Capítulo 18
Selena
Al día siguiente me despertó un rayo intenso de luz entrando por mi ventana. Me froté los ojos y me levanté. Oí unas voces en el piso de abajo, seguramente Kelley y Steve ya habían regresado. Antes de bajar, cogí unos jeans y un top y me di una ducha rápida. Bajé corriendo las escaleras y me encontré con Kelley y Steve sentados en dos sillas y Alex sentado en el sofá, cuando me vieron llegar, dejaron de hablar y me miraron.
-Hola- Fue todo lo que dije- ¿Habéis encontrado algo?
-Sí y no- Dijo Kelley.
-¿Qué quieres decir con eso?
-Hemos estado investigando si ha pasado algo raro en estos días por los alrededores- Empezó Steve- Pero no ha ocurrido nada que se salga de lo normal.
-Pero luego- Continuó Kelley- Hice unas llamadas a unos contactos y les expliqué lo que te ocurría, nadie sabía al principio nada de tu situación, pero entonces- Sonrió- La última llamada fue la clave, llamé a un viejo amigo mío que me contó que los únicos seres que son capaces de emitir ese sonido, y ahí viene lo bueno, son los ángeles- Me quedé de piedra- Claro, que nadie ha visto todavía ninguno, por lo que su teoría no es del todo fiable.
-Dice la verdad- Dije yo.
Alex me miró y agachó la cabeza.
-¿Qué?- Steve sonaba confuso- ¿Qué quieres decir…?
-¿No se lo has contado?- Le pregunté a Alex, sabía que era así pero quería comprobarlo.
-No he tenido la ocasión- Fue todo lo que dijo.
-Contarnos ¿qué?- Insistió Steve cada vez más ansioso por saber qué ocurría.
-Ayer salí un momento…
-¡¿Qué saliste?!- La voz de Steve retumbó en toda la habitación- Alex ¿cómo has…?
-No fue culpa suya- Le interrumpí y Alex me miró confundido- Quería despejarme un poco y salí a dar una vuelta y…bueno, me encontré con una de ellos.
El color de las mejillas de Kelley desapareció por completo y los ojos de Steve parecían a punto de salirse de sus órbitas.
-Logré escapar, no sabe donde estoy, pero antes de huir me di cuenta de que eran ángeles.
-No lo entiendo- Dijo Kelley tras unos segundos de silencio- ¿Por qué lo entendiste?
-Eh…-¿Y ahora qué decía?- No sé, simplemente lo entendí, era como si una parte de mí siempre lo hubiera sabido y ahora tenía la respuesta delante de mí.
-No lo sé, Selena- Steve no se lo creía.
-Estoy diciendo la verdad- Me mantuve firme- Me habéis mantenido aquí encerrada y no he podido hacer nada y sabéis- Miré a Alex- Que si no estuviera segura de esto no lo diría.
Se hizo un silencio.
-Yo la creo- Alex rompió el silencio- Sé que dice la verdad- Me miró y yo le devolví la mirada completamente perpleja.
-¿Qué? Alex ¿cómo sabes que es verdad? ¿Es que tú también estabas con ella?- Preguntó Steve.
-No, pero sé que dice la verdad, simplemente lo sé.
-Yo también la creo- Intervino Kelley sonriéndome- ¿Qué ganaría ella diciéndonos algo que es mentira, Steve?
-No es porque no me fie de ella, es porque los ángeles sencillamente no existen- Los ángeles no existen, lo mismo que había dicho Alex la noche anterior.
-¿Cómo estás tan seguro?- Contraatacó Kelley. Steve se quedó callado.
-Está bien- Dijo tras un momento de silencio- Suponiendo que eso fuera verdad, ¿por qué tendrían unos ángeles tanto empeño en verte muerta?- Sentí un escalofrío- ¿No se supone que son buenos y angelicales?
-No si son ángeles caídos- Contestó Alex.
-Claro…-Murmuró Kelley más para sí que para los demás- ¿Me perdonáis un momento?- Dijo poniéndose en pie- Tengo que hacer una llamada- Dicho esto salió de la casa.
-¿Ángeles caídos?- Steve parecía a punto de un ataque de risa- Alex ¿tú te estás oyendo? ¿Estás hablando de demonios?
-No- Alex sonrió burlonamente- Demonios es otro concepto inventado por personas que estaban aburridas y que no tenían nada que hacer con su vida.
-¿Y qué se supone que vamos a hacer ahora?- Steve hizo caso omiso de su comentario.
-No sabemos donde están, no sabemos quiénes son, no sabemos por qué quieren a Selena…-Empezó a enumerar Alex- Yo diría que podemos hacer poco.
-Puedo hacer de cebo- Propuse y en cuanto lo dije me di cuenta de lo estúpido que sonó.
-¿Qué? ¿Estás loca?- Alex me miraba como si acabara de decirle que se desnudara, no, vale, si le hubiera dicho eso habría puesto otra cara- ¿Cómo que de cebo? ¿Qué pretendes? ¿Ir y decirles “¡Eh! Ya estoy aquí. Servicio a domicilio”?
