Capítulo 1
Selena
-¡AH!- Gritó Alex mientras le sacaba otra de las espinas que tenía clavadas en el brazo- ¡Joder!
-Si no te hubieras metido en esos matorrales llenos de espinas no te habría pasado nada- Intenté controlar el tono de mi voz mientras sacaba otra espina.
-¡Pero duele!- Se quejó.
-No sé quién te manda hacer esas estupideces, de verdad- Negué con la cabeza intentando comprenderlo.
-¡Era el lugar más cercano para esconderme de ese asqueroso zombie!
-Mentira- Dije con la voz calmada- Lo que pasa es que siempre tienes que hacer algo arriesgado y estúpido.
-Pero por eso te gusto- Puso voz divertida- ¿Ver…DAD?!- Su voz sonó al final en un grito al arrancarle la última espina.
-Listo- Le di un guantazo en el brazo donde había tenido las espinas clavadas y éste puso cara de dolor mientras yo reía- Eres un bebé.
-Y tú una niñata- Dijo frotándose el brazo mientras sonreía.
Guardé las pinzas en el botiquín y me senté a su lado en el sofá. Había pasado ya medio año desde que todo había pasado. No había vuelto a saber nada de Clary y eso me provocaba un nudo en el estómago, pero realmente no había tenido tiempo para hablar con ella. Los primeros meses estuve entrenando con Alex hasta que tuve la técnica perfecta para defenderme y pelear. Luego, nos marchamos a Nueva York donde había casos de asesinatos extraños que al final resultaron ser provocados por vampiros. Después estuvimos viajando de ciudad en ciudad, de pueblo en pueblo, acabando con más bicharracos de aquellos. Nuestra última misión había sido en Arizona, donde un grupito de zombis estaba causando la muerte de algunos visitantes en las carreteras de los alrededores.
-¿Qué te pasa?- Me preguntó Alex sacándome de mis pensamientos.
-Nada- Sonreí y mentí. Alex encarnó una ceja- Pensaba en Clary- Dije dándome cuenta de que era inútil intentar engañarlo.
-Ahora mismo no podemos volver a Los Ángeles, Sel…
-Lo sé- Le interrumpí- Simplemente me acordaba de ella, hoy es su cumpleaños.
Alex me rodeó los hombros con su brazo y me dio un beso en la cabeza.
-¿Por qué no la llamas por teléfono?
-Eso sólo conseguirá ponerme peor- Me encogí de hombros- Si no la veo en persona no significa nada para mí.
-Eres rara, ¿eh?- Sonrió.
-Ya, me lo dicen a menudo- Sonreí.
Se hizo un momento de silencio.
-Es que simplemente quiero saber cómo le va, si sigue con Adrian, si ha acabado bien el instituto…
-Volveremos lo más pronto posible, te lo prometo.
Sonreí y le di un beso.
-Gracias- Le dije sonriendo.
Alex me devolvió la sonrisa y me abrazó.
Clary
-¡APROBADA, APROBADA, APROBADA!- Canturreé a voz de grito dando saltos por el salón mientras Adrian reía mirando las notas- ¡HE APROBADO!
-¡Felicidades!- Dijo abrazándome y sonriendo.
-¡De verdad, es el mejor regalo que podían hacerme por mi cumpleaños!- Dije aún emocionada.
-Yo creo que tengo otro que también te gustará ¿eh?- Dijo alzando una ceja.
-¿Sí? ¿Cuál? ¿Cuál?- Dije nerviosa sonriendo.
-Toma- Dijo riendo mientras sacaba una cajita de detrás de su espalda y me la daba.
-¿Qué es?
-Ábrelo y lo verás.
Abrí la cajita y vi un anillo de oro en el que había grabado ‘C&A4eva’. Se me llenaron los ojos de lágrimas.
-Adrian es…-Sorbí la nariz-Es lo más bonito que me han regalado nunca.
-Feliz 16 cumpleaños, Clary- Dijo abrazándome, yo comencé a llorar de la alegría- ¿Me permites?- Dijo separándose y cogiendo la cajita.
-Claro- Me limpié las lágrimas y sonreí. Adrian me puso el anillo y sonrió.
-Te queda perfecto.
-Gracias- Dije agarrándolo por el cuello y dándole un beso- Este regalo es mejor que el aprobado.
-Hm…
-¿Qué pasa?- Dije frunciendo el ceño.
-Pues que mi regalo no acaba aquí realmente.
-¿Ah no?- Dije sonriendo.
-No- Me dio un pequeño beso y me cogió de la mano- Ven conmigo- Dijo mientras comenzaba a andar y salía de la casa cerrando la puerta.
-¿Dónde vamos?
-Ya lo verás.
Nos montamos en nuestro coche –aunque realmente lo había pagado yo- y Adrian me colocó una venda en los ojos.
-Adrian ¿qué…?
-Sch, te gustará.
-Vale- Respiré hondo mientras Adrian ponía en marcha el motor.
Jessica
-¿De dónde has sacado mi dirección, vampiro?- Le pregunté al vampiro que estaba sentado en mi sala. Había llamado a mi casa y decía que necesitaba mi ayuda, todavía no sabía por qué.
