Capítulo 10
Jack POV
Me dirigía a la cocina cuando oí una especie de… ¿Llanto? ¿Quién estaba llorando? Entonces me di cuenta de que el sonido procedía de una de las habitaciones que estaba a medio cerrar. La curiosidad pudo conmigo y me asomé lo suficiente para encontrarme con Kelley tendida en la cama sollozando.
-No pienses en él, no pienses en él…-Dijo en voz baja- Él no habría querido verte así, tienes que seguir adelante…
Supe de inmediato que estaba hablando de Kyle. Selena y Clary me habían contado lo que le había sucedido y la verdad es que era horrible, ver a una chica así de fuerte destrozada no era algo agradable de ver. En ese momento, Kelley se incorporó de golpe y yo me apresuré a marcharme antes de que me viera.
Entré en mi habitación y me dirigí hacia la bola de cristal que se encontraba en mi mesa. Quería ver a Selena, ver si estaba bien o si se estaba cociendo algo malo allí. Pronuncié unas palabras en latín y al momento apareció una imagen en la esfera. Era Selena, pero estaba acompañada por un chico que no supe identificar; se encontraban en una especie de cafetería y había algo en la manera que se miraban que me indicó que no eran lo que se dice colegas.
-¿Sabes que soy el encargado de la seguridad de este lugar?- Fue el chico el que habló.
-¿Qué?- Selena sonaba realmente confundida.
-Sé que alguien se coló mientras yo guiaba a tu hermana hasta su habitación.
¿A tu hermana? ¿Se refería a Layla? Busqué a Layla por la estancia, pero no la vi.
-Sabes que está terminantemente prohibido que alguien del exterior…
-Quizás habrías podido impedirlo si hubieras estado realizando tu trabajo en vez de ligándote a mi hermana- La voz de Selena sonó firme y decidida, en cambio, el chico, parecía realmente confuso.
-¿Cómo dices? Sean me ordenó que la acompañara.
-Seguramente también te ordenó que te quedaras a charlar con ella flirteando.
-No deberías hablarme así, Selena- De pronto, la voz del chico adquirió un tono más oscuro y tuve que apretar los puños con fuerza para no golpear la esfera- Podría hacer que buscaran a ese amigo tuyo y lo castigaran o encerraran aquí-¿Amigo suyo? ¿A quién se refería? La respuesta vino a mí antes de que tuviera que pensarlo dos veces: Alex.
No oí qué fue lo siguiente que pasó, ya que cuando quise darme cuenta estaba caminando rumbo al salón donde se encontraba Alex.
Alex POV
-¿Cuándo se supone que esos cabroncetes saldrán a la luz?- Pregunté mientras terminaba de cargar la última pistola.
-No podemos saberlo con certeza, Alex- Mi padre sonaba cansado, pero no sabía si era por el cansancio en sí o por mí.
-¿Y entonces cómo sabemos cuándo debemos entrar en acción? ¿No creéis que deberíamos intentar hablar con los angelitos del refugio?
-¿Y por qué no hablaste cuando estuviste allí?
Me giré en redondo hacia la voz que había hablado.
-Porque ya has estado allí, ¿no es cierto, Alex?- Jack me miraba con los ojos de un extraño azul oscuro.
-¿Qué?- Mi madre sonó confundida.
¿Cómo demonios sabía él que yo había estado allí?
-No intentes siquiera convencerme de que no te has colado en el refugio para ver a Selena- Me advirtió.
-¡¿Qué?!- La voz de Eliane retumbó en mis oídos con fuerza.
Miré a Jack apretando con fuerza la mandíbula.
-No es asunto tuyo…-Intenté controlar mi voz.
-¿Qué no es asunto mío?- Se cruzó de brazos- ¿Sabes que la has metido en problemas?
Toda la ira que sentía hacia Jack desapareció en ese mismo instante, dejando paso a una nueva sensación: Temor.
-¿Qué?- Mi voz apenas fue audible.
-Claro que no lo sabes- Jack siguió hablando- ¡Porque eres tan miserablemente egoísta que no pensaste en la repercusión que podría tener tu visita en Selena!