-Lo sé, es estúpido- Admití. En ese momento entró Kelley.
-¿A quién has llamado? ¿Va todo bien?- Preguntó Steve.
-Sí, todo bien, no era nada- Kelley sonrió- En fin, supongo que deberíamos esperar un poco más hasta que averigüemos más cosas.
-Sí, puede que tengas razón- Steve asintió.
-Sel- Kelley me miró- ¿Puedo hablar contigo un momento?
-Eh, sí, claro.
Kelley y yo salimos fuera de la casa, Kelley cerró la puerta y se aseguró de que nadie nos oía, luego me cogió del brazo y me alejó un poco de la casa.
-Kelley ¿qué pasa?
-Sch- Me hizo callar, luego miró hacia atrás asegurándose de que ni Alex ni Steve nos estaban espiando- Verás, es que quería comentarte algo.
-¿Qué?- Encarné una ceja. Kelley había usado el mismo tono de voz que usaba Clary cuando quería algo.
-Pues…mañana voy a dar una fiesta.
-¡¿Qué?!- Kelley me tapó la mano con la boca.
-Sch, no grites- Me quitó la mano de la boca.
-¿Se te ha ido la cabeza? ¿Cómo que una fiesta?- ¿Es que pensaba dar una fiesta donde el tema fuera “Tenemos a la chica que quieren matar los ángeles, pase libre”?- ¿No has visto el follón que tenemos?
-Sí, pero será una fiesta pequeña, una fiestecita de nada.
-Sí, claro, Kelley creo que te has tomado algo que no te ha sentado muy bien…
-Ni siquiera sabes el motivo de la fiesta- Puso los brazos en jarra- La fiesta es para Alex.
-¿Qué?- La miré atónita- ¿Para Alex? ¿Por qué?
-Una palabra- Dijo levantando un dedo- Cumpleaños.
-¿Es el cumpleaños de Alex?- Cada vez estaba más atónita.
-Sí- Sonrió.
-Mira, no creo que a Alex le haga mucha gracia una fiesta ahora mismo con todo el jaleo que tene…
-Ay, Sel, no seas aguafiestas- Hizo pucheritos- Este no es un cumpleaños cualquiera- Ya lo sé, es de Alex- Cuando se cumplen 20 años, para nosotros, los cazadores, es como para ti cumplir los 18.
-¿Quieres decir mayoría de edad?
-No exactamente- Hizo una mueca- Digamos que es como…que se le considera como un adulto, a ti cuando tengas 18 años te seguirán viendo en realidad como una adolescente, pero cuando cumplimos los 20 es como si dejáramos atrás definitivamente la etapa adolescente para entrar en la etapa adulta, no sé si me he explicado bien.
-Pues yo creo que Alex seguirá siendo siempre un niño, no creo ni que haya llegado aún a la etapa adolescente- Reí y Kelley sonrió.
-¿Entonces qué me dices?- Puso ojitos de cachorrito- ¿Me ayudarás a dar la fiesta?
-Kelley…
-Por favor, por favor, por favor.
-Vale- Desistí al fin.
-¡Ah!- Me abrazó con tanta fuerza que casi me deja sin aliento- ¡Muchas gracias!- Luego se retiró- No le puedes decir nada ni a Alex ni a Steve ¿vale?
-Está bien.
-Bueno, entonces ahora tú y yo vamos a ir de compras.
-Ah, no, eso sí que no, Kelley ¿Sabes la que se podría armar si nos ven?
-No nos verán, tranquila.
-¿Para qué tenemos que ir de compras?- Realmente Kelley me recordaba en esos momentos a Clary.
-Las fiestas que nosotros celebramos no son como las que tú estás acostumbrada a ver.
-¿Qué quieres decir con eso?- No sabía si quería saber la respuesta.
-Ya lo verás- Sonrió.
Después de entrar a la casa y de que Kelley hablara con Steve para decirle que ambas íbamos a salir –no sé qué excusa pondría, pero tampoco iba a preguntárselo, era más feliz sin saberlo- cogimos el coche de Steve y pusimos rumbo a la ciudad.
-Me parece interesante- Dijo Kelley.
-¿El qué?
-La forma en que Alex te mira- Noté cómo me sonrojaba.
-No sé a qué te refieres- Desvié mi vista hacia la ventanilla.
-Puede que no, pero yo sí- Notaba cierta “alegría” en su voz- Lo había visto hablar con muchas chicas y salir con ellas pero jamás, jamás, le había visto mirar a ninguna de ellas como te mira a ti.
La miré.
-Entre Alex y yo no hay nada- ¿Es que pensaba que estábamos saliendo o algo así? Noté un montón de mariposas en el estómago sólo de pensarlo.