-Tengo mis fuentes- Sonrió mostrando los picos de sus colmillos.
-¿Y vas a decirme qué quieres?- Me crucé de brazos- No tengo todo el día-Miré por la ventana las estrellas- Mejor dicho, toda la noche.
-Me han dicho que eres una de las mejores cambiantes del Estado- No pude evitar una sonrisa- Y necesito tu ayuda.
-Vaya…un vampiro necesita la ayuda de un brujo- Me incliné hacia delante- ¿Por qué?
-Es un asunto personal- Rodó los ojos- Y no puedo hacerme cargo yo solo.
-Interesante- Dije recostándome en el respaldo del sillón.
-¿Vas a ayudarme?- Empezó a impacientarse.
-Eso depende del asunto y de cómo me vayan a pagar- Me miré las uñas.
-Es un asunto bastante divertido diría yo- Bajé la mano que me estaba mirando y lo miré a los ojos.
-¿Por qué dices eso?- Empezaba a sentir un poco de curiosidad.
-Me han informado de que lo que tienes de ser la mejor cambiante también lo tienes de malvada.
Sonreí.
-Te han informado bien.
-¿Qué te parece romper una relación?
Abrí los ojos como platos, era lo último que me esperaba.
-¿Romper una relación? ¿Por qué? ¿Qué tiene eso de divertido?
-Por culpa de esas dos personas soy lo que soy- Dijo señalándose.
Por primera vez me fijé bien en él, era guapo diría yo. Era alto y rubio, todo lo que una chica podría desear, pero esos ojos, reflejaban el mal. Sonreí.
-¿Y qué tengo yo que ver en todo eso?- Insistí.
-Quiero vengarme- Contestó.
-No veo en qué puede beneficiarme hacerle daño a unos simples humanos.
-El chico es un cazador- Lo miré fijamente cuando dijo eso- El mejor de ellos diría yo.
Me quedé pensándolo un momento.
-Aún así sigue sin parecerme divertido- Un rizo rubio cayó por mi mejilla y me lo eché hacia atrás- Sólo le hago daño a los cazadores que me causan problemas.
-¿Y si te dijera…-Se inclinó más hacia mí y bajó el tono de la voz-…que la chica es un ángel?
¿Un ángel? Eso cambiaba las cosas, odiaba a esos seres. Sonreí casi sin darme cuenta y él hizo lo mismo que yo.
-¿Un ángel has dicho?- Dije más animada.
-Así es- Sonrió.
-En ese caso creo que sí podré reírme un rato.
-¿Entonces hay trato, Jessica?- Extendió una mano, yo lo miré dudando un momento.
-Hay trato- Dije estrechándole la mano- Mark.
Clary
Hacía unos 5 minutos que habíamos bajado del coche y yo seguía con los ojos vendados. Adrian me llevaba cogida de la mano para que no tropezara. Aunque llevaba la venda puesta en los ojos pude saber que íbamos andando por un lugar oscuro porque no me entraba ningún claro de luz por debajo de la venda.
-Vale- Dijo Adrian deteniéndose- ¿Preparada?
-Sí- Dije emocionada. Adrian me quitó la venda de los ojos y en ese mismo instante noté una alegría inmensa.
Nos encontrábamos en una especie de cueva y en el centro había unas cuantas velas de colores. También había un mantel de picnic con comida y bebida y en el centro había un enorme cojín rosa fucsia en forma de corazón y en el centro una foto de Adrian y mía que nos habíamos hecho hacía apenas unos días. Noté que se me nublaba la vista y me abracé a Adrian mientras comenzaba a llorar.
-¿Te gusta?- Dijo contra mi pelo.
-Me gusta más que eso- Dije abrazándolo más fuerte- Muchas gracias- Me separé un poco y le di un largo y tierno beso.
-¿Comenzamos a comer?- Dijo cuando nos separamos.
-Sí- Asentí sonriendo.
Adrian se sentó en el mantel y me hizo una señal para que me sentara en su regazo. Luego me abrazó y comenzó a sacar la comida de una cesta. Me quedé con los ojos abiertos como platos cuando vi un cuenco lleno de frutas bañadas en chocolate, Adrian me conocía muy bien, sabía que me encantaba el chocolate. Cogió un trozo de plátano con un palillo y me lo metió en la boca mientras sonreía.
-¿Está bueno?- Me preguntó. Cogí otro palillo y le di a él un trozo de piña.
-Dímelo tú- Sonreí.
Adrian me dio la vuelta colocándome mirándolo a él y comenzó a besarme de forma dulce. Me abracé a su cuello y él me agarró por la cintura. Fui transformando el beso dulce en uno más salvaje. Adrian comenzó a besarme el cuello y luego volvió a mis labios. Sonreí contra su boca y me separé de él levantándome del suelo. Adrian me miró sorprendido y sin entender nada. Yo reí.
-¿Qué pasa?- Me preguntó.
-No te creas que soy tan fácil- Dije inclinándome hacia él sonriendo, luego le di un pequeño golpecito en la nariz con el dedo y él me miró boquiabierto sin comprender lo que pasaba.