Nadie contestó. Yo simplemente miraba a Jack sin verlo realmente…Aunque me doliera admitirlo, él tenía razón. Había sido un egoísta.
-¿Cómo sabes eso?- Fue lo único que fui capaz de preguntar.
-¿Qué cómo lo sé?- Jack parecía a punto de explotar- Déjala ya en paz, Alex. No le traigas más problemas- Tras decir esto, se marchó.
-Alex…-Mi madre empezó a hablar- ¿Cómo has podido incumplir las normas?
-Tenía que verla…-Intenté justificarme.
-Alex, sé lo mucho que quieres a mi hija- Eliane se acercó y me miró- Pero no puedes poneros a ambos en peligro de esta manera.
-No actúes como un crío, Alexander- La voz de mi padre fue dura.
No quería seguir escuchando cómo me echaban la culpa de lo que había pasado. Sabía que era culpa mía, pero no quería seguir oyendo. Me di media vuelta y me marché a mi habitación, si alguien tenía que castigarme era yo mismo, no los demás.
Selena POV
Llevaba ya una semana en el refugio. Una semana que había resultado ser más dura de lo que pensaba. Desde el segundo día que llegamos allí los entrenamientos comenzaron y mi padre tenía razón, eran duros. Había notado aquello de lo que me había hablado April, los rumores y las miradas que nos dedicaban las chicas de allí a Layla y a mí no eran nada agradables, pero yo preferí ir a mi aire sin prestarles atención. April no entrenaba, ella no era como nosotros, pero estaba allí bajo la protección de Abiel, que había que reconocer que era un gran luchador. En cambio yo…A pesar del entrenamiento de Alex y de saber disparar y manejar una espada, eso no me era de gran ayuda allí. Ellos utilizaban el poder interno para luchar, sacaban fuerzas desde su interior y en alguna ocasión había visto a más de uno de ellos desmayarse debido al esfuerzo. Mi hermana parecía adaptarse mejor que yo al entrenamiento, y a James también… Seguía sin caerme bien y era obvio que yo a él tampoco, pero en cambio, mi hermana parecía embobada con él.
-¿Qué? ¿Lista para otra ronda de entrenamiento?- Alcé la cabeza y vi a Abiel de pie justo a mi lado.
-¿Ya es la hora?
-Síp.
Sonreí de mala gana, no quería volver a estar rodeada de todos esos semi ángeles que se suponía que me pdiaban.
-April dice eres su favorita.
Lo miré extrañada.
-¿Cómo?
-De las chicas- Explicó- Dice que eres su favorita, está segura de que le darás una paliza a todas.
Sonreí sin poder evitarlo, April era una buena chica y Abiel también.
-Si quieres puedes enfrentarte hoy a mí- Me ofreció.
-¿A ti?- Mi voz se elevó una octava- ¿Es que estás loco? ¿Quieres matarme?
-La última vez vi que tu padre no fue muy benevolente contigo a pesar de ser su hija.
Recordé el entrenamiento del día anterior, mi padre me había elegido como su rival y a pesar de que todos creían que tendría favoritismo y me dejaría ganar, yo sabía que no era así, y yo llevaba razón. Fue más duro conmigo de lo que había sido con todos los rivales anteriores.
-Te daré un respiro, no seré duro- Me sonrió.
Abiel era un chico cálido, buena persona.
-Gracias- Le dije devolviéndole la sonrisa.
-¡Aquí estáis!- April llegó hasta nosotros, pero no llegó con su manera habitual de dar saltitos. Había algo en su expresión…
-¿Qué ocurre, April?- Se apresuró a preguntar Abiel.
-Sean…-April colocó las manos en sus rodillas jadeando- Ha recibido un mensaje.
-¿Un mensaje? ¿De quién?
-De ellos…
Abiel abrió los ojos mucho y aunque no sabía muy bien quiénes eran “ellos”, supe que aquella palabra significaba que todo había comenzado y que ya no había tiempo para prepararnos más.
-No sabemos dónde se encuentran- Sean estaba hablando desde las escaleras con un micrófono para que todos pudiéramos oírle- Pero sin duda ellos sí saben dónde nos encontramos nosotros.