-Ya lo sé- Se encogió de hombros- Sólo digo que lo noto distinto, tú no te das cuenta porque no le conoces desde siempre, pero yo sí, siempre ha sido tan…-Se quedó unos segundos pensando la palabra apropiada- Tan pasota, todo lo daba igual y ahora de pronto, es como si una luz se hubiera encendido en esa cabeza hueca- Ambas reímos.
-Sea lo que sea lo que le ocurre estoy segura de que no es por mí- Era triste, pero era la verdad.
Kelley no comentó nada, pero sonrió, fue una sonrisa socarrona, como si no se creyera lo que acababa de decir.
-¿Y dónde vas a dar la fiesta?- Cambié de tema.
-En el garaje de la casa, es bastante amplio y Steve y Alex casi nunca entran allí así que no sospecharán nada.
Estuvimos toda la tarde de compras, era increíble el ritmo que tenía para comprar, si antes pensaba que Clary era la persona que más adoraba ir de tiendas estaba completamente equivocada, Kelley la superaba sin ninguna duda. Había comprado un montón de cosas que no sabía realmente lo que era, pero que ella parecía familiarizada con ellas como si las hubiera visto todos los días. Kelley parecía una niña chica con una muñeca nueva cada vez que entraba en una tienda nueva, se le iluminaban los ojos y sonreía –cosa que hacía que me diera un poco de miedo-.
-Kelley, ¿no crees que ya has comprado suficientes cosas para la fiesta?
-Para la fiesta sí- Iba caminando con paso ligero, no sabía cómo podía mantener el ritmo, yo sentía que me ardían los pies- Pero ahora toca la ropa.
-¿La ropa? ¿Qué ropa?
-Te dije que la fiesta no es como las que estás acostumbrada a ver- Sonrió.
-Pero aún así…
-¿Quién es la experta aquí? Yo ¿verdad? Pues entonces sígueme y calla.
Cuando llegamos a la casa, sacamos todas las bolsas del maletero. No podía creerme todo lo que había comprado Kelley y tampoco podía creerme la ropa que había comprado, jamás de los jamases me había puesto un tipo de ropa así y de no ser por la testarudez de Kelley, no habría accedido a comprarme algo así. Miré el cielo, estaba anocheciendo, ¿cuántas horas habíamos estado comprando? No quise ni pensarlo.
-Entra primero y asegúrate de que no haya nadie- Me dijo Kelley- Y si hay alguien, entretenle mientras yo paso sin que me vea.
-Está bien- Entré en la casa y miré a un lado y a otro, en el salón no había nadie pero cuando miré en la cocina vi a Alex- ¡Hola!- Dije acercándome a él, Alex me miró con cara rara.
-Eh…hola- Dijo un poco extrañado- ¿Y esa alegría?
-No sé, Kelley me la ha pegado, es muy alegre ¿Sabes?
-Sí, eso parece- Miré de reojo por la ventana y vi cómo Kelley se acercaba a la puerta con un montón de bolsas, me puse detrás de Alex obligándolo a que se diera la vuelta para que Kelley pudiera entrar sin que él la viera.
-Y… ¿Qué haces?- No sabía qué decir.
-Comer- Me señaló la manzana que tenía en la mano- ¿Ves? Intento comer sano, como tú dijiste- Sonrió y por un momento pensé que me iba a desmayar.
-Qué bien- Intenté sonar alegre, pero mi voz apenas fue audible- Y… ¿qué has hecho hoy?
Alex me miró extrañado.
-Pues nada especial- Le dio un bocado a la manzana y yo le hice un gesto disimulado a Kelley para que pasara, ésta entró con las manos llenas de bolsas y una en la boca- He arreglado mi moto que no andaba del todo bien, ¿y vosotras? Habéis tardado mucho.
Alex se dispuso a dar media vuelta, pero le agarré del hombro y le giré de nuevo, él me miró un poco confundido.
-Ya, bueno, hemos ido a pasear y con Kelley el tiempo se pasa volando- Miré por encima del hombro de Alex y vi cómo Kelley subía las escaleras con mucho cuidado- ¿Está buena la manzana?- O Kelley se daba prisa o me quedaría sin argumentos.
-Eh…sí- Me miró entrecerrando los ojos- ¿Estás bien?
-¿Yo?- Vi cómo Kelley desaparecía en la escalera- Claro, ¿por qué no iba a estar bien?
-No sé- Le dio otro mordisco a la manzana- Estás rara- Kelley bajó las escaleras sigilosamente, salió a la calle y cerró la puerta con cuidado.
-Bueno, yo soy rara ¿no?- Sonreí, lo habíamos conseguido.
Kelley abrió la puerta y entró sonriente.
-Hola- Saludó- ¿Me he perdido algo?- Sonrió.
-Vosotras dos estáis muy raras- Dijo señalándonos- Os dejo con vuestra rareza- Luego se fue.
-Uff…-Me apoyé contra la mesa- Por qué poco.
-Ya, pero ha salido bien- Sonrió- Me voy a preparar el garaje.
-¿Quieres que te ayude?
-No, no quiero que Alex sospeche nada.
-Está bien- Sonreí.
