Capítulo 5.
Selena POV
Alex y yo estábamos en lo cierto, la casa donde habíamos vivido tiempo atrás junto a Kelley y Steve seguía en el mismo lugar que antes. Clary, Adrian, Alex, Layla y yo nos quedamos mirándola un momento recordando con añoranza cómo había cambiado nuestra vida. A ver, era cierto que no todo había sido fácil, pero incluso así, si las cosas que habían pasado no hubieran sucedido ni Clary habría conocido a Adrian ni yo a Alex.
La verdad era que me había costado convencer a mis padres (sobre todo a mi madre) para que me dejaran quedarme en esa casa junto a Alex, pero también estaban Clary y Adrian, cosa que les dio confianza. Kelley (ante nuestra sorpresa) había decidido quedarse con mis padres y los padres de Alex en la casa de Jack, nos dijo que no quería estar en un lugar que Kyle hubiera pisado para así no tener que recordarlo a cada segundo del día.
Nos dirigimos a la puerta con Alex a la cabeza del grupo, cogió el manillar de la puerta y lo giró. Esperábamos que la puerta estuviera cerrada, por eso nos sorprendió que ésta se abriera sin ninguna dificultad.
-Pero, ¿qué…?- Adrian expresó en voz alta la sorpresa de todos.
Alex se agachó junto a la alfombra que había en la puerta y la levantó, dejando al descubierto una pequeña llave metalizada.
-No me lo puedo creer- Alex sostuvo la llave en alto un momento.
-Nada ha cambiado- Fue Clary la que habló- Literalmente.
Alex se guardó la llave en el bolsillo y se introdujo en la casa, yo lo seguí y detrás de mí entraron Clary y Adrian seguidos de Layla. La casa estaba tal y como la recordaba, era como si nos hubiera estado esperando todo ese tiempo, como si el tiempo no hubiera cambiado nada de lo que había allí. El sofá seguía en el mismo sitio, la mesa también, las sillas… Me giré y miré la cocina que también seguía igual.
-¿Seguirán los cuartos igual?- Alex formuló en voz alta la pregunta que me estaba haciendo interiormente.
-Esto…-Empezó a decir Adrian- ¿Dónde dormiremos nosotros tres?- Se señaló a Clary, a él y a mi hermana.
-Oh…-Alex pensó un momento- Está mi habitación, la de Steve, la que ocupada Selena y la de Kelley.
Nos miramos entre nosotros, éramos cinco personas y había cuatro habitaciones. Todos sabíamos lo que significaba eso: dos tendrían que compartir habitación.
-Layla y yo compartiremos habitación- Me apresuré a decir- Podemos dormir las dos en mi cuarto, Clary que duerma en el de Kelley y Adrian en el de Steve.
-¿Sabes?- Alex se guardó las manos en los bolsillos- Eso no me parece buena idea.
-¿Qué? ¿Por qué?
-Tu cama es muy pequeña, al igual que la de Kelley- Se encogió de hombros- Los únicos que tenemos camas dobles somos Steve y yo.
Sabía a donde quería llegar a parar.
-Pues déjanos tu habitación a mi hermana y a mí- Repuse.
Alex entrecerró los ojos y me miró desafiante.
-Ni lo sueñes- Me apuntó con el dedo- Nosotros compartiremos habitación y tu hermana dormirá en tu cuarto.
-¿Qué?- Mi voz se elevó una octava.
-¿Qué?- Alex habló con total tranquilidad- Yo sé que no soy un pervertido, pero Adrian sí lo es, ¿vas a permitir que comparta habitación con tu mejor amiga?
-¡Eh!- Se quejó Adrian.
-Venga ya, tío- Reclamó Alex- He visto las revistas que guardas bajo la cama.
La tez de Adrian pasó del blanco al escarlata en cuestión de segundos.
-¿Qué revistas, Adrian?- El tono de Clary era acusador.
-Nada- Adrian se aclaró la garganta.
-Así que…-Empezó a decir Alex sonriente.
-De acuerdo- Lo interrumpí- Pero tú más vale que te lleves una buena manta, porque duermes en el suelo.
Alex me miró con la mandíbula desencajada mientras la risita de Adrian hacía que Layla y Clary se esforzaran por no reír.
-¿Qué? ¡Pero si es una cama doble!
-¿Y qué?- Inquirí antes de dirigirme escaleras arriba ante la mirada atónita de Alex.
-No puedo creerme que me hagas esto.