Me encontraba con Abiel y April y busqué a mi padre entre el gentío allí reunido. Había visto a mi hermana unos metros más allá acompañada de James, pero no había conseguido encontrar a mi padre.
-¿Y ahora qué hacemos?- Oí una voz femenina hablar entre el gentío, pero no supe quién era- ¿Atacar?
-¡No! ¡De eso nada!- Sean alzó la voz- Eso sería provocación y llevaríamos las de perder.
-Pero, ¿qué decía exactamente el mensaje?- Esta vez reconocí la voz de mi hermana.
Sean suspiró desde las escaleras e inhaló profundamente antes de seguir hablando.
-Hemos llegado, sabemos dónde estáis y haremos que caigáis todos- Sean habló como si estuviera recitando la frase de su libro favorito.
Se oyó un murmullo entre los allí reunidos, no sabía cuál sería el final de aquello, pero sin duda no todos estarían de acuerdo.
-¿Podremos con todos?- Preguntó otra voz entre la multitud.
-¿Queréis la verdad?- Sean lo pensó un momento- Lo dudo mucho, los demonios son muy fuertes, poseen las fuerzas del mal, y vosotros no sois ángeles completos, necesitáis más entrenamiento. El único que podría estar preparado es Jaden.
El oír el nombre de mi padre me puso la piel de gallina.
-Y quizás sus hijas también.
Miles de ojos comenzaron a moverse buscándonos a Layla y a mí.
-Tranquila- April me cogió de la mano- Todo irá bien.
¿Cómo podía estar tan tranquila?
-¡Conozco a alguien que nos puede ayudar!
Toda la atención se fijó de nuevo en las escaleras, donde una nueva persona había aparecido: Mi padre.
-¿Qué dices, Jaden?- Sean sonaba confundido.
-Conozco a unas personas que nos pueden ayudar.
Noté una punzada en el estómago al darme cuenta de quiénes estaba hablando y, aunque al principio creía que me alegraría cuando oyera que Alex y los demás podrían reunirse con nosotros, ahora, inesperadamente, no quería que eso sucediera. Si ellos llegaban allí…Si esos demonios eran tan peligrosos…
-¿De quiénes estás hablando, Jaden?- Sean insistió sin saber de qué iba el tema.
-Conozco a unos cazadores.
Un gran murmullo se volvió a alzar entre todos.
-¡¿Cazadores?!- Una voz femenina habló.
-¡¿Cómo puede relacionarse con cazadores?!- La siguiente voz fue masculina.
-Una de ellas es mi esposa- Siguió hablando mi padre.
-Jaden, ¿hablas en serio?- Sean seguía aturdido por la noticia.
-Sí- Mi padre miró al gentío allí reunido y alzó la voz- También contamos con la ayuda de un brujo.
Eso fue la gota que colmó el vaso. Se oyeron más murmullos y exclamaciones de “¡No puede ser!” “¡Se ha vuelto loco!”
-¡SILENCIO!- Sean alzó la voz y la multitud se calló- Jaden, ¿puedes explicarnos esto mejor?
-Los conozco- Empezó a hablar- Los conozco muy bien, están ocultos en un lugar seguro a la espera de que los avisemos para unirse a nuestra lucha.
Sean se quedó pensando un momento, momento en el que yo contuve la respiración.
-¿De verdad crees que serían de ayuda?
-Sin duda alguna, Sean- Afirmó mi padre.
-¡Los cazadores esos no son de fiar!
Toda la multitud miró a una figura que estaba subiendo las escaleras para unirse a mi padre y a Sean.
-¿De qué estás hablando, James?- Preguntó Sean.
-Los conozco- Habló mi padre- Jamás encontraremos a nadie que nos ayude más que ellos.
-¡Son unas personas sin respeto ni reglas!- Gritó James.
-¿Qué? ¿Es que los conoces, James?- Inquirió Sean.
La mirada de James recorrió la multitud hasta que su mirada se encontró con la mía. Noté un escalofrío recorrerme la espalda. James sonrió de una manera que no me gustó nada y entonces lo supe. No…
-¡Uno de ellos incumplió las normas y se coló en el refugio hace una semana!