-Bueno, hasta mañana- Me dio un beso en la mejilla y salió corriendo por la puerta.
-Está como una cabra-Cogí una manzana y subí a mi habitación y me tendí en la cama.
Me dolían los pies de tanto andar y tenía mucho sueño. Esa tarde había pensado mucho en Clary, ¿estaría bien? ¿Le habría hecho algo el muy desgraciado de Adrian? Lo único que quería en ese momento era tenerlo frente a frente y cargármelo. Me asomé a la ventana y miré las estrellas.
-All you have to do is call my name, no matter how close or far away, ask me once and I’ll come, I’ll come running- Empecé a cantar “Right here”, la canción que había incluido Clary en el CD que me regaló por mi décimo cumpleaños- And when I can’t be with you dream me near, keep me in your heart and I’ll appear, all you have to do is turn around, close your eyes, look inside, I’m right here- Noté cómo me escocían los ojos, respire hondo y luché por no llorar, no serviría de nada.
Me tendí en la cama, necesitaba pensar y creer que Clary estaba bien y a salvo, aunque hubiera pocas probabilidades de que fuera así. Decidí pensar en otra cosa que me mantuviera alejados los pensamientos de Clary. Cerré los ojos y la primera imagen que vino a mi mente fue la de Alex, en otro momento habría hecho todo lo posible por no pensar en él, pero ahora ya me daba igual. Había ayudado a Kelley a preparar una fiesta para él y me había comprado ropa especialmente para esa fiesta, sí, ya lo sé, me había dado fuerte. Pero ya ¿qué más daba? ¿A quién quería engañar fingiendo que no estaba enamorada de Alex? ¿A mí misma? Pues no estaba funcionando.
Kelley
Había estado trabajando toda la noche y toda la mañana para arreglar el garaje y ponerlo decente, también había llamado a las personas para que vinieran a la fiesta. Cuando hube acabado mi labor la observé triunfante, había quedado maravillosamente bien, y no es porque lo hubiera hecho yo. Miré el reloj de mi móvil, las cuatro de la tarde, tendría que empezar a arreglarme para estar lista a tiempo para la fiesta. Salí del garaje y me topé con Steve.
-Steve…-Dije sorprendida.
-¿Qué hacías en el garaje, Kells?
-Eh…nada- Intenté excusarme- Sólo…te estaba buscando.
-¿Qué me estabas buscando?- Me miró extrañado.
-Sí, quería hablar contigo- Mentí.
-¿De qué?- Se cruzó de brazos, mi padre me conocía muy bien, no me podría salir con la mía mucho tiempo más.
-¡Anda!- Dije haciéndome la despistada- ¡Qué cabeza la mía! Tengo que ir a felicitar a Alex ¿no es hoy su cumpleaños?- Pasé por su lado dispuesta a irme.
-Kelley- Me paré de golpe- Mírame.
Me di la vuelta muy lentamente.
-¿Qué estabas haciendo en el garaje? Y dime la verdad.
-Pero si es que no estaba haciendo nada…-Hice pucheritos-…malo- Añadí en voz baja.
-Kelley te conozco muy bien, tú ¿no le habrás organizado una fiesta a Alex, verdad?- Me miró con los ojos entrecerrados.
-¿Qué?- Reí- ¡Claro que no! ¿Cómo se te ocurre? ¡Qué tontería!
-Está bien, si no estabas haciendo nada no te importará que eche un vistazo ¿Verdad?
-¡No!- Dije poniéndome en su camino.
Steve se cruzó de brazos y me miró.
-Ay, vale, sí, le he hecho una fiesta.
-¡Kelley Gregory!- Ya empezábamos- ¡¿Qué diablos te pasa a ti por la cabeza?! ¡¿Es que no sabes todo lo que está pasando?! ¡¿Cómo se te ocurre hacer una fiesta?!
-Pero Steve, cumple 20 años- Me defendí.
-¡¿Y qué?! ¡Kelley nos estás poniendo en peligro a todos!
-Lo siento- Tomé el camino de la disculpa, era el más fácil cuando se trataba de Steve- Lo siento mucho papi- Hacía años que no llamaba ‘’papi’’ a Steve.
En ese momento salieron Alex y Selena.
-¡Hey, hey, hey! ¿Qué son esos gritos?- Preguntó Alex.
Miré con cara de cachorrito a Steve para que no diga nada.
-Nada, uno de los berrinches de Kelley- Dijo suspirando.
-Pues será mejor que no te den tantos berrinches- Me dijo Selena entendiendo lo que realmente pasaba ahí, yo le hice burla y le sonreí.
-Si eres una pequeñaja- Alex me despeinó.
-¡Ay, ya, Alex!- Me quejé arreglándome el pelo.
-Bueno, me voy a duchar- Alex se dio media vuelta y se metió en la casa.
-Gracias- Dije abrazando a mi padre.
-De nada, supongo que ya no puedo hacer nada para quitarte esa idea de la fiesta de la cabeza.
-No- Sonreí.
