Capítulo 2
Selena POV
-Íbamos…-Quité sus manos de mi cintura un poco en contra de mi voluntad y abrí mi bolso- Por esto- Saqué una pequeña cajita de éste y se la di.
Alex alzó las cejas y me miró sonriendo pícaro antes de coger la caja.
-¿Qué es?
-Ábrela y lo descubrirás- Dije sin poder evitar una sonrisita.
Alex hizo lo que le dije. Abrió la cajita y sacó su contenido…Una pulsera trenzada de cuero hecha por mí. Alex la miró durante un momento boquiabierto sin decir nada y luego me miró a mí.
-¿La has hecho tú?- Me preguntó.
-Sí…-Estaba nerviosa- Hay algo más- Me apresuré a decir sacando de mi bolso un peluche pequeño con forma de oso panda- Toma.
Alex me miró sorprendido durante un momento y luego cogió el oso panda.
-¿Un oso panda?
-Bueno, me recuerda a ti…-Tan pronto como lo dije me di cuenta de lo tonto que había sonado.
Alex me miró encarnando las cejas.
-¿Te recuerdo a un oso panda?- Su voz sonó tan sorprendida como lo estaba su cara.
-¡No!- Me apresuré a decir- Es que…-Respiré hondo intentando tranquilizarme- Los osos pandas son adorables, te entran ganas de achucharlos y no soltarlos nunca. También son solitarios, apenas se relacionan con los demás y únicamente atacan si se ven en peligro o amenazan a los que quieren…
Miré a Alex y me di cuenta de que me estaba mirando como si estuviera viendo una especie de estrella o algo así. Me sonrojé hasta tal punto que creí que me explotaría la cara, ¿por qué me miraba así? Me aclaré la garganta dispuesta a seguir hablando.
-Tú me recuerdas a ellos por eso…-Me encogí de hombros- Eres una persona adorable aunque también seas un poco solitario, pero es porque sólo necesitas en tu vida a aquellas personas que de verdad se molestan en conocerte a fondo, una vez que eso ocurre…-Alcé la mirada y lo miré a los ojos- Es imposible no quererte.
Alex soltó el oso panda, la caja y la pulsera encima de la mesa y me abrazó con fuerza.
-Muchas gracias, Selly…-Me susurró al oído.
-¿De verdad te gusta?- Me retiré un poco, lo justo para mirarlo a la cara- No sabía qué comprarte y…
-Es perfecto- Me interrumpió sonriendo.
Sonreí.
-Pues eso no es todo- Cogí el oso panda y se lo di- Aprieta la barriga.
Alex apretó la barriga del panda y entonces mi voz empezó a sonar cantando el estribillo de “Only you can save me” de Darin. La verdad es que no cantaba como los ángeles (ironía, ¿verdad?) ni nada, pero me pareció que sería una muestra de amor hacia él. Cuando mi voz paró de sonar en el peluche estuve atenta a la reacción de Alex, que parecía haberse quedado en shock.
-Alex…-Lo llamé al cabo de unos segundos en silencio, ¿tan mal cantaba?- Sé que no soy Christina Aguilera ni nada por el estilo, si quieres puedes borrar…
Me quedé con la frase a medias, porque de pronto la mano izquierda de Alex estaba sobre mi cintura, su mano derecha contra mi nuca y sus labios presionando los míos. Al principio me pilló por sorpresa, pero en seguida alcé ambas manos para rodear su cuello y pegarlo a mí más mientras saboreaba el sabor a limón que había en su boca, seguramente había estado comiendo una ensalada o algo antes de que yo llegara.
-¿Cómo puedo quererte tanto?- Dijo en un susurro pegando su frente a la mía.
-Es fácil quererme- Dije sin poder evitar soltar una risita- Mírame- Separé mi frente de la suya y me señalé la cara- Soy condenadamente adorable- Hice un pucherito y Alex rió con ganas antes de abrazarme.
-Feliz cumpleaños- Le dije apretándome contra su pecho- Y feliz aniversario.
-Feliz aniversario a ti también- Susurró contra mi pelo antes de darme un pequeño beso en la cabeza.
-Bueno…-Empecé a decir- No quiero romper este momento tan maravilloso ni nada, pero…
Alex se separó de mí al ver que no continuaba la frase.
-¿Dónde demonios está mi regalo, Alexander Gregory?- Puse ambas manos en jarra y lo miré frunciendo el ceño.
Alex volvió a reír.
-Cierto- Se acercó hacia uno de los muebles y abrió un cajón del que sacó otra cajita pequeña de terciopelo roja- Aquí tienes.