Me alejé un poco hasta que quedé a unos 3 metros de él. Adrian hizo ademán de levantarse y yo le indiqué con el dedo que se quedara donde estaba, cosa que lo confundió más aún.
-I picked you out in a crowd of a thousand faces (Te elegí entre una multitud de miles de rostros)- Comencé a cantarle mientras bailaba- Yeah, I found you, uh (Sí, te encontré, uh)- Adrian me miró con la boca abierta y no pude evitar una sonrisa- I chose the whys and the when all around and places (Elegí los por qués t los cuando de todos los lugares)- Seguí bailando mientras Adrian sonreía y me miraba- Yeah, I chose you, uh (Sí, te elegí, uh)- Lo miré y comencé a acercarme a él poco a poco de manera sensual mientras seguía cantando- I let you see me, let you believe it was your move, so smooth my rules (Te dejé verme, te dejé creer que tú decidías, eran muy sencillas mis reglas)- Me arrodillé delante de él y le agarré el pelo acercando su cara a la mía sin dejar de cantar- Well, you think you are the one who had me, boy (Bueno, tú crees que eres el que me tiene, chico)- Sonreí- But I got you (Pero yo te tengo a ti)- Le solté el pelo y lo retiré de mí sin levantarme, Adrian me miraba asombrado y a la vez maravillado- I’ve been playing with you like a little toy, yeah, I got you (He estado jugando contigo como con un juguete, sí, te tengo) – No pude seguir cantando porque Adrian prácticamente se abalanzó sobre mí, tirándome de espaldas y quedando él encima de mí-
-Pues sigue jugando conmigo- Dijo en un susurro antes de comenzar a besarme como si fuera la última vez que lo hiciera.
-Adrian- Dije separándome un poco. Adrian volvió a besarme sin dejarme hablar- Adrian- Volví a repetir intentando retirarme. Adrian se pegó más a mí y siguió besándome, esto estaba llegando demasiado lejos- Adrian- Volví a repetir un poco más alto. Adrian metió la mano por debajo de mi vestido y fue entonces cuando lo retiré de un empujón- ¡Adrian!- Adrian me miró con los ojos como platos- ¡Ya vale!- Le grité enfadada mientras me tiraba del vestido hacia abajo para estirarlo y me ponía en pie.
-Clary yo…-Dijo tartamudeando sin saber qué decir.
-Déjalo- Me di media vuelta enfurruñada. No quería enfadarme con él, pero se había pasado de castaña oscura, tendría que pedirme perdón más de una vez si quería que volviera a hablarle.
-Clary- Noté que se levantaba y se acercaba a mí- Oye, lo siento- Me cogió del brazo y yo me solté de un tirón mientras me giraba para mirarlo enfadada- Lo siento, de verdad- Dijo con expresión de dolor.
-No me has hecho caso, te has pasado- Dije intentando calmar mi voz.
-Lo sé y lo siento- Agachó la cabeza triste, eso pudo conmigo.
-No pasa nada- Dije abrazándolo- Pero que sea la última vez.
-Claro- Dijo separándose de mí- Pero tú me has provocado- Alzó una ceja.
-¿Qué?- Puse los brazos en jarra- Eso no es verdad.
-Vale, vale- Alzó ambas manos rindiéndose- Tú ganas.
-¿Podemos seguir comiendo tranquilos?- Dije sonriendo un poco.
-Claro- Me dio la mano y volvimos al mantel a seguir disfrutando del festín.
Selena
Estaba encerrada en mi habitación mirando mi móvil mientras Alex se duchaba, ¿llamaba a Clary? No, si la llamaba seguro que comenzaría a llorar y no podría evitar llorar yo también. En eso estaba pensando cuando se iluminó la pantalla del móvil, por un segundo pensé que sería Clary, pero al ver el nombre de la persona que llamaba me quedé helada de los pies a la cabeza.
-¿Diga?- Mi voz sonó temblorosa, cosa que no pude evitar.
-¿Selena?
-Sí, soy yo, tía.
-¿Cómo estás cielo? He intentado localizarte muchas veces y no me contestabas, también fui el otro día a tu casa y…
-Tranquila, tranquila- Mi tía Emma siempre sacaba las cosas de quicio- Es que…hemos estado de viaje, los padres de Clary le enviaron dos boletos de avión para ir a Londres y los aprovechamos- No me gustaba nada mentir, pero no podía hacer otra cosa.
-La última vez que hablamos fue hace dos meses...
-Lo sé...-Sabía que no se lo acababa de creer
-¿Y el instituto?
-¿Qué?
-¿No piensas decirme nada?- Me quedé de piedra.
-Eh…-No sabía qué decir.
-¡Selena! ¡No te has graduado!- Me retiré el móvil al oír sus gritos- ¡Siempre has sido una alumna 10! ¡Iban a darte una matrícula de honor! ¡No sabes la decepción y la vergüenza que me llevé cuando llamé al director para preguntarle por qué no se había celebrado la graduación! ¡Tonta de mí que creí que no me habías avisado de la graduación porque se había cancelado o porque había pasado algo!- Conforme hablaba me sentía cada vez peor- ¡Y ¿Qué me dijo el director cuando llamé?! ¡Que mi sobrina no había aparecido en el último mes de clase!