Selena
Al día siguiente me despertó un rayo intenso de luz entrando por mi ventana. Me froté los ojos y me levanté. Oí unas voces en el piso de abajo, seguramente Kelley y Steve ya habían regresado. Antes de bajar, cogí unos jeans y un top y me di una ducha rápida. Bajé corriendo las escaleras y me encontré con Kelley y Steve sentados en dos sillas y Alex sentado en el sofá, cuando me vieron llegar, dejaron de hablar y me miraron.
-Hola- Fue todo lo que dije- ¿Habéis encontrado algo?
-Sí y no- Dijo Kelley.
-¿Qué quieres decir con eso?
-Hemos estado investigando si ha pasado algo raro en estos días por los alrededores- Empezó Steve- Pero no ha ocurrido nada que se salga de lo normal.
-Pero luego- Continuó Kelley- Hice unas llamadas a unos contactos y les expliqué lo que te ocurría, nadie sabía al principio nada de tu situación, pero entonces- Sonrió- La última llamada fue la clave, llamé a un viejo amigo mío que me contó que los únicos seres que son capaces de emitir ese sonido, y ahí viene lo bueno, son los ángeles- Me quedé de piedra- Claro, que nadie ha visto todavía ninguno, por lo que su teoría no es del todo fiable.
-Dice la verdad- Dije yo.
Alex me miró y agachó la cabeza.
-¿Qué?- Steve sonaba confuso- ¿Qué quieres decir…?
-¿No se lo has contado?- Le pregunté a Alex, sabía que era así pero quería comprobarlo.
-No he tenido la ocasión- Fue todo lo que dijo.
-Contarnos ¿qué?- Insistió Steve cada vez más ansioso por saber qué ocurría.
-Ayer salí un momento…
-¡¿Qué saliste?!- La voz de Steve retumbó en toda la habitación- Alex ¿cómo has…?
-No fue culpa suya- Le interrumpí y Alex me miró confundido- Quería despejarme un poco y salí a dar una vuelta y…bueno, me encontré con una de ellos.
El color de las mejillas de Kelley desapareció por completo y los ojos de Steve parecían a punto de salirse de sus órbitas.
-Logré escapar, no sabe donde estoy, pero antes de huir me di cuenta de que eran ángeles.
-No lo entiendo- Dijo Kelley tras unos segundos de silencio- ¿Por qué lo entendiste?
-Eh…-¿Y ahora qué decía?- No sé, simplemente lo entendí, era como si una parte de mí siempre lo hubiera sabido y ahora tenía la respuesta delante de mí.
-No lo sé, Selena- Steve no se lo creía.
-Estoy diciendo la verdad- Me mantuve firme- Me habéis mantenido aquí encerrada y no he podido hacer nada y sabéis- Miré a Alex- Que si no estuviera segura de esto no lo diría.
Se hizo un silencio.
-Yo la creo- Alex rompió el silencio- Sé que dice la verdad- Me miró y yo le devolví la mirada completamente perpleja.
-¿Qué? Alex ¿cómo sabes que es verdad? ¿Es que tú también estabas con ella?- Preguntó Steve.
-No, pero sé que dice la verdad, simplemente lo sé.
-Yo también la creo- Intervino Kelley sonriéndome- ¿Qué ganaría ella diciéndonos algo que es mentira, Steve?
-No es porque no me fie de ella, es porque los ángeles sencillamente no existen- Los ángeles no existen, lo mismo que había dicho Alex la noche anterior.
-¿Cómo estás tan seguro?- Contraatacó Kelley. Steve se quedó callado.
-Está bien- Dijo tras un momento de silencio- Suponiendo que eso fuera verdad, ¿por qué tendrían unos ángeles tanto empeño en verte muerta?- Sentí un escalofrío- ¿No se supone que son buenos y angelicales?
-No si son ángeles caídos- Contestó Alex.
-Claro…-Murmuró Kelley más para sí que para los demás- ¿Me perdonáis un momento?- Dijo poniéndose en pie- Tengo que hacer una llamada- Dicho esto salió de la casa.
-¿Ángeles caídos?- Steve parecía a punto de un ataque de risa- Alex ¿tú te estás oyendo? ¿Estás hablando de demonios?
-No- Alex sonrió burlonamente- Demonios es otro concepto inventado por personas que estaban aburridas y que no tenían nada que hacer con su vida.
-¿Y qué se supone que vamos a hacer ahora?- Steve hizo caso omiso de su comentario.
-No sabemos donde están, no sabemos quiénes son, no sabemos por qué quieren a Selena…-Empezó a enumerar Alex- Yo diría que podemos hacer poco.
-Puedo hacer de cebo- Propuse y en cuanto lo dije me di cuenta de lo estúpido que sonó.
-¿Qué? ¿Estás loca?- Alex me miraba como si acabara de decirle que se desnudara, no, vale, si le hubiera dicho eso habría puesto otra cara- ¿Cómo que de cebo? ¿Qué pretendes? ¿Ir y decirles “¡Eh! Ya estoy aquí. Servicio a domicilio”?