Alex llevaba un rato intentando colocar una manta en el suelo de manera que no le traspasara el frío del suelo. Yo me encontraba tendida boca abajo en la cama mirándolo divertida, sin duda era un panorama digno de grabar.
-Es mi cuarto- Siguió quejándose.
-Tú eres el que se ha empeñado en que durmiera aquí- Repliqué.
Alex alzó la cabeza y me dirigió una mirada asesina.
-No sabías que pudieras llegar a ser tan cruel, Selena Gray.
No pude evitar una risita al oír decir mi nombre con tanto énfasis. Mi risa debió cabrearlo de alguna manera, porque se levantó a toda prisa del suelo y antes de que pudiera reaccionar ya estaba encima de mí aprisionándome los brazos.
-¿Se ríe usted de mí, señorita Gray?- El tono de su voz sonó profundo y lleno de peligro, cosa que aunque sea raro, me gustó.
Dejé de reírme y lo miré a esos ojos negros que estaban en ese momento más oscuros que de costumbre (si es que eso era posible) y desprendían un brillo especial.
-Ya lo creo que sí, señor Gregory- Repuse.
-Eso no es una buena idea…
-¿Me está usted amenazando?- Intenté hacerme la ofendida.
-Tómeselo como quiera, señorita Gray- Contestó elevando la comisura del lado derecho de la boca en una media sonrisa, haciendo que quisiera elevar mi cabeza un poco y besarlo.
-Oye…-Bajé un poco el tono de mi voz y Alex me miró extrañado- Acércate un poco.
Alex me miró durante un segundo sorprendido, pero luego se acercó poco a poco hacia mí. Justo cuando estaba alzando mi cabeza para tocar sus labios y Alex cerró los ojos, cogí la almohada y lo golpeé en la cabeza haciendo que se cayera hacia un lado. Comencé a reírme a carcajada viva y cuando Alex se recuperó de la sorpresa me miró con los ojos llenos de rabia, eso sólo logró que me riera aún más.
-Ahora verá, señorita Gray…
Alex cogió la almohada y me golpeó, no con demasiada fuerza.
-¡Eh!- Me quejé sin poder parar de reírme.
Alex soltó la almohada y comenzó a hacerme cosquillas. Sabía de sobra que la única manera de dejarme completamente indefensa: Las cosquillas.
-Alex…Para…Por favor- Mi voz apenas fue audible entre mis risotadas.
-Ah, parece que no le agradan las cosquillas- Alex no paró de hacerme cosquillas.
-¡Alex, por favor!
En un máximo esfuerzo logré coger a Alex del cuello de la camiseta gris oscura que llevaba puesta y girarlo hacia la izquierda, quedando yo encima de él.
-Para- Volví a decirle mientras las carcajadas iban disminuyendo.
Alex se quedó mirándome durante un momento, me miraba igual que me miraba siempre, con amor y admiración, y estaba segura de que yo lo miraba a él de la misma manera. Alex me colocó un mechón de pelo que se me había escapado de la coleta detrás de la oreja y sonrió dulcemente. A veces me preguntaba si realmente yo era el ángel o lo era él, parecía un ángel caído del cielo.
Alex alzó un poco la cabeza dispuesto a besarme y justo cuando nuestros labios estaban a punto de rozarse…
-¡Alex, Selena…!
Alex y yo nos retiramos a toda prisa mientras intentábamos incorporarnos y yo trataba de disimular e ignorar el calor que me había subido a las mejillas. Alex se aclaró la garganta mientras la persona que había irrumpido en la habitación nos miraba con la boca abierta y sin saber qué decir.
-Yo…-Empezó a decir Clary- Siento interrumpir.
-Entonces vete y cierra la puerta- Alex le indicó con la mano que se marchara.
-¡Alex!- Lo regañé.
-¿No sabes que se debe llamar a la puerta de una habitación antes de entrar?- La voz de Alex sonó molesta pero a la vez pude notar un deje de vergüenza también en ella.
-No es lo que parece- Me apresuré a decir.
Alex soltó una gran carcajada y reprimí el impulso de estamparle el puño contra la cara.
-Bueno…-Empezó a decir Alex recuperándose del ataque de risa- ¿Qué quieres?
-Oh, sí- Clary pareció darse cuenta de que estaba allí por un motivo- Tu padre ha llamado- Dijo mirándome.
-¿Mi padre?
-Tenemos que ir todos a casa de Jack, ha habido novedades.