Cogí la cajita y la meneé para ver si sonaba, luego la abrí y me quedé de piedra mirando lo que había dentro. Era un anillo de plata…Y era precioso. No era ancho pero tampoco era demasiado delgado y tenía tres pequeños brillantes en el centro que brillaban al darles la luz del sol que entraba por la ventana.
-Alex, es…- No sabía qué decirle, era precioso.
Alex se acercó a mí y me quitó la cajita de las manos, sacó el anillo y me lo mostró.
-Mira…- Puso el anillo de manera que pudiera ver su interior y entonces vi lo que quería enseñarme.
En la parte interior del anillo estaban grabadas nuestras iniciales de manera que la “S” se unía con la “A” en perfecta armonía, y justo a su lado había grabado un corazón. Noté cómo se me llenaban los ojos de lágrimas…Era tan bonito.
-Espero que te esté bien, Clary se lo probó y decidimos que tu talla sería una menos, ya sabes, por toda esa historia de tus mini manos, mini pies y mini cuerpo-Alex soltó una risita.
Alcé la cabeza para mirarlo mientras las lágrimas comenzaban a correr por mi rostro. Alex, al verme, cambió su expresión a una más horrorizada.
-Sel…No…No…
Me abracé a él con fuerza. Era curioso que en ese día ya nos hubiéramos abrazado tantas veces, pero ese no era un día cualquiera, era nuestro aniversario.
-Eres la persona más importante en mi vida, lo sabes, ¿verdad?- Le dije mientras me secaba las lágrimas con una mano, pero con la otra seguía rodeando su cintura y mi cabeza seguía pegada a su pecho.
-Lo sé…-Me dijo mientras me separaba de él con dulzura- ¿Me permites?- Alzó el anillo pidiéndome permiso y yo sonreí.
-Claro- Contesté.
Alex me puso el anillo en el dedo anular de la mano izquierda, me quedaba perfecto. Alcé la mano para observarlo mejor y sonreí feliz.
-Muchas gracias.
Alex sonrió y me miró con esa mirada suya tan profunda.
-Feliz aniversario, Selly…
Kelley POV
Volvía a casa después de tan sólo tres días en Australia, tres días de los cuales dos quería olvidar con todas mis fuerzas, ¿cómo podía ser cierto? Miré por la ventanilla del avión el cielo que estaba oscureciendo mientras notaba que la imagen de los edificios comenzaban a nublarse debido a las lágrimas que estaban comenzando a caer por mi rostro. No recordaba cuántas veces había llorado en las últimas cuarenta y ocho horas, pero sin duda me sorprendía que aún me quedaran lágrimas que derramar. Miré el asiento vacío a mi lado y noté una fuerte presión en el pecho…Kyle…
Me puse los cascos y aumenté el volumen de la música al doble, no quería oír nada más, quería evadirme de la realidad. La letra de “Ghost of you” de Selena Gomez sonaba a todo volumen contra mis oídos y al oír la letra del estribillo noté la gran ironía de esta: “Estoy inhalando, exhalando. ¿No se trata de eso? Vivir la vida de manera loca como si tuviera derecho a hacerlo. No hay más palabras en mi boca, no me queda nada que averiguar, pero no creo que nunca pueda abrirme paso a través…de tu fantasma”. Comencé a llorar con más fuerza, los recuerdos de las cuarenta y ocho horas anteriores venían a mí como una cascada de recuerdos y no podía hacer nada para pararlos. No había comido nada desde hacía dos días, intenté comer un sándwich antes de subir al avión pero tuve que ir corriendo al servicio para vomitar, simplemente había bebido algo de agua y porque me resultaba necesario e imprescindible. Por primera vez en varios años sentía que tenía el corazón destrozado…No, esto era muchísimo peor, ahora sentía que me quería morir. ¿Por qué la vida tenía que ser tan injusta? Sabía que no tenía sentido, pero mi mente no podía evitar preguntarse cosas como: Si nada hubiera cambiado, ¿seguiría todo igual? ¿Habría pasado algo de esto? ¿Habría tenido el corazón tan roto que parecía que era polvo pesado dentro de mí? ¿Seguiría feliz?
Apoyé la cabeza contra el cristal de la ventana rezando porque el dolor pasara, no esperaba que pasara en un día ni dos, pero sí con el tiempo. Sabía que jamás podría olvidar lo ocurrido, pero sanar…Las heridas tienen que sanar con el tiempo, ¿no? Sólo se necesita un poco de ayuda, un poco de Betadine y una gasa que envuelva la herida hasta que cicatrice y por fin pueda darle el aire…
Selena POV
-Íbamos…-Quité sus manos de mi cintura un poco en contra de mi voluntad y abrí mi bolso- Por esto- Saqué una pequeña cajita de éste y se la di.