-Lo sé, es estúpido- Admití. En ese momento entró Kelley.
-¿A quién has llamado? ¿Va todo bien?- Preguntó Steve.
-Sí, todo bien, no era nada- Kelley sonrió- En fin, supongo que deberíamos esperar un poco más hasta que averigüemos más cosas.
-Sí, puede que tengas razón- Steve asintió.
-Sel- Kelley me miró- ¿Puedo hablar contigo un momento?
-Eh, sí, claro.
Kelley y yo salimos fuera de la casa, Kelley cerró la puerta y se aseguró de que nadie nos oía, luego me cogió del brazo y me alejó un poco de la casa.
-Kelley ¿qué pasa?
-Sch- Me hizo callar, luego miró hacia atrás asegurándose de que ni Alex ni Steve nos estaban espiando- Verás, es que quería comentarte algo.
-¿Qué?- Encarné una ceja. Kelley había usado el mismo tono de voz que usaba Clary cuando quería algo.
-Pues…mañana voy a dar una fiesta.
-¡¿Qué?!- Kelley me tapó la mano con la boca.
-Sch, no grites- Me quitó la mano de la boca.
-¿Se te ha ido la cabeza? ¿Cómo que una fiesta?- ¿Es que pensaba dar una fiesta donde el tema fuera “Tenemos a la chica que quieren matar los ángeles, pase libre”?- ¿No has visto el follón que tenemos?
-Sí, pero será una fiesta pequeña, una fiestecita de nada.
-Sí, claro, Kelley creo que te has tomado algo que no te ha sentado muy bien…
-Ni siquiera sabes el motivo de la fiesta- Puso los brazos en jarra- La fiesta es para Alex.
-¿Qué?- La miré atónita- ¿Para Alex? ¿Por qué?
-Una palabra- Dijo levantando un dedo- Cumpleaños.
-¿Es el cumpleaños de Alex?- Cada vez estaba más atónita.
-Sí- Sonrió.
-Mira, no creo que a Alex le haga mucha gracia una fiesta ahora mismo con todo el jaleo que tene…
-Ay, Sel, no seas aguafiestas- Hizo pucheritos- Este no es un cumpleaños cualquiera- Ya lo sé, es de Alex- Cuando se cumplen 20 años, para nosotros, los cazadores, es como para ti cumplir los 18.
-¿Quieres decir mayoría de edad?
-No exactamente- Hizo una mueca- Digamos que es como…que se le considera como un adulto, a ti cuando tengas 18 años te seguirán viendo en realidad como una adolescente, pero cuando cumplimos los 20 es como si dejáramos atrás definitivamente la etapa adolescente para entrar en la etapa adulta, no sé si me he explicado bien.
-Pues yo creo que Alex seguirá siendo siempre un niño, no creo ni que haya llegado aún a la etapa adolescente- Reí y Kelley sonrió.
-¿Entonces qué me dices?- Puso ojitos de cachorrito- ¿Me ayudarás a dar la fiesta?
-Kelley…
-Por favor, por favor, por favor.
-Vale- Desistí al fin.
-¡Ah!- Me abrazó con tanta fuerza que casi me deja sin aliento- ¡Muchas gracias!- Luego se retiró- No le puedes decir nada ni a Alex ni a Steve ¿vale?
-Está bien.
-Bueno, entonces ahora tú y yo vamos a ir de compras.
-Ah, no, eso sí que no, Kelley ¿Sabes la que se podría armar si nos ven?
-No nos verán, tranquila.
-¿Para qué tenemos que ir de compras?- Realmente Kelley me recordaba en esos momentos a Clary.
-Las fiestas que nosotros celebramos no son como las que tú estás acostumbrada a ver.
-¿Qué quieres decir con eso?- No sabía si quería saber la respuesta.
-Ya lo verás- Sonrió.
Después de entrar a la casa y de que Kelley hablara con Steve para decirle que ambas íbamos a salir –no sé qué excusa pondría, pero tampoco iba a preguntárselo, era más feliz sin saberlo- cogimos el coche de Steve y pusimos rumbo a la ciudad.
-Me parece interesante- Dijo Kelley.
-¿El qué?
-La forma en que Alex te mira- Noté cómo me sonrojaba.
-No sé a qué te refieres- Desvié mi vista hacia la ventanilla.
-Puede que no, pero yo sí- Notaba cierta “alegría” en su voz- Lo había visto hablar con muchas chicas y salir con ellas pero jamás, jamás, le había visto mirar a ninguna de ellas como te mira a ti.
La miré.
-Entre Alex y yo no hay nada- ¿Es que pensaba que estábamos saliendo o algo así? Noté un montón de mariposas en el estómago sólo de pensarlo.
