex sonreía contra mi boca. De pronto sonó un trueno y ambos miramos hacia el cielo mientras comenzaba a llover de nuevo. Alex me miró y me besó, me cogió en brazos y me sentó en el bordillo del muro para que quedara a la altura de su cara. El agua seguía cayendo con fuerza sobre nosotros y me dificultaba la respiración, pero ahora todo mi aire era él. No era un beso para nada dulce, al contrario, era un beso desesperado y salvaje. Nos retiramos para respirar y Alex me besó en el cuello, sentí la piel arderme al rojo vivo a pesar de la lluvia. Alex acercó de nuevo su cara a la mía y me dio un beso largo y tierno.
-Te quiero- Dijo cuando nos separamos.
-Yo también- Le contesté. Alex sonrió y me abrazó con fuerza mientras me levantaba del muro y me ponía de nuevo en la arena- He querido luchar contra este sentimiento, pero no puedo- Apoyé mi frente en la suya- No quiero sufrir.
-No lo harás, te quiero con toda mi alma, jamás te haría daño- Dijo abrazándome.
-Me refiero a que tú siempre has estado constantemente cambiando de chica y Maddie estaba allí y…
-Eh, eh, eh- Alex me acunó el rostro entre sus manos y me miró a los ojos- Maddie es sólo una vieja amiga del pasado, además, antes no estaba enamorado- Sonrió- Simplemente vivía la vida loca- Ambos reímos- Una chica como tú es imposible de encontrar- Dijo recordando la frase de “Fall for you”- Pero yo la he encontrado y no pienso dejarla ir- Me puse de puntillas y le di un beso en la nariz- No me hagas sufrir tú a mí tampoco.
-¿Qué? ¡Claro que no!- Dije abrazándolo.
Estuvimos un rato más en la playa, abrazados, hablando y riéndonos. En ese momento no me importaba nada más, podía decir que mi felicidad era casi completa. Estaba con Alex, me había besado y me había dicho que me quería, ¿qué más podía pedir? De pronto pensé en Clary, cómo me gustaría poder hablar con ella para contarle todo lo que acababa de pasar, parece que la estaba escuchando <<¡¡¡¿¿¿Qué???!!! ¡Cuéntamelo todo con todos los detalles! ¡No te saltes nada!>>. Sonreí ante ese pensamiento.
-Será mejor que nos vayamos yendo ya ¿no?- Dije mirando el cielo que empezaba a clarear. Alex estaba sentado en la arena y yo estaba sentada en su regazo con mi espalda apoyada contra su pecho a la vez que él me abrazaba.
-Sí- Me dio un beso en la cabeza y nos levantamos.
-Kelley se va a poner como una fiera cuando se entere que nos marchamos sin decir nada- Sonreí.
-Habrá que averiguarlo.
Nos montamos en la moto y pusimos rumbo a la casa. Llegamos en cuestión de minutos. Fuimos al garaje pero ya no había nadie allí, cosa que me pareció extraña, ¿tan pronto había acabado la fiesta? ¿O es que nosotros llevábamos fuera más tiempo del que pensábamos?
-¿Tanto tiempo llevamos fuera?- Dije mirando a Alex.
-Eso parece…-Aunque no sonaba muy convencido- Vamos- Me cogió de la mano y nos dirigimos a la casa. Cuando entramos lo encontramos todo muy silencioso y oscuro- ¡Steve!- Alex encendió las luces- ¡Kelley!- Nadie contestó.
-Esto es muy raro- Miré a un lado y a otro.
-Ponte detrás de mí- Dijo mientras me colocaba detrás suya con una mano.
-Oh, vamos, Alex…
-Sch- Dijo mientras abría el cajón de la mesa y sacaba una pistola- No hagas ruido.
Empezamos a subir las escaleras mientras Alex apuntaba en todo momento al frente con el arma. Abrió las puertas y miró dentro de las habitaciones, pero no encontró nada fuera de lo normal. Se supondría que debería estar muerta de miedo, pero no lo estaba, no me preguntéis por qué, porque ni yo misma lo sé.
Cuando ya habíamos recorrido toda la casa de arriba abajo nos dirigimos a la única habitación que nos quedaba por mirar, la mía. Alex me miró y luego, muy lentamente giró el pomo de la puerta. Estaba preparada para escuchar un disparo o a alguien gritando o atacándonos, pero cuando la puerta se abrió en el interior no había nada.
-Genial- Dijo Alex irónicamente mientras bajaba el arma y encendía la luz de mi cuarto.
-Vaya, parece como si quisieras que hubiera entrado alguien- Pasé por delante de él y entré en la habitación.
-Hubiera habido más acción- Dijo encogiéndose de hombros.
Entonces algo llamó mi atención, encima de la mesita de noche había una especie de nota. Me acerqué y la cogí.
-¿Qué pasa?- Preguntó acercándose a mí.
-Mira- Abrí la nota, era de Kelley- Es de Kelley.