Alex alzó las cejas y me miró sonriendo pícaro antes de coger la caja.
-¿Qué es?
-Ábrela y lo descubrirás- Dije sin poder evitar una sonrisita.
Alex hizo lo que le dije. Abrió la cajita y sacó su contenido…Una pulsera trenzada de cuero hecha por mí. Alex la miró durante un momento boquiabierto sin decir nada y luego me miró a mí.
-¿La has hecho tú?- Me preguntó.
-Sí…-Estaba nerviosa- Hay algo más- Me apresuré a decir sacando de mi bolso un peluche pequeño con forma de oso panda- Toma.
Alex me miró sorprendido durante un momento y luego cogió el oso panda.
-¿Un oso panda?
-Bueno, me recuerda a ti…-Tan pronto como lo dije me di cuenta de lo tonto que había sonado.
Alex me miró encarnando las cejas.
-¿Te recuerdo a un oso panda?- Su voz sonó tan sorprendida como lo estaba su cara.
-¡No!- Me apresuré a decir- Es que…-Respiré hondo intentando tranquilizarme- Los osos pandas son adorables, te entran ganas de achucharlos y no soltarlos nunca. También son solitarios, apenas se relacionan con los demás y únicamente atacan si se ven en peligro o amenazan a los que quieren…
Miré a Alex y me di cuenta de que me estaba mirando como si estuviera viendo una especie de estrella o algo así. Me sonrojé hasta tal punto que creí que me explotaría la cara, ¿por qué me miraba así? Me aclaré la garganta dispuesta a seguir hablando.
-Tú me recuerdas a ellos por eso…-Me encogí de hombros- Eres una persona adorable aunque también seas un poco solitario, pero es porque sólo necesitas en tu vida a aquellas personas que de verdad se molestan en conocerte a fondo, una vez que eso ocurre…-Alcé la mirada y lo miré a los ojos- Es imposible no quererte.
Alex soltó el oso panda, la caja y la pulsera encima de la mesa y me abrazó con fuerza.
-Muchas gracias, Selly…-Me susurró al oído.
-¿De verdad te gusta?- Me retiré un poco, lo justo para mirarlo a la cara- No sabía qué comprarte y…
-Es perfecto- Me interrumpió sonriendo.
Sonreí.
-Pues eso no es todo- Cogí el oso panda y se lo di- Aprieta la barriga.
Alex apretó la barriga del panda y entonces mi voz empezó a sonar cantando el estribillo de “Only you can save me” de Darin. La verdad es que no cantaba como los ángeles (ironía, ¿verdad?) ni nada, pero me pareció que sería una muestra de amor hacia él. Cuando mi voz paró de sonar en el peluche estuve atenta a la reacción de Alex, que parecía haberse quedado en shock.
-Alex…-Lo llamé al cabo de unos segundos en silencio, ¿tan mal cantaba?- Sé que no soy Christina Aguilera ni nada por el estilo, si quieres puedes borrar…
Me quedé con la frase a medias, porque de pronto la mano izquierda de Alex estaba sobre mi cintura, su mano derecha contra mi nuca y sus labios presionando los míos. Al principio me pilló por sorpresa, pero en seguida alcé ambas manos para rodear su cuello y pegarlo a mí más mientras saboreaba el sabor a limón que había en su boca, seguramente había estado comiendo una ensalada o algo antes de que yo llegara.
-¿Cómo puedo quererte tanto?- Dijo en un susurro pegando su frente a la mía.
-Es fácil quererme- Dije sin poder evitar soltar una risita- Mírame- Separé mi frente de la suya y me señalé la cara- Soy condenadamente adorable- Hice un pucherito y Alex rió con ganas antes de abrazarme.
-Feliz cumpleaños- Le dije apretándome contra su pecho- Y feliz aniversario.
-Feliz aniversario a ti también- Susurró contra mi pelo antes de darme un pequeño beso en la cabeza.
-Bueno…-Empecé a decir- No quiero romper este momento tan maravilloso ni nada, pero…
Alex se separó de mí al ver que no continuaba la frase.
-¿Dónde demonios está mi regalo, Alexander Gregory?- Puse ambas manos en jarra y lo miré frunciendo el ceño.
Alex volvió a reír.
-Cierto- Se acercó hacia uno de los muebles y abrió un cajón del que sacó otra cajita pequeña de terciopelo roja- Aquí tienes.