-Emma…-Intenté tranquilizarla.
-¡No, Selena, no! ¡¿Sabes el susto que me llevé?! ¡Creía que algo malo te había pasado! ¡Por eso te llamé y al no poder conectar contigo llamé a Clary, ella fue quien me tranquilizó diciendo que estabas bien pero que el último mes de curso cogiste una pulmonía! Eso último, por cierto, no me lo creí ¡Pero estabas bien y eso era lo que me importaba! ¡De eso hace ya medio mes!
-Emma, en serio, puedo explicarlo…
-¡¿Ah, sí?!- Se hizo un momento de silencio, por el tono de su respiración supuse que intentaba mantener el control de su voz- Dime, ¿tiene esto que ver con un chico?
Eso me pilló por sorpresa.
-Eh…pues…
-Selena, nada de mentiras- Me dijo cortante.
-Sí- Dije suspirando, mi tía no contestó- ¿Emma?
-¿Es él quien te ha dicho que dejes el instituto de esa manera?
-¿Qué? ¡No! Claro que no- De hecho lo había decidido yo misma.
-¿Y entonces? ¿Por qué no me lo has dicho? ¿Por qué has estado medio año prácticamente sin comunicarte conmigo?
-De hecho sí me he comunicado, te llamaba una vez al mes o así.
-¡La última vez que me llamaste fue en Octubre! ¡Y estamos en Diciembre, Selena!
-Pero…
-¡Pero nada!
Se hizo un momento de silencio incómodo.
-Quiero conocerlo.
-¿Qué?- No sabía a lo que se refería.
-A ese chico, tu novio- Se me heló el pecho- Quiero conocerlo.
-Tía no creo que…
-¿Hay algún problema por el que no debería conocerlo?
¿Qué si había algún problema? No, sólo que yo era un ángel y que mi novio se dedicaba a matar vampiros, zombies y otros bichos, pero aparte de eso, no, no había ningún problema, era un chico de lo más normal. Me miré instintivamente la espalda, al principio cada vez que me ponía nerviosa me salían las alas solas, pero ya había aprendido a controlarlo.
-No, tía, para nada- Contesté al final resignada.
-Pues os espero mañana para almorzar juntos.
-¿Mañana?- Mi voz casi fue un grito agudo.
-¿Pasa algo?
-No, no- Dije rápidamente- Allí estaremos, hasta mañana.
Colgué rápidamente justo en el momento en que Alex pegaba en la puerta de mi cuarto.
-Pasa- Dije desganada.
-Vaya, ¿a qué viene esa cara?- Dijo abriendo la puerta- Normalmente no suelo causar ese efecto- Sonrió, tenía que soltárselo sin pensarlo o sería peor.
-Mañana tenemos que ir a comer con mi tía- Dije con la cabeza agachada.
Pasaron ¿5, 6, 10 segundos en silencio? Alcé la cabeza al ver que no respondía. Alex estaba apoyado contra la pared con los ojos abiertos como platos por la sorpresa.
-¿Que qué?- Dijo en un tono de voz muy bajo impropio en él.
-Me ha llamado mi tía Emma- Lo miré, él seguía mirándome tan sorprendido como antes- Se ha enterado de que no me gradué y de que dejé el instituto- Me encogí de hombros- Me ha preguntado algo así como que si había un chico de por medio.
-Y tú le has dicho que sí- Corroboró él alzando las cejas.
-¿Qué querías que le dijera?
-No sé, pues que no- Se cruzó de brazos.
-Bueno, pues no sirvo para mentir ¿Vale?
-No, ya se ve- Miró hacia otro lado, me levanté de la cama y me acerqué a él un poco enfadada.
-Alex, mañana tenemos que ir a almorzar con mi tía, quiere conocerte.
-¿Qué? ¡Oh, vamos, Sel! ¡Ya conocí a tu padre y me dio el visto bueno!- La que me crucé de brazos ahora fui yo- ¡¿A quién más quieres que conozca?! ¡¿Al perro de tu tía?!
-Alex no te pases- Le dije intentando no perder el control.
-No me gustan las reuniones familiares y lo sabes- Me acusó con el dedo.
-¡No es una reunión familiar! ¡Simplemente quiere saber quién ha sido el chico que ha ‘hecho que deje el instituto’!- Puse comillas con los dedos en ‘hecho que deje el instituto’.
-¡Yo no he hecho que dejes el instituto!- Se quejó.
-¡Pero ella cree que sí!
-¡¿Y por qué no les has dicho la verdad?!
-¡Lo he hecho! ¡Pero empezó a decirme que si había algún problema por el que no quisiera ir a comer mañana con ella para presentarte!
-¡Pues haberle dicho que sí!
-¡¿Para que crea que eres un yonki o un drogadicto?! ¡Tú no la conoces!- Noté que mis alas comenzaban a abrirse contra mi voluntad.
-¡Cierra eso!- Dijo apuntando las alas- ¡Sabes que me desconcentro!
-¡Pues no te desconcentres tanto que no es tan difícil de entender! ¡Mañana comemos con mi tía y no hay más que hablar!
Alex estaba a punto de decir algo, pero doblé mis alas y salí del cuarto dando un portazo.