Selena POV
Alex y yo estábamos en lo cierto, la casa donde habíamos vivido tiempo atrás junto a Kelley y Steve seguía en el mismo lugar que antes. Clary, Adrian, Alex, Layla y yo nos quedamos mirándola un momento recordando con añoranza cómo había cambiado nuestra vida. A ver, era cierto que no todo había sido fácil, pero incluso así, si las cosas que habían pasado no hubieran sucedido ni Clary habría conocido a Adrian ni yo a Alex.
La verdad era que me había costado convencer a mis padres (sobre todo a mi madre) para que me dejaran quedarme en esa casa junto a Alex, pero también estaban Clary y Adrian, cosa que les dio confianza. Kelley (ante nuestra sorpresa) había decidido quedarse con mis padres y los padres de Alex en la casa de Jack, nos dijo que no quería estar en un lugar que Kyle hubiera pisado para así no tener que recordarlo a cada segundo del día.
Nos dirigimos a la puerta con Alex a la cabeza del grupo, cogió el manillar de la puerta y lo giró. Esperábamos que la puerta estuviera cerrada, por eso nos sorprendió que ésta se abriera sin ninguna dificultad.
-Pero, ¿qué…?- Adrian expresó en voz alta la sorpresa de todos.
Alex se agachó junto a la alfombra que había en la puerta y la levantó, dejando al descubierto una pequeña llave metalizada.
-No me lo puedo creer- Alex sostuvo la llave en alto un momento.
-Nada ha cambiado- Fue Clary la que habló- Literalmente.
Alex se guardó la llave en el bolsillo y se introdujo en la casa, yo lo seguí y detrás de mí entraron Clary y Adrian seguidos de Layla. La casa estaba tal y como la recordaba, era como si nos hubiera estado esperando todo ese tiempo, como si el tiempo no hubiera cambiado nada de lo que había allí. El sofá seguía en el mismo sitio, la mesa también, las sillas… Me giré y miré la cocina que también seguía igual.
-¿Seguirán los cuartos igual?- Alex formuló en voz alta la pregunta que me estaba haciendo interiormente.
-Esto…-Empezó a decir Adrian- ¿Dónde dormiremos nosotros tres?- Se señaló a Clary, a él y a mi hermana.
-Oh…-Alex pensó un momento- Está mi habitación, la de Steve, la que ocupada Selena y la de Kelley.
Nos miramos entre nosotros, éramos cinco personas y había cuatro habitaciones. Todos sabíamos lo que significaba eso: dos tendrían que compartir habitación.
-Layla y yo compartiremos habitación- Me apresuré a decir- Podemos dormir las dos en mi cuarto, Clary que duerma en el de Kelley y Adrian en el de Steve.
-¿Sabes?- Alex se guardó las manos en los bolsillos- Eso no me parece buena idea.
-¿Qué? ¿Por qué?
-Tu cama es muy pequeña, al igual que la de Kelley- Se encogió de hombros- Los únicos que tenemos camas dobles somos Steve y yo.
Sabía a donde quería llegar a parar.
-Pues déjanos tu habitación a mi hermana y a mí- Repuse.
Alex entrecerró los ojos y me miró desafiante.
-Ni lo sueñes- Me apuntó con el dedo- Nosotros compartiremos habitación y tu hermana dormirá en tu cuarto.
-¿Qué?- Mi voz se elevó una octava.
-¿Qué?- Alex habló con total tranquilidad- Yo sé que no soy un pervertido, pero Adrian sí lo es, ¿vas a permitir que comparta habitación con tu mejor amiga?
-¡Eh!- Se quejó Adrian.
-Venga ya, tío- Reclamó Alex- He visto las revistas que guardas bajo la cama.
La tez de Adrian pasó del blanco al escarlata en cuestión de segundos.
-¿Qué revistas, Adrian?- El tono de Clary era acusador.
-Nada- Adrian se aclaró la garganta.
-Así que…-Empezó a decir Alex sonriente.
-De acuerdo- Lo interrumpí- Pero tú más vale que te lleves una buena manta, porque duermes en el suelo.
Alex me miró con la mandíbula desencajada mientras la risita de Adrian hacía que Layla y Clary se esforzaran por no reír.
-¿Qué? ¡Pero si es una cama doble!
-¿Y qué?- Inquirí antes de dirigirme escaleras arriba ante la mirada atónita de Alex.
-No puedo creerme que me hagas esto.