Jack POV
Me dirigía a la cocina cuando oí una especie de… ¿Llanto? ¿Quién estaba llorando? Entonces me di cuenta de que el sonido procedía de una de las habitaciones que estaba a medio cerrar. La curiosidad pudo conmigo y me asomé lo suficiente para encontrarme con Kelley tendida en la cama sollozando.
-No pienses en él, no pienses en él…-Dijo en voz baja- Él no habría querido verte así, tienes que seguir adelante…
Supe de inmediato que estaba hablando de Kyle. Selena y Clary me habían contado lo que le había sucedido y la verdad es que era horrible, ver a una chica así de fuerte destrozada no era algo agradable de ver. En ese momento, Kelley se incorporó de golpe y yo me apresuré a marcharme antes de que me viera.
Entré en mi habitación y me dirigí hacia la bola de cristal que se encontraba en mi mesa. Quería ver a Selena, ver si estaba bien o si se estaba cociendo algo malo allí. Pronuncié unas palabras en latín y al momento apareció una imagen en la esfera. Era Selena, pero estaba acompañada por un chico que no supe identificar; se encontraban en una especie de cafetería y había algo en la manera que se miraban que me indicó que no eran lo que se dice colegas.
-¿Sabes que soy el encargado de la seguridad de este lugar?- Fue el chico el que habló.
-¿Qué?- Selena sonaba realmente confundida.
-Sé que alguien se coló mientras yo guiaba a tu hermana hasta su habitación.
¿A tu hermana? ¿Se refería a Layla? Busqué a Layla por la estancia, pero no la vi.
-Sabes que está terminantemente prohibido que alguien del exterior…
-Quizás habrías podido impedirlo si hubieras estado realizando tu trabajo en vez de ligándote a mi hermana- La voz de Selena sonó firme y decidida, en cambio, el chico, parecía realmente confuso.
-¿Cómo dices? Sean me ordenó que la acompañara.
-Seguramente también te ordenó que te quedaras a charlar con ella flirteando.
-No deberías hablarme así, Selena- De pronto, la voz del chico adquirió un tono más oscuro y tuve que apretar los puños con fuerza para no golpear la esfera- Podría hacer que buscaran a ese amigo tuyo y lo castigaran o encerraran aquí-¿Amigo suyo? ¿A quién se refería? La respuesta vino a mí antes de que tuviera que pensarlo dos veces: Alex.
No oí qué fue lo siguiente que pasó, ya que cuando quise darme cuenta estaba caminando rumbo al salón donde se encontraba Alex.
Alex POV
-¿Cuándo se supone que esos cabroncetes saldrán a la luz?- Pregunté mientras terminaba de cargar la última pistola.
-No podemos saberlo con certeza, Alex- Mi padre sonaba cansado, pero no sabía si era por el cansancio en sí o por mí.
-¿Y entonces cómo sabemos cuándo debemos entrar en acción? ¿No creéis que deberíamos intentar hablar con los angelitos del refugio?
-¿Y por qué no hablaste cuando estuviste allí?
Me giré en redondo hacia la voz que había hablado.
-Porque ya has estado allí, ¿no es cierto, Alex?- Jack me miraba con los ojos de un extraño azul oscuro.
-¿Qué?- Mi madre sonó confundida.
¿Cómo demonios sabía él que yo había estado allí?
-No intentes siquiera convencerme de que no te has colado en el refugio para ver a Selena- Me advirtió.
-¡¿Qué?!- La voz de Eliane retumbó en mis oídos con fuerza.
Miré a Jack apretando con fuerza la mandíbula.
-No es asunto tuyo…-Intenté controlar mi voz.
-¿Qué no es asunto mío?- Se cruzó de brazos- ¿Sabes que la has metido en problemas?
Toda la ira que sentía hacia Jack desapareció en ese mismo instante, dejando paso a una nueva sensación: Temor.
-¿Qué?- Mi voz apenas fue audible.
-Claro que no lo sabes- Jack siguió hablando- ¡Porque eres tan miserablemente egoísta que no pensaste en la repercusión que podría tener tu visita en Selena!