Selena
-¡AH!- Gritó Alex mientras le sacaba otra de las espinas que tenía clavadas en el brazo- ¡Joder!
-Si no te hubieras metido en esos matorrales llenos de espinas no te habría pasado nada- Intenté controlar el tono de mi voz mientras sacaba otra espina.
-¡Pero duele!- Se quejó.
-No sé quién te manda hacer esas estupideces, de verdad- Negué con la cabeza intentando comprenderlo.
-¡Era el lugar más cercano para esconderme de ese asqueroso zombie!
-Mentira- Dije con la voz calmada- Lo que pasa es que siempre tienes que hacer algo arriesgado y estúpido.
-Pero por eso te gusto- Puso voz divertida- ¿Ver…DAD?!- Su voz sonó al final en un grito al arrancarle la última espina.
-Listo- Le di un guantazo en el brazo donde había tenido las espinas clavadas y éste puso cara de dolor mientras yo reía- Eres un bebé.
-Y tú una niñata- Dijo frotándose el brazo mientras sonreía.
Guardé las pinzas en el botiquín y me senté a su lado en el sofá. Había pasado ya medio año desde que todo había pasado. No había vuelto a saber nada de Clary y eso me provocaba un nudo en el estómago, pero realmente no había tenido tiempo para hablar con ella. Los primeros meses estuve entrenando con Alex hasta que tuve la técnica perfecta para defenderme y pelear. Luego, nos marchamos a Nueva York donde había casos de asesinatos extraños que al final resultaron ser provocados por vampiros. Después estuvimos viajando de ciudad en ciudad, de pueblo en pueblo, acabando con más bicharracos de aquellos. Nuestra última misión había sido en Arizona, donde un grupito de zombis estaba causando la muerte de algunos visitantes en las carreteras de los alrededores.
-¿Qué te pasa?- Me preguntó Alex sacándome de mis pensamientos.
-Nada- Sonreí y mentí. Alex encarnó una ceja- Pensaba en Clary- Dije dándome cuenta de que era inútil intentar engañarlo.
-Ahora mismo no podemos volver a Los Ángeles, Sel…
-Lo sé- Le interrumpí- Simplemente me acordaba de ella, hoy es su cumpleaños.
Alex me rodeó los hombros con su brazo y me dio un beso en la cabeza.
-¿Por qué no la llamas por teléfono?
-Eso sólo conseguirá ponerme peor- Me encogí de hombros- Si no la veo en persona no significa nada para mí.
-Eres rara, ¿eh?- Sonrió.
-Ya, me lo dicen a menudo- Sonreí.
Se hizo un momento de silencio.
-Es que simplemente quiero saber cómo le va, si sigue con Adrian, si ha acabado bien el instituto…
-Volveremos lo más pronto posible, te lo prometo.
Sonreí y le di un beso.
-Gracias- Le dije sonriendo.
Alex me devolvió la sonrisa y me abrazó.
Clary
-¡APROBADA, APROBADA, APROBADA!- Canturreé a voz de grito dando saltos por el salón mientras Adrian reía mirando las notas- ¡HE APROBADO!
-¡Felicidades!- Dijo abrazándome y sonriendo.
-¡De verdad, es el mejor regalo que podían hacerme por mi cumpleaños!- Dije aún emocionada.
-Yo creo que tengo otro que también te gustará ¿eh?- Dijo alzando una ceja.
-¿Sí? ¿Cuál? ¿Cuál?- Dije nerviosa sonriendo.
-Toma- Dijo riendo mientras sacaba una cajita de detrás de su espalda y me la daba.
-¿Qué es?
-Ábrelo y lo verás.
Abrí la cajita y vi un anillo de oro en el que había grabado ‘C&A4eva’. Se me llenaron los ojos de lágrimas.
-Adrian es…-Sorbí la nariz-Es lo más bonito que me han regalado nunca.
-Feliz 16 cumpleaños, Clary- Dijo abrazándome, yo comencé a llorar de la alegría- ¿Me permites?- Dijo separándose y cogiendo la cajita.
-Claro- Me limpié las lágrimas y sonreí. Adrian me puso el anillo y sonrió.
-Te queda perfecto.
-Gracias- Dije agarrándolo por el cuello y dándole un beso- Este regalo es mejor que el aprobado.
-Hm…
-¿Qué pasa?- Dije frunciendo el ceño.
-Pues que mi regalo no acaba aquí realmente.
-¿Ah no?- Dije sonriendo.
-No- Me dio un pequeño beso y me cogió de la mano- Ven conmigo- Dijo mientras comenzaba a andar y salía de la casa cerrando la puerta.
-¿Dónde vamos?
-Ya lo verás.
Nos montamos en nuestro coche –aunque realmente lo había pagado yo- y Adrian me colocó una venda en los ojos.
-Adrian ¿qué…?
-Sch, te gustará.
-Vale- Respiré hondo mientras Adrian ponía en marcha el motor.
Jessica
-¿De dónde has sacado mi dirección, vampiro?- Le pregunté al vampiro que estaba sentado en mi sala. Había llamado a mi casa y decía que necesitaba mi ayuda, todavía no sabía por qué.