Alex llevaba un rato intentando colocar una manta en el suelo de manera que no le traspasara el frío del suelo. Yo me encontraba tendida boca abajo en la cama mirándolo divertida, sin duda era un panorama digno de grabar.
-Es mi cuarto- Siguió quejándose.
-Tú eres el que se ha empeñado en que durmiera aquí- Repliqué.
Alex alzó la cabeza y me dirigió una mirada asesina.
-No sabías que pudieras llegar a ser tan cruel, Selena Gray.
No pude evitar una risita al oír decir mi nombre con tanto énfasis. Mi risa debió cabrearlo de alguna manera, porque se levantó a toda prisa del suelo y antes de que pudiera reaccionar ya estaba encima de mí aprisionándome los brazos.
-¿Se ríe usted de mí, señorita Gray?- El tono de su voz sonó profundo y lleno de peligro, cosa que aunque sea raro, me gustó.
Dejé de reírme y lo miré a esos ojos negros que estaban en ese momento más oscuros que de costumbre (si es que eso era posible) y desprendían un brillo especial.
-Ya lo creo que sí, señor Gregory- Repuse.
-Eso no es una buena idea…
-¿Me está usted amenazando?- Intenté hacerme la ofendida.
-Tómeselo como quiera, señorita Gray- Contestó elevando la comisura del lado derecho de la boca en una media sonrisa, haciendo que quisiera elevar mi cabeza un poco y besarlo.
-Oye…-Bajé un poco el tono de mi voz y Alex me miró extrañado- Acércate un poco.
Alex me miró durante un segundo sorprendido, pero luego se acercó poco a poco hacia mí. Justo cuando estaba alzando mi cabeza para tocar sus labios y Alex cerró los ojos, cogí la almohada y lo golpeé en la cabeza haciendo que se cayera hacia un lado. Comencé a reírme a carcajada viva y cuando Alex se recuperó de la sorpresa me miró con los ojos llenos de rabia, eso sólo logró que me riera aún más.
-Ahora verá, señorita Gray…
Alex cogió la almohada y me golpeó, no con demasiada fuerza.
-¡Eh!- Me quejé sin poder parar de reírme.
Alex soltó la almohada y comenzó a hacerme cosquillas. Sabía de sobra que la única manera de dejarme completamente indefensa: Las cosquillas.
-Alex…Para…Por favor- Mi voz apenas fue audible entre mis risotadas.
-Ah, parece que no le agradan las cosquillas- Alex no paró de hacerme cosquillas.
-¡Alex, por favor!
En un máximo esfuerzo logré coger a Alex del cuello de la camiseta gris oscura que llevaba puesta y girarlo hacia la izquierda, quedando yo encima de él.
-Para- Volví a decirle mientras las carcajadas iban disminuyendo.
Alex se quedó mirándome durante un momento, me miraba igual que me miraba siempre, con amor y admiración, y estaba segura de que yo lo miraba a él de la misma manera. Alex me colocó un mechón de pelo que se me había escapado de la coleta detrás de la oreja y sonrió dulcemente. A veces me preguntaba si realmente yo era el ángel o lo era él, parecía un ángel caído del cielo.
Alex alzó un poco la cabeza dispuesto a besarme y justo cuando nuestros labios estaban a punto de rozarse…
-¡Alex, Selena…!
Alex y yo nos retiramos a toda prisa mientras intentábamos incorporarnos y yo trataba de disimular e ignorar el calor que me había subido a las mejillas. Alex se aclaró la garganta mientras la persona que había irrumpido en la habitación nos miraba con la boca abierta y sin saber qué decir.
-Yo…-Empezó a decir Clary- Siento interrumpir.
-Entonces vete y cierra la puerta- Alex le indicó con la mano que se marchara.
-¡Alex!- Lo regañé.
-¿No sabes que se debe llamar a la puerta de una habitación antes de entrar?- La voz de Alex sonó molesta pero a la vez pude notar un deje de vergüenza también en ella.
-No es lo que parece- Me apresuré a decir.
Alex soltó una gran carcajada y reprimí el impulso de estamparle el puño contra la cara.
-Bueno…-Empezó a decir Alex recuperándose del ataque de risa- ¿Qué quieres?
-Oh, sí- Clary pareció darse cuenta de que estaba allí por un motivo- Tu padre ha llamado- Dijo mirándome.
-¿Mi padre?
-Tenemos que ir todos a casa de Jack, ha habido novedades.