-Ya lo sé- Se encogió de hombros- Sólo digo que lo noto distinto, tú no te das cuenta porque no le conoces desde siempre, pero yo sí, siempre ha sido tan…-Se quedó unos segundos pensando la palabra apropiada- Tan pasota, todo lo daba igual y ahora de pronto, es como si una luz se hubiera encendido en esa cabeza hueca- Ambas reímos.
-Sea lo que sea lo que le ocurre estoy segura de que no es por mí- Era triste, pero era la verdad.
Kelley no comentó nada, pero sonrió, fue una sonrisa socarrona, como si no se creyera lo que acababa de decir.
-¿Y dónde vas a dar la fiesta?- Cambié de tema.
-En el garaje de la casa, es bastante amplio y Steve y Alex casi nunca entran allí así que no sospecharán nada.
Estuvimos toda la tarde de compras, era increíble el ritmo que tenía para comprar, si antes pensaba que Clary era la persona que más adoraba ir de tiendas estaba completamente equivocada, Kelley la superaba sin ninguna duda. Había comprado un montón de cosas que no sabía realmente lo que era, pero que ella parecía familiarizada con ellas como si las hubiera visto todos los días. Kelley parecía una niña chica con una muñeca nueva cada vez que entraba en una tienda nueva, se le iluminaban los ojos y sonreía –cosa que hacía que me diera un poco de miedo-.
-Kelley, ¿no crees que ya has comprado suficientes cosas para la fiesta?
-Para la fiesta sí- Iba caminando con paso ligero, no sabía cómo podía mantener el ritmo, yo sentía que me ardían los pies- Pero ahora toca la ropa.
-¿La ropa? ¿Qué ropa?
-Te dije que la fiesta no es como las que estás acostumbrada a ver- Sonrió.
-Pero aún así…
-¿Quién es la experta aquí? Yo ¿verdad? Pues entonces sígueme y calla.
Cuando llegamos a la casa, sacamos todas las bolsas del maletero. No podía creerme todo lo que había comprado Kelley y tampoco podía creerme la ropa que había comprado, jamás de los jamases me había puesto un tipo de ropa así y de no ser por la testarudez de Kelley, no habría accedido a comprarme algo así. Miré el cielo, estaba anocheciendo, ¿cuántas horas habíamos estado comprando? No quise ni pensarlo.
-Entra primero y asegúrate de que no haya nadie- Me dijo Kelley- Y si hay alguien, entretenle mientras yo paso sin que me vea.
-Está bien- Entré en la casa y miré a un lado y a otro, en el salón no había nadie pero cuando miré en la cocina vi a Alex- ¡Hola!- Dije acercándome a él, Alex me miró con cara rara.
-Eh…hola- Dijo un poco extrañado- ¿Y esa alegría?
-No sé, Kelley me la ha pegado, es muy alegre ¿Sabes?
-Sí, eso parece- Miré de reojo por la ventana y vi cómo Kelley se acercaba a la puerta con un montón de bolsas, me puse detrás de Alex obligándolo a que se diera la vuelta para que Kelley pudiera entrar sin que él la viera.
-Y… ¿Qué haces?- No sabía qué decir.
-Comer- Me señaló la manzana que tenía en la mano- ¿Ves? Intento comer sano, como tú dijiste- Sonrió y por un momento pensé que me iba a desmayar.
-Qué bien- Intenté sonar alegre, pero mi voz apenas fue audible- Y… ¿qué has hecho hoy?
Alex me miró extrañado.
-Pues nada especial- Le dio un bocado a la manzana y yo le hice un gesto disimulado a Kelley para que pasara, ésta entró con las manos llenas de bolsas y una en la boca- He arreglado mi moto que no andaba del todo bien, ¿y vosotras? Habéis tardado mucho.
Alex se dispuso a dar media vuelta, pero le agarré del hombro y le giré de nuevo, él me miró un poco confundido.
-Ya, bueno, hemos ido a pasear y con Kelley el tiempo se pasa volando- Miré por encima del hombro de Alex y vi cómo Kelley subía las escaleras con mucho cuidado- ¿Está buena la manzana?- O Kelley se daba prisa o me quedaría sin argumentos.
-Eh…sí- Me miró entrecerrando los ojos- ¿Estás bien?
-¿Yo?- Vi cómo Kelley desaparecía en la escalera- Claro, ¿por qué no iba a estar bien?
-No sé- Le dio otro mordisco a la manzana- Estás rara- Kelley bajó las escaleras sigilosamente, salió a la calle y cerró la puerta con cuidado.
-Bueno, yo soy rara ¿no?- Sonreí, lo habíamos conseguido.
Kelley abrió la puerta y entró sonriente.
-Hola- Saludó- ¿Me he perdido algo?- Sonrió.
-Vosotras dos estáis muy raras- Dijo señalándonos- Os dejo con vuestra rareza- Luego se fue.
-Uff…-Me apoyé contra la mesa- Por qué poco.
-Ya, pero ha salido bien- Sonrió- Me voy a preparar el garaje.
-¿Quieres que te ayude?
-No, no quiero que Alex sospeche nada.
-Está bien- Sonreí.