Nadie contestó. Yo simplemente miraba a Jack sin verlo realmente…Aunque me doliera admitirlo, él tenía razón. Había sido un egoísta.
-¿Cómo sabes eso?- Fue lo único que fui capaz de preguntar.
-¿Qué cómo lo sé?- Jack parecía a punto de explotar- Déjala ya en paz, Alex. No le traigas más problemas- Tras decir esto, se marchó.
-Alex…-Mi madre empezó a hablar- ¿Cómo has podido incumplir las normas?
-Tenía que verla…-Intenté justificarme.
-Alex, sé lo mucho que quieres a mi hija- Eliane se acercó y me miró- Pero no puedes poneros a ambos en peligro de esta manera.
-No actúes como un crío, Alexander- La voz de mi padre fue dura.
No quería seguir escuchando cómo me echaban la culpa de lo que había pasado. Sabía que era culpa mía, pero no quería seguir oyendo. Me di media vuelta y me marché a mi habitación, si alguien tenía que castigarme era yo mismo, no los demás.
Selena POV
Llevaba ya una semana en el refugio. Una semana que había resultado ser más dura de lo que pensaba. Desde el segundo día que llegamos allí los entrenamientos comenzaron y mi padre tenía razón, eran duros. Había notado aquello de lo que me había hablado April, los rumores y las miradas que nos dedicaban las chicas de allí a Layla y a mí no eran nada agradables, pero yo preferí ir a mi aire sin prestarles atención. April no entrenaba, ella no era como nosotros, pero estaba allí bajo la protección de Abiel, que había que reconocer que era un gran luchador. En cambio yo…A pesar del entrenamiento de Alex y de saber disparar y manejar una espada, eso no me era de gran ayuda allí. Ellos utilizaban el poder interno para luchar, sacaban fuerzas desde su interior y en alguna ocasión había visto a más de uno de ellos desmayarse debido al esfuerzo. Mi hermana parecía adaptarse mejor que yo al entrenamiento, y a James también… Seguía sin caerme bien y era obvio que yo a él tampoco, pero en cambio, mi hermana parecía embobada con él.
-¿Qué? ¿Lista para otra ronda de entrenamiento?- Alcé la cabeza y vi a Abiel de pie justo a mi lado.
-¿Ya es la hora?
-Síp.
Sonreí de mala gana, no quería volver a estar rodeada de todos esos semi ángeles que se suponía que me pdiaban.
-April dice eres su favorita.
Lo miré extrañada.
-¿Cómo?
-De las chicas- Explicó- Dice que eres su favorita, está segura de que le darás una paliza a todas.
Sonreí sin poder evitarlo, April era una buena chica y Abiel también.
-Si quieres puedes enfrentarte hoy a mí- Me ofreció.
-¿A ti?- Mi voz se elevó una octava- ¿Es que estás loco? ¿Quieres matarme?
-La última vez vi que tu padre no fue muy benevolente contigo a pesar de ser su hija.
Recordé el entrenamiento del día anterior, mi padre me había elegido como su rival y a pesar de que todos creían que tendría favoritismo y me dejaría ganar, yo sabía que no era así, y yo llevaba razón. Fue más duro conmigo de lo que había sido con todos los rivales anteriores.
-Te daré un respiro, no seré duro- Me sonrió.
Abiel era un chico cálido, buena persona.
-Gracias- Le dije devolviéndole la sonrisa.
-¡Aquí estáis!- April llegó hasta nosotros, pero no llegó con su manera habitual de dar saltitos. Había algo en su expresión…
-¿Qué ocurre, April?- Se apresuró a preguntar Abiel.
-Sean…-April colocó las manos en sus rodillas jadeando- Ha recibido un mensaje.
-¿Un mensaje? ¿De quién?
-De ellos…
Abiel abrió los ojos mucho y aunque no sabía muy bien quiénes eran “ellos”, supe que aquella palabra significaba que todo había comenzado y que ya no había tiempo para prepararnos más.
-No sabemos dónde se encuentran- Sean estaba hablando desde las escaleras con un micrófono para que todos pudiéramos oírle- Pero sin duda ellos sí saben dónde nos encontramos nosotros.