-Tengo mis fuentes- Sonrió mostrando los picos de sus colmillos.
-¿Y vas a decirme qué quieres?- Me crucé de brazos- No tengo todo el día-Miré por la ventana las estrellas- Mejor dicho, toda la noche.
-Me han dicho que eres una de las mejores cambiantes del Estado- No pude evitar una sonrisa- Y necesito tu ayuda.
-Vaya…un vampiro necesita la ayuda de un brujo- Me incliné hacia delante- ¿Por qué?
-Es un asunto personal- Rodó los ojos- Y no puedo hacerme cargo yo solo.
-Interesante- Dije recostándome en el respaldo del sillón.
-¿Vas a ayudarme?- Empezó a impacientarse.
-Eso depende del asunto y de cómo me vayan a pagar- Me miré las uñas.
-Es un asunto bastante divertido diría yo- Bajé la mano que me estaba mirando y lo miré a los ojos.
-¿Por qué dices eso?- Empezaba a sentir un poco de curiosidad.
-Me han informado de que lo que tienes de ser la mejor cambiante también lo tienes de malvada.
Sonreí.
-Te han informado bien.
-¿Qué te parece romper una relación?
Abrí los ojos como platos, era lo último que me esperaba.
-¿Romper una relación? ¿Por qué? ¿Qué tiene eso de divertido?
-Por culpa de esas dos personas soy lo que soy- Dijo señalándose.
Por primera vez me fijé bien en él, era guapo diría yo. Era alto y rubio, todo lo que una chica podría desear, pero esos ojos, reflejaban el mal. Sonreí.
-¿Y qué tengo yo que ver en todo eso?- Insistí.
-Quiero vengarme- Contestó.
-No veo en qué puede beneficiarme hacerle daño a unos simples humanos.
-El chico es un cazador- Lo miré fijamente cuando dijo eso- El mejor de ellos diría yo.
Me quedé pensándolo un momento.
-Aún así sigue sin parecerme divertido- Un rizo rubio cayó por mi mejilla y me lo eché hacia atrás- Sólo le hago daño a los cazadores que me causan problemas.
-¿Y si te dijera…-Se inclinó más hacia mí y bajó el tono de la voz-…que la chica es un ángel?
¿Un ángel? Eso cambiaba las cosas, odiaba a esos seres. Sonreí casi sin darme cuenta y él hizo lo mismo que yo.
-¿Un ángel has dicho?- Dije más animada.
-Así es- Sonrió.
-En ese caso creo que sí podré reírme un rato.
-¿Entonces hay trato, Jessica?- Extendió una mano, yo lo miré dudando un momento.
-Hay trato- Dije estrechándole la mano- Mark.
Clary
Hacía unos 5 minutos que habíamos bajado del coche y yo seguía con los ojos vendados. Adrian me llevaba cogida de la mano para que no tropezara. Aunque llevaba la venda puesta en los ojos pude saber que íbamos andando por un lugar oscuro porque no me entraba ningún claro de luz por debajo de la venda.
-Vale- Dijo Adrian deteniéndose- ¿Preparada?
-Sí- Dije emocionada. Adrian me quitó la venda de los ojos y en ese mismo instante noté una alegría inmensa.
Nos encontrábamos en una especie de cueva y en el centro había unas cuantas velas de colores. También había un mantel de picnic con comida y bebida y en el centro había un enorme cojín rosa fucsia en forma de corazón y en el centro una foto de Adrian y mía que nos habíamos hecho hacía apenas unos días. Noté que se me nublaba la vista y me abracé a Adrian mientras comenzaba a llorar.
-¿Te gusta?- Dijo contra mi pelo.
-Me gusta más que eso- Dije abrazándolo más fuerte- Muchas gracias- Me separé un poco y le di un largo y tierno beso.
-¿Comenzamos a comer?- Dijo cuando nos separamos.
-Sí- Asentí sonriendo.
Adrian se sentó en el mantel y me hizo una señal para que me sentara en su regazo. Luego me abrazó y comenzó a sacar la comida de una cesta. Me quedé con los ojos abiertos como platos cuando vi un cuenco lleno de frutas bañadas en chocolate, Adrian me conocía muy bien, sabía que me encantaba el chocolate. Cogió un trozo de plátano con un palillo y me lo metió en la boca mientras sonreía.
-¿Está bueno?- Me preguntó. Cogí otro palillo y le di a él un trozo de piña.
-Dímelo tú- Sonreí.
Adrian me dio la vuelta colocándome mirándolo a él y comenzó a besarme de forma dulce. Me abracé a su cuello y él me agarró por la cintura. Fui transformando el beso dulce en uno más salvaje. Adrian comenzó a besarme el cuello y luego volvió a mis labios. Sonreí contra su boca y me separé de él levantándome del suelo. Adrian me miró sorprendido y sin entender nada. Yo reí.
-¿Qué pasa?- Me preguntó.
-No te creas que soy tan fácil- Dije inclinándome hacia él sonriendo, luego le di un pequeño golpecito en la nariz con el dedo y él me miró boquiabierto sin comprender lo que pasaba.