Cogí la cajita y la meneé para ver si sonaba, luego la abrí y me quedé de piedra mirando lo que había dentro. Era un anillo de plata…Y era precioso. No era ancho pero tampoco era demasiado delgado y tenía tres pequeños brillantes en el centro que brillaban al darles la luz del sol que entraba por la ventana.
-Alex, es…- No sabía qué decirle, era precioso.
Alex se acercó a mí y me quitó la cajita de las manos, sacó el anillo y me lo mostró.
-Mira…- Puso el anillo de manera que pudiera ver su interior y entonces vi lo que quería enseñarme.
En la parte interior del anillo estaban grabadas nuestras iniciales de manera que la “S” se unía con la “A” en perfecta armonía, y justo a su lado había grabado un corazón. Noté cómo se me llenaban los ojos de lágrimas…Era tan bonito.
-Espero que te esté bien, Clary se lo probó y decidimos que tu talla sería una menos, ya sabes, por toda esa historia de tus mini manos, mini pies y mini cuerpo-Alex soltó una risita.
Alcé la cabeza para mirarlo mientras las lágrimas comenzaban a correr por mi rostro. Alex, al verme, cambió su expresión a una más horrorizada.
-Sel…No…No…
Me abracé a él con fuerza. Era curioso que en ese día ya nos hubiéramos abrazado tantas veces, pero ese no era un día cualquiera, era nuestro aniversario.
-Eres la persona más importante en mi vida, lo sabes, ¿verdad?- Le dije mientras me secaba las lágrimas con una mano, pero con la otra seguía rodeando su cintura y mi cabeza seguía pegada a su pecho.
-Lo sé…-Me dijo mientras me separaba de él con dulzura- ¿Me permites?- Alzó el anillo pidiéndome permiso y yo sonreí.
-Claro- Contesté.
Alex me puso el anillo en el dedo anular de la mano izquierda, me quedaba perfecto. Alcé la mano para observarlo mejor y sonreí feliz.
-Muchas gracias.
Alex sonrió y me miró con esa mirada suya tan profunda.
-Feliz aniversario, Selly…
Kelley POV
Volvía a casa después de tan sólo tres días en Australia, tres días de los cuales dos quería olvidar con todas mis fuerzas, ¿cómo podía ser cierto? Miré por la ventanilla del avión el cielo que estaba oscureciendo mientras notaba que la imagen de los edificios comenzaban a nublarse debido a las lágrimas que estaban comenzando a caer por mi rostro. No recordaba cuántas veces había llorado en las últimas cuarenta y ocho horas, pero sin duda me sorprendía que aún me quedaran lágrimas que derramar. Miré el asiento vacío a mi lado y noté una fuerte presión en el pecho…Kyle…
Me puse los cascos y aumenté el volumen de la música al doble, no quería oír nada más, quería evadirme de la realidad. La letra de “Ghost of you” de Selena Gomez sonaba a todo volumen contra mis oídos y al oír la letra del estribillo noté la gran ironía de esta: “Estoy inhalando, exhalando. ¿No se trata de eso? Vivir la vida de manera loca como si tuviera derecho a hacerlo. No hay más palabras en mi boca, no me queda nada que averiguar, pero no creo que nunca pueda abrirme paso a través…de tu fantasma”. Comencé a llorar con más fuerza, los recuerdos de las cuarenta y ocho horas anteriores venían a mí como una cascada de recuerdos y no podía hacer nada para pararlos. No había comido nada desde hacía dos días, intenté comer un sándwich antes de subir al avión pero tuve que ir corriendo al servicio para vomitar, simplemente había bebido algo de agua y porque me resultaba necesario e imprescindible. Por primera vez en varios años sentía que tenía el corazón destrozado…No, esto era muchísimo peor, ahora sentía que me quería morir. ¿Por qué la vida tenía que ser tan injusta? Sabía que no tenía sentido, pero mi mente no podía evitar preguntarse cosas como: Si nada hubiera cambiado, ¿seguiría todo igual? ¿Habría pasado algo de esto? ¿Habría tenido el corazón tan roto que parecía que era polvo pesado dentro de mí? ¿Seguiría feliz?
Apoyé la cabeza contra el cristal de la ventana rezando porque el dolor pasara, no esperaba que pasara en un día ni dos, pero sí con el tiempo. Sabía que jamás podría olvidar lo ocurrido, pero sanar…Las heridas tienen que sanar con el tiempo, ¿no? Sólo se necesita un poco de ayuda, un poco de Betadine y una gasa que envuelva la herida hasta que cicatrice y por fin pueda darle el aire…