Me encontraba con Abiel y April y busqué a mi padre entre el gentío allí reunido. Había visto a mi hermana unos metros más allá acompañada de James, pero no había conseguido encontrar a mi padre.
-¿Y ahora qué hacemos?- Oí una voz femenina hablar entre el gentío, pero no supe quién era- ¿Atacar?
-¡No! ¡De eso nada!- Sean alzó la voz- Eso sería provocación y llevaríamos las de perder.
-Pero, ¿qué decía exactamente el mensaje?- Esta vez reconocí la voz de mi hermana.
Sean suspiró desde las escaleras e inhaló profundamente antes de seguir hablando.
-Hemos llegado, sabemos dónde estáis y haremos que caigáis todos- Sean habló como si estuviera recitando la frase de su libro favorito.
Se oyó un murmullo entre los allí reunidos, no sabía cuál sería el final de aquello, pero sin duda no todos estarían de acuerdo.
-¿Podremos con todos?- Preguntó otra voz entre la multitud.
-¿Queréis la verdad?- Sean lo pensó un momento- Lo dudo mucho, los demonios son muy fuertes, poseen las fuerzas del mal, y vosotros no sois ángeles completos, necesitáis más entrenamiento. El único que podría estar preparado es Jaden.
El oír el nombre de mi padre me puso la piel de gallina.
-Y quizás sus hijas también.
Miles de ojos comenzaron a moverse buscándonos a Layla y a mí.
-Tranquila- April me cogió de la mano- Todo irá bien.
¿Cómo podía estar tan tranquila?
-¡Conozco a alguien que nos puede ayudar!
Toda la atención se fijó de nuevo en las escaleras, donde una nueva persona había aparecido: Mi padre.
-¿Qué dices, Jaden?- Sean sonaba confundido.
-Conozco a unas personas que nos pueden ayudar.
Noté una punzada en el estómago al darme cuenta de quiénes estaba hablando y, aunque al principio creía que me alegraría cuando oyera que Alex y los demás podrían reunirse con nosotros, ahora, inesperadamente, no quería que eso sucediera. Si ellos llegaban allí…Si esos demonios eran tan peligrosos…
-¿De quiénes estás hablando, Jaden?- Sean insistió sin saber de qué iba el tema.
-Conozco a unos cazadores.
Un gran murmullo se volvió a alzar entre todos.
-¡¿Cazadores?!- Una voz femenina habló.
-¡¿Cómo puede relacionarse con cazadores?!- La siguiente voz fue masculina.
-Una de ellas es mi esposa- Siguió hablando mi padre.
-Jaden, ¿hablas en serio?- Sean seguía aturdido por la noticia.
-Sí- Mi padre miró al gentío allí reunido y alzó la voz- También contamos con la ayuda de un brujo.
Eso fue la gota que colmó el vaso. Se oyeron más murmullos y exclamaciones de “¡No puede ser!” “¡Se ha vuelto loco!”
-¡SILENCIO!- Sean alzó la voz y la multitud se calló- Jaden, ¿puedes explicarnos esto mejor?
-Los conozco- Empezó a hablar- Los conozco muy bien, están ocultos en un lugar seguro a la espera de que los avisemos para unirse a nuestra lucha.
Sean se quedó pensando un momento, momento en el que yo contuve la respiración.
-¿De verdad crees que serían de ayuda?
-Sin duda alguna, Sean- Afirmó mi padre.
-¡Los cazadores esos no son de fiar!
Toda la multitud miró a una figura que estaba subiendo las escaleras para unirse a mi padre y a Sean.
-¿De qué estás hablando, James?- Preguntó Sean.
-Los conozco- Habló mi padre- Jamás encontraremos a nadie que nos ayude más que ellos.
-¡Son unas personas sin respeto ni reglas!- Gritó James.
-¿Qué? ¿Es que los conoces, James?- Inquirió Sean.
La mirada de James recorrió la multitud hasta que su mirada se encontró con la mía. Noté un escalofrío recorrerme la espalda. James sonrió de una manera que no me gustó nada y entonces lo supe. No…
-¡Uno de ellos incumplió las normas y se coló en el refugio hace una semana!