Me alejé un poco hasta que quedé a unos 3 metros de él. Adrian hizo ademán de levantarse y yo le indiqué con el dedo que se quedara donde estaba, cosa que lo confundió más aún.
-I picked you out in a crowd of a thousand faces (Te elegí entre una multitud de miles de rostros)- Comencé a cantarle mientras bailaba- Yeah, I found you, uh (Sí, te encontré, uh)- Adrian me miró con la boca abierta y no pude evitar una sonrisa- I chose the whys and the when all around and places (Elegí los por qués t los cuando de todos los lugares)- Seguí bailando mientras Adrian sonreía y me miraba- Yeah, I chose you, uh (Sí, te elegí, uh)- Lo miré y comencé a acercarme a él poco a poco de manera sensual mientras seguía cantando- I let you see me, let you believe it was your move, so smooth my rules (Te dejé verme, te dejé creer que tú decidías, eran muy sencillas mis reglas)- Me arrodillé delante de él y le agarré el pelo acercando su cara a la mía sin dejar de cantar- Well, you think you are the one who had me, boy (Bueno, tú crees que eres el que me tiene, chico)- Sonreí- But I got you (Pero yo te tengo a ti)- Le solté el pelo y lo retiré de mí sin levantarme, Adrian me miraba asombrado y a la vez maravillado- I’ve been playing with you like a little toy, yeah, I got you (He estado jugando contigo como con un juguete, sí, te tengo) – No pude seguir cantando porque Adrian prácticamente se abalanzó sobre mí, tirándome de espaldas y quedando él encima de mí-
-Pues sigue jugando conmigo- Dijo en un susurro antes de comenzar a besarme como si fuera la última vez que lo hiciera.
-Adrian- Dije separándome un poco. Adrian volvió a besarme sin dejarme hablar- Adrian- Volví a repetir intentando retirarme. Adrian se pegó más a mí y siguió besándome, esto estaba llegando demasiado lejos- Adrian- Volví a repetir un poco más alto. Adrian metió la mano por debajo de mi vestido y fue entonces cuando lo retiré de un empujón- ¡Adrian!- Adrian me miró con los ojos como platos- ¡Ya vale!- Le grité enfadada mientras me tiraba del vestido hacia abajo para estirarlo y me ponía en pie.
-Clary yo…-Dijo tartamudeando sin saber qué decir.
-Déjalo- Me di media vuelta enfurruñada. No quería enfadarme con él, pero se había pasado de castaña oscura, tendría que pedirme perdón más de una vez si quería que volviera a hablarle.
-Clary- Noté que se levantaba y se acercaba a mí- Oye, lo siento- Me cogió del brazo y yo me solté de un tirón mientras me giraba para mirarlo enfadada- Lo siento, de verdad- Dijo con expresión de dolor.
-No me has hecho caso, te has pasado- Dije intentando calmar mi voz.
-Lo sé y lo siento- Agachó la cabeza triste, eso pudo conmigo.
-No pasa nada- Dije abrazándolo- Pero que sea la última vez.
-Claro- Dijo separándose de mí- Pero tú me has provocado- Alzó una ceja.
-¿Qué?- Puse los brazos en jarra- Eso no es verdad.
-Vale, vale- Alzó ambas manos rindiéndose- Tú ganas.
-¿Podemos seguir comiendo tranquilos?- Dije sonriendo un poco.
-Claro- Me dio la mano y volvimos al mantel a seguir disfrutando del festín.
Selena
Estaba encerrada en mi habitación mirando mi móvil mientras Alex se duchaba, ¿llamaba a Clary? No, si la llamaba seguro que comenzaría a llorar y no podría evitar llorar yo también. En eso estaba pensando cuando se iluminó la pantalla del móvil, por un segundo pensé que sería Clary, pero al ver el nombre de la persona que llamaba me quedé helada de los pies a la cabeza.
-¿Diga?- Mi voz sonó temblorosa, cosa que no pude evitar.
-¿Selena?
-Sí, soy yo, tía.
-¿Cómo estás cielo? He intentado localizarte muchas veces y no me contestabas, también fui el otro día a tu casa y…
-Tranquila, tranquila- Mi tía Emma siempre sacaba las cosas de quicio- Es que…hemos estado de viaje, los padres de Clary le enviaron dos boletos de avión para ir a Londres y los aprovechamos- No me gustaba nada mentir, pero no podía hacer otra cosa.
-La última vez que hablamos fue hace dos meses...
-Lo sé...-Sabía que no se lo acababa de creer
-¿Y el instituto?
-¿Qué?
-¿No piensas decirme nada?- Me quedé de piedra.
-Eh…-No sabía qué decir.
-¡Selena! ¡No te has graduado!- Me retiré el móvil al oír sus gritos- ¡Siempre has sido una alumna 10! ¡Iban a darte una matrícula de honor! ¡No sabes la decepción y la vergüenza que me llevé cuando llamé al director para preguntarle por qué no se había celebrado la graduación! ¡Tonta de mí que creí que no me habías avisado de la graduación porque se había cancelado o porque había pasado algo!- Conforme hablaba me sentía cada vez peor- ¡Y ¿Qué me dijo el director cuando llamé?! ¡Que mi sobrina no había aparecido en el último mes de clase!