-Bueno, hasta mañana- Me dio un beso en la mejilla y salió corriendo por la puerta.
-Está como una cabra-Cogí una manzana y subí a mi habitación y me tendí en la cama.
Me dolían los pies de tanto andar y tenía mucho sueño. Esa tarde había pensado mucho en Clary, ¿estaría bien? ¿Le habría hecho algo el muy desgraciado de Adrian? Lo único que quería en ese momento era tenerlo frente a frente y cargármelo. Me asomé a la ventana y miré las estrellas.
-All you have to do is call my name, no matter how close or far away, ask me once and I’ll come, I’ll come running- Empecé a cantar “Right here”, la canción que había incluido Clary en el CD que me regaló por mi décimo cumpleaños- And when I can’t be with you dream me near, keep me in your heart and I’ll appear, all you have to do is turn around, close your eyes, look inside, I’m right here- Noté cómo me escocían los ojos, respire hondo y luché por no llorar, no serviría de nada.
Me tendí en la cama, necesitaba pensar y creer que Clary estaba bien y a salvo, aunque hubiera pocas probabilidades de que fuera así. Decidí pensar en otra cosa que me mantuviera alejados los pensamientos de Clary. Cerré los ojos y la primera imagen que vino a mi mente fue la de Alex, en otro momento habría hecho todo lo posible por no pensar en él, pero ahora ya me daba igual. Había ayudado a Kelley a preparar una fiesta para él y me había comprado ropa especialmente para esa fiesta, sí, ya lo sé, me había dado fuerte. Pero ya ¿qué más daba? ¿A quién quería engañar fingiendo que no estaba enamorada de Alex? ¿A mí misma? Pues no estaba funcionando.
Kelley
Había estado trabajando toda la noche y toda la mañana para arreglar el garaje y ponerlo decente, también había llamado a las personas para que vinieran a la fiesta. Cuando hube acabado mi labor la observé triunfante, había quedado maravillosamente bien, y no es porque lo hubiera hecho yo. Miré el reloj de mi móvil, las cuatro de la tarde, tendría que empezar a arreglarme para estar lista a tiempo para la fiesta. Salí del garaje y me topé con Steve.
-Steve…-Dije sorprendida.
-¿Qué hacías en el garaje, Kells?
-Eh…nada- Intenté excusarme- Sólo…te estaba buscando.
-¿Qué me estabas buscando?- Me miró extrañado.
-Sí, quería hablar contigo- Mentí.
-¿De qué?- Se cruzó de brazos, mi padre me conocía muy bien, no me podría salir con la mía mucho tiempo más.
-¡Anda!- Dije haciéndome la despistada- ¡Qué cabeza la mía! Tengo que ir a felicitar a Alex ¿no es hoy su cumpleaños?- Pasé por su lado dispuesta a irme.
-Kelley- Me paré de golpe- Mírame.
Me di la vuelta muy lentamente.
-¿Qué estabas haciendo en el garaje? Y dime la verdad.
-Pero si es que no estaba haciendo nada…-Hice pucheritos-…malo- Añadí en voz baja.
-Kelley te conozco muy bien, tú ¿no le habrás organizado una fiesta a Alex, verdad?- Me miró con los ojos entrecerrados.
-¿Qué?- Reí- ¡Claro que no! ¿Cómo se te ocurre? ¡Qué tontería!
-Está bien, si no estabas haciendo nada no te importará que eche un vistazo ¿Verdad?
-¡No!- Dije poniéndome en su camino.
Steve se cruzó de brazos y me miró.
-Ay, vale, sí, le he hecho una fiesta.
-¡Kelley Gregory!- Ya empezábamos- ¡¿Qué diablos te pasa a ti por la cabeza?! ¡¿Es que no sabes todo lo que está pasando?! ¡¿Cómo se te ocurre hacer una fiesta?!
-Pero Steve, cumple 20 años- Me defendí.
-¡¿Y qué?! ¡Kelley nos estás poniendo en peligro a todos!
-Lo siento- Tomé el camino de la disculpa, era el más fácil cuando se trataba de Steve- Lo siento mucho papi- Hacía años que no llamaba ‘’papi’’ a Steve.
En ese momento salieron Alex y Selena.
-¡Hey, hey, hey! ¿Qué son esos gritos?- Preguntó Alex.
Miré con cara de cachorrito a Steve para que no diga nada.
-Nada, uno de los berrinches de Kelley- Dijo suspirando.
-Pues será mejor que no te den tantos berrinches- Me dijo Selena entendiendo lo que realmente pasaba ahí, yo le hice burla y le sonreí.
-Si eres una pequeñaja- Alex me despeinó.
-¡Ay, ya, Alex!- Me quejé arreglándome el pelo.
-Bueno, me voy a duchar- Alex se dio media vuelta y se metió en la casa.
-Gracias- Dije abrazando a mi padre.
-De nada, supongo que ya no puedo hacer nada para quitarte esa idea de la fiesta de la cabeza.
-No- Sonreí.