-Emma…-Intenté tranquilizarla.
-¡No, Selena, no! ¡¿Sabes el susto que me llevé?! ¡Creía que algo malo te había pasado! ¡Por eso te llamé y al no poder conectar contigo llamé a Clary, ella fue quien me tranquilizó diciendo que estabas bien pero que el último mes de curso cogiste una pulmonía! Eso último, por cierto, no me lo creí ¡Pero estabas bien y eso era lo que me importaba! ¡De eso hace ya medio mes!
-Emma, en serio, puedo explicarlo…
-¡¿Ah, sí?!- Se hizo un momento de silencio, por el tono de su respiración supuse que intentaba mantener el control de su voz- Dime, ¿tiene esto que ver con un chico?
Eso me pilló por sorpresa.
-Eh…pues…
-Selena, nada de mentiras- Me dijo cortante.
-Sí- Dije suspirando, mi tía no contestó- ¿Emma?
-¿Es él quien te ha dicho que dejes el instituto de esa manera?
-¿Qué? ¡No! Claro que no- De hecho lo había decidido yo misma.
-¿Y entonces? ¿Por qué no me lo has dicho? ¿Por qué has estado medio año prácticamente sin comunicarte conmigo?
-De hecho sí me he comunicado, te llamaba una vez al mes o así.
-¡La última vez que me llamaste fue en Octubre! ¡Y estamos en Diciembre, Selena!
-Pero…
-¡Pero nada!
Se hizo un momento de silencio incómodo.
-Quiero conocerlo.
-¿Qué?- No sabía a lo que se refería.
-A ese chico, tu novio- Se me heló el pecho- Quiero conocerlo.
-Tía no creo que…
-¿Hay algún problema por el que no debería conocerlo?
¿Qué si había algún problema? No, sólo que yo era un ángel y que mi novio se dedicaba a matar vampiros, zombies y otros bichos, pero aparte de eso, no, no había ningún problema, era un chico de lo más normal. Me miré instintivamente la espalda, al principio cada vez que me ponía nerviosa me salían las alas solas, pero ya había aprendido a controlarlo.
-No, tía, para nada- Contesté al final resignada.
-Pues os espero mañana para almorzar juntos.
-¿Mañana?- Mi voz casi fue un grito agudo.
-¿Pasa algo?
-No, no- Dije rápidamente- Allí estaremos, hasta mañana.
Colgué rápidamente justo en el momento en que Alex pegaba en la puerta de mi cuarto.
-Pasa- Dije desganada.
-Vaya, ¿a qué viene esa cara?- Dijo abriendo la puerta- Normalmente no suelo causar ese efecto- Sonrió, tenía que soltárselo sin pensarlo o sería peor.
-Mañana tenemos que ir a comer con mi tía- Dije con la cabeza agachada.
Pasaron ¿5, 6, 10 segundos en silencio? Alcé la cabeza al ver que no respondía. Alex estaba apoyado contra la pared con los ojos abiertos como platos por la sorpresa.
-¿Que qué?- Dijo en un tono de voz muy bajo impropio en él.
-Me ha llamado mi tía Emma- Lo miré, él seguía mirándome tan sorprendido como antes- Se ha enterado de que no me gradué y de que dejé el instituto- Me encogí de hombros- Me ha preguntado algo así como que si había un chico de por medio.
-Y tú le has dicho que sí- Corroboró él alzando las cejas.
-¿Qué querías que le dijera?
-No sé, pues que no- Se cruzó de brazos.
-Bueno, pues no sirvo para mentir ¿Vale?
-No, ya se ve- Miró hacia otro lado, me levanté de la cama y me acerqué a él un poco enfadada.
-Alex, mañana tenemos que ir a almorzar con mi tía, quiere conocerte.
-¿Qué? ¡Oh, vamos, Sel! ¡Ya conocí a tu padre y me dio el visto bueno!- La que me crucé de brazos ahora fui yo- ¡¿A quién más quieres que conozca?! ¡¿Al perro de tu tía?!
-Alex no te pases- Le dije intentando no perder el control.
-No me gustan las reuniones familiares y lo sabes- Me acusó con el dedo.
-¡No es una reunión familiar! ¡Simplemente quiere saber quién ha sido el chico que ha ‘hecho que deje el instituto’!- Puse comillas con los dedos en ‘hecho que deje el instituto’.
-¡Yo no he hecho que dejes el instituto!- Se quejó.
-¡Pero ella cree que sí!
-¡¿Y por qué no les has dicho la verdad?!
-¡Lo he hecho! ¡Pero empezó a decirme que si había algún problema por el que no quisiera ir a comer mañana con ella para presentarte!
-¡Pues haberle dicho que sí!
-¡¿Para que crea que eres un yonki o un drogadicto?! ¡Tú no la conoces!- Noté que mis alas comenzaban a abrirse contra mi voluntad.
-¡Cierra eso!- Dijo apuntando las alas- ¡Sabes que me desconcentro!
-¡Pues no te desconcentres tanto que no es tan difícil de entender! ¡Mañana comemos con mi tía y no hay más que hablar!
Alex estaba a punto de decir algo, pero doblé mis alas y salí del cuarto dando un portazo.